De Palma Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to De Palma. Here they are! All 100 of them:

¿Por qué las palmas de mi mano tienen una memoria más fiel que mi memoria?
Mario Benedetti (La tregua)
(...) el tiempo nunca se pierde tratando de conseguir un sueño.
Félix J. Palma (El mapa del tiempo (Trilogía Victoriana, #1))
We give violent movies a pass but come down hard on a rapper like Scarface, who is ultimately a storyteller just like Brian de Palma. And neither of them is responsible for the poverty and violence that really do shape people's lives--not to mention their individual choices.
Jay-Z (Decoded)
Nunca te llevé a que madame Leonie te mirara la palma de la mano, a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro.
Julio Cortázar (Rayuela)
...cambiar los simulacros no es lo que les importa; es sólo un síntoma de lo que verdaderamente les importa— Tori toma mi mano y la presiona entre sus palmas. —Piénsalo —dice— estas personas te enseñaron a usar un arma. Te enseñaron cómo luchar. ¿Crees que están por encima de lastimarte? ¿Por encima de matarte?
Veronica Roth (Divergent (Divergent, #1))
By changing nothing, nothing changes. Tony Robbins
Toni De Palma
Los mayores se desgastan inútilmente buscando una felicidad que nunca encuentran; en cambio, a los niños, la felicidad les brota de la palma de las manos.
Antonio Iturbe (La bibliotecaria de Auschwitz)
Então Palma aconselhou um grande passo. - Vá você lá dentro, Silveira, entre pelo quarto, e assim sem mais nem menos, chegue-se ao pé dela... - E tapona? - perguntou Cruges, muito seriamente...
Eça de Queirós (Os Maias)
¿Se han preguntado alguna vez qué es lo que convierte en responsables a los hombres? Yo se lo diré: que solo tienen una oportunidad de hacer cada cosa. Si existieran máquinas que nos permitieran corregir hasta nuestros errores más estúpidos viviríamos en un mundo lleno de irresponsables.
Félix J. Palma (The Map of Time)
(...) A escrita é uma longa introspecção, é uma viagem até às cavernas mais obscuras da consciência, uma lenta meditação. Escrevo às apalpadelas no silêncio e pelo caminho descubro partículas de verdade, pequenos cristais que cabem na palma da mão e justificam a minha passagem por este mundo.(...)
Isabel Allende (Paula)
Abre sus ojos de nuevo, su expresión es desolada–sincera. –¿No ibas a escapar? –pregunta. –¡No! Cierra sus ojos de nuevo y todo su cuerpo se relaja. Cuando abre sus ojos, puedo ver su dolor y angustia. –Pensé… –Se detiene–. Este soy yo, Ana. Todo yo… y soy todo tuyo. ¿Qué tengo que hacer para que te des cuenta de eso? Hacerte ver que te quiero de cualquier forma en que te pueda obtener. Que te amo. –También te amo, Christian, y verte así… –Me ahogo y mis lágrimas comienzan de nuevo–. Pensé que te había roto. –¿Roto? ¿A mí? Oh no, Ana. Justo lo contrario. –Se estira y toma mi mano–. Eres mi vida, –susurra, y besa mis nudillos antes de presionar mi palma contra la suya.
E.L. James (Fifty Shades Darker (Fifty Shades, #2))
Una mañana te levantas y tienes todo lo que deseas en la palma de tu mano y al día siguiente no eres capaz de encontrar una miserable razón para seguir adelante. Una mañana eres feliz y otra no.
Alice Kellen (Sigue lloviendo (Spanish Edition))
Bajo la luz de aquella estrella se había desarrollado una civilización milenaria que se tenía en aquel tiempo por la más culta y avanzada del orbe, y que, a su pesar, estaba a punto de demostrar se la más incivilizada y salvaje de cuantas habían madurado bajo el sol.
Jesús Díez de Palma (El festín de la muerte)
Isi intindea tot timpul palma pe marinea pupitrului ca sa prinda cat mai bine o gama imaginara. Mi-ar fi placut sa am linistea ei. O admiram ca nu se cheltuieste pentru nimeni si nimic; si totusi intelegeam ca e un lux sa poti ramane in afara de agitatia lumii si s-o privesticu linistea cu care stai intr-un loc bun la teatru si vezi cum se agita pe scena, costumati in anumite piese, actori care ragusesc debitand tirade eroice, se lupta cu spada care suna a tinichea cad si se ridica.
Cella Serghi (Pânza de păianjen)
La escritura es una larga introspección, es un viaje hacia las cavernas más oscuras de la conciencia, una lenta meditación. Escribo a tientas en el silencio y por el camino descubro partículas de verdad, pequeños cristales que caben en la palma de una mano y justifican mi paso por este mundo.
Isabel Allende (Paula)
—¿Qué me has traído? —me preguntó, emocionada. Sonreí. —¿Y tú? ¿Qué me has traído? —bromeé. Auri sonrió y alargó la mano. Vi brillar algo en su palma a la luz de la luna. —Una llave —contestó con orgullo, y me la puso en la mano. La cogí y noté su agradable peso. —Es muy bonita —dije—. ¿Qué abre? —La luna —respondió ella, muy seria. —Ah, podría serme muy útil —dije examinándola. —Eso mismo pensé yo. Así, si hay una puerta en la luna, podrás abrirla. —Se sentó en el tejado con las piernas cruzadas y me miró con una amplia sonrisa en los labios—. Aunque yo no fomentaría esa clase de comportamiento insensato. [...] —Te he traído un poco de pan. [...]. Y una botella de agua. —Eso también es muy bonito —dijo ella con gentileza. [...]—. ¿Qué hay en el agua? [...]. —Flores —respondí—. Y el trozo de luna que no está en el cielo esta noche. Lo he metido también. [...] —Yo ya mencioné la luna —dijo con un deje de reproche. —Entonces, solo flores. Y el brillo del cuerpo de una libélula. Yo quería un trozo de luna, pero solo conseguí el brillo azul de una libélula. Auri inclinó la botella y dio un sorbo de agua. —Es maravillosa.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Happy New Year Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestas tu mano en esta noche de fin de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres.
Julio Cortázar
La muerte había comenzado un festín que duraría seis años.
Jesús Díez de Palma (El festín de la muerte)
Y es que hay mujeres y mujeres y hombres y hombres, y no basta con barajarlos y elegir una carta de cada mazo y creer que el resultado es una pareja.
Félix J. Palma (La hormiga que quiso ser astronauta)
DICE LA LEYENDA… que a los descendientes de quien planta una palma areca en su casa nunca les faltará tierra propia.
Viviana Rivero (El alma de las flores)
A brasa do teu corpo a queimar a palma acesa da mão do meu desejo
Maria Teresa Horta (Antologia de Contos / Só de Amor)
Estoy sola en el rincón más hondo de mi ser, atada de manos y pies por mi persona, viviendo una aflicción sin nombre que me carcome, intentando en vano censurarlo todo para sostener en mis palmas a la magia… ¡todo esto al mismo tiempo! ¡¿Quién demonios podría conservar la cordura en semejantes circunstancias?!
Mariela Villegas Rivero ("Noche de Brujas")
Scrisul e o introspectie indelungata, o calatorie catre grotele cele mai ascunse ale constiintei, o meditatie lenta. Scriu pipaind tacerea, descoperind particule de adevar, mici cristale care-mi cad in palma si-mi justifica trecerea pe aceasta lume.
Isabel Allende (Paula)
Pensé para mí mismo que en la palma de mi mano había una cinta que contenía todos estos recuerdos y sentimientos, grandes alegrías y tristezas. Justo ahí, en la palma de mi mano. Y pensé en cuanta gente ha amado esas canciones, cómo mucha gente ha superado un montón de malos tiempos gracias a estas canciones, cómo mucha gente ha disfrutado de buenos tiempos con estas canciones y cuánto significan estas canciones en realidad. Pienso que sería genial haber escrito alguna de estas canciones. Apuesto que si yo escribiera uno de esos temas, estaría muy orgulloso. Espero que las personas que escribieron esas canciones sean felices. Y espero que sientan que es suficiente. De verdad lo espero, porque ellos me han hecho feliz. Y soy sólo una persona.
