“
Mi estĂşpido primo no
tenĂa idea de lo que me estaba pidiendo, me estaba encaminando al infierno,
quizás disfrutara el camino.
”
”
Abbi Glines (The Vincent Boys (The Vincent Boys, #1))
“
—Yo solo quiero tomar contigo el primer café de la mañana, me basta con eso. Pero tiene que ser cada mañana, durante el resto de nuestra vida.
”
”
Diego Galdino (Il primo caffè del mattino)
“
​Per me si va ne la città dolente,
Per me si va ne l'etterno dolore,
Per me si va tra la perduta gente.
Giustizia mosse il mio alto fattore:
Fecemi la divina potestate
La somma sapienza e'l primo amore
Dinanzi a me non fuor cose create se non etterne, e io etterno duro.
Lasciate ogni speranza, voi ch'intrate.
”
”
Dante Alighieri (The Divine Comedy: Inferno - Purgatorio - Paradiso)
“
Desde chicas nos enseñaban que no debĂamos hablar con extraños y que debĂamos cuidarnos del Sátiro. El Sátiro era una entidad tan mágica como, en los primeros años de la infancia, la Solapa o el Viejo de la Bolsa. Era el que podĂa violarte si andabas sola a deshora o si te aventurabas por sitios desolados. El que podĂa aparecer de golpe y arrastrarte hasta alguna obra en construcciĂłn. Nunca nos dijeron que podĂa violarte tu marido, tu papá, tu hermano, tu primo, tu vecino, tu abuelo, tu maestro. Un varĂłn en el que depositaras toda tu confianza.
”
”
Selva Almada (Chicas muertas)
“
Los abrazos son el primo pobre de las caricias, cuando pocas veces algo reconforta más. El calor del cuerpo que te acoge, la presión de los miembros que encajan en tu cuerpo y que te viste, el olor de la persona a la que le cedes ese espacio tan tuyo. Un abrazo es, sin duda, un homenaje a la confianza.
”
”
ElĂsabet Benavent (Seremos recuerdos (Canciones y recuerdos, #2))
“
no hay vanidad mayor que esforzarse en tragarse enteros los sistemas morales elaborados por los demás, bajo otros cielos.
”
”
Primo Levi (Sobreviviendo en Auschwitz - Si esto es el Hombre)
“
El ser derechista, como el ser izquierdista, supone siempre expulsar del alma la mitad de lo que hay que sentir
”
”
José Antonio Primo de Rivera
“
El gesto de uno de sus dedos podĂa provocar la destrucciĂłn del campo entero, aniquilar a millares de hombres; mientras la suma de todas nuestras energĂas y voluntades no habrĂa bastado para prolongar ni un minuto la vida de uno solo de nosotros.
”
”
Primo Levi (Survival in Auschwitz)
“
se lava los ojos tiene que tener el lĂo de la ropa bien cogido entre las rodillas: si no fuese asĂ, en aquel preciso momento se lo robarĂan.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
del hurto y del asalto a los cargos y con el monopolio de la Bolsa de los trueques, no debe hacer olvidar que su repugnancia por la brutalidad gratuita, su asombrosa conciencia de la subsistencia de una, cuando menos potencial, dignidad humana, hacĂan de los griegos del Lager el nĂşcleo nacional más coherente y, bajo este punto de vista, el más civil.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
La diferencia principal consiste en su finalidad. Los Lager alemanes constituyen algo Ăşnico en la no obstante sangrienta historia de la humanidad: al viejo fin de eliminar o aterrorizar al adversario polĂtico, unĂan un fin moderno y monstruoso, el de borrar del mundo pueblos y culturas enteros. A
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Igual que Rumkowski, también nosotros nos cegamos con el poder y con el prestigio hasta olvidar nuestra fragilidad esencial: con el poder pactamos todos, de buena o mala gana, olvidando que todos estamos en el gueto, que el gueto está amurallado, que fuera del recinto están los señores de la muerte, que poco más allá espera el tren.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razĂłn de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mĂo, no te quiero por vos ni por mĂ ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mĂa, porque estás del otro lado, ahĂ donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesiĂłn no estás en mĂ, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cĂłmo te gusta usar el verbo amar, con quĂ© cursilerĂa lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operaciĂłn del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querĂ©s como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivĂs en la salud, despuĂ©s de mĂ será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cĂnico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revĂłlver, amor que le dĂ© los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la mĂşsica es posible, la raĂz desde donde se podrĂa empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habrĂa más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarĂan a brotar los pĂ©talos coloreados, se hincharĂan las formas combadas, crecerĂa la hermosura. Dadora de infinito, yo no sĂ© tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien asĂ. TambiĂ©n puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.
ÂżPor quĂ© stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahĂ, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. AsĂ viven muchos amigos mĂos, sin hablar de un tĂo y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegĂs la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salĂs de un concierto.
”
”
Julio Cortázar
“
Hemos puesto la menaschka en la litera, hemos hecho el reparto, hemos satisfecho la rabia cotidiana del hambre, y ahora nos oprime la vergĂĽenza.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Además, los enfermeros obtienen grandes ganancias del tráfico de cucharas. El Lager no provee de cuchara a los recién llegados,
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Me llamo 174517; nos han bautizado, llevaremos mientras vivamos esta lacra tatuada en el brazo izquierdo.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
mil) trabajan en una fábrica de goma que se llama Buna, de manera que el mismo campo se llama Buna.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
En vez de eso nos cuenta otras cosas, extrañas y locas, puede que él se esté burlando también de nosotros. Puede que esté loco: en el Lager uno se vuelve loco. Dice
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Éramos viejos Häftlinge; nuestra sabidurĂa consistĂa en «no tratar de entender», ni imaginarse el futuro, no atormentarse por cĂłmo y cuándo acabarĂa
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Nadie puede salir de aquà para llevar al mundo, junto con la señal impresa en su carne, las malas noticias de cuanto en Auschwitz ha sido el hombre capaz de hacer con el hombre.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Se vende el Mahorca: el Mahorca es un tabaco de desecho, en forma de astillas leñosas, oficialmente
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Kraut und Rüben. Se anuncia oficialmente que el potaje de hoy es de coles y nabos: Choux et navets. Kapotszka és répak.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Ă©ste es el estribillo que todos nos repiten: no estáis ya en vuestra casa, esto no es un sanatorio, de aquĂ sĂłlo se sale por la Chimenea (ÂżquĂ© querĂa
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Casi nadie ha contado el infierno con tanta claridad y hondura como Primo Levi: casi
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Ay de quien sueña: el momento de conciencia que acompaña al despertar es el sufrimiento más agudo
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz: Si esto es un hombre / La tregua / Los hundidos y los salvados)
“
Yo creo que los nĂşmeros primos son como la vida. Son muy lĂłgicos pero no hay manera de averiguar cĂłmo funcionan, ni siquiera aunque te pasaras todo el tiempo pensando en ellos.
