El Primo Quotes

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Mi estúpido primo no tenía idea de lo que me estaba pidiendo, me estaba encaminando al infierno, quizás disfrutara el camino.
Abbi Glines (The Vincent Boys (The Vincent Boys, #1))
—Yo solo quiero tomar contigo el primer café de la mañana, me basta con eso. Pero tiene que ser cada mañana, durante el resto de nuestra vida.
Diego Galdino (Il primo caffè del mattino)
​Per me si va ne la città dolente, Per me si va ne l'etterno dolore, Per me si va tra la perduta gente. Giustizia mosse il mio alto fattore: Fecemi la divina potestate La somma sapienza e'l primo amore Dinanzi a me non fuor cose create se non etterne, e io etterno duro. Lasciate ogni speranza, voi ch'intrate.
Dante Alighieri (The Divine Comedy: Inferno - Purgatorio - Paradiso)
Desde chicas nos enseñaban que no debíamos hablar con extraños y que debíamos cuidarnos del Sátiro. El Sátiro era una entidad tan mágica como, en los primeros años de la infancia, la Solapa o el Viejo de la Bolsa. Era el que podía violarte si andabas sola a deshora o si te aventurabas por sitios desolados. El que podía aparecer de golpe y arrastrarte hasta alguna obra en construcción. Nunca nos dijeron que podía violarte tu marido, tu papá, tu hermano, tu primo, tu vecino, tu abuelo, tu maestro. Un varón en el que depositaras toda tu confianza.
Selva Almada (Chicas muertas)
Los abrazos son el primo pobre de las caricias, cuando pocas veces algo reconforta más. El calor del cuerpo que te acoge, la presión de los miembros que encajan en tu cuerpo y que te viste, el olor de la persona a la que le cedes ese espacio tan tuyo. Un abrazo es, sin duda, un homenaje a la confianza.
Elísabet Benavent (Seremos recuerdos (Canciones y recuerdos, #2))
El ser derechista, como el ser izquierdista, supone siempre expulsar del alma la mitad de lo que hay que sentir
José Antonio Primo de Rivera
El gesto de uno de sus dedos podía provocar la destrucción del campo entero, aniquilar a millares de hombres; mientras la suma de todas nuestras energías y voluntades no habría bastado para prolongar ni un minuto la vida de uno solo de nosotros.
Primo Levi (Survival in Auschwitz)
no hay vanidad mayor que esforzarse en tragarse enteros los sistemas morales elaborados por los demás, bajo otros cielos.
Primo Levi (Sobreviviendo en Auschwitz - Si esto es el Hombre)
Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito. ¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.
Julio Cortázar
del hurto y del asalto a los cargos y con el monopolio de la Bolsa de los trueques, no debe hacer olvidar que su repugnancia por la brutalidad gratuita, su asombrosa conciencia de la subsistencia de una, cuando menos potencial, dignidad humana, hacían de los griegos del Lager el núcleo nacional más coherente y, bajo este punto de vista, el más civil.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Quien más quien menos, mis cuatro primos carnales se dedican a la filosofía. Leen libros, discuten entre ellos y son admirados a distancia por el resto de la familia,
Julio Cortázar (Historias de cronopios y de famas)
Yo creo que los números primos son como la vida. Son muy lógicos pero no hay manera de averiguar cómo funcionan, ni siquiera aunque te pasaras todo el tiempo pensando en ellos.
Anonymous
Me trató igual que siempre, como a un primo remoto (...) Al cabo de pocos minutos ya no me pareció tan envejecida como a primera vista, sino casi tan joven como en el recuerdo (...)
Gabriel García Márquez (Chronicle of a Death Foretold)
Después de aquella vez, mi padre respiraba conmigo cada vez que yo estaba al borde de la lágrima. Cuando me raspaba el codo, cuando mi primo me llamaba Oreo, cuando mi madre me decía que no podíamos tener un perrito, mi padre se sentaba y respiraba conmigo.
Taylor Jenkins Reid (The Seven Husbands of Evelyn Hugo)
Los números primos son útiles para crear códigos y en Estados Unidos los consideran Material Militar y si descubres uno de más de 100 dígitos tienes que decírselo a la CIA y te lo compran por 10.000 dólares. Pero no sería una forma demasiado buena de ganarse la vida.
Mark Haddon (El curioso incidente del perro a medianoche)
La diferencia principal consiste en su finalidad. Los Lager alemanes constituyen algo único en la no obstante sangrienta historia de la humanidad: al viejo fin de eliminar o aterrorizar al adversario político, unían un fin moderno y monstruoso, el de borrar del mundo pueblos y culturas enteros. A
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
A este hecho se le han buscado varias explicaciones pero por mi parte no propongo sino tres, que no se excluyen unas a otras. Primera: el suicidio es cosa humana y no de animales, es decir, es un acto meditado, una elección no instintiva, no natural; y en el Lager había pocas ocasiones de elegir, se vivía precisamente como los animales domesticados, que a veces se dejan morir pero que no se matan. Segunda: «había otras cosas en que pensar», como suele decirse. La jornada estaba completa: había que pensar en satisfacer el hambre, en sustraerse de algún modo al cansancio y al frío, en evitar los golpes; precisamente por la inminencia constante de la muerte faltaba tiempo para pensar en la muerte. La rudeza de la verdad resplandece en la anotación de Svevo
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Antonio José Bolívar Proaño si tolse la dentiera, l'avvolse nel fazzoletto e senza smettere di maledire il gringo primo artefice della tragedia, il sindaco, i cercatori d'oro, tutti coloro che corrompevano la verginità della sua amazzonia, taglio con un colpo di machete un ramo robusto e si avvio verso El Idilio, verso la sua capanna, e verso i suoi romanzi che parlavano d'amore con parole così belle che a volte gli facevano dimenticare la barbarie umana.
