El Arte De Amar Quotes

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¿El arte de amar ? Saber unir el temperamento de un vampiro y la discreción de una anémona.
Emil M. Cioran (All Gall is Divided: Aphorisms)
ARTE MAGNÉTICA DE tanto amar y andar salen los libros. Y si no tienen besos o regiones y si no tienen hombre a manos llenas, si no tienen mujer en cada gota, hambre, deseo, cólera, caminos, no sirven para escudo ni campana: están sin ojos y no podrán abrirlos, tendrán la boca muerta del precepto. Amé las genitales enramadas y entre sangre y amor cavé mis versos, en tierra dura establecí una rosa disputada entre el fuego y el rocío. Por eso pude caminar cantando.
Pablo Neruda
El arte de amar ¿Es arte de morir? Amar Es morir y revivir y remorir: Es la vivacidad.
Octavio Paz
El amor también es el arte silencioso de interpretar lo que se siente por alguien y lo que ese alguien siente por uno.
Martín Balarezo García
y que sólo sería remedio que pusiese en otra parte, vengándose con arte, los ojos, divirtiendo el pensamiento; que amar era cruel desabrimiento,
Lope de Vega (La Gatomaquia)
Hace falta más talento para amar que para mandar ejércitos. NINON DE L’ENCLOS
Robert Greene (El arte de la seducción (Biblioteca Robert Greene) (Spanish Edition))
Así, cuando asistieres a un festín en que abunden los dones de Baco, si una muchacha que te atrae se coloca cerca de ti en el lecho, ruega a este padre de la alegría, cuyos misterios se celebran por la noche, que los vapores del vino no lleguen a trastornar tu cabeza. Allí te será permitido dirigir a tu bella insinuantes discursos con palabras veladas que no escaparán a su perspicacia y se los aplicará a sí misma; escribe en la mesa con gotas de vino dulcísimas ternuras, en las que tu amiga adivine tu pasión avasalladora, y clava en los suyos tus ojos respirando fuego: un semblante mudo habla a las veces con singular elocuencia.
Ovid (Arte de amar / Remedios de Amor)
La confianza que verdaderamente sustenta una pareja, es la pueden sentir ambos para “ser” como realmente son. Sin miedo a la opinión del otro, sin miedo a su crítica, sin miedo al rechazo, sin temor alguno para poder actuar en “confianza”.
Viki Morandeira (El arte de No amargarse el Matrimonio)
Prepararnos siempre para tiempos más difíciles. •Aceptar siempre que somos incapaces de cambiar. •Controlar siempre nuestras expectativas. •Perseverar siempre. •Aprender siempre a amar nuestro destino y lo que nos suceda. •Proteger siempre nuestro ser interior, replegarnos en nosotros mismos. •Someternos siempre a una causa mayor y más grande. •Recordar siempre nuestra mortalidad.
Ryan Holiday (El obstáculo es el camino: El arte inmemorial de convertir las pruebas en triunfo (Para estar bien) (Spanish Edition))
El afecto produce felicidad si hay, y solamente si hay, sentido común, el dar y recibir mutuos —ese tira y afloja—, y «honestidad»; en otras palabras: sólo si se añade algo más que el mero afecto, algo distinto del afecto, pues el sentimiento solo no es suficiente. Se necesita «sentido común», es decir, razón; se necesita «tira y afloja», esto es, se necesita justicia que continuamente estimule al afecto cuando este decae, y en cambio lo restrinja cuando olvida o va contra el «arte» de amar; se necesita «honestidad», y no hay por qué ocultar que esto significa bondad, paciencia, abnegación, humildad, y la intervención continua de una clase de amor mucho más alta, amor que el afecto en sí mismo considerado nunca podrá llegar a ser. Aquí está toda la cuestión: si tratamos de vivir sólo de afecto, el afecto «nos hará daño».
C.S. Lewis (The Four Loves)
Mientras el gobierno y las leyes subvienen a la seguridad y al bienestar de los hombres sociales, las letras y las artes, menos déspotas y quizá más poderosas, extienden guirnaldas de flores sobre las cadenas de hierro que los agobian, ahogan en ellos el sentimiento de la libertad original para la cual parecían haber nacido, los hacen amar su esclavitud y los transforman en lo que se ha dado en llamar pueblos civilizados. La necesidad
Jean-Jacques Rousseau (Discurso sobre las ciencias y las artes (Spanish Edition))
Ahora, pues, mientras la sangre está caliente, los vigorosos han de caminar a lo mejor. En este género de vida te espera mucha parte de las buenas ciencias, el amor y ejercicio de la virtud, el olvido de los deleites, el arte de vivir y morir y, finalmente, un soberano descanso. El estado de todos los ocupados es miserable; pero el de aquéllos que aun no son suyas las ocupaciones en que trabajan es miserabilísimo; duermen por sueño ajeno, andan con ajenos pasos, comen con ajena gana; hasta el amar y aborrecer, que son acciones tan libres, lo hacen mandados.