”
”
Anonymous
“
Quien más quien menos, mis cuatro primos carnales se dedican a la filosofĂa. Leen libros, discuten entre ellos y son admirados a distancia por el resto de la familia,
”
”
Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas)
“
Yo creo que los nĂşmeros primos son como la vida. Son muy lĂłgicos pero no hay manera de averiguar cĂłmo funcionan, ni siquiera aunque te pasaras todo el tiempo pensando en ellos
”
”
Mark Haddon (The Curious Incident of the Dog in the Night-Time (SparkNotes Literature Guide) (SparkNotes Literature Guide Series, 25))
“
La tortura fue para Ă©l una muerte interminable: AmĂ©ry, de quien volverĂ© a hablar en el capĂtulo sexto, se suicidĂł en 1978.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Pocos son los hombres que saben caminar a la muerte con dignidad, y muchas veces no aquellos de quienes lo esperarĂamos. Pocos son los que saben callar y respetar el silencio ajeno.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Me tratĂł igual que siempre, como a un primo remoto (...) Al cabo de pocos minutos ya no me pareciĂł tan envejecida como a primera vista, sino casi tan joven como en el recuerdo (...)
”
”
Gabriel GarcĂa Márquez (Chronicle of a Death Foretold)
“
pero ya sabe que en el trabajo, y no sĂłlo en el trabajo, si no hubiera dificultades luego sentirĂa uno menos gusto en contarlo; y contar, usted mismo me lo ha reconocido, es una de las alegrĂas de la vida.
”
”
Primo Levi (La llave estrella (Modernos y Clásicos) (Spanish Edition))
“
mi campo, llamado Monowitz, era el más grande de Ă©stos y habĂa llegado a tener doce mil prisioneros. Estaba a unos siete kilĂłmetros al este de Auschwitz. Toda esa zona se encuentra hoy en territorio polaco.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Mi religioso amigo me habĂa dicho que yo habĂa sobrevivido para que diese testimonio. Lo he hecho, lo mejor que he podido, y no habrĂa podido dejar de hacerlo; y lo sigo haciendo, siempre que se me presenta la ocasiĂłn; pero pensar que este testimonio mĂo haya podido concederme por sĂ solo el privilegio de sobrevivir, y de vivir durante muchos años sin graves problemas, me inquieta, porque encuentro desproporcionado el resultado en relaciĂłn con el privilegio.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Saber, y hacer saber, era un modo (quizás tampoco tan peligroso) de tomar distancia con respecto al nazismo; pienso que el pueblo alemán, globalmente, no ha hecho uso de ello, y de esta deliberada omisión lo considero plenamente culpable
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
de Ă©l para explicar lo que es trabajar todo el dĂa al viento, bajo cero, no llevando encima más que la camisa, los calzoncillos, la chaqueta y unos calzones de tela, y, en el cuerpo, debilidad y hambre y conciencia del fin que se acerca.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
A este hecho se le han buscado varias explicaciones pero por mi parte no propongo sino tres, que no se excluyen unas a otras. Primera: el suicidio es cosa humana y no de animales, es decir, es un acto meditado, una elecciĂłn no instintiva, no natural; y en el Lager habĂa pocas ocasiones de elegir, se vivĂa precisamente como los animales domesticados, que a veces se dejan morir pero que no se matan. Segunda: «habĂa otras cosas en que pensar», como suele decirse. La jornada estaba completa: habĂa que pensar en satisfacer el hambre, en sustraerse de algĂşn modo al cansancio y al frĂo, en evitar los golpes; precisamente por la inminencia constante de la muerte faltaba tiempo para pensar en la muerte. La rudeza de la verdad resplandece en la anotaciĂłn de Svevo
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
la marmita del rancho y puede estar todo el dĂa junto a la estufa: «por eso» tiene derecho a media raciĂłn suplementaria y tiene grandes probabilidades de convertirse en amigo y confidente del Kapo, del que recibe oficialmente la ropa y los zapatos usados.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
DespuĂ©s de aquella vez, mi padre respiraba conmigo cada vez que yo estaba al borde de la lágrima. Cuando me raspaba el codo, cuando mi primo me llamaba Oreo, cuando mi madre me decĂa que no podĂamos tener un perrito, mi padre se sentaba y respiraba conmigo.
”
”
Taylor Jenkins Reid (The Seven Husbands of Evelyn Hugo)
“
Hurbinek, que tenĂa tres años y probablemente habĂa nacido en Auschwitz, y nunca habĂa visto un árbol; Hurbinek, que habĂa luchado como un hombre, hasta el Ăşltimo suspiro, por conquistar su entrada en el mundo de los hombres, del cual un poder bestial lo habĂa exiliado; Hurbinek, el sinnombre, cuyo minĂşsculo antebrazo habĂa sido firmado con el tatuaje de Auschwitz; Hurbinek muriĂł en los primeros dĂas de marzo de 1945, libre pero no redimido. Nada queda de Ă©l: el testimonio de su existencia son estas palabras mĂas.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
evacuar en público era angustioso o imposible; un trauma para el que nuestra civilización no nos prepara, una herida profunda en la dignidad humana, un atentado obsceno y lleno de malos presagios, pero también la señal de una perversidad deliberada y gratuita.
”
”
Primo Levi (Los hundidos y los salvados)
“
os encomiendo estas palabras. Grabadlas en vuestros corazones al estar en casa, al ir por la calle, al acostaros, al levantaros; repetĂdselas a vuestros hijos. O que vuestra casa se derrumbe, la enfermedad os imposibilite, vuestros descendientes os vuelvan el rostro.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Los nĂşmeros primos son Ăştiles para crear cĂłdigos y en Estados Unidos los consideran Material Militar y si descubres uno de más de 100 dĂgitos tienes que decĂrselo a la CIA y te lo compran por 10.000 dĂłlares. Pero no serĂa una forma demasiado buena de ganarse la vida.
”
”
Mark Haddon (El curioso incidente del perro a medianoche)
“
El Kapo les preguntará quĂ© han hecho de la camisa; es una pura pregunta retĂłrica, una formalidad Ăştil tan sĂłlo para entrar en materia. Le responderán que la camisa se la han robado en el lavadero; tambiĂ©n es de rigor esta respuesta, y no pretende ser creĂda; en realidad, hasta las piedras del Lager saben que en noventa y nueve veces de cada ciento quien no tiene camisa la ha vendido por hambre, y que además se es responsable de la camisa porque pertenece al Lager. Entonces, el Kapo lo golpeará, le será asignada otra camisa, y antes o despuĂ©s todo volverá a empezar.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
todos abogados, mĂ©dicos, eran más de cien y ya no son más que cuarenta, son los que no saben trabajar y se dejan robar el pan y reciben bofetadas de la mañana a la noche, los alemanes los llaman zwei linke Hände («dos manos izquierdas»), y hasta los judĂos polacos los desprecian porque no saben hablar yiddish.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Yo pensaba que la vida era bella afuera, y que todavĂa iba a ser bella, y habrĂa sido verdaderamente una lástima dejarnos hundir ahora. DespertĂ© a los enfermos que estaban adormilados y, cuando estuve seguro de que todos escuchaban, les dije, primero en francĂ©s, en mi mejor alemán despuĂ©s, que ahora todos debĂamos pensar en volver a casa y que, en lo que de nosotros dependĂa, era preciso hacer algo y evitar algunas cosas. Que cada uno conservase cuidadosamente su escudilla y su cuchara; que ninguno le ofreciese a otro la sopa que eventualmente le sobrase; que nadie se bajase de la cama más que para ir a la letrina; quien necesitase algĂşn servicio, que no se dirigiese más que a nosotros tres; Arthur estaba especialmente encargado de cuidarse de la disciplina y de la higiene y debĂa recordar que era mejor dejar las escudillas y las cucharas sucias que lavarlas con el peligro de cambiar la de un diftĂ©rico por la de un tifoso.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
La explicación es sencilla, aunque revuelva el estómago: en este lugar está prohibido todo, no por ninguna razón oculta sino porque el campo se ha creado para ese propósito. Si queremos seguir viviendo tenemos que aprenderlo rápidamente: El Santo Rostro no se halla aquà expuesto ni esto es baño en el Serquio...