Luis Sepúlveda (The Old Man Who Read Love Stories)
Hurbinek, que tenía tres años y probablemente había nacido en Auschwitz, y nunca había visto un árbol; Hurbinek, que había luchado como un hombre, hasta el último suspiro, por conquistar su entrada en el mundo de los hombres, del cual un poder bestial lo había exiliado; Hurbinek, el sinnombre, cuyo minúsculo antebrazo había sido firmado con el tatuaje de Auschwitz; Hurbinek murió en los primeros días de marzo de 1945, libre pero no redimido. Nada queda de él: el testimonio de su existencia son estas palabras mías.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
No puede estar claro, padre, porque no tiene sentido, porque es estúpido decirlo, estúpido pensarlo, porque no lo puedes evitar, nadie puede evitarlo a no ser que los matéis a todos, a todos sus hijos, a todos sus nietos, a tus hermanos, y a tus primos, y a tus sobrinos, y a los de madre. Eso tendríais que hacer, matar a tanta gente que sus cadáveres lo cubrieran todo, lo pudrieran todo, y en España no se pudiera respirar, nadie podría volver a andar por las calles ni a cultivar los campos, y cuando las aguas de los ríos tiñeran el mar de rojo, y sólo entonces, por fin estaría claro, pero de momento aquí estamos todos, ellos y nosotros, de momento, aquí vivimos todos, ellos y nosotros, aquí vives tú y aquí vivo yo, que ya no sé de quién soy, pero sé que haré lo que me parezca, lo que yo crea que tengo que hacer, porque Elena no tiene la culpa de nada, porque yo no tengo la culpa de nada y bastante he hecho cargando con la tuya, con haber renunciado a mirarte a los ojos y decirte que sé que eres un asesino, para que tú ahora conviertas una docena de churros en un delito
Almudena Grandes (El lector de Julio Verne (Episodios de una guerra interminable #2))
No entendemos que la manera de respetar a la mujer consista en sustraerla a su magnifico destino y entregarla a funciones varoniles. A mí siempre me ha dado tristeza ver a la mujer en ejercicios de hombre, toda afanada y desquiciada en una rivalidad donde lleva entre la morbosa complacencia de los competidores masculinos– todas las de perder. El verdadero feminismo no debiera consistir en querer para las mujeres las funciones que hoy se estiman superiores, sino en rodear cada vez de mayor dignidad humana y social a las funciones femeninas.
José Antonio Primo de Rivera (Obras Completas de Jose Antonio Primo de Rivera)
El Kapo les preguntará qué han hecho de la camisa; es una pura pregunta retórica, una formalidad útil tan sólo para entrar en materia. Le responderán que la camisa se la han robado en el lavadero; también es de rigor esta respuesta, y no pretende ser creída; en realidad, hasta las piedras del Lager saben que en noventa y nueve veces de cada ciento quien no tiene camisa la ha vendido por hambre, y que además se es responsable de la camisa porque pertenece al Lager. Entonces, el Kapo lo golpeará, le será asignada otra camisa, y antes o después todo volverá a empezar.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
(Keitaro) también los observaba a ambos directamente, pero nunca vio nada que fuera más allá de una simple relación de primos. Sin embargo, en algún rincón de su mente predominaba su primera imagen de ellos dos como pareja. Para Keitaro, un hombre joven soltero y una mujer joven sin un brazo masculino al que aferrarse constituían una especie de deformidad, un desajuste respecto a la naturaleza misma. El vínculo que unía a Sunaga y a Chiyoko nacía de su propia percepción, de una exigencia moral de solucionar lo antes posible ese desajuste del estado natural de las cosas.
Natsume Sōseki (To the Spring Equinox and Beyond)
Me corresponde a mí, finalmente, correr el velo de la incertidumbre y señalar lo que en el auditorio ni sus amigos, ni sus primos, ni sus maestros ni sus exnovias ni casi nadie sabe: que ese muchacho que tuvo amigos y fue amado y se enamoró y estudió con ahínco y pintó y dibujó con pasión, ese que a veces se veía alegre y bailaba y viajaba cada vez que podía, cargó durante ocho años con una aterradora enfermedad mental que convirtió sus días en una batalla dolorosa y sin tregua, a la que él le sumó el esfuerzo desmesurado de parecer un ser corriente, sano como cualquiera de nosotros
Piedad Bonnett (Lo que no tiene nombre)
Per me si va ne la città dolente, per me si va ne l'etterno dolore, per me si va tra lá perdura gente. Giustizia mosse il mio alto fattore; fecemi la divina podestate, la somma sapïenza e'l primo amoré. Dinanzi a me bom fuor cose create se non etterne, e io etterna duro. Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate. Queste parole di colore escuro vid'io scritte al sommo d'una porta; per ch'io: 'Maestro, il senso lor m'è duro'. Ed elli a me, come persona accorta: 'Qui si convien lasciare ogne sospetto; ogne viltà convien che qui sia morta. Noi siam venuti al loco ov' i' t'ho dentro che tu vedrai le genti dolorosa c'hanno perduto il ben de l'intelletto. E poi che la sua mano a la mia puose com lieto volto, ond'io mi confortai, mi mise dentro a le segrete cose.
Dante Alighieri (Dante: Inferno)
Yo pensaba que la vida era bella afuera, y que todavía iba a ser bella, y habría sido verdaderamente una lástima dejarnos hundir ahora. Desperté a los enfermos que estaban adormilados y, cuando estuve seguro de que todos escuchaban, les dije, primero en francés, en mi mejor alemán después, que ahora todos debíamos pensar en volver a casa y que, en lo que de nosotros dependía, era preciso hacer algo y evitar algunas cosas. Que cada uno conservase cuidadosamente su escudilla y su cuchara; que ninguno le ofreciese a otro la sopa que eventualmente le sobrase; que nadie se bajase de la cama más que para ir a la letrina; quien necesitase algún servicio, que no se dirigiese más que a nosotros tres; Arthur estaba especialmente encargado de cuidarse de la disciplina y de la higiene y debía recordar que era mejor dejar las escudillas y las cucharas sucias que lavarlas con el peligro de cambiar la de un diftérico por la de un tifoso.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Imagínate cómo es esta vida cuando hace frío, cuando el suelo está cubierto de nieve y no encuentras nada que comer, y tienes que romper el hielo para que los caballos puedan beber. O cuando es pleno verano y la hierba está seca y no hay sombra para protegerse del sol. —Bueno, eso no suena muy bien —admití. —O cuando hay comida solo para la mitad de la tribu, y tienes que pelearte con tus propios primos para ver quién come ese día —continuó él con una mirada sombría—. Cuando se te ha quedado pequeño el abrigo y tienes que robar periódicos para ponerte las hojas dentro de la camisa y no pasar tanto frío. Cuando robas una cartera y tu madre te da una paliza por haber sido torpe. Su voz se había vuelto muy grave, y yo no dije nada mientras continuaba hablando, casi consigo mismo. —O cuando vienen los giorgios con sus perros y sus antorchas, vuelcan los vardos y tiran tu comida al fuego solo porque la ley se lo permite, y sus hijos te escupen y te insultan mientras sus madres sonríen. Eso es ser gitano
Deanna Raybourn
Tampoco hay que creer que el hombre es el más antiguo o el último de los amos de la tierra, o que esa combinación de vida y sustancia discurre sola por el universo. Los Grandes Antiguos eran, los Grandes Antiguos son, y los Grandes Antiguos serán. No conocemos nada del espacio sino por intermedio de ellos. Caminan serenos y primordiales, sin dimensiones e invisibles para nosotros. Yog-Sothoth es la puerta. Yog-Sothoth es la llave y el guardián de la puerta. Pasado, presente y futuro, todo es uno en Yog-Sothoth. Él sabe por dónde entraron los Grandes Antiguos en el pasado,y por dónde volverán a irrumpir otra vez. Sabe dónde Ellos han hollado los campos de la Tierra, dónde los siguen hollando, y por qué nadie puede contemplarlos mientras lo hacen. A veces el hombre puede saber que están cerca por Su olor, pero ningún hombre puede conocer Su semblante, salvo en los rasgos de los hombres engendrados por Ellos,y los hay de muchos tipos, distinguiéndose en apariencia de la auténtica forma humana hasta la forma sin imagen ni sustancia que es la de Ellos. Caminan invisibles y hediondos en lugares solitarios donde las Palabras han sido pronunciadas y los Ritos han sido aullados en las Estaciones apropiadas. El viento gime con Sus voces, y la tierra murmura con Su voluntad. Abaten los bosques y destruyen ciudades, aunque ningún bosque o ciudad advierte la mano que los aniquila. Kadath, en el páramo helado los ha conocido; pero, ¿qué hombre conoce a Kadath? El desierto helado del Sur y las islas sumergidas del océano conservan piedras donde puede verse Su sello, pero ¿quién ha visto la helada ciudad hundida o la torre sellada engalanada con algas y percebes? El Gran Cthulhu es Su primo, aunque apenas puede entreverlos débilmente.¡Iä! ¡Shub-Niggurath! Por su olor inmundo Los conoceréis. Su mano está en vuestras gargantas, aunque no Los veáis, y Su morada se encuentra en el umbral que custodiáis. Yog-Sothoth es la llave que abre la puerta, el lugar donde se reúnen las esferas. ahora el hombre reina donde Ellos reinaron antes; pronto Ellos reinarán donde el hombre reina ahora. Después del verano viene el invierno; después del invierno, el verano. Ellos esperan pacientes y poderosos, porque volverán a reinar aquí.