Stephen Chbosky (The Perks of Being a Wallflower)
(...)sentou-se para descansar e em breve fazia de conta que ela era uma mulher azul porque o crepúsculo mais tarde talvez fosse azul, faz de conta que fiava com fios de ouro as sensações. faz de conta que a infância era hoje e prateada de brinquedos, faz de conta que uma veia não se abrira e faz de conta que dela não estava em silêncio alvíssimo escorrendo sangue escarlate, e que ela não estivesse pálida de morte mas isso fazia de conta que estava mesmo de verdade, precisava no meio do faz de conta falar a verdade de pedra opaca para que contrastasse com o faz de conta verde-cintilante, faz de conta que amava e era amada, faz de conta que não precisava morrer de saudade, faz de conta que estava deitada na palma transparente de Deus, não Lóri mas o seu nome secreto que ela por enquanto ainda não podia usufruir, faz de conta que vivia e não que estivesse morrendo pois viver afinal não passava de se aproximar cada vez mais da morte, faz de conta que ela não ficava de braços caídos de perplexidade quando os fios de ouro que fiava se embaraçavam e ela não sabia desfazer o fino fio frio, faz de conta que ela era sábia bastante para desfazer os nós de corda de marinheiro que lhe atavam os pulsos, faz de conta que tinha um cesto de pérolas só para olhar a cor da lua pois ela era lunar, faz de conta que ela fechasse os olhos e seres amados surgissem quando abrisse os olhos úmidos de gratidão, faz de conta que tudo o que tinha não era faz de conta, faz de conta que se descontraía o peito e uma luz douradíssima e leve guiava por uma floresta de açudes mudos e de tranqüilas mortalidades, faz de conta que ela não era lunar, faz de conta que ela não estava chorando por dentro.
Clarice Lispector
É a primeira vez que lhe toca na pele nua. A reacção no ar é imediata. Uma corrente súbita de energia tonificante e luminosa ondula através da sala. O candelabro começa a tremer. A sensação que passa vertiginosamente pela pele de Marco é intensa e profunda, iniciando-se no ponto onde a palma da mão se encontra com a dela, mas alastrando-se a partir daí, numa distância maior e mais profunda
Erin Morgenstern (The Night Circus)
O que é o desejo do nosso coração?" "A vingança," a voz dele era baixa, como se tivesse receio de que alguém estivesse ouvindo. "A justiça," Príncipe Doran pressionou o dragão de ônix contra a palma da mão dela com seus dedos inchados e gotosos, e murmurou "Fogo e sangue.
George R.R. Martin (A Feast for Crows (A Song of Ice and Fire, #4))
-¿Te gusta la soledad? -Apoyó la mejilla sobre la palma de su mano-. ¿Te gusta viajar solo, comer solo, sentarte en las clases solo, apartado de la gente? -A nadie le gusta la soledad. Pero no me interesa hacer amigos a cualquier precio. No estoy dispuesto a desilusionarme. -aclaré.
Haruki Murakami (Norwegian Wood)
Soy una vieja loca, se dijo, sintiéndose tan efímera como una gota de agua en la palma de su mano. Y Carlos lo sabe, es más, le gusta que sea así. Se siente acunado en esta casa, se deja querer. Nada más, eso es todo. El resto eran sus propias películas, su chifladura de maricón enamorado.
Pedro Lemebel (Tengo miedo torero)
Nu pot sa sufar, suflet miscator, femeie care-mi izvoraste din coasta si-n pietre de melancolie, arzator, cu timpla dai, ca-n inima mea proasta Pasul tau zvelt din glezna mea sa-l rupi nu pot sa sufar, nu, fara durere Mi-e sufletul culcat pe colti de lupi. Devine loc dunga subtire de tacere si de sub palma lata-a mea, umarul tau cu suierat de tren se smulge-asurzitor spre-un tunel, spre vid, spre hau, spre-un chip neinventat, traind in viitor Nu pot sa sufar, nu, sa treaca intre noi reci dorurile ce le misti doar tu nici intimplarile ca niste bivoli stinsi, greoi, si nici distantele sa treaca. Nu.
Nichita Stănescu
Tienes todas las posibilidades del mundo en las palmas de tus manos. Fadumo Dayib
Elena Favilli (Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes: Diversión y aventuras (Libro para Colorear): Diversión y aventuras (Spanish Edition))
I wondered if I’d pushed him too far, and the thought that he was angry with me drove me crazy, and I’d tossed and turned the whole night, wondering whether I’d ruined everything.
Addison Jane (When Angels Seek Chaos (DePalma Family, #1))
tienes la muerte cerca igual que una amante, más cerca, la conoces como la palma de tu mano como esa mancha en la pared como el nombre de tu hija.
Charles Bukowski (The Pleasures of the Damned)
Quando o coração de um ser vivo cabe na palma da mão com a outra dê-lhe papinha, alpiste ou ração.
Filipe Russo (Caro Jovem Adulto)
avaro hasta el extremo de que si en vez de nacer hombre hubiera nacido reloj, por no dar no habría dado ni las horas,
Ricardo Palma (Tradiciones peruanas (Spanish Edition))
Tal vez la existencia no sea más que un eterno y cíclico plagio de sí misma.
Félix J. Palma (El mapa del caos (Trilogía Victoriana, #3))
Una agrupación de robles y rocas podía, cuando la veía por el rabillo del ojo, desatar algo en mi pecho, las palmas de las manos resbalosas de adrenalina.
Emma Cline (The Girls)
Els grans es desgasten inútilment buscant una felicitat que no troben mai; als nens, en canvi, la felicitat els neix de la palma de les mans.
Antonio Iturbe (The Librarian of Auschwitz)
Tienes todas las posibilidades del mundo en la palma de tus manos
Elena Favilli (Good Night Stories for Rebel Girls: 100 Tales of Extraordinary Women)
Juntó las manos y sintió las palmas. No estaban muertas y le bastaba con abrirlas y cerrarlas para notar el dolor de la vida.
Ernest Hemingway (El Viejo y El Mar)
El alma de las personas no está en las fotografías sino en las cosas menudas que tocaron, las que tuvieron el calor de las palmas de sus manos.
Antonio Muñoz Molina (In the Night of Time)
País Tus ojos son de donde La nieve no ha manchado La luz y entre las palmas El aire Invisible es de claro.
Luis Cernuda
Tantas coisas culminam nas palmas de nossas mãos, tantas coisas cativamos, cultivamos. Cultiva tua alma, cultiva tua pureza.
Pedro Costi (Cartas a Amélia)
Tantas coisas culminam nas palmas de nossas mãos, Pierre. Tantas coisas cativamos, cultivamos. Cultiva tua alma, cultiva tua pureza.
Pedro Costi (Cartas a Amélia)
Yo soy un hombre sincero De donde crece la palma, Y antes de morirme quiero Echar mis versos del alma. Yo vengo de todas partes, Y hacia todas partes voy: Arte soy entre las artes, En los montes, monte soy.
José Martí
—[...] No, Grace, jamás he sido humano. Con el deseo de reconfortarlo, ella extendió un brazo y le acarició la mejilla con la palma de la mano. —Eres humano, Julian. La duda que vio en los ojos del hombre le partió el corazón.
Sherrilyn Kenyon (Fantasy Lover (Hunter Legends, #1))
Al principio solo noté el tacto tembloroso de sus dedos, apenas sus huellas digitales. Era como si casi no se atreviera a rozarme. Pero se quedó ahí un segundo, como una mariposa, y antes de retirar la mano presionó ligeramente con la palma caliente sobre mi mejilla y parte de mi mandíbula. Después aflojó la presión y deslizó muy lentamente la mano hasta retirarla por completo de mi cara. Cuando lo hizo sentí el frío de su ausencia, una huella de hielo en mi mejilla.
Begoña Oro (Croquetas y wasaps)
Necesitaba agarrarse a algo, y eso fueron los dedos de Tabitha en la palma de su mano. Nada tenía sentido, pero el contacto con su fría piel le disminuía el dolor de cabeza, el latido de su sien se acompasaba al tiempo que se aceleraba el de su pecho.
Irene Sánchez Cuenca (Volveremos a encontrarnos)
...y a partir de ese golpe el alma en pena del registrador civil contaría su historia, en todo momento con las palmas de sus manos sin dedos apretando las dos mitades de su cabeza para mantener los sesos en su sitio, que el realismo mágico no me es por completo ajeno.
Horacio Castellanos Moya (Senselessness)
Sin guerra, seguramente habrían sido amigos. Pero estaban en guerra, y en la guerra lo bueno es malo. Es malo que una persona sea buena, porque esa persona es el enemigo y el enemigo es siempre malo. Es malo sentir lástima por alguien bueno; es bueno sentir odio por alguien malo.
Jesús Díez de Palma (El festín de la muerte)
¡Desgracia mía! Así has de llamarme. Así, martirizados por el cuchillo del partero - los niños - a la madre reprochan: «¿Por qué vivimos?» Y ellas mitigando el delirio con las palmas: «Es necesario - reposa» Sí, hora del alma, como hora del cuchillo, niño, - y esta hora es bondadosa.