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
En la historia y en la vida, parece a veces discernirse una ley feroz que reza: «A quien tiene, le será dado; a quien no tiene, le será quitado». En el Lager, donde el hombre está solo y la lucha por la vida se reduce a su mecanismo primordial, esta ley inicua está abiertamente en vigor, es reconocida por todos.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
demasiado joven, que te obsesiona con sus peticiones de ayuda, o con su simple «estar», que ya en sĂ es una sĂşplica, es una constante de la vida en el Lager. La necesidad de solidaridad, de una voz humana, de un consejo, incluso sĂłlo de alguien que escuchase, era permanente y universal, pero se satisfacĂa raramente.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
de terror polĂtico, luego fábricas de muerte y, sucesivamente (o al mismo tiempo), una ilimitada reserva de mano de obra esclava continuamente renovada, los Lager se habĂan hecho peligrosos para la Alemania moribunda, porque guardaban el secreto de ellos mismos, el mayor crimen cometido en la historia de la humanidad.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
en el agua sucia, y secarnos con la chaqueta. Debemos dar betĂşn a los zapatos no porque lo diga el reglamento sino por dignidad y por limpieza. Debemos andar derechos, sin arrastrar los zuecos, no ya en acatamiento de la disciplina prusiana sino para seguir vivos, para no empezar a morir. Estas cosas me dijo Steinlauf,
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
fue entonces cuando Towarowski (un francopolaco de veintitrĂ©s años, con tifus) propuso a los otros enfermos que cada uno de ellos nos diese una rebanada de pan a los tres que trabajábamos, y su proposiciĂłn fue aceptada. SĂłlo un dĂa antes un acontecimiento semejante habrĂa sido inconcebible. La ley del Lager decĂa: «Come tu pan y, si puedes, el de tu vecino», y no dejaba lugar a la gratitud. QuerĂa decir que el Lager habĂa muerto. Fue aquĂ©l el primer gesto humano que se produjo entre nosotros. Creo que se podrĂa fijar en aquel momento el principio del proceso mediante el cual nosotros, los que no estábamos muertos, de Häftlinge empezamos
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Por ello, este libro mĂo, por lo que se refiere a detalles atroces, no añade nada a lo ya sabido por los lectores de todo el mundo sobre el inquietante asunto de los campos de destrucciĂłn. No lo he escrito con intenciĂłn de formular nuevos cargos; sino más bien de proporcionar documentaciĂłn para un estudio sereno de algunos aspectos del alma humana.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
vivirĂ© menos, porque lavarse es un trabajo, un desperdicio de energĂa y calor. ÂżNo sabe Steinlauf que despuĂ©s de media hora cargando sacos de carbĂłn habrá desaparecido cualquier diferencia entre Ă©l y yo? Cuanto más lo pienso más me parece que lavarse la cara en nuestra situaciĂłn es un acto insulso, y hasta frĂvolo: una costumbre mecánica, o peor, una lĂşgubre repeticiĂłn de un rito extinguido. Vamos a morir todos, estamos a punto de morir: si me sobran diez minutos entre la diana y el trabajo quiero dedicarlos a otra cosa, a encerrarme en mĂ mismo, a echar cuentas o tal vez a mirar el reloj y a pensar que puede que lo estĂ© viendo por Ăşltima vez; o tambiĂ©n a dejarme vivir, a darme el lujo de un ocio minĂşsculo.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Durante la marcha hago todo lo que puedo por andar de prisa, pero no puedo sostener el paso; el Kapo designa a Null Achtzehn y a Finder para que me sostengan hasta que pasemos ante los SS y, por fin (por fortuna esta noche no se pasa lista), estoy en el barracĂłn y puedo arrojarme sobre la litera y respirar. Puede que sea el calor, puede que el cansancio de la marcha, pero
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Aunque no pensamos más que unos minutos al dĂa, y de una manera despegada y exterior, sabemos bien que vamos a acabar en la selecciĂłn. Yo sĂ© que no soy del paño de los que aguantan, soy demasiado culto, pienso todavĂa demasiado, me consumo con el trabajo. Y ahora sĂ© tambiĂ©n que me salvarĂ© si me convierto en especialista, y me convertirĂ© en especialista si supero un examen de quĂmica.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Porque en el Lager se pierde la costumbre de esperar, y tambiĂ©n la confianza en la propia razĂłn. En el Lager pensar es inĂştil, porque los acontecimientos se desarrollan las más de las veces de manera imprevisible; y es perjudicial, porque mantiene viva una sensibilidad que es fuente de dolor y que alguna prĂłvida ley natural embota cuando los sufrimientos exceden un lĂmite determinado.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Por esta misma razĂłn, para escribir este libro he usado el lenguaje mesurado y sobrio del testigo, no el lamentoso lenguaje de la vĂctima ni el iracundo lenguaje del vengador: pensĂ© que mi palabra resultarĂa tanto más creĂble cuanto más objetiva y menos apasionada fuese; sĂłlo asĂ el testigo en un juicio cumple su funciĂłn, que es la de preparar el terreno para el juez. Los jueces sois vosotros.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Esto es el infierno. Hoy, en nuestro tiempo, el infierno debe de ser asĂ, una sala grande y vacĂa y nosotros cansados teniendo que estar en pie, y hay un grifo que gotea y el agua no se puede beber, y esperamos algo realmente terrible y no sucede nada y sigue sin suceder nada. ÂżCĂłmo vamos a pensar? No se puede pensar ya, es como estar ya muertos. Algunos se sientan en el suelo. El tiempo transcurre gota a gota.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
claridad y precisiĂłn informativa, un despojamiento que tiene mucho de actitud moral. El horror no necesita ser enfatizado ni subrayado: la eficacia del relato de Primo Levi resiste precisamente en el contraste entre las experiencias infernales que cuenta y la limpidez pudorosa de su escritura. El modelo de La tregua, en cambio, parecen ser las novelas picarescas de la tradiciĂłn centroeuropea, las aventuras y viajes del soldado Schweijk:
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Además de los ya nombrados, son innumerables los artĂculos disponibles en la Buna que pueden ser Ăştiles en el Block, ser agradecidos por el Blockältester, o suscitar el interĂ©s o la curiosidad de los prominentes. Bombillas, cepillos, jabĂłn corriente o de barba, limas, pinzas, sacos, clavos; se despacha el alcohol metĂlico, bueno para hacer bebidas, y la bencina, buena para encendedores, prodigios de la industria secreta de los artesanos del Lager.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
En este Ka-Be, parĂ©ntesis de relativa paz, hemos aprendido que nuestra personalidad es frágil, que está mucho más en peligro que nuestra vida; y que los sabios antiguos, en lugar de advertirnos «acordaos de que tenĂ©is que morir» mejor habrĂan hecho en recordarnos este peligro mayor que nos amenaza. Si desde el interior del campo algĂşn mensaje hubiese podido dirigirse a los hombres libres habrĂa sido Ă©ste: no hagáis nunca lo que nos están haciendo aquĂ.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Antonio JosĂ© BolĂvar Proaño si tolse la dentiera, l'avvolse nel fazzoletto e senza smettere di maledire il gringo primo artefice della tragedia, il sindaco, i cercatori d'oro, tutti coloro che corrompevano la verginitĂ della sua amazzonia, taglio con un colpo di machete un ramo robusto e si avvio verso El Idilio, verso la sua capanna, e verso i suoi romanzi che parlavano d'amore con parole così belle che a volte gli facevano dimenticare la barbarie umana.