H.P. Lovecraft
En esta clave adquieren sentido muchos detalles, desconcertante en caso contrario, de la técnica empleada en los campos. Humillar, degradar, rebajar al hombre al nivel de sus vísceras. De ahí los viajes en vagones sellados, expresamente promiscuos, expresamente carentes de agua (no se trataba en este caso de razones económicas). De ahí la estrella amarilla en el pecho, la rapadura del pelo, incluso a las mujeres. De ahí el tatuaje, la ropa desmoñada, los zapatos que obligan a cojear. De ahí, y no resulta comprensible de otra manera, la típica ceremonia, la predilecta, cotidiana, de las marchas a paso militar de los hombres de trapo delante de la orquesta, un visión grotesca más que trágica. A ellas asistían, ademas de los amos, unidades de las Juventudes Hitlerianas, chicos de 14 a 18 años, y es evidente cual había de ser su impresión. ¿Son estos, pues, los judios de los que tanto nos han hablado, los comunistas, los enemigos de nuestro país? Pero si estos no son hombres, son marionetas, son animales: van sucios, harapientos, no se lavan, cuando se les golpea no se defienden, no se rebela; no piensan mas que en llenarse la barriga. Es justo hacer que trabajen hasta reventar, es justo matarlos. Es ridículo compararlos con nosotros, aplicarles nuestras leyes.
Primo Levi (Assim Foi Auschwitz)
Cuando Adam Smith se sentaba a cenar, pensaba que si tenía la comida en la mesa no era porque les cayera bien al carnicero y al panadero, sino porque estos perseguían sus propios intereses por medio del comercio. Era, por tanto, el interés propio el que le servía la cena. Sin embargo, ¿era así realmente? ¿Quién le preparaba, a la hora de la verdad, ese filete a Adam Smith? Adam Smith nunca se casó. El padre de la ciencia económica vivió la mayor parte de su vida con su madre,[13] que se encargaba de la casa mientras un primo gestionaba sus finanzas. Cuando Smith ocupó el puesto de director de aduanas en Edimburgo, su madre se mudó a vivir con él. Toda su vida se dedicó a cuidar de su hijo; a la hora de responder a la pregunta de cómo llegamos a tener nuestra comida en la mesa, ella es la parte que Adam Smith pasó por alto. En la época en la que Adam Smith escribió sus teorías, para que el carnicero, el panadero y el cervecero pudieran ir a trabajar, era condición sine qua non que sus esposas, madres o hermanas dedicaran hora tras hora y día tras día al cuidado de los niños, la limpieza del hogar, preparar la comida, lavar la ropa, servir de paño de lágrimas y discutir con los vecinos. Se mire por donde se mire, el mercado se basa siempre en otro tipo de economía. Una economía que rara vez tenemos en cuenta. La
Katrine Marçal (¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?: Una historia de las mujeres y la economía)
Antonio Olalla, me has dado indicio que tienes de bronce el alma y el blanco pecho de risco. Mas allá entre tus reproches y honestísimos desvíos, tal vez la esperanza muestra la orilla de su vestido. Abalánzase al señuelo mi fe, que nunca ha podido, ni menguar por no llamado, ni crecer por escogido. Si el amor es cortesía, de la que tienes colijo que el fin de mis esperanzas ha de ser cual imagino. Y si son servicios parte de hacer un pecho benigno, algunos de los que he hecho fortalecen mi partido. Porque si has mirado en ello, más de una vez habrás visto que me he vestido en los lunes lo que me honraba el domingo. Como el amor y la gala andan un mesmo camino, en todo tiempo a tus ojos quise mostrarme polido. Dejo el bailar por tu causa, ni las músicas te pinto que has escuchado a deshoras y al canto del gallo primo. No cuento las alabanzas que de tu belleza he dicho; que, aunque verdaderas, hacen ser yo de algunas malquisto. Teresa del Berrocal, yo alabándote, me dijo: \'\'Tal piensa que adora a un ángel, y viene a adorar a un jimio; merced a los muchos dijes 87 y a los cabellos postizos, y a hipócritas hermosuras, que engañan al Amor mismo\'\'. Desmentíla y enojóse; volvió por ella su primo: desafióme, y ya sabes lo que yo hice y él hizo. No te quiero yo a montón, ni te pretendo y te sirvo por lo de barraganía; que más bueno es mi designio. Coyundas tiene la Iglesia que son lazadas de sirgo; pon tú el cuello en la gamella; verás como pongo el mío. Donde no, desde aquí juro, por el santo más bendito, de no salir destas sierras sino para capuchino.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quixote)
Se dice que el valor y la locura son primos hermanos.
George R.R. Martin (A Clash of Kings (A Song of Ice and Fire, #2))
Y el último grupo lo formaban los habitantes de la Baja Macedonia, los cortesanos, los grandes nobles y barones de las ricas provincias del interior de Macedonia, hombres que poseían fincas del tamaño de pequeños países. Vestían a la griega y casi todos hablaban griego con fluidez, y estos sí eran capaces de decir cosas inteligentes sobre la obra de Platón. También eran tan o más duros que sus primos de las tierras altas, y sus deportes nacionales eran la caza del lobo y los regicidios.
Christian Cameron (El Dios de la guerra)
La ansiedad y el miedo son primos, pero no son idénticos. El miedo ve una amenaza. La ansiedad se la imagina.