Marina Tsvetaeva
«El tiempo aquí es gelatinoso. Lo tratas de asir y se deshace entre las manos. Queda en tus palmas un hueco, aire. Nada cambia. Flotan el tedio y la muerte. ¿Estamos muertos? Un día descubres un delgado hilo que proviene del exterior. Lo observas con detenimiento. Puede ser una trampa. Te acercas. Es un hilo de oro, de platino, de una aleación extraña. Lo palpas con la yema de los dedos. Lo haces con prisa, pronto será jalado hacia fuera. Regresará a su destino, la limpia tierra de la libertad. Te aferras a él como la soga que te rescatará de este hálito oleaginoso. Aunque lo apretujas, el hilo se escurre de tus manos. Te corta, te sangra. Se pierde por el portón de entrada. Miras tus heridas. Refulge en ellas el oro, el platino, la valiosa aleación extraña. Te sientas a esperar su vuelta. El hilo no vuelve y, aun a la distancia, sigue cortando».
Guillermo Arriaga (Salvar el fuego)
Era demasiado pequeña y el espacio que abarcaban los mapas, demasiado grande. Eran más que una pérdida de tiempo. Eran la representación física de la ineficacia de todo aquello, mi absoluta incapacidad de desarrollar palmas que abarcaran continentes, de tener una cabeza que imaginara correctamente.
John Green (Paper Towns)
Yo soy un hombre sincero De donde crece la palma, Y antes de morirme quiero Echar mis versos del alma. Yo vengo de todas partes, Y hacia todas partes voy: Arte soy entre las artes, En los montes, monte soy. Yo sé los nombres extraños De las yerbas y las flores, Y de mortales engaños, Y de sublimes dolores. Yo
José Martí (Versos sencillos (Spanish Edition))
-Me llamo Ander. Le tendió la mano educadamente, como si hiciera un momento no le hubiera secado el ojo con toda confianza, como si no acabara de hacer la cosa mas extraña y sexy que nadie hubiera echo jamas. -Eureka. Le estrechó la mano. ¿Le sudaba la palma o era la de él? -¿De dónde sale un nombre como ese?
Lauren Kate (Teardrop (Teardrop, #1))
Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar. 4 Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Compañera, cuando amábamos (for Juanita Ramos and other spik dykes) ¿Volverán, campañera, esas tardes sordas Cuando nos amábamos tiradas en las sombras bajo otoño? Mis ojos clavados en tu mirada Tu mirada que siempre retiraba al mundo Esas tardes cuando nos acostábamos en las nubes Mano en mano nos paseábamos por las calles Entre niños jugando handball Vendedores y sus sabores de carne chamuzcada. La gente mirando nuestras manos Nos pescaban los ojos y se sonreían cómplices en este asunto del aire suave. En un café u otro nos sentábamos bien cerquita. Nos gustaba todo: las bodegas tiznadas La música de Silvio, el ruido de los trenes Y habichuelas. Compañera, ¿Volverán esas tardes sordas cuando nos amábamos? ¿Te acuerdas cuando te decía ¡tócame!? ¿Cuándo ilesa carne buscaba carne y dientes labios En los laberintos de tus bocas? Esas tardes, islas no descubiertas Cuando caminábamos hasta la orilla. Mis dedos lentos andaban las lomas de tus pechos, Recorriendo la llanura de tu espalda Tus moras hinchándose en mi boca La cueva mojada y racima. Tu corazón en mi lengua hasta en mis sueños. Dos pescadoras nadando en los mares Buscando esa perla. ¿No te acuerdas como nos amábamos, compañera? ¿Volverán esas tardes cuando vacilábamos Pasos largos, manos entrelazadas en la playa? Las gaviotas y las brizas Dos manfloras vagas en una isla de mutua melodía. Tus tiernas palmas y los planetas que se caián. Esas tardes tiñadas de mojo Cuando nos entregábamos a las olas Cuando nos tirábamos En el zacate del parque Dos cuerpos de mujer bajo los árboles Mirando los barcos cruzando el río Tus pestañas barriendo mi cara Dormitando, oliendo tu piel de amapola. Dos extranjeras al borde del abismo Yo caía descabellada encima de tu cuerpo Sobre las lunas llenas de tus pechos Esas tardes cuando se mecía el mundo con mi resuello Dos mujeres que hacían una sola sombra bailarina Esas tardes andábamos hasta que las lámparas Se prendían en las avenidas. ¿Volverán, Compañera, esas tardes  cuando nos amábanos?
Gloria E. Anzaldúa (Borderlands/La Frontera: The New Mestiza)
O Que é o Niilismo para mim? O Niilismo, é o nada; É Como ir a maior praia do mundo se ajoelhar e com uma pequena pinça pegar um único grão de areia, colocar esse grão na palma das mãos. Ir até o mar, e então soltar o grão olhar para trás e perceber a grande diferença que aquele pequeno grão de areia fez. Isso é o Niilismo, e nós somos o grão de areia.
Gerson De Rodrigues
Pensó en abandonar, pero aquello no era un juego, no se trataba de una competición entre las selecciones inglesa y alemana. Aquello era algo mucho más serio. Abandonar sería lo mismo que decirle a Hitler que podía entrar en su país; abandonar significaría entregar su patria, su casa, su familia, sus amigos, su universidad, su libertad... a quienes solo sentían desprecio por todo aquello.
Jesús Díez de Palma (El festín de la muerte)
Soy un artista. Y un artista no es más que un hombre arrastrado por un río: en una orilla está la cordura y en la otra la locura, pero él jamás encontrará el descanso en ninguna de las dos: seguirá fluyendo entre ambas, arrastrado por las aguas de su arte, alejado de la vida que se desarrolla en tierra, desde donde los demás le observan sin poder ayudarle, hasta morir en la inmensidad del mar.
Félix J. Palma
Si hay un lugar en el que puedes estar solo, serás dichoso; si conoces a alguien como la palma de tu mano, serás dichoso; si sientes la ternura en su mirada, sabrás que te ama; pero... Nunca se está solo en realidad, siempre queda la conciencia; no conoces a nadie tanto como para apostar tu vida y aún lo más importante, no hay amor que valga la pena, si la ternura en su mirada no te hace dichoso.
Yra Reybel (Tú eres mi Vanilla (Spanish Edition))
Dar aici este diferenta dintre mintile noastre, draga mea. Eu vreau sa ajung la revelatie purtat de aripi, in timp ce tu inaintezi statornic pe jos, cu lupa in mana. Eu sunt un ratacitor nestatornic, il caut pe Dumnezeu in contururile mari, caut o cale noua de cunoastere. Tu stai cu picioarele pe pamant si masori dovezile palma cu palma. Calea ta e mai rationala si mai metodica, dar eu nu pot sa mi-o schimb pe a mea.
Elizabeth Gilbert (The Signature of All Things)
E num domingo de repouso, depois do almoço, quando o vinho já estiver dizendo coisas mornas em nossas cabeças, e o sol lá fora já estiver tombando para o outro lado, eu e você sairemos de casa para fruir a plenitude de um passeio; cortando o bosque, andando depois pela alameda de ciprestes, e deixando logo para trás, em torno da capela, a elegia das casuarinas, responderemos aos apelos das palmas dos coqueiros que nos chamam para os pastos despojados, nos convidando com insistência a deitar no ventre fofo das campinas; e, quando já tivermos, debaixo de um céu arcaico, tingido nossos dentes com o sangue das amoras colhidas no caminho, só então nos entregaremos ao silêncio, vasto e circunspecto, habitado nessa hora por insetos misteriosos, pássaros de vôo alto e os sinos distantes dos cincerros [...] Tantas coisas nos esperam, me estenda a tua mão, é tudo o que te peço
Raduan Nassar (Lavoura Arcaica)
CÁNTICO DE INICIACIÓN DE LA LOGIA DE LOS BUSCADORES Trae, por favor, cosas extrañas. Vuelve, por favor, con cosas nuevas. Deja que lleguen a tus manos cosas muy antiguas. Deja que llegue a tus ojos lo que no conoces. Deja que la arena del desierto endurezca tus pies. Deja que el arco de tu pie sea las montañas. Deja que los surcos de las yemas de tus dedos sean los mapas y que los caminos que recorres sean las líneas de la palma de tus manos. Deja que entre nieve profunda al inspirar y que tu aliento sea el fulgor del hielo. Que tu boca contenga las formas de extrañas palabras. Que tu olfato huela comidas que nunca has probado. Que el manantial de un río extraño sea tu ombligo. Que tu alma esté cómoda donde no hay casas. Camina con cuidado, bienamado, camina alerta, bienamado, camina con valentía, bienamado. Vuelve con nosotros, vuelve a nosotros, sigue el eterno regreso a casa.