”
”
Luis SepĂşlveda (The Old Man Who Read Love Stories)
“
distribuir entre los mejores trabajadores. Tal distribuciĂłn se hace irregularmente, con gran parsimonia y evidente iniquidad, de modo que la mayor parte de los bonos terminan, directamente o por abuso de autoridad, en manos de los Kapos y de los prominentes; sin embargo, los bonos-premio de la Buna circulan en el mercado del Lager a guisa de moneda, y su valor varĂa en estricta obediencia a las leyes de la economĂa clásica. Ha habido perĂodos en los que se ha
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
conferido. Cuando le sea confiado el mando de una cuadrilla de desgraciados, con derecho de vida y muerte sobre ellos, será cruel y tiránico porque entenderá que si no lo fuese bastante, otro, considerado más idĂłneo, ocuparĂa su puesto. Sucederá además que su capacidad de odiar, que se mantenĂa viva en direcciĂłn a sus opresores, se volverá, irracionalmente, contra los oprimidos, y se sentirá satisfecho cuando haya descargado en sus subordinados la ofensa recibida de los de arriba.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Cuando suena esta música sabemos que nuestros compañeros, afuera en la niebla, salen en formación, como autómatas; tienen las almas muertas y la música los empuja, como el viento a las hojas secas, y es un sustituto de su voluntad. La voluntad ya no existe: cada latido se convierte en un paso, en una contracción refleja de los músculos deshechos. Los alemanes lo han conseguido. Son diez mil y son sólo una máquina gris: están determinados exactamente; no piensan y no quieren, andan.
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
ÂżEstá justificado este silencio? ÂżDebemos tolerarlo, nosotros los supervivientes? ÂżDeben tolerarlo aquellos que, petrificados por el miedo y la repugnancia, asistieron, entre golpes, maldiciones y gritos inhumanos, a la salida de los vagones sellados, y, años mas tarde, al regreso de los escasĂsimos supervivientes, con el cuerpo y el espĂritu quebrados? Âżes justo que se considere agotada la tarea de aportar testimonio, que entonces se sintiĂł como una necesidad y como un deber impelente?
”
”
Primo Levi (Assim Foi Auschwitz)
“
El equipamiento de los prisioneros de Monowitz en la temporada invernal estaba compuesto por una chaqueta, un par de pantalones, un gorro y un abrigo de paño a rayas; una camisa, un par de calzoncillos de tela y un par de trapos para los pies; un jersey y un par de botas con suela de madera. Era evidente que muchos de los trapos para los pies y de los calzoncillos habĂan sido confeccionados con algĂşn taled - el manto sagrado con el que los judĂos acostumbraban a taparse durante las oraciones -
”
”
Primo Levi (Assim Foi Auschwitz)
“
con un cadáver. Quien ha esperado que su vecino terminase de morir para quitarle un cuarto de pan, está, aunque no sea culpa suya, más lejos del hombre pensante que el más zafio pigmeo y el sádico más atroz. Parte de nuestra existencia reside en las almas de quien se nos aproxima: he aquĂ por quĂ© es no humana la experiencia de quien ha vivido dĂas en que el hombre ha sido una cosa para el hombre. Nosotros tres fuimos en gran parte inmunes, y nos debemos por ello mutua gratitud; es por lo que mi
”
”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
OcurrĂa por entonces que la constataciĂłn de la muerte se efectuaba mediante un singular sistema: los encargados eran dos individuos, ninguno de ellos mĂ©dico, que, armados con vergajos, se dedicaban a apalear durante unos minutos al cáido. Si este no reaccionaba con movimiento alguno, se le daba por muerto y su cuerpo era transportado inmediatamente al crematorio; si por el contrario, se movĂa, eso querĂa decir que no estaba muerto, y por lo tanto, se le obligaba a reanudar el trabajo interrumpido.
”
”
Primo Levi (Assim Foi Auschwitz)
“
El funcionamiento de las cámaras de gas y de los crematorios anexos corrĂa a cargo de un comando especial, que trabajaba dĂa y noche en dos turnos. Los miembros de este comando vivĂan aislados, cuidadosamente segregados de todo contacto con otros presos o con el mundo exterior. Sus ropas desprendĂan un olor nauseabundo; estaban siempre muy sucios y tenĂan un aspecto absolutamente salvaje, como de autĂ©nticas bestias feroces. Eran escogidos entre los peores criminales condenados por graves delitos de sangre.
”
”
Primo Levi (Assim Foi Auschwitz)
“
Hemos aprendido que todo es Ăştil; el hilo de alambre para atarse los zapatos; los harapos para convertirlos en plantillas para los pies; los papeles, para rellenar (ilegalmente) la chaqueta y protegerse del frĂo. Hemos aprendido que en cualquier parte pueden robarte, o mejor, que te roban automáticamente en cuanto te falla la atenciĂłn; y para evitarlo hemos tenido que aprender el arte de dormir con la cabeza sobre un lĂo hecho con la chaqueta que contiene todo cuanto poseemos, de la escudilla a los zapatos.
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”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Pero es preciso salir del encantamiento, oĂr la mĂşsica fuera como ocurrĂa en el Ka-Be o como la recordamos ahora, luego de la liberaciĂłn y el renacimiento, sin obedecerla, sin sufrirla, para comprender lo que era; para comprender por quĂ© calculada razĂłn los alemanes habĂan creado este mito monstruoso y por quĂ©, todavĂa hoy, cuando la memoria nos restituye alguna de aquellas inocentes canciones, se nos hiela la sangre en las venas y nos damos cuenta de que haber vuelto de Auschwitz no ha sido suerte pequeña.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Por la rápida descripción que hemos hecho de las modalidades de vida en el campo de concentración de Monowitz podemos deducir con facilidad cualés eran las enfermedades más frecuentes que aquejaban a los presos y sus causas. Pueden clasificarse en los siguientes grupos:
1) Enfermedades distrĂłficas;
2) Enfermedades del tracto gastrointestinal;
3) Enfermedades respiratorias;
4) Enfermedades infecciosas generales y cutáneas;
5) Enfermedades abordables quirĂşrgicamente;
6) Enfermedades relacionadas con el trabajo.