Max Lucado (Ansiosos por nada: Menos preopupación, más paz (Spanish Edition))
El corazón de su primo latía con la misma impávida tranquilidad que los corazones de las montañas.
Federico Navarrete (El Códice Perdido)
«No puedes seguir flotando entre mundos para siempre, primo —pensó—. En algún momento tendrás que decidir cuál es tu sitio.» La vida era mucho más difícil, pero podía ser mucho más satisfactoria, cuando se reunía el valor para elegir.
Brandon Sanderson (Juramentada (El archivo de las tormentas, #3))
La España que Ramón había encontrado hervía a fuego lento, esperando que alguien pusiera leña seca para que las llamas subieran al cielo: era un país adolorido que pugnaba por sacudirse los lastres del pasado y las frustraciones del presente. El dictador Primo de Rivera acababa de dimitir, y los monárquicos y los republicanos habían desenvainado sus espadas. Los sindicatos, dominados por socialistas y anarquistas, habían multiplicado su fuerza, pero, en comparación con Francia, los comunistas todavía eran pocos y, como cabía esperar en un país casi feudal y horriblemente católico, mal vistos, frecuentemente perseguidos. La
Leonardo Padura (El hombre que amaba a los perros)
Aunque dos personas de la clase alta no se conocieran, podían pasarse media tarde enhebrando nombres de amigos comunes, parientes, concuñados y compañeros de colegio o de consejo de administración, cosa que venía a ser lo mismo, porque las relaciones empezaban en el parvulario y terminaban en la cúpula de las grandes empresas. Y así iba transmitiéndose el poder real de una generación a otra de primos y tíos verdaderos o falsos, mientras los demás mortales no pertenecientes a la familia daban vueltas como cometas por los confines”.
Rosa Montero (La carne)
Ay de quien sueña: el momento de conciencia que acompaña al despertar es el sufrimiento más agudo
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz: Si esto es un hombre / La tregua / Los hundidos y los salvados)
- Ministerio de magia 4/5 Midnight secrets, es una hermosa historia de romance y suspenso con el maldito hdp de uno de los protagonistas que pertenece al senado de los Estados Unidos. -Gringgots 5/5 La historia de Tana, Julian, Lucca y Tamara, es muy linda, tiene romance con un toque de misterio, Tana y Lucca, se hicieron millonarios con su trabajo, y Julian es parte de una familia adinerada. -Hogsmeade 5/5 Dangerous lover, la historia de Jack y Caroline, transcurre en Summerville, un pequeño pueblo de Washington, su trama tiene romance, misterio y mucha pasión entre los protagonistas. -Honeydukes 4/5 Secret santa, historia corta y muy empalagosa de navidad, Logan y Emma son muy dulces, tiernos y excelentes personas. -La madriguera 5/5 Poppy es una Bridgerton, esta acostumbrada a vivir rodeada de hermanos y primos, al ser secuestrada y estar rodeada de hombres en un barco pirata, no esta para nada asustada, como vuelve loco a Andrew, es muy divertido, -El caldero chorreante 3/5 My secret valentine baby, la historia de Archer y Mila, es rápida, un instalove lindo, pero no me termino de gustar al 100%, la historia transcurre en uno de los hoteles Valentine, del cual Archer es el dueño. -Azkaban 4/5 Punto de impacto, Russell investiga el crimen cometido a un adolescente, toda la trama de la historia transcurre con Russell tratando de saber si sus contactos con la policía tuvieron que ver o no con el crimen. -La casa de los gritos 5/5 Amigo imaginario, me resulto raro que unos niños de 7 años puedan sufrir todo lo que sufrieron Christopher y David, me gusto mucho el libro, pero demasiada fantasia para mi gusto. -Hogwarts 4/5 Hielo negro, me gusto la historia, no sabes quien es el bueno, y quien el malo, hasta mas de la mitad del libro, Britt no va a olvidar nunca sus ultimas vacaciones de la preparatoria.
NOT A BOOK
evacuar en público era angustioso o imposible; un trauma para el que nuestra civilización no nos prepara, una herida profunda en la dignidad humana, un atentado obsceno y lleno de malos presagios, pero también la señal de una perversidad deliberada y gratuita.
Primo Levi (Los hundidos y los salvados)
Nadie creyó jamás en España que el fascismo podría derribar el Estado en solitario. Sólo los marxistas concedían importancia al continuo crecimiento de los grupos de jóvenes que oponían su propia violencia a la violencia marxista. Nunca habrían pasado de ser un puñado de amigos si los errores acumulados por los republicanos y los marxistas no hubiesen favorecido su movimiento. En las elecciones de 1936 y a pesar de las numerosas candidaturas que habían presentado, siempre coligados con partidos de derecha, no consiguieron un solo escaño. Incluso perdieron el que ocupaba desde las Cortes constituyentes el Sr. Primo de Rivera, su jefe
Clara Campoamor (La revolución española vista por una republicana (España en armas nº 2) (Spanish Edition))
Lo que sí sabemos es que fue ateneísta. Mucho antes de que Primo de Rivera cerrara el Ateneo; mucho antes de que en la década de los treinta los extremistas pusieran el pie en sus salones; mucho antes de que los de la izquierda y los de la derecha destrozaran la convivencia nacional, el Ateneo era un oasis de libertad y de cultura, un punto de encuentro entre personas y mundos distintos aguijoneados por el hambre de saber y la sed de conocimientos.
Clara Campoamor (La revolución española vista por una republicana (España en armas nº 2) (Spanish Edition))
Mi religioso amigo me había dicho que yo había sobrevivido para que diese testimonio. Lo he hecho, lo mejor que he podido, y no habría podido dejar de hacerlo; y lo sigo haciendo, siempre que se me presenta la ocasión; pero pensar que este testimonio mío haya podido concederme por sí solo el privilegio de sobrevivir, y de vivir durante muchos años sin graves problemas, me inquieta, porque encuentro desproporcionado el resultado en relación con el privilegio.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por los bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.
Julio Cortázar (Bestiario)
Para mí siempre fue importante usar poleras con el nombre de las bandas que escuchaba, así como para mis papás y primos mayores lo importante era pertenecer a algún partido político del cual después renegarían. Al menos, una polera te la podías sacar sin culpa.