Ursula K. Le Guin (Always Coming Home)
Él guardó silencio, manoseando el papel entre los dedos, ella suspiró, irritada. - De acuedo. Es una lista. -alargó el brazo con la palma hacia arriba, esperando que él pusiera allí la nota. - ¿Qué clase de lista? -preguntó Gabriel con una mirada inquisitiva. - Una lista personal. -Respondió ella, tratando de imprimir en su voz un tono de femenino desdén, esperando que así se sintiera poco caballeroso y renunciara a aquella batalla en particular. - ¿Una lista de compras? ¿Una lista de libros impropios que te gustaría leer? ¿una lista de hombres...? -ella se puso colorada antes esa última preguta y él hizo una pausa al tiempo que agrandaba los ojos- Santo Dios, Callie, ¿es una lista de hombres? Callie golpeó el suelo con el pie, en un gesto repleto de irritación. - ¡Santo cielo, no! Da igual lo que contenga la lista, Ralston. Lo único que cuenta es que me pertenece. - Esa no es una buena respuesta, emperatriz -señaló él, y comenzó a abrir la nota.
Sarah MacLean (Nine Rules to Break When Romancing a Rake (Love By Numbers, #1))
Un nesimtit bucurestean expediat în Oradea ar putea descoperi aici surprize greu digerabile. Exista sclifositi prevenitori, care practica o discriminare abuziva si îngaduie accesul în vehicul pe criterii iesite din uz: vârsta, sex, eventual betesuguri trupesti. Fiind vorba tot de creaturi de la bunul Dumnezeu lasate, acesti indivizi jalnici, hraniti cu perfuziile unei nostalgii culpabile, nu pot fi lichidati si nici macar închisi în rezervatii. În fata lor, nesimtitul are o singura varianta: actiunea directa. Ea se comprima într-o formula fara echivoc: darea de buzna. Nesimtitul e cel care, prin puterea exemplului, îi supune pe pasageri unei pedagogii simple, dar de o somptuoasa utilitate. Într-un autobuz nu se suie, ci se navaleste. Stilistica momentului trebuie sa aiba ceva de meleu rugbistic, de caft pe maidan, de îmbulzeala ceausista la tejghea, când vânzatoarea le anunta celor o suta de soimi ai cozilor ca mai erau doar treizeci de pachete cu gâturi si gheare de pui. Accesul în mijlocul de transport respecta o lege naturala, cu ecouri darwiniene: the survival of the fittest5. Primii urcati sunt plavanii musculosi, liceenii cu viteza de reactie, haidamacii cu palma cât cazmaua si ceafa încretita ca blana de sharpey. Ei îsi asigura întâietatea distribuind galant ghionturi care disloca fulgerator, maturând din cale concurenta fragila, calcând apasat pe bombeuri si principii. Li se alatura sporadic câte o gospodina teribila, gata sa preschimbe plasa cu morcovi în arma alba si umbrela în sulita. Asaltul treptelor se face icnit, iar când argumentele fizice nu ajung, e loc oricând pentru un îndemn categoric — «Da-te, fa, la o parte ca-mi iei aerul!» — sau o constatare dusmanoasa: «Te cauta moartea pe-acasa si tu te plimbi pe benzina statului». În cazurile speciale, ceea ce nu se poate regla din limbaj sau bicepsi îsi gaseste rezolvarea printr-o flegma bine tintita, pe pantofii sau între ochii cârtitorului.
Radu Paraschivescu (Ghidul nesimţitului)
No es justo. —No, no lo es. La vida no suele ser justa. Pero la sobrellevamos lo mejor que podemos. Y nos damos el lujo de confiar en que las cosas saldrán bien. Porque vivir sin esperanza en realidad no es vivir. —Debes decírselo. Tienen que saber quién eres. —¿Por qué? —¡Para que vean que no están solos! —exclamó Linus golpeando con las palmas la pared que tenía detrás—. Que la magia se encuentra donde menos la esperamos. ¡Que cuando sean mayores, podrán ser lo que ellos quieran!
T.J. Klune (The House in the Cerulean Sea (Cerulean Chronicles, #1))
Mi-am plimbat palma peste foi şi am simţit în vârful degetelor viaţa pe care mi-o transmiteau ecuaţiile scrise de Profesor. Se înşiruiau una după alta, formând un lung şir ca o funie rezistentă care se aşternea la picioarele mele. M-am apucat de ea şi mi-am dat drumul în abis. Nu mai era nimic în jur, lumina pierise, nu se auzea nici un sunet, dar nu-mi era frică. Ştiam că drumul pe care mi-l deschideau caietele Profesorului mă va călăuzi către Adevăruri eterne pe care nimic nu le poate schimba.
Yōko Ogawa (The Housekeeper and the Professor)
—Di el nombre de un héroe que fuera feliz. […] No eres capaz. —Se incorporó y se inclinó hacia delante. —No. —Lo sé. Nunca te dejan ser famoso y feliz. —Enarcó una ceja—. Voy a contarte un secreto. —Dime. —Me encantaba cuando se comportaba así. —Yo voy a ser el primero. —Me cogió por la palma de la mano y la sostuvo con la suya—. Júralo. —¿Por qué yo? —Porque tú eres la razón. Júralo. —Lo juro —repliqué, perdido en el intenso arrebol de sus mejillas y el flamear de sus ojos. —Lo juro —repitió él.
Madeline Miller (The Song of Achilles)
...pasó varios minutos dirigiendo la mirada de las estanterías a sus dedos y de estos a las estanterías. ¿Cuántos libros había tocado? ¿Cuántos había sentido? Se acercó y repitió, esta vez mucho más despacio, con la palma de la mano extendida para notar el pequeño obstáculo que suponía cada libro. Era mágico, era hermoso, era como si todo estuviera iluminado por deslumbrantes rayos de luz reflejados por una lámpara de araña. Se vio tentada a sacar algún libro, pero no se atrevió a molestarlos. Eran demasiado perfectos.
Markus Zusak (The Book Thief)
„- Pentru că lumea de acolo va distruge ce avem aici. O să corupă totul. Acolo ne rănim unul pe celălalt în o mie de moduri în fiecare zi. Aici, îmi pun palma peste inima lui, e diferit. Am mai trecut prin asta și înainte, mi-am permis să visez și să sper la viața asta. Privirea îmi rătăcește prin cotloanele întunecate ale încăperii. Am avut-o pentru o vreme… am avut totul, toată fericirea la care am visat. Și acum știu că singurul adevăr din viața mea e cine și ce sunt în Elite… cine am fost mereu. Restul nu e decât iluzie.
Monica Ramirez (Recviem pentru un asasin (Alina Marinescu #6))
Querida Emmi: En la palma de mi mano izquierda, más o menos en el centro, donde la línea de la vida, surcada por gruesas arrugas, dobla hacia la arteria, allí hay un punto. Lo examino, pero no puedo verlo. Lo miro fijamente, pero no se deja sujetar. Sólo puedo tocarlo. También lo noto con los ojos cerrados. Un punto. La sensación es tan intensa que me da vértigo. Si me concentro en él, su efecto se expande hasta los dedos de los pies. Me produce hormigueo, me hace cosquillas, me da calor, me excita. Estimula mi circulación, dirige mi pulso, determina el ritmo de los latidos de mi corazón. Y en la cabeza surte su efecto embriagador como una droga, amplía mi conciencia, extiende mi horizonte. Un punto. Tengo ganas de reír de alegría, por lo bien que me hace. Tengo ganas de llorar de felicidad, porque lo poseo y porque me embarga y me colma hasta la médula. Querida Emmi, en la palma de mi mano izquierda, donde se encuentra ese punto, esta tarde —debían de ser aproximadamente las cuatro— tuvo lugar un incidente en la mesa de un café. Mi mano iba a coger un vaso de agua, cuando vinieron de frente los dedos ligeros de otra mano más suave, intentaron frenar, intentaron evitarla, intentaron impedir la colisión. Por poco lo logran. Por poco. Durante una fracción de segundo, la delicada yema de un dedo que pasaba volando fue arrollada por la palma de mi mano que iba a tomar el vaso. Ello dio como resultado un leve roce. Lo he grabado en mi memoria. Nadie me lo quita. Te siento. Te conozco. Te reconozco. Eres la misma. Eres la misma persona. Eres real. Eres mi punto. Que duermas bien.