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”
Primo Levi (Assim Foi Auschwitz)
“
Pero ahora mi idea es que todo esto es un gran montaje para reĂrse de nosotros y vilipendiarnos, y está claro que luego van a matarnos, quien crea que va a vivir está loco, quiero decir que se ha vuelto loco, yo no, yo me he dado cuenta de que pronto habremos terminado, tal vez en esta misma sala, cuando se hayan aburrido de vernos desnudos dando saltos primero con un pie y luego con el otro y tratando de sentarnos en el suelo de vez en cuando, pero en el suelo hay tres dedos de agua frĂa y no podemos sentarnos.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
No puede estar claro, padre, porque no tiene sentido, porque es estĂşpido decirlo, estĂşpido pensarlo, porque no lo puedes evitar, nadie puede evitarlo a no ser que los matĂ©is a todos, a todos sus hijos, a todos sus nietos, a tus hermanos, y a tus primos, y a tus sobrinos, y a los de madre. Eso tendrĂais que hacer, matar a tanta gente que sus cadáveres lo cubrieran todo, lo pudrieran todo, y en España no se pudiera respirar, nadie podrĂa volver a andar por las calles ni a cultivar los campos, y cuando las aguas de los rĂos tiñeran el mar de rojo, y sĂłlo entonces, por fin estarĂa claro, pero de momento aquĂ estamos todos, ellos y nosotros, de momento, aquĂ vivimos todos, ellos y nosotros, aquĂ vives tĂş y aquĂ vivo yo, que ya no sĂ© de quiĂ©n soy, pero sĂ© que harĂ© lo que me parezca, lo que yo crea que tengo que hacer, porque Elena no tiene la culpa de nada, porque yo no tengo la culpa de nada y bastante he hecho cargando con la tuya, con haber renunciado a mirarte a los ojos y decirte que sĂ© que eres un asesino, para que tĂş ahora conviertas una docena de churros en un delito
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Almudena Grandes (El lector de Julio Verne (Episodios de una guerra interminable #2))
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No entendemos que la manera de respetar a la mujer consista en sustraerla a su magnifico destino y entregarla a funciones varoniles. A mà siempre me ha dado tristeza ver a la mujer en ejercicios de hombre, toda afanada y desquiciada en una rivalidad donde lleva entre la morbosa complacencia de los competidores masculinos– todas las de perder. El verdadero feminismo no debiera consistir en querer para las mujeres las funciones que hoy se estiman superiores, sino en rodear cada vez de mayor dignidad humana y social a las funciones femeninas.
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José Antonio Primo de Rivera (Obras Completas de Jose Antonio Primo de Rivera)
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(Keitaro) tambiĂ©n los observaba a ambos directamente, pero nunca vio nada que fuera más allá de una simple relaciĂłn de primos. Sin embargo, en algĂşn rincĂłn de su mente predominaba su primera imagen de ellos dos como pareja. Para Keitaro, un hombre joven soltero y una mujer joven sin un brazo masculino al que aferrarse constituĂan una especie de deformidad, un desajuste respecto a la naturaleza misma. El vĂnculo que unĂa a Sunaga y a Chiyoko nacĂa de su propia percepciĂłn, de una exigencia moral de solucionar lo antes posible ese desajuste del estado natural de las cosas.
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Natsume SĹŤseki (To the Spring Equinox and Beyond)
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Los campos de exterminio fueron, además de lugares de suplicio y de muerte, lugares de perdición. jamás la conciencia humana fue violada, herida, distorsionada como en esos campos: en ningún lugar se produjo de forma mas contundente una demostración de lo que antes mencionaba, la prueba de lo tenue y lábil que es toda conciencia, de lo fácil que resulta subvertila y sumergirla. No es extraño que un filósofo, Jaspers, y un poeta, Thomas Mann, hayan renunciado a explicar el hitlerismo en clave racional, y hayan hablado, literalmente, de "dämonishe Mächte", de poderes demoniacos.
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Primo Levi (Assim Foi Auschwitz)
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Durante aquel dĂa nos contentamos tambiĂ©n con patatas hervidas y rodajas de nabo asado en la estufa, pero para el dĂa siguiente Arthur nos prometiĂł importantes innovaciones. Por la tarde, fui al ex ambulatorio en busca de algo Ăştil. Se me habĂan adelantado: todo estaba estropeado por saqueadores inexpertos. Ni una botella entera; en el suelo, una capa de pingajos, estiĂ©rcol y material de enfermerĂa, un cadáver desnudo y retorcido. Pero he aquĂ algo que se les habĂa escapado a mis predecesores: una baterĂa de camiĂłn. ToquĂ© los polos con el cuchillo: una chispita. Estaba cargada.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
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Me corresponde a mĂ, finalmente, correr el velo de la incertidumbre y señalar lo que en el auditorio ni sus amigos, ni sus primos, ni sus maestros ni sus exnovias ni casi nadie sabe: que ese muchacho que tuvo amigos y fue amado y se enamorĂł y estudiĂł con ahĂnco y pintĂł y dibujĂł con pasiĂłn, ese que a veces se veĂa alegre y bailaba y viajaba cada vez que podĂa, cargĂł durante ocho años con una aterradora enfermedad mental que convirtiĂł sus dĂas en una batalla dolorosa y sin tregua, a la que Ă©l le sumĂł el esfuerzo desmesurado de parecer un ser corriente, sano como cualquiera de nosotros
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Piedad Bonnett (Lo que no tiene nombre)
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A un centenar de metros está el Block 23; encima está escrito Schonungsblock: ÂżquĂ© querrá decir? Dentro, me quitan la capa y las sandalias y una vez más me encuentro desnudo y el Ăşltimo en una cola de esqueletos desnudos: los hospitalizados de hoy. Hace tiempo que he dejado de intentar entender. Por lo que me toca estoy tan cansado de mantenerme sobre el pie herido que todavĂa no me han curado, tan hambriento y muerto de frĂo que nada me interesa ya. Éste puede ser muy bien el Ăşltimo dĂa de mi vida, y esta sala la cámara de gas de que todos hablan, ÂżquĂ© puedo hacer? Lo mejor es apoyarme en la pared, cerrar los ojos y esperar.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
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En esta clave adquieren sentido muchos detalles, desconcertante en caso contrario, de la tĂ©cnica empleada en los campos. Humillar, degradar, rebajar al hombre al nivel de sus vĂsceras. De ahĂ los viajes en vagones sellados, expresamente promiscuos, expresamente carentes de agua (no se trataba en este caso de razones econĂłmicas). De ahĂ la estrella amarilla en el pecho, la rapadura del pelo, incluso a las mujeres. De ahĂ el tatuaje, la ropa desmoñada, los zapatos que obligan a cojear. De ahĂ, y no resulta comprensible de otra manera, la tĂpica ceremonia, la predilecta, cotidiana, de las marchas a paso militar de los hombres de trapo delante de la orquesta, un visiĂłn grotesca más que trágica. A ellas asistĂan, ademas de los amos, unidades de las Juventudes Hitlerianas, chicos de 14 a 18 años, y es evidente cual habĂa de ser su impresiĂłn. ÂżSon estos, pues, los judios de los que tanto nos han hablado, los comunistas, los enemigos de nuestro paĂs? Pero si estos no son hombres, son marionetas, son animales: van sucios, harapientos, no se lavan, cuando se les golpea no se defienden, no se rebela; no piensan mas que en llenarse la barriga. Es justo hacer que trabajen hasta reventar, es justo matarlos. Es ridĂculo compararlos con nosotros, aplicarles nuestras leyes.