Seneca (On the Shortness of Life: Life Is Long if You Know How to Use It (Penguin Great Ideas))
Pese a todo, el Dios del Amor es ciego y cuando se pone esmero, no es difícil engañarlo. El verdadero arte reside en adquirir la perceptibilidad emotiva mayor que se pueda, saber qué impresión se causa y cuál es la que se percibe de una muchacha. De este modo, se puede estar enamorado de muchas mujeres a la vez, puesto que se ama en grado distinto las distintas cualidades que cada una posee. Es muy poco amar a una sola, amarlas a todas se considera superficial, pero conocerse uno mismo y amar a todas las que se pueda, de tal manera que el alma se alimente, mientras la conciencia lo abarca todo, ¡ese es el placer, esa es la vida!
Søren Kierkegaard (The Seducer's Diary)
Son muy pocos aquellos de entre nosotros que no se han despertado a veces antes del alba, o después de una de esas noches sin sueños que casi nos hacen amar la muerte, o de una de esas noches de horror y de alegría monstruosa, cuando se agitan en las cámaras del cerebro fantasmas más terribles que la misma realidad, rebosantes de esa vida intensa, inseparable de todo lo grotesco, que da al arte gótico su imperecedera vitalidad, puesto que ese arte bien parece pertenecer sobre todo a los espíritus atormentados por la enfermedad del ensueño. Poco a poco, dedos exangües surgen de detrás de las cortinas y parecen temblar. Adoptando fantásticas formas oscuras, sombras silenciosas se apoderan, reptando, de los rincones de la habitación para agazaparse allí. Fuera, se oye el agitarse de pájaros entre las hojas, o los ruidos que hacen los hombres al dirigirse al trabajo, o los suspiros y sollozos del viento que desciende de las montañas y vaga alrededor de la casa silenciosa, como si temiera despertar a los que duermen, aunque está obligado a sacar a toda costa al sueño de su cueva de color morado. Uno tras otro se alzan los velos de delicada gasa negra, las cosas recuperan poco a poco forma y color y vemos cómo la aurora vuelve a dar al mundo su prístino aspecto. Los lívidos espejos recuperan su imitación de la vida. Las velas apagadas siguen estando donde las dejamos, y a su lado descansa el libro a medio abrir que nos proponíamos estudiar, o la flor preparada que hemos lucido en el baile, o la carta que no nos hemos atrevido a leer o que hemos leído demasiadas veces. Nada nos parece que haya cambiado. De las sombras irreales de la noche renace la vida real que conocíamos. Hemos de continuar allí donde nos habíamos visto interrumpidos, y en ese momento nos domina una terrible sensación, la de la necesidad de continuar, enérgicamente, el mismo ciclo agotador de costumbres estereotipadas, o quizá, a veces, el loco deseo de que nuestras pupilas se abran una mañana a un mundo remodelado durante la noche para agradarnos, un mundo en el que las cosas poseerían formas y colores recién inventados, y serían distintas, o esconderían otros secretos, un mundo en el que el pasado tendría muy poco o ningún valor, o sobreviviría, en cualquier caso, sin forma consciente de obligación o de remordimiento, dado que incluso el recuerdo de una alegría tiene su amargura, y la memoria de un placer, su dolor.
Oscar Wilde (El Retrato de Dorian Gray)
Se vieron el sábado siguiente y todos los demás sábados de otoño, con Ferguson desplazándose en autobús desde Nueva Jersey hasta la terminal de Port Authority y cogiendo luego la línea IRT del metro hasta la calle Setenta y dos Oeste, donde se apeaba para luego caminar tres manzanas en dirección norte y otras dos en dirección oeste hasta el piso de los Schneiderman en Riverside Drive esquina con la Setenta y cinco, apartamento 4B, que se había convertido en la dirección más importante de la ciudad de Nueva York. Salidas a diversos sitios, casi siempre los dos solos, de vez en cuando con amigos de Amy, cine extranjero en el Thalia de Broadway esquina con la calle Noventa y cinco, Godard, Kurosawa, Fellini, visitas al Met, al Frick, al Museo de Arte Moderno, los Knicks en el Garden, Bach en el Carnegie Hall, Beckett, Pinter y Ionesco en pequeños teatros del Village, todo muy cerca y a mano, y Amy siempre sabía adónde ir y qué hacer, la princesa guerrera de Manhattan le enseñaba cómo orientarse por la ciudad, que rápidamente llegó a convertirse en su ciudad también. No obstante, pese a todas las cosas que hacían y todo lo que veían, lo mejor de aquellos sábados era sentarse a charlar en las cafeterías, la primera serie de incesantes diálogos que continuarían durante años, conversaciones que a veces se convertían en feroces discusiones cuando sus puntos de vista diferían, la buena o mala película que acababan de ver, la acertada o desacertada idea política que uno de ellos acababa de expresar, pero a Ferguson no le importaba discutir con ella, no le interesaban las chicas facilonas, las pánfilas llenas de mohínes que sólo perseguían imaginarios ritos amorosos, eso era amor de verdad, complejo, hondo y lo bastante flexible para albergar la discordia apasionada, y cómo no podría amar a aquella chica, con su implacable y penetrante mirada y su risa inmensa, retumbante, la excitable e intrépida Amy Schneiderman, que un día iba a ser corresponsal de guerra, revolucionaria o doctora entregada a los pobres. Tenía dieciséis años, casi diecisiete. La pizarra vacía ya no lo estaba tanto, pero aún era lo bastante joven para saber que podía borrar las palabras ya escritas, suprimirlas y empezar de nuevo siempre que su espíritu la impulsara a ello.
Paul Auster (4 3 2 1)
Convalecemos. En general somos gente que no aprende ningún arte u oficio, ni siquiera el de disfrutar de la vida. Reacios a las largas convivencias, en general nos cansan nuestros mejores amigos después de estar media hora con ellos. Sólo queremos verlos cuando no pensamos en verlos y las mejores horas en su compañía son las horas en que soñamos que estamos con ellos. No sé si esto entraña poca amistad. Afortunadamente no es así. Lo cierto es que las cosas que amamos más, o creemos amar más, sólo tienen verdadero valor mientras las soñamos simplemente.
Fernando Pessoa (Libro del desasosiego)
El amor es una experiencia personal para la que no sirven recetas. Es un arte que requiere disciplina, paciencia y empatía. Para amar, uno ha de ser consciente y ocuparse de su obra cada día.
Anonymous
Nunca llores delante de las personas,que no entienden el significado de tus lagrimas... Amar es un arte, pero no todo el mundo es un artista.
Anonymous
Nunca llores delante de las personas que no entienden el significado de tus lagrimas... Amar es un arte, pero no todo el mundo es un artista.
Anonymous
Y lo mismo ocurre en una cultura de consumo como la nuestra, partidaria de los productos listos para uso inmediato, las soluciones rápidas, la satisfacción instantánea, los resultados que no requieran esfuerzos prolongados, las recetas infalibles, los seguros contra todo riesgo y las garantías de devolución del dinero. La promesa de aprender el arte de amar es la promesa (falsa, engañosa, pero inspiradora del profundo deseo de que resulte verdadera) de lograr “experiencia en el amor” como si se tratara de cualquier otra mercancía. Seduce y atrae con su ostentación de esas características porque supone deseo sin espera, esfuerzo sin sudor y resultados sin esfuerzo.
Zygmunt Bauman (Amor líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos)
Nada es seguro, salvo el cambio. Es una constante que todo muta y que, a veces, lo que parece bueno termina siendo malo. Sin embargo, lo malo también puede terminar siendo bueno. Cada acto que realizamos tiene un final abierto en la historia de nuestra vida. Porque si miramos con detenimiento un suceso —una desgracia, incluso—, descubriremos, quizá, el camino hacia algo mejor. Existe la posibilidad de que ese incidente doloroso —con la incomodidad que conlleva—, ordene y ponga en su lugar el arte de pensar, el arte de amar, el arte de vivir.
Viviana Rivero (Sí (Escritores argentinos Emecé) (Spanish Edition))
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Viki Morandeira (El arte de No amargarse el Matrimonio: Amar sin ingenuidad (Spanish Edition))
Y por eso es imposible aprender a amar, tal como no se puede aprender a morir. Y nadie puede aprender el elusivo —el inexistente aunque intensamente deseado— arte de no caer en sus garras, de mantenerse fuera de su alcance. Cuando llegue el momento, el amor y la muerte caerán sobre nosotros, a pesar de que no tenemos ni un indicio de cuándo llegará ese momento.
Zygmunt Bauman (Amor líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos)
El ideal bíblico se sintetiza en amar al prójimo como a ti mismo. La medida es, pues, uno mismo.
Ignacio Larrañaga (El arte de ser feliz)
La gente capaz de amar, en el sistema actual, constituye por fuerza la excepción; el amor es inevitablemente un fenómeno marginal en la sociedad occidental contemporánea. No tanto porque las múltiples ocupaciones no permiten una actitud amorosa, sino porque el espíritu de una sociedad dedicada a la producción y ávida de artículos es tal que sólo el no conformista puede defenderse de ella con éxito. Los que se preocupan seriamente por el amor como única respuesta racional al problema de la existencia humana deben, entonces, llegar a la conclusión de que para que el amor se convierta en un fenómeno social y no en una excepción individualista y marginal, nuestra estructura social necesita cambios importantes y radicales.
Erich Fromm (The Art of Loving)
Antes de reinar comerás polvo. Antes de que te paguen mucho, tendrás que hacer mucho más de lo que te pagan por menos de lo que valen tus talentos. Antes de vender tu arte, serás vendido por tus amigos. Antes de amar, serás traicionado. Antes de que te descubras, andarás perdido. Antes de recibir un beso, recibirás un puñal en el pecho. Antes de ser oasis, serás un desierto. Antes de ser trueno, serás solo lluvia, y antes de sentirte vivo, te sentirás muerto. Antes de conocer a Dios, conocerás el mal. Antes de ser grande, serás el más pequeño de tu tribu. Antes de ser todo, vivirás con nada. Antes de amar tus sueños, aprende a amar tus heridas. Antes de rugir, temerás en la oscura selva. Antes de volar, caminarás con los que se arrastran, porque para que una estrella nazca, primero debe explotar. Sin implosión no hay luz, sin quebrantamiento no hay sabiduría. La sonrisa más bella es la inquebrantables que más sufrió, la que explota por dentro, kamikaze de la vida.
Daniel Habif (Inquebrantables (Unbreakable))
Los viajes acaban, cuando los amantes se encuentran. El amor es el gran viaje de nuestra vida, pero no hay retorno. Nada se repite en el paraíso de los vivos, ni nadie regresa del infierno de los muertos. El arte de amar, es el arte de vivir.
Alejandro Mos Riera
Desde el nacimiento hasta la muerte, de lunes a lunes, de la mañana a la noche: todas las actividades están rutinizadas y prefabricadas. ¿Cómo puede un hombre preso en esa red de actividades rutinarias recordar que es un hombre, un individuo único, al que sólo le ha sido otorgada una única oportunidad de vivir, con esperanzas y desilusiones, con dolor y temor, con el anhelo de amar y el miedo a la nada y a la separatidad?
Erick Fromm (A Arte de Amar)
Desde el nacimiento hasta la muerte, de lunes a lunes, de la mañana a la noche: todas las actividades están rutinizadas y prefabricadas. ¿Cómo puede un hombre preso en esa red de actividades rutinarias recordar que es un hombre, un individuo único, al que sólo le ha sido otorgada una única oportunidad de vivir, con esperanzas y desilusiones, con dolor y temor, con el anhelo de amar y el miedo a la nada y a la separatidad?
Erich Fromm (El arte de amar)
La falta de afecto, neurosis, angustia y frustración encontradas por el psicoanálisis proceden, sin duda, de la imposibilidad de amar o ser amado, de la imposibilidad de dar o recibir placer, pero el desencanto radical proviene de la seducción y su fracaso. Sólo quienes se ubican completamente fuera de la seducción están enfermos, aun si son totalmente capaces de amar y hacer el amor. El psicoanálisis cree tratar el desorden del sexo y el deseo, pero en realidad se ocupa de los desórdenes de la seducción […] Las más graves deficiencias conciernen siempre a la fascinación y no al placer, al encanto y no a una satisfacción vital o sexual. JEAN BAUDRILLARD, De la seducción
Robert Greene (El arte de la seducción (Biblioteca Robert Greene) (Spanish Edition))
El amor posee la belleza que cuando logramos dominar el arte de saber cómo expresar los afectos, dominar los impulsos y canalizar positivamente lo que sentimos, estamos ante una experiencia sublime de la cual los poetas suelen cantar y declamar, precisamente, porque cuando se logra, nos permite vislumbres de realidades que en otras circunstancias nunca podríamos entender.
Miguel Ángel Núñez (Amar es una decision)
El problema del pecado no es el pecado mismo sino aquello de lo que es alternativa: el amor. Por eso, todo el tiempo que se pasa sin amar es noche, es tiniebla.
Fabio Rosini (L'arte di ricominciare)
El amor sólo es posible cuando dos personas se comunican entre sí desde el centro de sus existencias, por lo tanto, cuando cada una de ellas se experimenta a sí misma desde el centro de su existencia. Experimentado en esa forma, el amor es un desafío constante; no un lugar de reposo, sino un moverse, crecer, trabajar juntos; que haya armonía o conflicto, alegría o tristeza, es secundario con respecto al hecho fundamental de que dos seres se experimentan desde la esencia de su existencia, de que son el uno con el otro al ser uno consigo mismo y no al huir de sí mismos. Sólo hay una prueba de la presencia de amor: la hondura de la relación y la vitalidad y la fuerza de cada una de las personas implicadas; es por tales frutos por los que se reconoce al amor.
Erich Fromm (The Art of Loving)
El amor a la vida es el núcleo, un núcleo muy concreto y real, de todo tipo de amor. Quien crea que ama a los seres humanos sin amar la vida, puede desear apegarse a otra persona, pero no amarla de verdad. Nos imaginamos entonces a una persona que ama todo lo que crece y está vivo, que se siente atraída por el crecimiento infantil, por la maduración. Para semejante persona, incluso lo que no está vivo, como una piedra o el agua, se convierte en algo vivo.
Erich Fromm (The Art of Loving)
Tener fe requiere coraje, la capacidad de correr un riesgo, la disposición a aceptar incluso el dolor y la desilusión. Quien insiste en la seguridad y la tranquilidad como condiciones primarias de la vida no puede tener fe; quien se encierra en un sistema de defensa, donde la distancia y la posesión constituyen los medios que dan seguridad, se convierte en un prisionero. Ser amado, y amar, requiere coraje, la valentía de atribuir a ciertos valores fundamental importancia —y de dar el salto y apostar todo a esos valores—.
Erich Fromm (The Art of Loving)
Reconoceremos que mientras tememos conscientemente no ser amados, el temor real, aunque habitualmente inconsciente, es el de amar. Amar significa comprometerse sin garantías, entregarse totalmente con la esperanza de producir amor en la persona amada. El amor es un acto de fe, y quien tenga poca fe también tiene poco amor.
Erich Fromm (The Art of Loving)
El Arte de amar, ese librillo alegre y erótico, perseguido por uno de los emperadores más poderosos del Imperio
Irene Vallejo (El infinito en un junco)
—Sólo cuando domines el arte de amarte a ti mismo podrás amar de verdad a los demás. Sólo abriendo tu corazón podrás llegar al corazón de los demás. Cuando te sientas centrado y vivo de verdad, estarás en buena posición para ser una persona mejor.
Robin S. Sharma (Pack: El monje que vendió su Ferrari: Incluye El monje que vendió su Ferrari y Descubre tu destino con el monje que vendió su Ferrari (Spanish Edition))
Sabemos demasiado del arte, del amor, de la religión, de la guerra, como para creer aún en algo; hemos perdido además tantos siglos en ello… La época de la perfección en la plenitud está terminada. ¿La materia de los poemas? Extenuada. ¿Amar? Hasta la chusma repudia al «sentimiento». ¿La piedad? Registrad las catedrales: ya no se arrodillan en ellas más que los ineptos. ¿Quién desea aún combatir? El héroe está superado; únicamente la carnicería impersonal sigue de moda. Somos fantoches clarividentes, ya sólo capaces de hacer muecas ante lo irremediable.
CIORAN E.M.
TODO ES POSIBLE Sueña tus sueños crea tu arte canta tus canciones y juega el mejor de tus juegos. Todos somos estrellas con el papel principal en nuestra propia vida. Todo lo que soñamos, pensamos, hablamos, y aquello con que nos rodeamos, nos asiste en la realización de nuestras más bellas posibilidades. Todos somos iguales, manteniéndonos aparte de manera única, Para mantenernos fuertes como Uno. Todos somos bendecidos, y todos estamos aquí por un propósito que sólo nuestra Alma conoce realmente. Sintonízate a tu llamado escucha sueña. Haz sólo aquello que te trae felicidad y bienestar. Si se siente bien y te hace feliz, entonces haz más de ello. Pasa tiempo con gente que cree en ti y te apoya. Está con aquellos que alimentan tu Alma pues, cuando tú creces y floreces, hay campos de flores para nutrir todo. Desea lo mejor para ti mismo y los otros percibidos.
Ulonda Faye