Daniel Glattauer
La muerte era de una naturaleza piadosa, significativa y tristemente bella, es decir, espiritual; pero, al mismo tiempo, también poseía una segunda naturaleza, casi contraria, muy física y material que, desde luego, no se podía considerar bella, ni significativa, ni piadosa, ni siquiera triste. La naturaleza solemne y espiritual se expresaba en la suntuosa mortaja y ataúd del difunto, las magníficas flores y las palmas que, como se sabe, significan la paz celestial (...) Todas aquellas disposiciones claramente hallaban su sentido y su buen fin en la idea de que el abuelo había adoptado su forma definitiva y verdadera para siempre. Pero además, como muy bien captó el pequeño Hans Castorp, aunque no quiso reconocerlo, todo aquello, y especialmente a su vez, la enorme cantidad de flores (y, entre éstas, en particular de nardos) tenía otro sentido y otro fin más prosaico: mitigar ese otro aspecto de la muete que no es ni bello ni realmente triste, sino más bien casi indecente, bajo, indignamente físico; hacer olvidar o impedir tomar conciencia de la muerte (pp.43-44)
Thomas Mann
—Ella no significa nada para mí. —La voz de Dank envió un hormigueo por mi cuello y en mi pecho—. Nunca te mentiría, Pagan. —dijo, con urgencia, contra mi oreja. Abrí los ojos para mirar hacia él, con ganas de ver el azul de sus ojos. Sus labios rozaron la punta de mi oreja e hizo un sendero hasta mi cara. Ambas manos se apoderaron de mi cintura tirando de mí con fuerza, contra su cuerpo—. Tú me tientas. No puedo caer en la tentación.No estoy hecho para ser tentado pero, Pagan Moore, me tientas. Desde el momento en que vine por ti me atrajiste. Todo acerca de ti... —Una de sus manos que se posaba en la parte izquierda de mi cintura, se trasladó hasta acariciar suavemente mi brazo—. Tú me vuelves loco de necesidad. De deseo. No lo entendía al principio. Pero ahora lo sé. Es tu alma llamándome. Las almas no significan nada para mí. No se supone que deban. Pero la tuya se ha convertido en mi obsesión. —Bajó la cabeza a mi hombro y me besó en la curva de mi cuello. Su mano se movió por debajo de mi camisa y el calor de la palma de su mano descansaba sobre mi vientre desnudo. Un pulso de calor se apoderó de mí y me apretó fuertemente contra él para que no me cayera—. Quiero matar a ese chico cada vez que veo sus manos sobre ti. —Besó el camino hasta mi cuello y arqueé mi cuello en respuesta a darle un mejor acceso. Nada se había sentido así. Su tacto era como una droga—. Quiero arrancar los brazos de su cuerpo para que no te pueda tocar de nuevo. —Un gruñido bajo, familiar vibraba en mi espalda—. Pero no puedo tenerte, Pagan. No estás hecha para mí. —Su voz sonaba torturada. Quería consolarlo. Él me reclamó también. De alguna manera, había entrado en mi mundo y se había convertido en el centro del mismo.
Abbi Glines (Existence (Existence, #1))
¿PARADOJAS DEL DESTINO? Sentí un silencio frío y absoluto. ¡Dani! ¡Hijito! ¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Te hiciste daño?¡¿Daniiiii?! ¿Por qué no me contestás hijo? Qué oscuro y frío está todo. No puedo ver nada. Qué silencio. ¿Dani? ¿Me escuchás? ¿Estás bien hijito? No tendría que haber mirado ese mensaje mientras manejaba. ¡Qué estúpido que soy a veces! Hijito, ¿estás bien? ¡Volcamos y nos hicimos pelota! No veo ni escucho nada, no sé dónde estoy. ¿Estaré internado? ¿Estaré muerto? ¿Dani? Me mata tu silencio. ¡¿Estás bien?! Pará, ya puedo ver un leve resplandor. Me siento atrapado. Dani, ¿estás ahí? Carajo, no puedo moverme. Estoy como envuelto en un plástico. Tengo que salir de acá. Hay una luz ¿la ves Dani? Es cada vez más intensa. A ver, sí, creo que puedo romper esta envoltura. Ya estoy casi afuera. La luz me enceguece. Qué lugar más extraño. Nunca había visto algo así ¿y vos? No se parece a la Tierra. ¿Estaré muerto? ¿En otro planeta? ¡Uy, por Dios, y esos monstruos espantosos! ¡Qué asquerosos y espeluznantes que son! Parecen extraterrestres. ¡Son Aliens! ¡Estoy en otro planeta, claramente! No puedo creerlo. Necesito escapar urgente o estos monstruos seguro que me devoran. Tengo que alejarme. Tengo mucho miedo. ¿Estoy flotando? ¿Estoy volando? Sí, vuelo. ¿A ver? Voy a subir más alto para tratar de escapar. Ya no veo a los Aliens y el paisaje parece menos aterrador. Creo que lo logré. Hay mucho viento. ¿Es eso una carretera? Se ven como unos vehículos allá abajo. ¿Serán los transportes de los extraterrestres? Voy a descender un poco. ¡Veo personas! ¿Estoy en la Tierra? ¿Será esto un universo paralelo? ¿Dónde estará Dani? ¡Daniiiiii! No tendría que haber mirado ese mensaje mientras manejaba. Esa torre que está allá abajo se parece mucho al tanque de agua de mi pueblo. Es idéntica; pero la torre de mi pueblo no tiene ese inmenso edificio al lado. Todo esto es muy semejante a mi barrio, pero no es exactamente igual: hay muchos más edificios acá. Ahí está el río. Ah, y la fábrica. Definitivamente es mi barrio, pero luce algo diferente. Debo estar en un universo paralelo nomás. Es increíble que pueda flotar. La gente parece no advertir mi presencia. ¿Seré un fantasma? Tengo que volver a mi casa para ver si está Dani. Dios quiera que esté sano y salvo. Gabriela debe estar preocupadísima por el choque. ¡Ahí está mi casa! ¿Y esos autos de quiénes serán? La fachada está pintada de otro color. ¡Qué extraño todo! Hay alguien en el jardín. ¡Qué crecidos están los árboles que planté en primavera! Es…es… ¡¿Dani?! Sí, ¡sí! ¡Es Dani! Pero qué cambiado está, parece más grande, parece… ¡todo un muchacho! Lo importante es que está bien por suerte. Necesito abrazarlo bien fuerte y decirle cuánto lo quiero. ¿Podrá verme si soy un fantasma? Me voy a acercar despacito para no asustarlo. Necesito tocarlo, acariciarlo. ¿No me ve? Me voy a acercar más. Ahora sí, al menos movió la cabeza, creo que ya notó mi presencia. ¡Qué hambre me agarró de golpe! ¡No puedo detenerme! ¡¿Qué haces hijito?! ¡Soy yo! ¡Tu papá! ¿Hijito querido? ¡No puedo frenarme! ¡Tengo demasiada hambre! ¡Ahhhh qué ricoooo! ¡Qué placeeeer! ¡Nooo Daniii! ¡Noooooo!... ¡Soy tu papá!... ¡Pafffff! –Mamá, trae repelente que está lleno de mosquitos en el jardín –gruñó Daniel, mientras limpiaba en su pantalón la sangre que tenía en la palma de su mano derecha. Gabriela, que justo salía, frenó con brusquedad su marcha, se dio vuelta hacia la casa, y gritó: -¡Querido, trae por favor el repelente que está arriba de la chimenea! De nuevo el silencio frío y absoluto. FIN
Gonzalo Guma (Equinoccio. Susurros del destino)
Apanhada a moeda, desato a bater palmas, e aplaudo até me arderem as mãos. Aplaudo como se dessa maneira pudesse prolongar aquela sessão, transformando a Noite de reis numa noite eterna. E continuo a aplaudir para conseguir manter esta sensação. Continuo a aplaudir porque sei o que vai acontecer quando parar: é o mesmo que acontece quando desligo a televisão depois de ver um grande filme, um daqueles filmes em que a pessoa se perde: o regresso à realidade, mas com um grande vazio no peito. Às vezes, chego a ver o filme todo outra vez, para tentar recuperar aquela sensação de estar dentro de uma coisa real, embora saiba perfeitamente que isto não faz sentido nenhum.
Gayle Forman (Just One Day (Just One Day, #1))
De pronto quedó enfocada la idea de mi futuro: aún no existía. Lo estaba construyendo, al estar allí de pie, al respirar, al sostener con calma el aire alrededor de mi cuerpo, al tratar de capturar algo-un pensamiento, imagino-, como si tal cosa fuese posible, como si creyese en la ilusión que describían aquellos cuadros: que se podía apresar el tiempo y mantenerlo cautivo. No sabía lo que era real. Así que no me aparté. En vez de eso, alargué la mano. Toqué el marco del cuadro y luego puse la palma en la superficie seca y rugosa del lienzo, solo para demostrarme que no había ningún dios espiándome el alma, que el tiempo no era inmemorial. Que las cosas eran solo cosas
Ottessa Moshfegh
Él era, después de todo, antari. Y los antari podían hablarle a la sangre. A la vida. A la magia misma. El elemento primero y final, el que vivía en todo y era de ninguno. Pudo sentir la magia agitándose contra la palma de su mano, la pared de ladrillos se calentó y enfrió al mismo tiempo con ella. Kell dudó, esperando a ver si respondía al llamado sin que se lo pidiera. Pero esta se contuvo, esperando a que él le diera voz a su comando. La magia básica podía hablar cualquier lengua, pero la magia antari —la verdadera magia, la magia de sangre— hablaba una y solo una. Kell flexionó los dedos sobre la pared. —As Travars —dijo. Viajar. Esta vez, la magia escuchó y obedeció. El mundo osciló y Kell dio un paso adelante.
Victoria E. Schwab (A Darker Shade of Magic (Shades of Magic, #1))
El mundo fantástico son las tinieblas que hay en el interior de nuestra mente. Antes de que en el siglo XIX Freud y Jung arrojaran luz sobre todo esto con sus análisis del subconsciente, la correlación entre ambas tinieblas era, para la mayoría de las personas, un hecho tan obvio que no valía la pena pararse a reflexionar sobre él. Ni siquiera era una metáfora. Y si nos remitimos a épocas anteriores, ni siquiera era una correlación. Hasta que Edison inventó la luz eléctrica, la mayor parte del mundo vivía, literalmente, envuelto en unas tinieblas tan negras como la laca. Y no existía frontera alguna entre las tinieblas físicas del exterior y las tinieblas interiores del alma, ambas se entremezclaban. Más aún, se confundían en una. De esta manera. -Y Oshima aprieta la palma de una mano contra la otra-. En la época en que vivía Murasaki Shikibu, los espíritus vivos eran a la vez un fenómeno fantástico y una disposición del espíritu de lo más normal, algo que estaba allí. Pensar en estas dos clases de oscuridad como algo separado era algo que, probablemente, no pudiera hacer la gente de aquella época. Pero para nosotros, que estamos en el mundo actual, las cosas son distintas. Las tinieblas del mundo exterior han desaparecido, pero las tinieblas de nuestra alma continúan inalteradas. Una gran parte de lo que llamamos yo o consciencia permanece oculta en el reino de las tinieblas, como un iceberg. Esta disociación, en algunos casos, crea en nosotros confusión y grandes contradicciones
Haruki Murakami (Kafka on the Shore)
Después de escucharlo todo, Whitman escribe: «Iracundas y amargas olas me cortan, casi me ahogo». Pensé que era perfecto. Escuchas a las personas para poder imaginarlas, oyes todas las cosas terribles y maravillosas que las personas hacen de sí mismas y a los demás, pero al final escuchar te ahoga todavía más que la gente a la que intentas escuchar. Unas páginas después —escuchando y ahogándose—, Whitman empieza a escribir sobre los viajes que puede hacer con la imaginación, y enumera todos los lugares a los que puede ir tumbado en a hierba. «Las palmas de mis manos abarcan continentes», escribe. Pienso en mapas, en cómo de niño observaba de vez en cuando un atlas, y el mero hecho de observarlo era como estar en otro sitio. Eso era lo que tenía que hacer. Tenía que oír e imaginar mi camino en su mapa.
John Green (Paper Towns)
Los recuerdos no son como las palabras; son suaves y viscosos. Están cubiertos de un limo pegajoso, igual que un pene tras el acto sexual, o la vagina durante la menstruación, y tienen la forma de renacuajos o culebrillas de agua. Cuando estos recuerdos durmientes despiertan, empiezan por retorcerse, después nadan, primero despacio, poco a poco más rápido, hasta la superficie. Y una vez que llegan ahí, tus sentidos se cierran. La primera oleada te da en los labios, después en la palma de las manos, en los dedos del pie, en las axilas. Algunos recuerdos se escapan por los poros de la piel y merodean por tu cuerpo como una niebla, esperando a que lleguen los demás y se les unan. Cuando ya están todos ahí, se juntan para formar una imagen, y es como si se encendiera una pantalla de televisor ante tus ojos.
Ryū Murakami (Piercing)
Leonardo era un maestro de los gestos, pero también sabía hacerlos enigmáticos, de modo que el espectador participara en la obra. ¿Baja la mano como diciendo: «Lo sabía»? ¿Señala con el pulgar a Judas? Ahora detengámonos en Mateo. Con las palmas de las manos vueltas hacia arriba, ¿apunta a Jesús o a Judas? El espectador no tiene por qué avergonzarse por su confusión; a su manera, Mateo y Tadeo también lo están sobre lo que acaba de ocurrir, intentan aclararse y acuden a Simón el Zelote en busca de respuesta. Jesús tiende la mano derecha hacia un vaso de vidrio lleno una tercera parte de vino tinto. En un detalle deslumbrante, se le ve el meñique a través del vaso, más allá del cual hay un plato y un pedazo de pan. La mano izquierda de Jesús, con la palma hacia arriba, se alarga hacia otro pedazo de pan, al que contempla bajando la mirada. La perspectiva y la composición de la pintura, en especial vista desde la puerta que los monjes usaban para acceder al refectorio, guían la mirada del espectador en la misma dirección que los ojos de Jesús, descendiendo por su brazo izquierdo hasta el pedazo de pan. Ese gesto y esa mirada crean el segundo momento destacado en el relato pictórico: el de la institución de la eucaristía. En el Evangelio según san Mateo, esta ocurre en el momento posterior al anuncio de la traición: «Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: “Tomad, comed, este es mi cuerpo”. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: “Bebed de ella todos, porque esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados”». Este pasaje del relato parte de Jesús para abarcar tanto la reacción a su revelación de que Judas lo traicionaría como la institución del santísimo sacramento.[11]
Walter Isaacson (Leonardo da Vinci: La biografía (Spanish Edition))
Yo lo sabía, sabía que ella me había cogido la mano de una manera espontánea, pero que, en realidad, lo había hecho porque deseaba hacerlo. Aún hoy recuerdo el tacto de su mano aquel día. Es un tacto diferente a cualquier otro que haya experimentado después. Era simplemente la mano pequeña y cálida de una niña de doce años. Pero en aquellos cinco dedos y en aquella palma se concentraban, como en un catálogo, todas las cosas que yo quería saber, todas las cosas que tenía que saber. Y ella, al tomarme de la mano, me las enseñó. Me enseñó que en el mundo real existía un lugar como aquél. Durante diez segundos tuve la sensación de haberme convertido en un pajarillo perfecto. Surcaba el aire, sentía el viento. Desde las alturas, podía ver paisajes lejanos. Tan remotos que no era capaz de vislumbrar con claridad lo que había. Pero supe que existían. Y que algún día iba a visitarlos. Esa certeza me dejó sin aliento, me hizo estremecer.
Haruki Murakami (South of the Border, West of the Sun)
¿Cuándo cambié a tus ojos? Adam me miró con otro «tú estás loca». —No pienso contártelo. —¿Por qué no? —Porque es una de esas cosas de tíos que no entenderías y que probablemente te cabreará. Genial. Ahora estaba definitivamente intrigada. —No me enfadaré. Solo dímelo por favor —le supliqué con dulzura. —Vale. —Me miró con cautela—. Fue la mañana siguiente a tu decimoctavo cumpleaños. Mis ojos se agrandaron al recordarlo. «¿En serio?» —Sí, la mañana en la que tú… oh, casualmente, me dijiste que habías perdido la virginidad. ¿Fue ese el momento en que se dio cuenta de que sentía algo por mí? Dios… Joss tenía razón, los hombres era trogloditas. (...) Adam había estado celoso. No fue lo que me pareció en aquel momento. —Supe que estabas enojado conmigo, pero creí que era otro de esos episodios de «hermano mayor sobreprotector». —¡No! —Adam movió la cabeza sombríamente, se echó hacia atrás y se apoyó en las palmas de las manos—. Fue uno de esos episodios «estoy buscando a la hermana pequeña de mi mejor amigo, que me acaba de decir que se ha acostado con un tío por primera vez y lo único que veo son sus labios hinchados y su pelo revuelto recién salido de la cama y me he puesto jodidamente cachondo». —Sus ojos se detuvieron en mi boca conforme recordaba—. Mi cuerpo reaccionó a lo que habías dicho antes de que pudiera hacerlo mi cabeza. De repente me encontré preguntándome cómo sería ser acariciado por tus labios, a qué sabrías, cómo me sentiría al tener tus largas piernas alrededor de mi espalda mientras empujaba dentro de ti... —Me sacudí, notando cómo se me calentaba la piel ante el conocimiento de que Adam había estado teniendo pensamientos lascivos sobre mí durante mucho tiempo sin que yo tuviera ni idea—. Así que me cabreé. Conmigo por desearte así. Y también contigo… por dejarle probarte… Nuestras miradas se encontraron y mi respiración se tornó pesada. Supe que si no decía nada terminaríamos haciendo el amor en la segunda habitación antes de que pudiéramos acabar nuestro paseo por el sendero de la memoria.
Samantha Young (Until Fountain Bridge (On Dublin Street, #1.5))
¡Si mi fue tornase a es, sin esperar más será, o viniese el tiempo ya de lo que será después...! GLOSA Al fin, como todo pasa, se pasó el bien que me dio Fortuna, un tiempo no escasa, y nunca me le volvió, ni abundante, ni por tasa. Siglos ha ya que me vees, Fortuna, puesto a tus pies; vuélveme a ser venturoso; que será mi ser dichoso si mi fue tornase a es. No quiero otro gusto o gloria, otra palma o vencimiento, otro triunfo, otra vitoria, sino volver al contento que es pesar en mi memoria. Si tú me vuelves allá, Fortuna, templado está todo el rigor de mi fuego, y más si este bien es luego, sin esperar más será. Cosas imposibles pido, pues volver el tiempo a ser después que una vez ha sido, no hay en la tierra poder que a tanto se haya estendido. Corre el tiempo, vuela y va ligero, y no volverá, y erraría el que pidiese, o que el tiempo ya se fuese, o volviese el tiempo ya. Vivo en perpleja vida, ya esperando, ya temiendo: es muerte muy conocida, y es mucho mejor muriendo buscar al dolor salida. A mí me fuera interés acabar; mas no lo es, pues, con discurso mejor, me da la vida el temor de lo que será después
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quixote de La Mancha II (Don Quijote de la Mancha, #2))
¿Me ha dicho Él que Su plan es salvarme? Si es así, yo estoy seguro para siempre: “Mi nombre de las palmas de Sus manos No podrá borrar la eternidad, Grabado permanece en Su corazón, Con las marcas de la Gracia indeleble.” Yo no sé cómo se las arreglan algunas personas para ser felices cuando creen que un cristiano puede caer de la gracia. Debe ser una cosa muy loable en ellos poder sobrevivir cada día sin desesperar. Si yo no creyera en la doctrina de la perseverancia final de los santos, yo pienso que sería el más miserable de los hombres, pues no tendría ninguna base de consuelo. No podría decir, independientemente de la condición de mi corazón, que yo sería como una fuente de agua cuyo suministro no se iba a acabar. Más bien debería hacer la comparación con una fuente intermitente que se puede detener súbitamente, o un estanque acerca del cual yo no podría estar seguro que siempre estará lleno. Yo creo que los cristianos más felices y verdaderos son aquellos que no se atreven a dudar de Dios nunca, sino que aceptan Su palabra de la manera tan sencilla como es revelada y creen en ella y no hacen ninguna pregunta; simplemente tienen la certeza que si Dios lo ha dicho, debe ser así.
Charles Haddon Spurgeon (Una defensa al Calvinismo (Spanish Edition))
Supongo que si a uno le gustaban las perras frígidas que escondían corazones atados con oro, se podría decir razonablemente que el Gran Príncipe Justin de Verania era un hombre atractivo. Claro, a menudo parecía que había mordido el más amargo de los limones (algo de lo que había intentado curarlo, pero que parecía empeorar), pero hombres y mujeres amaban su piel de porcelana, alabando poéticamente sus rizos marrón chocolate. Qué majestuoso es, exclamaban. Qué hermoso. Era como si los dioses mismos tuvieran algo que ver. Incluso después de que esencialmente lo había reencarnado, se veía bien constituido. Era escultural, de hombros anchos y cintura estrecha. Tenía dedos elegantes y palmas encallecidas, un testimonio de lo bien versado que estaba como espadachín. Su lujosa túnica bordada se estiraba ajustando sus brazos y pecho. Sus pantalones tenían la cantidad justa de tiro entre sus muslos y... —Santa mierda —respiré—. Eres de ensueño. Él dijo: —¿Qué? —Sin inflexión alguna. —Me gustas, no, solo... dame un momento. Mi visión del mundo ha cambiado y estoy luchando para seguir adelante. Y qué... más o menos es un día normal para ti, ¿no? —¿Cuándo te volviste atractivo? —Exigí. —¿Estás seduciéndome? —preguntó con incredulidad. —¡Qué! ¡No! Por supuesto no. Al menos, creo que no. ¿Soy yo? Realmente necesito sentarme y pensar en esto. ¿Qué estoy haciendo? ¿Con esto? ¿Con mi vida? Oh, dioses míos, ¿qué estoy haciendo con mi...
T.J. Klune
— Arranquei do calendário os dias de Maio e de Junho, disse Susan, e vinte e dois dias de Julho. Arranquei-os e amarfanhei-os, e por isso já só existem como um peso no meu coração. São dias mutilados, como borboletas nocturnas com as asas arrancadas, incapazes de voar. Já só faltam oito dias. Dentro de oito dias, descerei do comboio e ficarei parada no cais às seis e vinte e cinco. A minha liberdade vai então desabrochar, fazendo estalar todas as obrigações que me tolhem e diminuem — os horários, a ordem, a disciplina, o ter de estar aqui e ali a horas certas. O dia explodirá de brilho quando eu abrir a porta e vir o meu pai com o seu velho chapéu e as polainas. Vou tremer. Romper em lágrimas. Depois, na manhã seguinte, levanto-me de madrugada. Saio pela porta da cozinha. Irei pelo paul, ouvindo trovejar atrás de mim os grandes cavalos montados por fantasmas que de súbito se detêm. Verei a andorinha roçando a erva. Vou atirar-me para um banco junto ao rio e ficar a ver os peixes deslizando entre os juncos. Terei nas palmas das mãos as marcas das agulhas dos pinheiros. Então poderei desdobrar e examinar com atenção tudo o que aqui nasceu em mim, qualquer coisa de duro. Porque alguma coisa cresceu dentro de mim, através do Inverno e do Verão, dos dormitórios e escadarias. Ao contrário de Jinny não quero ser admirada. Não quero que as pessoas ergam os olhos de admiração quando entro. Quero dar e receber e quero a solidão onde possa desdobrar em paz tudo o que possuo.
Virginia Woolf (The Waves)
ele se deixava corroer pelos vermes de suas lembranças/ […] descanso minha cabeça entre essas palmas cheias de estrelas, cruzes e precipícios que um dia compuseram o meu destino./ Pois toda dor à qual nós nos abandonamos transforma-se em serenidade./ […] há muito foi mumificado pela mentira da glória./ Desperto cada noite sob o incêndio do meu próprio sangue./O respeito devido aos mártires acaba por enobrecer o instrumento ignóbil do suplício. Não basta amar as criaturas; é preciso adorar sua miséria, seu aviltamento, sua desgraça./[…] pareço-me com a Morte, a velha amante de Deus./A verdade é que Ele não me salvou nem da morte, nem dos males, nem do crime, porque é através deles que somos salvos. Salvou-me, porém, da felicidade./ Há seis dias, há seis meses… São passados seis anos, passar-se-ão seis séculos… Ah! Morrer para fazer parar o Tempo…[…]/ Falo-te em surdina porque só quando falamos em voz baixa escutamos a nós mesmos./ Toda vez que uma dor vinha até mim eu me apressava em sorrir-lhe para que ela me sorrisse em retribuição./ A ambição é apenas um logro. A sabedoria enganou-se. E o próprio vício mentiu. Não existe nem virtude, nem piedade, nem amor, nem pudor, nem os seus contrários, mas apenas uma concha vazia dançando no alto de uma alegria que é também a Dor, um clarão de beleza na tempestade das formas./ O amor é um castigo. Somos punidos por não termos podido permanecer sós…/ Pois, se o Tempo é o sangue dos vivos, a Eternidade deve ser o sangue das trevas./Criatura magnética, demasiado etérea para o solo, muito carnal para o céu, seus pés besuntados de cera romperam o pacto que nos une à terra./ Safo mergulha, tendo os braços abertos como para abraçar a metade do infinito./ Só se pode construir a felicidade sobre alicerces de desespero. Creio que vou poder começar a construir
Marguerite Yourcenar (Fires)
Del ovillo enmarañado de la memoria, de la oscuridad, de los nudos ciegos, tiro de un hilo que me aparece suelto. Lo libero poco a poco, con miedo de que se deshaga entre mis dedos. Es un hilo largo, verde y azul, con olor a cieno, y tiene la blandura caliente del lodo vivo. Es un río. Me corre entre las manos, ahora mojadas. Toda el agua me pasa por entre las palmas abiertas, y de pronto no sé si las aguas nacen de mí o hacia mí fluyen. Sigo tirando, no ya sólo memoria, sino el propio cuerpo del río. Sobre mi piel navegan barcos, y soy también los barcos y el cielo que los cubre y los altos chopos que lentamente se deslizan sobre la película luminosa de los ojos. Nadan peces en mi sangre y oscilan entre dos aguas como las llamadas imprecisas de la memoria. Siento la fuerza de los brazos y la vara que los prolonga. Al fondo del río y de mí, baja como un lento y firme latir del corazón. Ahora el cielo está más cerca y cambió de color. Y todo él es verde y sonoro porque de rama en rama despierta el canto de las aves. Y cuando en un ancho espacio el barco se detiene, mi cuerpo desnudo brilla bajo el sol, entre el esplendor mayor que enciende la superficie de las aguas. Allí se funden en una sola verdad los recuerdos confusos de la memoria y el bulto súbitamente anunciado del futuro. Un ave sin nombre baja de no sé dónde y va a posarse callada sobre la proa rigurosa del barco. Inmóvil, espero que toda el agua se bañe de azul y que las aves digan en las ramas por qué son altos los chopos y rumorosas sus hojas. Entonces, cuerpo de barco y de río en la dimensión del hombre, sigo adelante hasta el dorado remanso que las espadas verticales circundan. Allí, tres palmos enterraré mi vara hasta la piedra viva. Habrá un gran silencio primordial cuando las manos se junten con las manos. Después lo sabré todo.
José Saramago (Las pequeñas memorias)
Antes de que nos diéramos cuenta de lo que estaba pasando. Era como el desenlace de un largo conflicto. Nos dejamos caer como satélites en llamas, abandonándonos a la gravedad que nos imantaba, abrazándonos y riéndonos. Ortega emitió unos jadeos excitados cuando mis manos se introdujeron en su kimono, con mis palmas acariciándole los pezones erectos, sus senos adaptándose a mis manos como si hubiesen sido diseñados para ello. El kimono fue cayendo poco a poco, después frenéticamente arrancado, dejando al descubierto una espalda de nadadora. Me quité la camisa y la chaqueta de una vez, mientras las manos de Ortega se debatían con mi cinturón, abrieron la bragueta y una mano de largos dedos se deslizó por la abertura. Noté la callosidad de cada base de sus dedos acariciándome. Salimos de la sala, no sabría decir cómo, y nos dirigimos hacia la cabina de atrás. Miré los largos músculos de sus muslos; yo era Ryker, era yo, porque me sentía como un hombre que por fin vuelve a casa. Allí, en la habitación cubierta de espejos, ella se acostó boca abajo, sobre las sábanas revueltas, se arqueó y yo la penetré hasta el fondo. Ortega estaba en llamas. Me hundí en un baño de aguas calientes. Los ardientes hemisferios de sus nalgas marcaban mis caderas a cada sacudida. Delante de mí, su columna ondulaba y se retorcía como una serpiente. El pelo le caía sobre la nuca con una elegancia caótica. En los espejos que nos rodeaban, Ryker se inclinó para acariciarle los senos, después las costillas, la redondez de los hombros, mientras ella se aupaba y volvía a desplomarse como el océano que rodeaba la nave. Ryker y Ortega, frotándose juntos como los amantes reunidos de una obra clásica. Sentí que el primer orgasmo la recorría, pero cuando ella se volvió para mirarme a través del pelo enmarañado, con los labios entreabiertos, perdí todo control. Me pegué a ella vaciándome hasta el último de los espasmos. Me desplomé sobre la cama y salí de su cuerpo como si naciera de nuevo. Su orgasmo continuaba.
Richard K. Morgan
Cuéntase de los Castilla, para comprobar lo ensoberbecidos que vivían de su alcurnia, que cuando rezaban el Avemaría usaban esta frase: Santa María, madre de Dios, parienta y señora nuestra, ruega por nos.
Ricardo Palma (Tradiciones peruanas (Spanish Edition))
—Amigo mío, lo hecho está bien hecho; y mejor andaría el mundo si, en casos dados, no fuesen leguleyos trapisondistas y demás cuervos de Temis, sino duendes, los que administrasen justicia. Y con esto, buenas noches y que Dios y Santa María nos tengan en su santa guarda y nos libren de duendes y remordimientos.
Ricardo Palma (Tradiciones peruanas (Spanish Edition))
Ele dorme dentro da minha alma E às vezes acorda de noite E brinca com os meus sonhos. Vira uns de pernas para o ar, Põe uns em cima dos outros E bate as palmas sozinho Sorrindo para o meu sono.
Fernando Pessoa (Poemas Completos de Alberto Caeiro (Portuguese Edition))
Querida Emmi: En la palma de mi mano izquierda, más o menos en el centro, donde la línea de la vida, surcada por gruesas arrugas, dobla hacia la arteria, allí hay un punto. Lo examino, pero no puedo verlo. Lo miro fijamente, pero no se deja sujetar. Sólo puedo tocarlo. También lo noto con los ojos cerrados. Un punto. La sensación es tan intensa que me da vértigo. Si me concentro en él, su efecto se expande hasta los dedos de los pies. Me produce hormigueo, me hace cosquillas, me da calor, me excita. Estimula mi circulación, dirige mi pulso, determina el ritmo de los latidos de mi corazón. Y en la cabeza surte su efecto embriagador como una droga, amplía mi conciencia, extiende mi horizonte. Un punto. Tengo ganas de reír de alegría, por lo bien que me hace. Tengo ganas de llorar de felicidad, porque lo poseo y porque me embarga y me colma hasta la médula. Querida Emmi, en la palma de mi mano izquierda, donde se encuentra ese punto, esta tarde —debían de ser aproximadamente las cuatro— tuvo lugar un incidente en la mesa de un café. Mi mano iba a coger un vaso de agua, cuando vinieron de frente los dedos ligeros de otra mano más suave, intentaron frenar, intentaron evitarla, intentaron impedir la colisión. Por poco lo logran. Por poco. Durante una fracción de segundo, la delicada yema de un dedo que pasaba volando fue arrollada por la palma de mi mano que iba a tomar el vaso. Daniel Glattauer Cada siete olas ~48~ Ello dio como resultado un leve roce. Lo he grabado en mi memoria. Nadie me lo quita. Te siento. Te conozco. Te reconozco. Eres la misma. Eres la misma persona. Eres real. Eres mi punto. Que duermas bien.
Daniel Glattauer
Vazand palaturile daramate si cu buruieni crescute pe dansele, ofta si, cu lacrimi in ochi, cata sa-si aduca aminte cat erau odata de luminate aste palaturi si cum si-a petrecut copilaria in ele; ocoli de vreo doua-trei ori, cercetand fiecare camara, fiecare coltulet ce-i aducea aminte cele trecute; grajdul in care gasise calul; se pogori apoi in pivnita, intrarea careia se astupase de daramaturile cazute. Cautand intr-o parte si in alta, cu barba alba pana la genunchi, ridicandu-si pleoapele ochilor cu mainile si abia umbland, nu gasi decat un cufar hodorogit, il deschise, dara in el nimic nu gasi; ridica capacul chichitei, si un glas slabanogit ii zise: Bine ai venit, ca de mai intarziai, si eu ma prapadeam. O palma ii trase Moartea lui, care se uscase de se facuse carlig in chichita, si cazu mort si indata se si facu tarana.
Petre Ispirescu (Tinereţe fără bătrâneţe şi viaţă fără de moarte)
No se trata de escribir para los demás sino para uno mismo, pero uno mismo tiene que ser también los demás; tan elementary, my dear Watson, que hasta da desconfianza, preguntarse si no habrá una inconsciente demagogia en esa corroboración entre remitente, mensaje y destinatario. Lucas mira en la palma de su mano la palabra destinatario, le acaricia apenas el pelaje y la devuelve a su limbo incierto; le importa un bledo el destinatario puesto que lo tiene ahí a tiro, escribiendo lo que él lee y leyendo lo que él escribe, qué tanto joder.
Julio Cortázar (Un tal Lucas)
Será?” Saireis com alegria e em paz sereis guiados; os montes e os outeiros romperão em cânticos diante de vós, e todas as árvores do campo baterão palmas. Isaías 55:12
Alberto R. Timm (Meditações Diárias 2018 - Um Dia Inesquecível (Portuguese Edition))
Las únicas pistas reales de que disponía Aureliano Segundo cuando salió a buscarla eran su incunfundible dicción del páramo y su oficio de tejedora de palmas fúnebres. La buscó sin piedad. Con la temeridad atroz con que José Arcadio Buendía atravesó la sierra para fundar a Macondo, con el orgullo ciego con que el coronel Aureliano Buendía promovió sus guerras inútiles, con la tenacidad insensata con que Úrsula aseguró la supervivencia de la estirpe, así buscó Aureliano Segundo a Fernanda, sin un solo instante de desaliento.
Gabriel García Márquez (Cien años de soledad)
transformaciones rituales del clérigo.
José Luis Palma (EL PACIENTE DE EL PARDO: La imprevisible y larga agonía del General Franco (Spanish Edition))