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Primo Levi (Assim Foi Auschwitz)
“
además de a sus personas amadas, se le quiten la casa, las costumbres, las ropas, todo, literalmente todo lo que posee: será un hombre vacĂo, reducido al sufrimiento y a la necesidad, falto de dignidad y de juicio, porque a quien lo ha perdido todo fácilmente le sucede perderse a sĂ mismo; hasta tal punto que se podrá decidir sin remordimiento su vida o su muerte prescindiendo de cualquier sentimiento de afinidad humana; en el caso más afortunado, apoyándose meramente en la valoraciĂłn de su utilidad. ComprenderĂ©is ahora el doble significado del tĂ©rmino «Campo de aniquilaciĂłn», y verĂ©is claramente lo que queremos decir con esta frase: yacer en el fondo.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
y estratificado; la zona «gris» de la que hablarĂ© más adelante, la de los prisioneros que en alguna medida —tal vez persiguiendo un objetivo válido— han colaborado con las autoridades, no era despreciable sino que constituĂa un fenĂłmeno de fundamental importancia para el historiador, el psicĂłlogo y el sociĂłlogo. No hay prisionero que no lo recuerde, y que no recuerde su estupor de entonces: las primeras amenazas, los primeros insultos, los primeros golpes no venĂan de las SS sino de los otros prisioneros, de «compañeros», de aquellos misteriosos personajes que, sin embargo, se vestĂan con la misma tĂşnica a rayas que ellos, los reciĂ©n llegados, acababan de ponerse.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
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que «todo extranjero es un enemigo». En la mayorĂa de los casos esta convicciĂłn yace en el fondo de las almas como una infecciĂłn latente; se manifiesta sĂłlo en actos intermitentes e incoordinados, y no está en el origen de un sistema de pensamiento. Pero cuando Ă©ste llega, cuando el dogma inexpresado se convierte en la premisa mayor de un silogismo, entonces, al final de la cadena está el Lager. Él es producto de un concepto del mundo llevado a sus Ăşltimas consecuencias con una coherencia rigurosa: mientras el concepto subsiste las consecuencias nos amenazan. La historia de los campos de destrucciĂłn deberĂa ser entendida por todos como una siniestra señal de peligro.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Pero éste era el sentido, que no he olvidado después ni olvidé entonces: que precisamente porque el Lager es una gran máquina para convertirnos en animales, nosotros no debemos convertirnos en animales; que aun en este sitio se puede sobrevivir, y por ello se debe querer sobrevivir, para contarlo, para dar testimonio; y que para vivir es importante esforzarse por salvar al menos el esqueleto, la armazón, la forma de la civilización. Que somos esclavos, sin ningún derecho, expuestos a cualquier ataque, abocados a una muerte segura, pero que nos ha quedado una facultad y debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la última: la facultad de negar nuestro consentimiento.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Esta carencia de visiĂłn general ha condicionado los testimonios, orales o escritos, de los prisioneros «normales», de los no privilegiados, es decir, de aquellos que constituĂan el nervio de los campos y escaparon de la muerte sĂłlo gracias a una combinaciĂłn de sucesos fortuitos. Eran mayorĂa en el Lager, pero una minorĂa exigua entre los sobrevivientes: entre ellos son mucho más numerosos los que en la prisiĂłn gozaron de algĂşn privilegio. Al cabo de los años, hoy se puede afirmar que la historia de los Lager ha sido escrita casi exclusivamente por quienes, como yo, no han llegado hasta el fondo. Quien lo ha hecho no ha vuelto, o su capacidad de observaciĂłn estuvo paralizada por el sufrimiento y la incomprensiĂłn.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Per me si va ne la cittĂ dolente,
per me si va ne l'etterno dolore,
per me si va tra lá perdura gente.
Giustizia mosse il mio alto fattore;
fecemi la divina podestate,
la somma sapïenza e'l primo amoré.
Dinanzi a me bom fuor cose create
se non etterne, e io etterna duro.
Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate.
Queste parole di colore escuro
vid'io scritte al sommo d'una porta;
per ch'io: 'Maestro, il senso lor m'è duro'.
Ed elli a me, come persona accorta:
'Qui si convien lasciare ogne sospetto;
ogne viltĂ convien che qui sia morta.
Noi siam venuti al loco ov' i' t'ho dentro
che tu vedrai le genti dolorosa
c'hanno perduto il ben de l'intelletto.
E poi che la sua mano a la mia puose
com lieto volto, ond'io mi confortai,
mi mise dentro a le segrete cose.
”
”
Dante Alighieri (Dante: Inferno)
“
Es extraño, de alguna manera se tiene siempre la impresiĂłn de tener suerte, de que cualquier circunstancia, tal vez infinitesimal, nos sujeta junto al abismo de la desesperaciĂłn y nos permite vivir. Llueve, pero no sopla el viento. O tal vez llueve y sopla el viento: pero sabes que esta tarde te toca a ti el suplemento de potaje y, entonces, tambiĂ©n hoy encuentras fuerzas para superar la tarde. O incluso tienes lluvia, viento y el hambre cotidiana, y entonces piensas que si no te quedase otro remedio, si no sintieses en el corazĂłn más que sufrimiento y tedio, como a veces sucede, que te parece en verdad yacer en el fondo, pues bien, aun entonces pensamos que si queremos, en cualquier momento, siempre podemos llegarnos hasta la alambrada elĂ©ctrica y tocarla o arrojarnos bajo los trenes que maniobran, y entonces dejarĂa de llover.