Daniel Hidalgo (Manual para robar en el supermercado)
Por ello, este libro mío, por lo que se refiere a detalles atroces, no añade nada a lo ya sabido por los lectores de todo el mundo sobre el inquietante asunto de los campos de destrucción. No lo he escrito con intención de formular nuevos cargos; sino más bien de proporcionar documentación para un estudio sereno de algunos aspectos del alma humana.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
que «todo extranjero es un enemigo». En la mayoría de los casos esta convicción yace en el fondo de las almas como una infección latente; se manifiesta sólo en actos intermitentes e incoordinados, y no está en el origen de un sistema de pensamiento. Pero cuando éste llega, cuando el dogma inexpresado se convierte en la premisa mayor de un silogismo, entonces, al final de la cadena está el Lager. Él es producto de un concepto del mundo llevado a sus últimas consecuencias con una coherencia rigurosa: mientras el concepto subsiste las consecuencias nos amenazan. La historia de los campos de destrucción debería ser entendida por todos como una siniestra señal de peligro.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
os encomiendo estas palabras. Grabadlas en vuestros corazones al estar en casa, al ir por la calle, al acostaros, al levantaros; repetídselas a vuestros hijos. O que vuestra casa se derrumbe, la enfermedad os imposibilite, vuestros descendientes os vuelvan el rostro.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Los primos no lo notan, pero The Great Yeibo sí, porque ese hombre está habituado a descubrir en los demás esos gestos fugaces, incontrolables, que acompañan el paso de los malos recuerdos por el alma, y adivina los puños de Ricardo, prietos, en los bolsillos del pantalón, esos puños tiemblan, y también el labio inferior.
Ana María Moix (Walter Por Que Te Fuiste)
Imparare a fare differenza tra il perché si fanno le cose e il perché si dice di farle è il primo passo per iniziare a conoscere sé stessi - Fermin
Carlos Ruiz Zafón (El laberinto de los espíritus (El cementerio de los libros olvidados, #4))
I giuramenti erano un po' come i cuori: rotto il primo, il resto era un gioco da ragazzi - Fernandito
Carlos Ruiz Zafón (El laberinto de los espíritus (El cementerio de los libros olvidados, #4))
En las comunidades ribereñas, primo, vecino, compadre, hermanito: son familia. Siempre hay alguien llegando o partiendo a otro pueblo a través del río. Y el pescado se comparte.
Lorena Salazar Masso (Esta herida llena de peces)
Erik intuye que estoy realmente triste porque hace tiempo que no hablamos de música, cerveza o libros: ahora estoy completamente despedida del mercado laboral y amoroso pero sigo yendo a verle mucho por los alrededores de la plaza del Networking, donde cada vez paso más tiempo. Ya formo parte de las estadísticas que confirman que cuatro de cada tres personas estamos en paro aunque casi nadie cobre la subvención de la Gornú, los números primos y tragicómicos que el Gobierno de la Gornú se esfuerza tanto por ocultar cuando reciben a la delegación de la ONU que viene a controlar mensualmente que no se esté cometiendo un genocidio en Barcelona. Mi núcleo familiar se compone de un único miembro: yo. He decidido tomármelo con calma, incluso, como una oportunidad. Conservaré mis extremidades, haré lo que necesite hacer cada día, llegaré hasta el Pacífico y luego improvisaré.
Ainhoa Rebolledo (Gornú (Tratado sobre las maravillas de la condición de desempleo))
Las páginas en blanco son blancas, y conviene llamarlas blancas; si el rey está desnudo, lo honesto es decir que está desnudo.
Primo Levy
Desde lo alto de nuestra época permisiva, los juicios (verdaderos procesos, en tribunales leales) contra Flaubert, Baudelaire, D.H. Lawrence, parecen irónicos y grotescos como el proceso a Galileo, de lo profundo que nos resulta hoy en día el desnivel entre quienes eran juzgados y quienes los juzgaban: los últimos amarrados a su tiempo, los primeros vivos para todo futuro imaginable
Primo Levy
Por lo demás hablarle al prójimo en una lengua que no puede entender puede ser un mal vicio de algunos revolucionarios, pero no es para nada un instrumento revolucionario: es, por el contrario, un antiguo artificio represivo, que todas las iglesias conocen, vicio típico de nuestra clase política, y fundamento de todos los imperios coloniales. Es una forma sutil de imponer el propio rango: cuando el padre Cristóforo dice “Omnia munda mundis” a fray Fazio, que no sabe latín, entonces este último, “al oír esas palabras llenas de un sentido misterioso, y proferidas con tanta seguridad...le pareció que en ellas debía estar contenida la solución de todas sus dudas. Se calmó, y dijo:—¡Basta! Usted sabe mucho más que yo.
Primo Levy
Ellos no querían hablar sobre la guerra, suponía él, querían hablar sobre sus tíos, sus primos, sus vecinos en aquellos pueblos que abandonaron hacía tanto tiempo; sobre cómo era el olor de la tierra en su hogar, el ruido de la lluvia al caer en ráfagas sobre las copas de los árboles, los colores chillones de la campiña en flor.
Daniel Alarcón (Radio Ciudad Perdida (Spanish Edition))
Lo cierto es que hay un enorme contraste entre el discurso político de los comunistas chinos y el de sus primos lejanos más retrógrados en el escenario político latinoamericano.
Andrés Oppenheimer (Cuentos chinos: El engaño de Washington, la mentira populista y la esperanza de América Latina)
Con desgano tomó el libro que le había dado para leer: un tratado sobre el origen de los encajes. Ella no era muy lectora, pero quería conformar a la anciana, que siempre la instaba a leer. Armada de paciencia, abrió la página señalada con una ramita de madreselva. “Los encajes —leyó— son maravillosos tejidos; el primer paso fue el llamado ‘cortado’, que se trabajaba cortando la tela entre los bordados. Luego vinieron los calados, que se trabajaban sacando de la trama ciertos hilos, sin conservar más que los precisos para sostener y unir entre sí los puntos del bordado...”. El encaje que tejía su tía era como la historia de los Osorio: los caprichosos calados le daban significado y el diseño más complejo se formaba con los hilos eliminados de la trama; cada tanto, el nudo con que se sostenía un punto suelto dejaba una cicatriz en el diseño. Cicatrices, pensó; cada pérdida familiar, por muerte o por ausencia, marcaba en la trama una cicatriz perdurable. Esta reflexión le despertó una fuerte nostalgia por la familia desmembrada: tíos, primos, hermanos... Recordó con un nudo en la garganta: ¡todos tan lejos! Muchos irrecuperables, algunos con el futuro enajenado. “Mi destino, en cambio, será corriente: me casaré, tendré hijos, cuidaré de mi padre y de mis tías. Seré de aquellos hilos que sostienen la malla”, pensó y un momento después, al emerger del sueño en que había caído, comprendió que la encajera, una vez desaparecida tía Francisca, sería Luz: depositaria de ambiguos misterios, guardiana de tragedias sin nombre. Cómo podría su prima mantener el encaje de la familia, si vivía a tanta distancia —cuando no en otro país—, fue algo que Laura no llegó a preguntarse. El libro se le escurrió de las manos, así que sopló la candela y se cubrió con las sábanas, feliz de descansar de sus obligaciones. Se durmió en la certeza de que siempre habría una mujer señalada para unir los puntos y sujetar la lazada que ========== 02 - El Tiempo De Laura Osorio (Cristina Bajo) - Tu nota en la página 22 | posición 336 | Añadido el viernes, 15 de mayo de 2015 14:15:32 En el proximo libro, tan esperado, es cuando Luz seguirá con el encaje a tanta distancia. Spoiler En Tiempos de Laura Osorio ==========
Anonymous
Mersenne en una carta de 1643 a Fermat le preguntó la insólita cuestión de cuál debía ser la razón entre el curioso numerito: 236 38 x 55 x 11 x 132 x 19 x 312 x 43 x 61 x 83 x 223 x 331 x 379 x 601 x 757 x 1.201 x 7.019 x 823.543 x 616.318.777 x 100.895.598.169 y la suma de los divisores propios de dicho monstruo. Fermat contestó que los divisores suman 6 veces el numerito de partida y que los factores primos del último multiplicando eran 112.203 y 899.423… y todo esto hecho con cálculo mental y manual. Aún hoy nadie se explica cómo tales cuestiones pudieron ser resueltas sin la tecnología adecuada. ==========
Anonymous
Dhjamal Mekhan Dooyeghas nunca había visto tantas sillas, pinzas para espaguetis y lámparas en toda su vida. Allí, al alcance de su mano, una profusión de objetos de todo tipo se apilaban delante de sus ojos asombrados. La mayoría no sabía para qué servían, pero eso no le importaba demasiado. Era la cantidad lo que le impresionaba. Una verdadera cueva de Alí Babá. Había cosas por todos lados. Si su primo hubiera estado allí con él, Dhjamal le hubiera dicho: «¡Mira eso! ¡Y esto otro! ¡Y eso de allí!»,
Romain Puértolas (El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea)
Carlos II, el nieto de Felipe III, era hijo de tío y sobrina, nieto de parientes próximos, biznieto de tío y sobrina y tataranieto de primos hermanos. No es, pues, de extrañar la degeneración de la raza.