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”
Primo Levi
“
homosexuales atractivos, los amigos y paisanos de alguna autoridad del campo; además de individuos particularmente crueles, vigorosos e inhumanos, instalados (a consecuencia de la investidura por parte del comando de los SS, que en tal selecciĂłn demostraban poseer un satánico conocimiento de la humanidad) en los cargos de Kapo, de Blockältester u otros: y, en fin, los que, aunque sin desempeñar funciones especiales, siempre habĂan logrado, gracias a su astucia y energĂa, organizarse con Ă©xito, obteniendo asĂ, además de ventaja material y reputaciĂłn, la indulgencia y estima de los poderosos del campo. Quien no sabe convertirse en un Organisator, Kombinator, Prominent (¡atroz elocuencia de los tĂ©rminos!) termina pronto en «musulmán». Un tercer camino hay en la vida, donde es más bien la norma; no lo hay en el campo de concentraciĂłn.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Es una suerte que hoy no sople el viento. Es extraño, de alguna manera se tiene siempre la impresiĂłn de tener suerte, de que cualquier circunstancia, tal vez infinitesimal, nos sujeta junto al abismo de la desesperaciĂłn y nos permite vivir. Llueve, pero no sopla el viento. O tal vez llueve y sopla el viento: pero sabes que esta tarde te toca a ti el suplemento de potaje y, entonces, tambiĂ©n hoy encuentras fuerzas para superar la tarde. O incluso tienes lluvia, viento y el hambre cotidiana, y entonces piensas que si no te quedase otro remedio, si no sintieses en el corazĂłn más que sufrimiento y tedio, como a veces sucede, que te parece en verdad yacer en el fondo, pues bien, aun entonces pensamos que si queremos, en cualquier momento, siempre podemos llegarnos hasta la alambrada elĂ©ctrica y tocarla o arrojarnos bajo los trenes que maniobran, y entonces dejarĂa de llover.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
A mi modo de ver, ninguna de estas afirmaciones es falsa, pero hay que agregar otra para completar el cuadro: pese a las varias posibilidades de informarse, la mayor parte de los alemanes no sabĂa porque no querĂa saber o, aun más: porque querĂa no saber. Es cierto que el terrorismo de Estado es un arma muy fuerte a la que es muy difĂcil resistir, pero tambiĂ©n es cierto que el pueblo alemán, globalmente, ni siquiera intentĂł resistir. En la Alemania de Hitler se habĂa difundido una singular forma de urbanidad: quien sabĂa no hablaba, quien no sabĂa no preguntaba, quien preguntaba no obtenĂa respuesta. De esta manera el ciudadano alemán tĂpico conquistaba y defendĂa su ignorancia, que le parecĂa suficiente justificaciĂłn de su adhesiĂłn al nazismo: cerrando el pico, los ojos y las orejas, se construĂa la ilusiĂłn de no estar al corriente de nada, y por consiguiente de no ser cĂłmplice de todo lo que ocurrĂa ante su puerta.
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”
Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
hemos venido asistiendo, el sistema de campos de concentraciĂłn nazi continĂşa siendo un unicum, en cuanto a magnitud y calidad. En ningĂşn otro lugar o tiempo se ha asistido a un fenĂłmeno tan imprevisto y tan complejo: nunca han sido extinguidas tantas vidas humanas en tan poco tiempo ni con una combinaciĂłn tan lĂşcida de ingenio tecnolĂłgico, fanatismo y crueldad. Nadie absuelve a los conquistadores españoles de las matanzas perpetradas en AmĂ©rica durante todo el siglo XVI. Parece que causaron la muerte de por lo menos sesenta millones de indios; pero actuaban por su cuenta, sin instrucciones de su gobierno o en contra de ellas; y distribuyeron sus «crĂmenes», en realidad muy poco planificados, a lo largo de un arco de más de cien años; y colaboraron con ellos las epidemias que involuntariamente llevaron consigo. En resumen, Âżno habĂamos tratado de librarnos de todo ese horror dando por sentado que se trataba de «cosas de otros tiempos»?
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
“
Hurbinek no era nadie, un hijo de la muerte, un hijo de Auschwitz. ParecĂa tener unos tres años, nadie sabĂa nada de Ă©l, no sabĂa hablar y no tenĂa nombre: aquel curioso nombre de Hurbinek se lo habĂamos dado nosotros, puede que hubiera sido una de las mujeres que habĂa interpretado con aquellas sĂlabas alguno de los sonidos inarticulados que el pequeño emitĂa de vez en cuando. Estaba paralĂtico de medio cuerpo y tenĂa las piernas atrofiadas, delgadas como hilos; pero los ojos, perdidos en la cara triangular y hundida, asaeteaban atrozmente a los vivos, llenos de preguntas, de afirmaciones, del deseo de desencadenarse, de romper la tumba de su mutismo. La palabra que le faltaba y que nadie se habĂa preocupado de enseñarle, la necesidad de la palabra, apremiaba desde su mirada con una urgencia explosiva: era una mirada salvaje y humana a la vez, una mirada madura que nos juzgaba y que ninguno de nosotros se atrevĂa a afrontar, de tan cargada como estaba de fuerza y de dolor.
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz)
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ImagĂnate cĂłmo es esta vida cuando hace frĂo, cuando el suelo está cubierto de nieve y no encuentras nada que comer, y tienes que romper el hielo para que los caballos puedan beber. O cuando es pleno verano y la hierba está seca y no hay sombra para protegerse del sol.
—Bueno, eso no suena muy bien —admitĂ.
—O cuando hay comida solo para la mitad de la tribu, y tienes que pelearte con tus propios primos para ver quiĂ©n come ese dĂa —continuĂł Ă©l con una mirada sombrĂa—. Cuando se te ha quedado pequeño el abrigo y tienes que robar periĂłdicos para ponerte las hojas dentro de la camisa y no pasar tanto frĂo. Cuando robas una cartera y tu madre te da una paliza por haber sido torpe.
Su voz se habĂa vuelto muy grave, y yo no dije nada mientras continuaba hablando, casi consigo mismo.
—O cuando vienen los giorgios con sus perros y sus antorchas, vuelcan los vardos y tiran tu comida al fuego solo porque la ley se lo permite, y sus hijos te escupen y te insultan mientras sus madres sonrĂen. Eso es ser gitano
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Deanna Raybourn
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Tampoco hay que creer que el hombre es el más antiguo o el Ăşltimo de los amos de la tierra, o que esa combinaciĂłn de vida y sustancia discurre sola por el universo. Los Grandes Antiguos eran, los Grandes Antiguos son, y los Grandes Antiguos serán. No conocemos nada del espacio sino por intermedio de ellos. Caminan serenos y primordiales, sin dimensiones e invisibles para nosotros. Yog-Sothoth es la puerta. Yog-Sothoth es la llave y el guardián de la puerta. Pasado, presente y futuro, todo es uno en Yog-Sothoth. Él sabe por dĂłnde entraron los Grandes Antiguos en el pasado,y por dĂłnde volverán a irrumpir otra vez. Sabe dĂłnde Ellos han hollado los campos de la Tierra, dĂłnde los siguen hollando, y por quĂ© nadie puede contemplarlos mientras lo hacen. A veces el hombre puede saber que están cerca por Su olor, pero ningĂşn hombre puede conocer Su semblante, salvo en los rasgos de los hombres engendrados por Ellos,y los hay de muchos tipos, distinguiĂ©ndose en apariencia de la autĂ©ntica forma humana hasta la forma sin imagen ni sustancia que es la de Ellos. Caminan invisibles y hediondos en lugares solitarios donde las Palabras han sido pronunciadas y los Ritos han sido aullados en las Estaciones apropiadas. El viento gime con Sus voces, y la tierra murmura con Su voluntad. Abaten los bosques y destruyen ciudades, aunque ningĂşn bosque o ciudad advierte la mano que los aniquila. Kadath, en el páramo helado los ha conocido; pero, ÂżquĂ© hombre conoce a Kadath? El desierto helado del Sur y las islas sumergidas del ocĂ©ano conservan piedras donde puede verse Su sello, pero ÂżquiĂ©n ha visto la helada ciudad hundida o la torre sellada engalanada con algas y percebes? El Gran Cthulhu es Su primo, aunque apenas puede entreverlos dĂ©bilmente.¡Iä! ¡Shub-Niggurath! Por su olor inmundo Los conocerĂ©is. Su mano está en vuestras gargantas, aunque no Los veáis, y Su morada se encuentra en el umbral que custodiáis. Yog-Sothoth es la llave que abre la puerta, el lugar donde se reĂşnen las esferas. ahora el hombre reina donde Ellos reinaron antes; pronto Ellos reinarán donde el hombre reina ahora. DespuĂ©s del verano viene el invierno; despuĂ©s del invierno, el verano. Ellos esperan pacientes y poderosos, porque volverán a reinar aquĂ.
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”
H.P. Lovecraft
“
Cuando Adam Smith se sentaba a cenar, pensaba que si tenĂa la comida en la mesa no era porque les cayera bien al carnicero y al panadero, sino porque estos perseguĂan sus propios intereses por medio del comercio. Era, por tanto, el interĂ©s propio el que le servĂa la cena. Sin embargo, Âżera asĂ realmente? ÂżQuiĂ©n le preparaba, a la hora de la verdad, ese filete a Adam Smith? Adam Smith nunca se casĂł. El padre de la ciencia econĂłmica viviĂł la mayor parte de su vida con su madre,[13] que se encargaba de la casa mientras un primo gestionaba sus finanzas. Cuando Smith ocupĂł el puesto de director de aduanas en Edimburgo, su madre se mudĂł a vivir con Ă©l. Toda su vida se dedicĂł a cuidar de su hijo; a la hora de responder a la pregunta de cĂłmo llegamos a tener nuestra comida en la mesa, ella es la parte que Adam Smith pasĂł por alto. En la Ă©poca en la que Adam Smith escribiĂł sus teorĂas, para que el carnicero, el panadero y el cervecero pudieran ir a trabajar, era condiciĂłn sine qua non que sus esposas, madres o hermanas dedicaran hora tras hora y dĂa tras dĂa al cuidado de los niños, la limpieza del hogar, preparar la comida, lavar la ropa, servir de paño de lágrimas y discutir con los vecinos. Se mire por donde se mire, el mercado se basa siempre en otro tipo de economĂa. Una economĂa que rara vez tenemos en cuenta. La
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Katrine Marçal (ÂżQuiĂ©n le hacĂa la cena a Adam Smith?: Una historia de las mujeres y la economĂa)
“
Antonio
Olalla, me has dado indicio
que tienes de bronce el alma
y el blanco pecho de risco.
Mas allá entre tus reproches
y honestĂsimos desvĂos,
tal vez la esperanza muestra
la orilla de su vestido.
Abalánzase al señuelo
mi fe, que nunca ha podido,
ni menguar por no llamado,
ni crecer por escogido.
Si el amor es cortesĂa,
de la que tienes colijo
que el fin de mis esperanzas
ha de ser cual imagino.
Y si son servicios parte
de hacer un pecho benigno,
algunos de los que he hecho
fortalecen mi partido.
Porque si has mirado en ello,
más de una vez habrás visto
que me he vestido en los lunes
lo que me honraba el domingo.
Como el amor y la gala
andan un mesmo camino,
en todo tiempo a tus ojos
quise mostrarme polido.
Dejo el bailar por tu causa,
ni las mĂşsicas te pinto
que has escuchado a deshoras
y al canto del gallo primo.
No cuento las alabanzas
que de tu belleza he dicho;
que, aunque verdaderas, hacen
ser yo de algunas malquisto.
Teresa del Berrocal,
yo alabándote, me dijo:
\'\'Tal piensa que adora a un ángel,
y viene a adorar a un jimio;
merced a los muchos dijes
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y a los cabellos postizos,
y a hipĂłcritas hermosuras,
que engañan al Amor mismo\'\'.
DesmentĂla y enojĂłse;
volviĂł por ella su primo:
desafiĂłme, y ya sabes
lo que yo hice y él hizo.
No te quiero yo a montĂłn,
ni te pretendo y te sirvo
por lo de barraganĂa;
que más bueno es mi designio.
Coyundas tiene la Iglesia
que son lazadas de sirgo;
pon tĂş el cuello en la gamella;
verás como pongo el mĂo.
Donde no, desde aquĂ juro,
por el santo más bendito,
de no salir destas sierras
sino para capuchino.
”
”
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quixote)
“
<negar nuestro consentimiento>>
"Pero Steinlauf me hace callar. Ha terminado de lavarse, ahora se está secando con la chaqueta de tela que antes tenĂa enroscada entre las piernas y que luego va a ponerse, y sin interrumpir la operaciĂłn me da una lecciĂłn en toda regla.
He olvidado hoy, y lo siento, sus palabras directas y claras, las palabras del que fue el sargento Steinlauf del Ejército austro-húngaro, cruz de hierro en la guerra de 1914-1918. Lo siento porque tendré que traducir su italiano inseguro y su razonamiento sencillo de buen soldado a mi lenguaje de incrédulo. Pero éste era el sentido, que no he olvidado
después ni olvidé entonces: que precisamente porque el <> es una gran máquina para convertirnos en animales, nosotros no debemos convertirnos en animales; que aun en este sitio se puede sobrevivir, y por ello se debe querer sobrevivir, para contarlo, para dar testimonio; y que para vivir es importante esforzarse por salvar al menos el esqueleto, la armazón, la forma de la civilización. Que somos esclavos, sin ningún derecho, expuestos a cualquier ataque, abocados a una muerte segura, pero que nos ha quedado una facultad y debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la última: la facultad de
negar nuestro consentimiento. Debemos, por consiguiente, lavarnos la cara sin jabĂłn, en
el agua sucia, y secarnos con la chaqueta. Debemos dar betĂşn a los zapatos no porque lo diga el reglamento sino por dignidad y por limpieza. Debemos andar derechos, sin arrastrar los zuecos, no ya en acatamiento de la disciplina prusiana sino para seguir
vivos, para no empezar a morir.
Estas cosas me dijo Steinlauf, hombre de buena voluntad: cosas extrañas para mi oĂdo desacostumbrado, entendidas y aceptadas sĂłlo en parte, y mitigadas por una doctrina más fácil, dĂşctil y blanda, la que hace siglos que se respira más acá de los Alpes y segĂşn la cual, entre otras cosas, no hay vanidad mayor que esforzarse en tragarse enteros los sistemas morales elaborados por los demás, bajo otros cielos. No, la prudencia y la virtud de Steinlauf, ciertam ente buenas para Ă©l, no me bastan. Frente a
este complicado mundo inferior mis ideas es tán confusas: ¿será realmente necesario establecer un sistema y practicarlo? ¿No será más saludable tomar conciencia de no tener sistema?
”
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Primo Levi (TrilogĂa de Auschwitz: Si esto es un hombre / La tregua / Los hundidos y los salvados)