Anonymous
las letras y los números primos se guardan como un tesoro.
Blanca Miosi (El Manuscrito 1. El secreto (El Manuscrito #1))
Para ti Hogwarts es el mejor sitio del mundo, traumatizado por su primo salvado por Hogwarts me lo se de memoria papá.... El pobre huerfano que nos salvó a todos. Así que en nombre de la comunidad mágica declaro lo agradecidos que estamos por tu heroísmo
Jack Thorne (Harry Potter and the Cursed Child: Parts One and Two (Harry Potter, #8))
- Andiamo al British Museum. Detto fatto. Per non perderci, ci demmo appuntamento a mezzogiorno in Mesopotamia. Non è una cosa da tutti i giorni poter fissare un appuntamento in un posto del genere. In quel tipo di edifici, apprezzo ancora di più l’insieme che il dettaglio. Mi piace passeggiare, senza altra logica che il mio piacere, dall’antico Egitto alle Galapagos passando per Sumer. Ingozzarmi di tutta l’assiriologia mi rimarrebbe sullo stomaco, mentre piluccare qualche carattere cuneiforme a mo’ di aperitivo, rune come antipasto, la stele di Rosetta come piatto principale e delle mani a negativo preistoriche come dessert manda in estasi le mie papille. Quello che non sopporto, nei musei, è il passo lento e solenne che le persone si credono obbligate in cuor loro ad adottare. Quanto a me, mi sposto con passo ginnico, abbracciando con lo sguardo vaste prospettive: che si tratti di archeologia o di pittura impressionista, ho notato i vantaggi di questo metodo. Il primo è evitare l’atroce effetto guida turistica: “Ammirate la bonarietà dello sceicco el-Beled: non vi sembra di averlo incrociato ieri al mercato?” oppure: “Una controversia oppone la Grecia e il Regno Unito a proposito del fregio del Partenone.” Il secondo è concomitante al primo: rende impossibili i commenti all’uscita dal museo. I Bouvard e Pécuchet moderni devono chiudere il becco. Il terzo vantaggio, e non il meno importante per quanto mi riguarda, è che impedisce l’insorgere del terribile mal di schiena museale. Intorno a mezzogiorno, mi resi conto di essermi persa. Affrontai un responsabile in questi termini: – Mesopotamia, please. – Third floor, turn to the left – mi venne risposto nel modo più semplice possibile. E questa è la dimostrazione che ci si sbaglia nel ritenere la Mesopotamia tanto inaccessibile.
Amélie Nothomb (Pétronille)
¡Pero claro! Ahora lo que nos falta es conseguir una guía de los ferrocarriles de España y, ya con eso, cuando lleguemos, ni tenemos que preguntar. Con este libraco y la guía hacemos lo que queremos sin equivocarnos en un solo paso.  —Chiquito, me parece mentira tanto sueño.  La señora Loayza reflexiona:  —¡Qué gran obra la de Primo de Rivera! Es inútil… los únicos que hacen algo bueno en el gobierno son los militares.
Roberto Arlt (EL AMOR BRUJO: Novela (Spanish Edition))
Las expertas en magia de mi entorno eran dos muchachas encantadoras, hermanas, Militza y Anastasia, Stana, de Montenegro, princesas por sangre y rusas por matrimonio. Cada una de ellas se habia casado con un primo de Nikki y e encontraba, como yo, algo desplazadas en la corte, y tambien igual que yo, al menos con el consuelo de una hermana próxima.
Espido Freire (Llamadme Alejandra)
Desde luego que tú pareces más el primo de Elton John o el hermano perdido de Mr. Bean.
Rose Gate (Avaricia (Kapital Sin, #4))
—Soy el único honorspren que ha venido —dijo Syl—. Yo... —Parecía estar esforzándose por recordar—. Estaba prohibido. Pero vine de todas formas. A buscarte. —¿Me conocías? —No. Aunque sabía que te encontraría. —Sonrió—. Estuve un tiempo con mis primos, buscando. —Los vientospren. —Sin el vínculo, soy básicamente uno de ellos —dijo—. Aunque ellos no tienen la capacidad de hacer lo que nosotros hacemos. Y lo que nosotros hacemos es importante. Tan importante que lo dejé todo, desafiando al Padre Tormenta, para venir. Tú lo viste. En la tormenta.
Brandon Sanderson (Palabras radiantes (El archivo de las tormentas, #2))
(Diseño, por cierto, solo hacía descuentos en porcentajes primos. Porque, en sus propias palabras, «Tengo mis principios». Aún no sé muy bien a qué se refería).
Brandon Sanderson (Yumi y el pintor de pesadillas)
doloroso cambio de campo lo protagonizó el sagaz duque de Orleans, primo del rey. Tras ello, y al ver que casi todos los diputados formaban parte de la Asamblea, el monarca instó a los que quedaban sin unirse a ella que lo hicieran, aceptando como mal menor la Asamblea única sin estamentos antes que una rebelión declarada.
Íñigo Bolinaga (Breve historia de la Revolución Francesa (Spanish Edition))
Es extraño, de alguna manera se tiene siempre la impresión de tener suerte, de que cualquier circunstancia, tal vez infinitesimal, nos sujeta junto al abismo de la desesperación y nos permite vivir. Llueve, pero no sopla el viento. O tal vez llueve y sopla el viento: pero sabes que esta tarde te toca a ti el suplemento de potaje y, entonces, también hoy encuentras fuerzas para superar la tarde. O incluso tienes lluvia, viento y el hambre cotidiana, y entonces piensas que si no te quedase otro remedio, si no sintieses en el corazón más que sufrimiento y tedio, como a veces sucede, que te parece en verdad yacer en el fondo, pues bien, aun entonces pensamos que si queremos, en cualquier momento, siempre podemos llegarnos hasta la alambrada eléctrica y tocarla o arrojarnos bajo los trenes que maniobran, y entonces dejaría de llover.
Primo Levi
El glucógeno es, en realidad, el primo del almidón: está compuesto por muchas moléculas de glucosa conectadas mano con mano.16Si el exceso de glucosa conservara su forma original, produciría estrés oxidativo y glicación. Pero en cuanto se transforma, ya no nos provoca daños.
Jessie Inchauspé (La revolución de la glucosa: Equilibra tus niveles de glucosa y cambiarás tu salud y tu vida)
Miguel le conto a su primo segundo que abajo, en el valle, cerca de Santander de Quilichao, habían encontrado dos cadáveres. Aquí la guerra no se acaba nunca, dijo, aqui la guerra sigue y sigue y sigue. Pero va no es igual opino Yeison, ya no son combates como los de antes. Ahora nos van matando de a uno por uno, van eligiendo día a día a quién matar. Ayer fue Fabio. Mañana quién sabe. Y como es natural, la gente ya no aguanta más. Los indios a avisaron que van a tapar la carretera. Se viene la minga con todo y hay que estar preparados.
Juan Cárdenas (Elástico de sombra)
El veterano machetero se dejó conducir hasta una casa, donde lo obligaron a recostarse en una cama, al pie de una mesita de noche donde un coro de velas blancas parecía cantar el encantamiento de un silencio benefactor: Ahora si que ya me morí, pensó Miguel. ¿No había un velorio esta noche? ¿Acaso no le había dicho eso su primo Yeison durante el desayuno? El muerto soy yo, pensó Miguel, que ni siquiera podía llorar en su media ausencia. Me mataron, se dijo, me mataron y no me di cuenta. A lo lejos se escuchaba una música de violines y tambores. La musica de los funerales negros.
Juan Cárdenas (Elástico de sombra)
<negar nuestro consentimiento>> "Pero Steinlauf me hace callar. Ha terminado de lavarse, ahora se está secando con la chaqueta de tela que antes tenía enroscada entre las piernas y que luego va a ponerse, y sin interrumpir la operación me da una lección en toda regla. He olvidado hoy, y lo siento, sus palabras directas y claras, las palabras del que fue el sargento Steinlauf del Ejército austro-húngaro, cruz de hierro en la guerra de 1914-1918. Lo siento porque tendré que traducir su italiano inseguro y su razonamiento sencillo de buen soldado a mi lenguaje de incrédulo. Pero éste era el sentido, que no he olvidado después ni olvidé entonces: que precisamente porque el <> es una gran máquina para convertirnos en animales, nosotros no debemos convertirnos en animales; que aun en este sitio se puede sobrevivir, y por ello se debe querer sobrevivir, para contarlo, para dar testimonio; y que para vivir es importante esforzarse por salvar al menos el esqueleto, la armazón, la forma de la civilización. Que somos esclavos, sin ningún derecho, expuestos a cualquier ataque, abocados a una muerte segura, pero que nos ha quedado una facultad y debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la última: la facultad de negar nuestro consentimiento. Debemos, por consiguiente, lavarnos la cara sin jabón, en el agua sucia, y secarnos con la chaqueta. Debemos dar betún a los zapatos no porque lo diga el reglamento sino por dignidad y por limpieza. Debemos andar derechos, sin arrastrar los zuecos, no ya en acatamiento de la disciplina prusiana sino para seguir vivos, para no empezar a morir. Estas cosas me dijo Steinlauf, hombre de buena voluntad: cosas extrañas para mi oído desacostumbrado, entendidas y aceptadas sólo en parte, y mitigadas por una doctrina más fácil, dúctil y blanda, la que hace siglos que se respira más acá de los Alpes y según la cual, entre otras cosas, no hay vanidad mayor que esforzarse en tragarse enteros los sistemas morales elaborados por los demás, bajo otros cielos. No, la prudencia y la virtud de Steinlauf, ciertam ente buenas para él, no me bastan. Frente a este complicado mundo inferior mis ideas es tán confusas: ¿será realmente necesario establecer un sistema y practicarlo? ¿No será más saludable tomar conciencia de no tener sistema?
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz: Si esto es un hombre / La tregua / Los hundidos y los salvados)
No era sólo a tus padres a los que querías escribir, también a tus amigos, a tus primos y tíos. Pero no podías permitirte comprar suficientes perfumes, bolsos y zapatos para todos, y pagar el alquiler con lo que ganabas de camarera, de modo que no escribías a nadie. Por la noche algo se enroscaba alrededor de tu cuello. Algo que casi te asfixiaba antes de que te quedaras dormida.
Chimamanda Ngozi Adichie (The Thing Around Your Neck)
demasiado joven, que te obsesiona con sus peticiones de ayuda, o con su simple «estar», que ya en sí es una súplica, es una constante de la vida en el Lager. La necesidad de solidaridad, de una voz humana, de un consejo, incluso sólo de alguien que escuchase, era permanente y universal, pero se satisfacía raramente.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
No ha sido en los claustros universitarios en donde se ha renovado el pensamiento moral sino en los escritos de Primo Levi, Jean Améry, Bruno Bettelheim, Viktor Frankl, Imre Kertész, Paul Steinberg, Jorge Semprún, todos ellos han retomado la reflexión sobre la condición humana en situaciones límite, sobre la espiritualidad, la búsqueda del sentido, una vez rotas las bisagras de la seguridad, la conservación de sí, y los parámetros del pensamiento tranquilo. Hannah Arendt y Tzvetan Todorov han meditado sobre estos testimonios dándonos obras admirables.
Tomás Abraham (El presente absoluto: Periodismo, política y filosofía en la argentina del tercer milenio (Spanish Edition))
Pero ahora mi idea es que todo esto es un gran montaje para reírse de nosotros y vilipendiarnos, y está claro que luego van a matarnos, quien crea que va a vivir está loco, quiero decir que se ha vuelto loco, yo no, yo me he dado cuenta de que pronto habremos terminado, tal vez en esta misma sala, cuando se hayan aburrido de vernos desnudos dando saltos primero con un pie y luego con el otro y tratando de sentarnos en el suelo de vez en cuando, pero en el suelo hay tres dedos de agua fría y no podemos sentarnos.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
En vez de eso nos cuenta otras cosas, extrañas y locas, puede que él se esté burlando también de nosotros. Puede que esté loco: en el Lager uno se vuelve loco. Dice
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
mil) trabajan en una fábrica de goma que se llama Buna, de manera que el mismo campo se llama Buna.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
además de a sus personas amadas, se le quiten la casa, las costumbres, las ropas, todo, literalmente todo lo que posee: será un hombre vacío, reducido al sufrimiento y a la necesidad, falto de dignidad y de juicio, porque a quien lo ha perdido todo fácilmente le sucede perderse a sí mismo; hasta tal punto que se podrá decidir sin remordimiento su vida o su muerte prescindiendo de cualquier sentimiento de afinidad humana; en el caso más afortunado, apoyándose meramente en la valoración de su utilidad. Comprenderéis ahora el doble significado del término «Campo de aniquilación», y veréis claramente lo que queremos decir con esta frase: yacer en el fondo.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Me llamo 174517; nos han bautizado, llevaremos mientras vivamos esta lacra tatuada en el brazo izquierdo.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
éste es el estribillo que todos nos repiten: no estáis ya en vuestra casa, esto no es un sanatorio, de aquí sólo se sale por la Chimenea (¿qué quería
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
La explicación es sencilla, aunque revuelva el estómago: en este lugar está prohibido todo, no por ninguna razón oculta sino porque el campo se ha creado para ese propósito. Si queremos seguir viviendo tenemos que aprenderlo rápidamente: El Santo Rostro no se halla aquí expuesto ni esto es baño en el Serquio...
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Hemos aprendido que todo es útil; el hilo de alambre para atarse los zapatos; los harapos para convertirlos en plantillas para los pies; los papeles, para rellenar (ilegalmente) la chaqueta y protegerse del frío. Hemos aprendido que en cualquier parte pueden robarte, o mejor, que te roban automáticamente en cuanto te falla la atención; y para evitarlo hemos tenido que aprender el arte de dormir con la cabeza sobre un lío hecho con la chaqueta que contiene todo cuanto poseemos, de la escudilla a los zapatos.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Pero éste era el sentido, que no he olvidado después ni olvidé entonces: que precisamente porque el Lager es una gran máquina para convertirnos en animales, nosotros no debemos convertirnos en animales; que aun en este sitio se puede sobrevivir, y por ello se debe querer sobrevivir, para contarlo, para dar testimonio; y que para vivir es importante esforzarse por salvar al menos el esqueleto, la armazón, la forma de la civilización. Que somos esclavos, sin ningún derecho, expuestos a cualquier ataque, abocados a una muerte segura, pero que nos ha quedado una facultad y debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la última: la facultad de negar nuestro consentimiento.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
en el agua sucia, y secarnos con la chaqueta. Debemos dar betún a los zapatos no porque lo diga el reglamento sino por dignidad y por limpieza. Debemos andar derechos, sin arrastrar los zuecos, no ya en acatamiento de la disciplina prusiana sino para seguir vivos, para no empezar a morir. Estas cosas me dijo Steinlauf,
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Durante la marcha hago todo lo que puedo por andar de prisa, pero no puedo sostener el paso; el Kapo designa a Null Achtzehn y a Finder para que me sostengan hasta que pasemos ante los SS y, por fin (por fortuna esta noche no se pasa lista), estoy en el barracón y puedo arrojarme sobre la litera y respirar. Puede que sea el calor, puede que el cansancio de la marcha, pero
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Cuando suena esta música sabemos que nuestros compañeros, afuera en la niebla, salen en formación, como autómatas; tienen las almas muertas y la música los empuja, como el viento a las hojas secas, y es un sustituto de su voluntad. La voluntad ya no existe: cada latido se convierte en un paso, en una contracción refleja de los músculos deshechos. Los alemanes lo han conseguido. Son diez mil y son sólo una máquina gris: están determinados exactamente; no piensan y no quieren, andan.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
se lava los ojos tiene que tener el lío de la ropa bien cogido entre las rodillas: si no fuese así, en aquel preciso momento se lo robarían.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
viviré menos, porque lavarse es un trabajo, un desperdicio de energía y calor. ¿No sabe Steinlauf que después de media hora cargando sacos de carbón habrá desaparecido cualquier diferencia entre él y yo? Cuanto más lo pienso más me parece que lavarse la cara en nuestra situación es un acto insulso, y hasta frívolo: una costumbre mecánica, o peor, una lúgubre repetición de un rito extinguido. Vamos a morir todos, estamos a punto de morir: si me sobran diez minutos entre la diana y el trabajo quiero dedicarlos a otra cosa, a encerrarme en mí mismo, a echar cuentas o tal vez a mirar el reloj y a pensar que puede que lo esté viendo por última vez; o también a dejarme vivir, a darme el lujo de un ocio minúsculo.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
A un centenar de metros está el Block 23; encima está escrito Schonungsblock: ¿qué querrá decir? Dentro, me quitan la capa y las sandalias y una vez más me encuentro desnudo y el último en una cola de esqueletos desnudos: los hospitalizados de hoy. Hace tiempo que he dejado de intentar entender. Por lo que me toca estoy tan cansado de mantenerme sobre el pie herido que todavía no me han curado, tan hambriento y muerto de frío que nada me interesa ya. Éste puede ser muy bien el último día de mi vida, y esta sala la cámara de gas de que todos hablan, ¿qué puedo hacer? Lo mejor es apoyarme en la pared, cerrar los ojos y esperar.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
todos abogados, médicos, eran más de cien y ya no son más que cuarenta, son los que no saben trabajar y se dejan robar el pan y reciben bofetadas de la mañana a la noche, los alemanes los llaman zwei linke Hände («dos manos izquierdas»), y hasta los judíos polacos los desprecian porque no saben hablar yiddish.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Los autores de la ley del divorcio, cautos, sabían muy bien que a las instituciones profundas y fuertes, como la familia, no se las puede combatir de frente, sino que hay que ablandarlas por el halago de la sensualidad y minarlas por procedimientos insidiosos. Así, no se les hubiera ocurrido predicar de modo directo la inmoralidad familiar, pero sí se cuidaron de fomentarla solapadamente con leyes como la del divorcio.
José Antonio Primo de Rivera (Obras completas de José Antonio Primo de Rivera)
Casi nadie ha contado el infierno con tanta claridad y hondura como Primo Levi: casi
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Pocos son los hombres que saben caminar a la muerte con dignidad, y muchas veces no aquellos de quienes lo esperaríamos. Pocos son los que saben callar y respetar el silencio ajeno.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)
Esto es el infierno. Hoy, en nuestro tiempo, el infierno debe de ser así, una sala grande y vacía y nosotros cansados teniendo que estar en pie, y hay un grifo que gotea y el agua no se puede beber, y esperamos algo realmente terrible y no sucede nada y sigue sin suceder nada. ¿Cómo vamos a pensar? No se puede pensar ya, es como estar ya muertos. Algunos se sientan en el suelo. El tiempo transcurre gota a gota.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz)