Dar A Luz Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Dar A Luz. Here they are! All 30 of them:

no dejes que la luz de otro opaque la tuya, brillas como el sol...más que las estrellas
Darlis Stefany (El deseo prohibido de Doug)
Tu não podes dar de um copo vazio, toma conta de ti primeiro
Inês Nunes Pimentel (Vive a tua luz)
Los hombres sólo heredan el mundo, Las mujeres dan a luz al mundo. Si las mujeres pueden dar a luz al mundo, Las mujeres pueden dirigir el mundo.
Abhijit Naskar (Vande Vasudhaivam: 100 Sonnets for Our Planetary Pueblo)
«Dar a luz es cosa ardua, - dicen los otros - ¿para qué dar a luz? ¡No se da a luz más que seres desgraciados!» Y también éstos son predicadores de la muerte.
Friedrich Nietzsche (Así habló Zaratustra)
After children, you can never be whole again. Después de dar a luz, your body comes back incomplete. You’re alone inside yourself, like you never were before
Marcela Fuentes (Malas)
mayéutica —el arte de dar a luz—, mediante la cual guiaba a sus discípulos con una serie de preguntas cuyas respuestas conducían a alguna conclusión o conocimiento verdadero. De
Marcos Chicot (El asesinato de Sócrates)
Uno busca a alguien que le ayude a dar a luz sus pensamientos, otro, a alguien a quien poder ayudar: así es como surge una buena conversación.
Friedrich Nietzsche (Beyond Good and Evil)
Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito. ¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.
Julio Cortázar
Pero el sentido común no ha entrado en el servicio de salud en cuanto a los partos se refiere. Así, se continúa dando a luz en un paritorio y no en una habitación confortable. Las mujeres soportan rasurado, enemas y rotura de bolsa sin razón aparente. Tampoco se sabe por qué aguantan la dilatación, que puede durar horas, tumbadas e inmovilizadas en vez de poder pasear, estar acompañadas por quienes quieran y emplear métodos agradables para soportar el dolor como darse un baño o un masaje... No se entiende por qué las mujeres no pueden elegir la postura más cómoda para dar a luz: taburete obstétrico, en cuclillas, de lado, en la bañera, de rodillas apoyada en la cama... teniendo la fuerza de la gravedad como aliada. Tampoco, salvo por el motivo de acelerar los partos, se explica que se suministre oxitocina sintética sin consultar a la parturienta cuando esta sustancia provoca contracciones más intensas, seguidas y dolorosas y es causa frecuente de sufrimiento fetal y maternal. Cuando las mujeres no tienen estrés, producen oxitocina naturalmente, pero para eso necesitarían estar en un ambiente tranquilo, agradable, íntimo y... no tener prisa. El parto tiene un ritmo lento, pero hasta esto, tan básico, ha sido olvidado por la medicina, la ginecología y el sistema de atención sanitaria.
Nuria Varela (Feminismo para principiantes)
Dia da Criação da Noite por Carlos Nogueira “ estavam os homens as águas os animais e as terras cansados de luz e de não haver noite levantei as mãos fiz rodar a terra para que se retirasse o sol enrolei os dedos nas últimas fulgurações teci com os cintilantes fios a misteriosa linguagem dos astros depois fui pela escura abóbada estendi a fantástica tapeçaria para que lá em baixo ninguém perdesse o seu caminho e nela pudesse adivinhar o doloroso humano destino a noite ficou assim tão habitada quanto a terra os homens podem hoje sonhar com aquilo que mal entendem e quando o medo atribuiu nomes àquele luzeiro dei por terminada a obra cortei os fios como se cortasse um pedaço de mim fui para outro hemisfério adormecer o dia construir a pirâmide o quadrado o círculo a linha recta as cores do mundo e dar vida a outras incandescentes criaturas ” in A Secreta Vida das Imagens III (1984/85) de O Medo
Al Berto (O Medo)
- Minha filha, vens da água e a água fala. Vens do tempo e estarás no tempo e a tua palavra estará no vento e será espalhada pela terra. A tua palavra será o fogo que transforma todas as coisas. A tua palavra estará na água be será espelho da língua. A tua palavra terá olhos e verá, terá ouvidos e ouvirá, terá tacto para mentir com a verdade e dirá verdades que parecerão mentiras. E com a tua palavra poderás regressar à quietude, ao princípio onde nada é, onde nada está, onde tudo o que foi criado regressa ao silêncio, mas a tua palavra despertá-lo-á e terás de nomear os deuses e terás de dar vozes às árvores e farás com que a natureza tenha língua e falará por ti o que é invisível. E a tua língua será palavra de luz e a tua palavra, pincel de flores, palavra de cores que, com a tua voz, pintará novos códices.
Laura Esquivel (Malinche)
«El entendimiento humano no es una luz pura, exenta de sofisticación. Influencias procedentes de la voluntad y la concupiscencia lo enturbian. De este modo se hace de las ciencias lo que se quiere. Lo que se desea creer, esto lo creemos fácilmente. »Y, así desechamos: lo difícil, porque al investigarlo perdemos la paciencia; lo humilde y sobrio, porque no se aviene con nuestras esperanzas de grandeza; las ocultas fuerzas que mueven la naturaleza, porque somos supersticiosos; la luz de la experiencia, porque somos arrogantes y orgullosos y no queremos dar la impresión de que nuestro espíritu se ocupe en cosas viles y mutables; las opiniones nuevas y extraordinarias, porque somos afectos a las que están de moda. »En resumen: nuestras propensiones afectivas impregnan y envenenan al entendimiento de incontables modos y, a menudo, de una manera imperceptible»
Francis Bacon (Novum Organum / Nova Atlântida)
Compreendera então, julgo, a natureza da minha situação. A solidão de um é amenizada pela solidão de outro, e deste modo, mesmo na miséria, existe uma espécie de partilha, de comunhão, a que não se pode dar o nome de alegria mas algo como um encolher de ombros. O estudante franzino fora durante os meus primeiros meses de isolamento esse encolher de ombros, a minha resignação perante a brutalidade daquilo que me acontecera. Que ele tivesse alguém e eu não perturbava-me, colocava um entrave à nossa amizade, um ponto final no nosso monólogo. De uma certa maneira que não sei explicar senão com palavras incoerentes, até então tinha sido como se eu tivesse dado um passo ao lado que me tivesse feito sair do mundo, um pequeno passo discreto e silencioso de retirada. Após essa noite, o mundo notou a minha falta e deu também ele um passo ao lado, mas um passo do mundo é muito maior do que um passo dos nossos, e num certo sentido eu fiquei atrás das coisas, deslocado.
João Tordo (O Livro dos Homens sem Luz)
El hielo es efímero. Se derrite con la primera oleada de luz solar. Nuestro amor no es así. Nuestro amor es como un árbol, de los que crecen en estos bosques. ¿te imaginas que difícil debe ser para las semillas, florecer en un ambiente tal árido y salvaje como este? Diseñado, no para dar vida, si no para aniquilarla y aun así se convierten en frondosos y fuertes troncos, capaces de proveer a otros seres con refugio y madera, para lo que sea que la necesiten. Resisten ventarrones, frío y desalentadores inviernos, de modo grácil y casi inmortal, como el alma de un vampiro. Y siguen ahí por años, a veces, siglos. Eso somos nosotros, árboles de invierno en Alaska. Así es nuestro amor, mi hermosa niña.
Mariela Villegas Rivero
—Cada vez peleábamos más, y me di cuenta que no sólo me estaba hiriendo, sino que también te estaba lastimando. Pero no me podía dar por vencido, porque si me daba por vencido en la única solución que le encontraba a este dilema, de alguna manera, me estaba dando por vencido contigo. Y jamás me perdonaría por abandonar a la persona que más quiero en este mundo. (Nikel)
Santiago Espinosa (Protectores (Las Batallas de Luz, #1))
En ese preciso momento el camino se abría y con una exclamación Lucy se encontró fuera del bosque. Luz y belleza la envolvía. Había ido a dar a una pequeña terraza que estaba cubierta de violetas de un extremo a otro. - ¡Valor! -exclamó su compañero, erguido a unos seis pies de altura respecto a ella-. Valor y amor. Ella no respondió. A sus pies el suelo se cortaba bruscamente dando paso a la panorámica. Violetas que se agrupaban alrededor de arroyos y corrientes y cascadas, regando la vertiente de la colina de azul, arremolinándose alrededor de los troncos de los árboles, formando lagunas en los agujeros, cubriendo la hierba con manchas de espuma azulada. Jamás volvería a haberlas en tal profusión. La terraza era el principio de lo bello, la fuente original donde la belleza hacía brotar agua que iba a la tierra. De pie en el margen, como un nadador que se prepara, estaba el buen hombre. Pero no era el buen hombre que ella había pensado, y estaba solo. George se había vuelto al oír su llegada. Por un momento la contempló, como si fuera alguien que bajaba de los cielos. Vio la radiante alegría en su cara, las flores que batían su vestido en olas azuladas. Los arbustos que la encerraban por encima. Subió rápidamente hasta donde estaba ella y la besó. Antes de que ella pudiera decir algo, casi antes de que pudiera sentir nada, una voz llamó: ¡Lucy!, ¡Lucy!, ¡Lucy!. La señorita Bartlett, que era una mancha oscura en la panorámica, había roto el silencio de la vida.
E.M. Forster (A Room with a View)
Dois anos antes de sair de casa, meu pai disse à minha mãe que eu era muito feia. A frase foi pronunciada à meia-voz, no apartamento que meus pais, recém-casados, compraram no Rione Alto, no topo da Via San Giacomo dei Capri. Tudo - os espaços de Nápoles, a luz azul de um fevereiro gélido - ficou parado. Eu, por outro lado, escapei para longe e continuo a escapar também agora, dentro destas linhas que querem me dar uma história, enquanto, na verdade, não sou nada, nada de meu, nada que tenha de fato começado ou se concretizado: só um emaranhado que ninguém, nem mesmo quem neste momento escreve, sabe se contém o fio certo de uma história ou se é apenas uma dor embaralhada, sem redenção.
Elena Ferrante (The Lying Life of Adults)
No fui lejos, sólo a dar la vuelta al perímetro del patio. Caminaba despacio, contemplando el despejado firmamento salpicado ahora por un billón de estrellas. También las estrellas eran viajeras del tiempo. ¿Cuántos de aquellos puntos luminosos eran los últimos ecos de soles ya desaparecidos? ¿Y cuántas nuevas estrellas habían nacido pero su luz todavía no llegaba hasta nosotros? Si todos los soles, excepto el nuestro, colisionan esa noche, ¿Cuántas generaciones tendrían que transcurrir hasta que nos diéramos cuenta de que nos habíamos quedado solos? Siempre había sabido que el cielo estaba lleno de incógnitas... pero nunca habría imaginado lo misteriosa que podía ser la Tierra.
Ransom Riggs (A Map of Days (Miss Peregrine's Peculiar Children, #4))
El cielo es una injuria perpetua e insoportable. Las estrellas no me conocen y yo no podré nunca hacer nada de ellas ni contra ellas. Cuando he sabido a cuántos millares de años de luz distan de mí, y cuántos siglos emplea su claridad para llegar a la Tierra, no he hecho más que dar forma aritmética a mi rabia. Yo siento el cielo como algo extraño, remoto, esto es, enemigo. Los cometas que, sin un objeto razonable, arrastran su cola por el infinito, no me dicen nada que me consuele. Las nebulosas, amontonamientos confusos de polvo cósmico, me exasperan como todas las cosas informes no terminadas. En lo que se refiere a los planetas y a los satélites, aduladores extintos que dan vueltas para obtener la limosna de un poco de luz, me causan repugnancia y despecho.
Giovanni Papini (Gog)
(...) quando chegar estará o meu filho morto, infeliz menino, Jesus da minha alma, ora é neste momento da mais sentida aflição que um pensamento estúpido entra como um insulto na cabeça de José, o salário, o salário da semana que vai ser obrigado a perder, e é tanto o poder destas vis coisas materiais que o acelerado passo, não indo ao ponto de deter-se, um tudo-nada se lhe retarda, como a dar tempo ao espírito de ponderar as probabilidades de reunir ambos os proveitos, por assim dizer, a bolsa e a vida. Foi tão subtil a mesquinha ideia, como uma luz velocíssima que surgisse e desaparecesse sem deixar memória imperativa duma imagem definida, que José nem vergonha chegou a sentir, esse sentimento que é, quantas vezes, porém não as suficientes, nosso mais eficaz anjo da guarda.
José Saramago (The Gospel According to Jesus Christ)
Hoje sabemos que nem os átomos nem os prótons e nêutrons dentro deles são indivisíveis. Assim, a questão é: quais são as partículas de fato elementares, os blocos constituintes básicos a partir dos quais tudo é feito? Como o comprimento de onda da luz é muito maior do que o tamanho de um átomo, não podemos esperar “olhar” para as partes de um átomo do modo normal. Precisamos usar algo com um comprimento de onda muito menor. Como vimos no capítulo anterior, a mecânica quântica nos diz que, na verdade, todas as partículas são ondas e que, quanto mais elevada a energia de uma partícula, menor o comprimento de sua onda. Assim, a melhor resposta que podemos dar para a nossa pergunta depende de quão elevada é a energia da partícula à nossa disposição, pois isso determina quão pequena é a escala de comprimento que podemos observar.
Stephen Hawking (Uma breve história do tempo)
Nada disso tem a ver com moralidade, religião, dogmas ou grandes questões sobre a vida após a morte. A verdade com V maiúsculo diz respeito à vida antes da morte. Diz respeito a chegar aos trinta, ou quem sabe aos cinquenta, sem querer dar um tiro na cabeça. Diz respeito ao valor real de uma verdadeira educação, que não tem nada a ver com notas e diplomas e tudo a ver com simples consciência - consciência daquilo que é tão real e essencial, que está tão escondido à luz do dia onde quer que se olhe que precisamos repetir para nós mesmos a todo momento: "Isto é água, isto é água; esses esquimós podem ser bem mais do que aparentam". É incrivelmente difícil fazer isso, ter uma vida consciente e adulta, dia após dia. E com isso mais um clichê se prova verdadeiro: a nossa educação leva mesmo a vida toda, e ela começa: agora. Desejo a vocês muito mais que sorte.
David Foster Wallace (Ficando Longe do Fato de já Estar meio que Longe de Tudo)
Una fuente de paz sin explotar Una fuente de paz sin explotar, pues la única esperanza real es recurrir a la sabiduría colectiva de las mujeres, aquellas que tienen experiencia directa del precio de una guerra: la vida de un niño, de un nieto, un hermano, un esposo; la pérdida de un miembro o de la cordura de alguien cercano y querido; la pérdida de la risa, la dominación del miedo; la pérdida de esperanza para el futuro.   Una fuente de paz sin explotar, aquellas que han vivido la violencia doméstica: que han visto en sus hijos los efectos de la intimidación, que han visto enmudecer a sus hijas, que han visto apagarse la luz en sus ojos; aquellas que saben que cuando cada niña y cada niño importen, cuando ninguno de ellos pase hambre, soporte abusos o quede excluido, el mundo será un lugar más amable para todos nosotros.   Una fuente de paz sin explotar, las mujeres con empatía que viven en un mundo aparte, que se sienten seguras, queridas, afortunadas y, no obstante, son capaces de imaginar lo que es verse impotente, golpeada, violada, forzada luego a dar a luz a esa criatura concebida en la violencia; mujeres que saben en lo hondo de sus corazones que lo que le sucede a cualquier mujer en cualquier parte podría sucederles a ellas.   Una fuente de paz sin explotar, las mujeres que ven a sus seres queridos sedientos de venganza, llenos de odio, constantemente en guardia, devorados por el miedo o temerosos de dormirse a causa de las pesadillas; maridos, hermanos, hijos, y ahora hijas que vuelven de la guerra y se parecen poco a lo que hubieran podido ser en un mundo de paz.   Una fuente de paz sin explotar, las mujeres reunidas en círculos, las mujeres conectadas, las mujeres unidas que traen la feminidad sagrada, el instinto maternal, el arquetipo de la hermana, el poder de la Madre al mundo.   JEAN SHINODA BOLEN
Jean Shinoda Bolen (Mensaje urgente a las mujeres)
O espírito desse esquema, ainda que não em todos os detalhes, está bem presente no Modelo Medieval. E se o leitor suspender sua descrença e exercitar sua imaginação neste assunto, mesmo que só por alguns minutos, acho que tomará consciência do amplo reajuste envolvido na leitura atenta dos poetas antigos. Encontrará toda a sua atitude perante o Universo invertida. No pensamento moderno, isto é, no pensamento evolucionário, o homem está no topo de uma escada cuja base se perde na escuridão; nesse Modelo, ele está na base de uma escada cujo topo é invisível por causa da luz ofuscante. Também compreenderá que algo, além do gênio individual, ajudou a dar aos anjos de Dante aquela majestade inigualável. Milton, ao perseguir esse objetivo, errou o alvo. O classicismo entrou no meio. Seus anjos têm anatomia demais, armaduras demais, e são por demais parecidos com os deuses de Homero e Virgílio, e (por essa mesma razão) são muito pouco parecidos com os deuses do paganismo em seus desenvolvimentos religiosos mais elevados. Depois de Milton, instaurou-se a degradação completa e, por fim, chegamos aos anjos puramente consoladores - portanto, femininos e aguados - da arte do século XIX.
Clive Staples Lewis (The Discarded Image: An Introduction to Medieval and Renaissance Literature)
Estas cosas son fáciles de decir, pues las palabras no sienten vergüenza y nunca se sorprenden (14) Imágenes del pasado remoto se agolpan en mi cabeza, y la mitad de las veces soy incapaz de distinguir si son recuerdos o invenciones. Tampoco es que haya mucha diferencia, si es que hay alguna (14) Hay quien afirma, que sin darnos cuenta, nos lo vamos inventando todo, adornándolo y embelleciéndolo, y me inclino a creerlo, pues Madame Memoria es una gran y sutil fingidora (14) Me la debo de estar inventando (14) En mi opinión, los nombres de las mujeres casadas nunca suenan bien. ¿Es porque todas se casan con los nombres equivocados, o, en cualquier caso, con los apellidos equivocados? (17) …y en mi oído resonaban los tins y los plofs de sus tripas en su incesante labor de transubstanciación (18) Ahora me pregunto si ella también estaba enamorada de mí, y esas muestras de gracioso desdén eran una manera de ocultarlo ¿O todo esto no es más que vanidad por mi parte? (25) …y al presenciar todas aquellas cosas sentí el dolor dulce y agudo de la nostalgia, sin objeto pero definida, como el dolor fantasma de un miembro amputado (27) …permanecimos echados boca arriba durante mucho tiempo, como si practicáramos para ser los cadáveres que seríamos algún día (34) …y yo me quedé en medio de la sala, sin ser gran cosa, a duras penas yo mismo. Había momentos como ése, en los que uno estaba en punto muerto, por así decir, sin preocuparse de nada, a menudo sin fijarse en nada, a menudo sin ser realmente en ningún sentido vital (42) El Tiempo y la Memoria son una quisquillosa empresa de decoradores de interiores, siempre cambiando los muebles y rediseñando y reasignando habitaciones (43) En lugar de los tonos de color rosa y melocotón que había esperado –Rubens es en gran parte responsable de ello-, su cuerpo, de manera desconcertante, mostraba una variedad de tonos apagados que iban del blanco magnesio al plata y al estaño, un matiz mate de amarillo, ocre pálido, e incluso una especie de verde en algunos lugares y, en los recovecos, una sombra de malva musgoso (45) ¿Era eso estar enamorado, me pregunté, ese repentino y plañidero viento que te atravesaba el corazón? (62) …no estaba acostumbrado todavía al abismo que se abre entre la comisión de un hecho y el recuerdo de lo cometido (65) …la noche del último día ella ya me había dejado para siempre (75) No todo significa algo (100) Cómo anhelábamos en aquellos años, pasar aunque sólo fuera un día normal, un día en el que pudiéramos levantarnos por la mañana y desayunar sin preocuparnos por nada, leernos fragmentos del periódico el uno al otro y planear hacer cosas, y luego dar un paseo, y contemplar las vistas con una mirada inocente, y luego compartir un vaso de vino y por la noche irnos juntos a la cama (102) Debe de ser difícil acostumbrarse a que no haya nada que hacer (107) A lo largo de los años, los vagabundos, los auténticos vagabundos, han disminuido constantemente en calidad y cantidad (107) Qué frágil resulta este absurdo oficio en el que me he pasado la vida fingiendo ser otras personas, y sobre todo fingiendo no ser yo mismo (119) …tan sólo vulgarmente humana (123) El quinto de los seis cigarrillos que según ella son su ración diaria (143) …participar en una película es algo extraño, y al mismo tiempo no lo es en absoluto; se trata de una intensificación, una diversificación de lo conocido, una concentración en el yo ramificado; y todo eso es interesante, y confuso, y emocionante y perturbador (143) El hecho es que me echó a perder a otras (157) Era, como ya he dicho, todo un género en sí misma (158) Los cisnes, con su belleza estrafalaria y sucia, siempre me dan la impresión de mantener una fachada de indiferencia tras la cual realmente viven una tortura de timidez y duda (173)
John Banville
Instintivamente nos sentimos inclinados a amar lo que nos causa placer y ¿hay algo que más gozo pueda proporcionarnos que un rostro hermoso, por lo menos cuando no sabemos nada en desdoro de su poseedor? Una niña ama a su pajarito... ¿Por qué? Porque vive y siente; porque es tan incapaz de defenderse como de causar daño. Sin embargo, el sapo también vive y siente, y es igualmente indefenso e inofensivo, pero, aunque ella no se sienta inclinada a causar al animal ningún mal, tampoco lo ama como al pájaro, de graciosa figura, suave plumaje y ojos brillantes y parlanchines. La mujer amable y bella es elogiada por ambas cualidades, pero en especial por la segunda; si, por el contrario, es desagradable de rostro y carácter, su fealdad será considerada poco menos que un crimen, ya que para el observador común esta es la peor ofensa, mientras que si es de aspecto vulgar y bondadoso corazón, nadie se entera de estas cualidades, excepto los que la tratan íntimamente. Otros, en cambio, se formarán encontradas opiniones sobre su ineligencia y su carácter, aunque sea tan solo por disculpar la instintiva repulsión que experimentan por quien tan poco tiene que agradecer a la naturaleza, sucediendo el caso opuesto cuando el exterior hermoso oculta un corazón perverso, pues la así dotada consigue que se le toleren defectos y flaquezas que a otra no se le consentirían. Las que poseen belleza, que se sientan agradecidas de tal don y hagan buen uso de él, como si se tratara de una cualidad intelectual; las que no la poseen, que se consuelen y hagan cuanto puedan sin ella. La belleza, aunque susceptible de ser sobrevalorada, es un don divino, que no debe despreciarse. Esto lo comprenderán bien todos aquellos que han experimentado la sensación de amar y cuyos corazones les dicen que son dignos de ser amados nuevamente; mientras que la falta de esta o cualquier otra condición superficial, puede hacerlos absolutamente incapaces de dar y recibir esa felicidad que parecen destinados a sentir y comunicar a los demás. Mal obraría la humilde luciérnaga despreciando esa facultad de producir luz sin la cual la mosca pasaría volando un y mil veces por su lado, sin detenerse jamás a descansar junto a ella. La luciérnaga oiría el rumor de las alas de la mosca, por encima, a su alrededor, y en vano trataría de dar a conocer su presencia, careciendo de los medios para que aquella fuese advertida, sin voz para llamarla, sin alas para perseguirla... Y finalmente, cansada de aletear, la mosca buscaría otro compañero, dejando a la luciérnaga vivir y morir sola.
Anne Brontë (Agnes Grey)
Grito hacia Roma Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino, ni quien cultive hierbas en la boca del muerto, ni quien abra los linos del reposo, ni quien llore por las heridas de los elefantes. No hay más que un millón de herreros forjando cadenas para los niños que han de venir. No hay más que un millón de carpinteros que hacen ataúdes sin cruz. No hay más que un gentío de lamentos que se abren las ropas en espera de la bala. El hombre que desprecia la paloma debía hablar, debía gritar desnudo entre las columnas, y ponerse una inyección para adquirir la lepra y llorar un llanto tan terrible que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante. Pero el hombre vestido de blanco ignora el misterio de la espiga, ignora el gemido de la parturienta, ignora que Cristo puede dar agua todavía, ignora que la moneda quema el beso de prodigio y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán. Los maestros enseñan a los niños una luz maravillosa que viene del monte; pero lo que llega es una reunión de cloacas donde gritan las oscuras ninfas del cólera. Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas; pero debajo de las estatuas no hay amor, no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo. El amor está en las carnes desgarradas por la sed en la choza diminuta que lucha con la inundación; el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre, en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas. Pero el viejo de las manos traslucidas dirá: amor, amor, amor, aclamado por millones de moribundos; dirá: amor, amor, amor, entre el tisú estremecido de ternura; dirá paz, dirá paz, entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita; dirá: amor, amor, amor, hasta que se le pongan de plata los labios, dirá: amor, amor, amor… Porque queremos el pan nuestro de cada día, flor de aliso y perenne ternura desgranada, porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra que da sus frutos para todos.
Federico García Lorca
Com as próprias mãos ela deu fim à existência. Talvez fosse melhor poupar-vos dos detalhes mais dolorosos, pois os fatos lastimáveis não se desenrolaram em vossa presença. Contudo sabereis o que sofreu Jocasta, até onde eu puder forçar minha memória. Quando a infeliz transpôs a porta do seu quarto lançou-se como louca ao leito nupcial; com as duas mãos ela arrancava seus cabelos. Depois fechou as portas violentamente, chamando aos gritos Laio há tanto tempo morto, gritando pelo filho que trouxera ao mundo para matar o pai e que a destinaria a ser a mãe de filhos de seu próprio filho, se merecessem esse nome. Lamentava-se no leito mesmo onde ela havia dado à luz — dizia a infeliz — em dupla geração aquele esposo tido de seu próprio esposo e os outros filhos tidos de seu próprio filho! Como em seguida ela morreu, não sei contar. Aos gritos Édipo acorreu, mas também ele não pôde presenciar a morte da rainha. Os nossos olhos não se despregavam dele correndo como um louco em todos os sentidos, pedindo em altos brados que um de nós lhe desse logo um punhal, gritando-nos que lhe disséssemos onde se achava sua esposa (esposa não, mas a mulher de cujo seio maternal saíram ele próprio e todos os seus filhos). Em seu furor não sei que deus fê-lo encontrá-la (não foi nenhum de nós que estávamos por perto). Então, depois de dar um grito horripilante, como se alguém o conduzisse ele atirou-se de encontro à dupla porta: fez girar os gonzos, e se precipitou no interior da alcova. Pudemos ver, pendente de uma corda, a esposa; o laço retorcido ainda a estrangulava. Ao contemplar o quadro, entre urros horrorosos o desditoso rei desfez depressa o laço que a suspendia; a infeliz caiu por terra. Vimos, então, coisas terríveis. De repente o rei tirou das roupas dela uns broches de ouro que as adornavam, segurou-os firmemente e sem vacilação furou os próprios olhos, gritando que eles não seriam testemunhas nem de seus infortúnios nem de seus pecados: “nas sombras em que viverei de agora em diante”, dizia ele, “já não reconhecereis aqueles que não quero mais reconhecer!” Vociferando alucinado, ainda erguia as pálpebras e desferia novos golpes. O sangue que descia em jatos de seus olhos molhava toda a sua face, até a barba; não eram simples gotas, mas uma torrente, sanguinolenta chuva em jorros incessantes. São ele e ela os causadores desses males, e os infortúnios do marido e da mulher estão inseparavelmente entrelaçados. Ambos provaram antes a felicidade, herança antiga; hoje lhes restam só gemidos, vergonha, maldição e morte, ou, em resumo, todos os males, todos, sem faltar um só!
Sophocles (Oedipus Rex (The Theban Plays, #1))
O tempo que nos resta "De súbito sabemos que é já tarde. Quando a luz se faz outra, quando os ramos da árvore que somos soltam folhas e o sangue que tínhamos não arde como ardia, sabemos que viemos e que vamos. Que não será aqui a nossa festa. De súbito chegamos a saber que andávamos sozinhos. De súbito vemos sem sombra alguma que não existe aquilo em que nos apoiávamos. A solidão deixou de ser um nome apenas. Tocamo-la, empurra-nos e agride-nos. Dói. Dói tanto! E parece-nos que há um mundo inteiro a gritar de dor, e que à nossa volta quase todos sofrem e são sós. Temos de ter, necessariamente, uma alma. Se não, onde se alojaria este frio que não está no corpo? Rimos e sabemos que não é verdade. Falamos e sabemos que não somos nós quem fala. Já não acreditamos naquilo que todos dizem. Os jornais caem-nos das mãos. Sabemos que aquilo que todos fazem conduz ao vazio que todos têm. Poderíamos continuar adormecidos, distraídos, entretidos. Como os outros. Mas naquele momento vemos com clareza que tudo terá de ser diferente. Que teremos de fazer qualquer coisa semelhante a levantarmo-nos de um charco. Qualquer coisa como empreender uma viagem até ao castelo distante onde temos uma herança de nobreza a receber. O tempo que nos resta é de aventura. E temos de andar depressa. Não sabemos se esse tempo que ainda temos é bastante. E de súbito descobrimos que temos de escolher aquilo que antes havíamos desprezado. Há uma imensa fome de verdade a gritar sem ruído, uma vontade grande de não mais ter medo, o reconhecimento de que é preciso baixar a fronte e pedir ajuda. E perguntar o caminho. Ficamos a saber que pouco se aproveita de tudo o que fizemos, de tudo o que nos deram, de tudo o que conseguimos. E há um poema, que devíamos ter dito e não dissemos, a morder a recordação dos nossos gestos. As mãos, vazias, tristemente caídas ao longo do corpo. Mãos talvez sujas. Sujas talvez de dores alheias. E o fundo de nós vomita para diante do nosso olhar aquelas coisas que fizemos e tínhamos tentado esquecer. São, algumas delas, figuras monstruosas, muito negras, que se agitam numa dança animalesca. Não as queremos, mas estão cá dentro. São obra nossa. Detestarmo-nos a nós mesmos é bastante mais fácil do que parece, mas sabemos que também isso é um ponto da viagem e que não nos podemos deter aí. Agora o tempo que nos resta deve ser povoado de espingardas. Lutar contra nós mesmos era o que devíamos ter aprendido desde o início. Todo o tempo deve ser agora de coragem. De combate. Os nossos direitos, o conforto e a segurança? Deixem-nos rir... Já não caímos nisso! Doravante o tempo é de buscar deveres dos bons. De complicar a vida. De dar até que comece a doer-nos. E, depois, continuar até que doa mais. Até que doa tudo. Não queremos perder nem mais uma gota de alegria, nem mais um fio de sol na alma, nem mais um instante do tempo que nos resta." Miguel Gonçalves
eu
«Primero hemos de dejar de lado la vertiente norte, Siberia. Se halla fuera del ámbito de nuestro estudio. Las características del país no le permiten ser un escenario para la cultura histórica ni crear una forma propia en la historia universal» [Hegel, Lecciones sobre filosofía de la historia Universal]. Podemos imaginar el asombro de Dostoyevski cuando leyó estas líneas a la luz de una vela de sebo. Y su desesperación al ver que allá en Europa, por cuyas ideas había sido condenado a muerte y finalmente desterrado, no se prestaba atención alguna a su sufrimiento. Porque él sufría en Siberia, en aquel mundo que no formaba parte de la historia. Por eso, desde la perspectiva europea, tampoco había esperanza de salvación. Dostoyevski podía considerar con toda razón que no sólo había sido desterrado a Siberia, sino expulsado a la no existencia. Únicamente un milagro podía salvarlo, un milagro cuya posibilidad no sólo excluía Hegel, sino también el espíritu europeo de la época. Aquel espíritu proclamaba en voz alta la existencia de Dios, pero rechazaba la idea de que Dios pudiera dar no sólo órdenes generales, sino también singulares, referidas al individuo; aquel espíritu situaba las leyes naturales por encima de todo y negaba lo que Dostoyevski formularía más tarde diciendo que uno puede rebelarse incluso contra el resultado de la multiplicación de dos por dos. (…) Muy posiblemente, justo cuando se enteró de que había sido apartado de la historia por la cual había soportado todas aquellas persecuciones, nació en él la convicción de que la vida tal vez posee ciertas dimensiones que no tienen cabida en la historia, de que la prueba de la propia existencia no puede limitarse a los criterios de la existencia histórica. De que el ser humano, si siente y experimenta realmente el peso de su existencia, se desprende al mismo tiempo de la historia y entonces el peso de cuanto se halla allende la historia cae sobre él del mismo modo en Berlín que en Semipalatinsk. Y de que es preciso apartarse de la historia para poder observar los límites y restricciones de la existencia histórica. Sin embargo, para ello hay que admitir también la posibilidad del milagro, que suprime el carácter excluyente del espacio y del tiempo. Y si el propio Hegel admite que ciertos territorios geográficos se desgajan de la historia, tal cosa también significa que la historia no dispone de la ilimitación divina: la rodea algo que está más allá de la historia. Es decir, lo necesario linda con lo imposible, lo natural con lo sobrenatural, lo legal con lo arbitrario, la política con la teología. Pero lo que se encuentra más allá de las fronteras, también se infiltra en el interior. Sólo se puede excluir aquello que nos ha afectado por dentro. El hecho de haber sido expulsado de la historia debe de haber propiciado la fe de Dostoyevski en los milagros; pero también la experiencia de que la organización moderna del mundo obedece a una ley implacable. La historia manifiesta su esencia a quienes antes ha excluido. Esta idea jamás se le ocurrió a Hegel, y eso que se pasó una década impartiendo clases sobre historia. Dostoyevski, en cambio, no necesitó una década para llegar a esta conclusión. Vivió en carne propia el hecho de que ninguna época rechazaba el sufrimiento tal como hacía la cultura iniciada por la Ilustración, con el resultado de que no suprimía el sufrimiento, sino que únicamente lo tapaba, pues ella misma se basaba en el sufrimiento. El sufrimiento silenciado y ocultado sale a la luz y resulta imposible de esconder cuando los límites del ámbito de influencia se vuelven visibles, concretamente para quienes han salido (o han sido expulsados) de la historia. Bien es cierto que tal percepción —que es una verdadera Ilustración— no suprime el sufrimiento to, pero permite que éste, en vez de consumir al hombre por dentro cuando queda reprimido, conduzca a algo así como la redención, es decir, al equilibrio interno, a la salud.
László F. Földényi (Dostoyevski lee a Hegel en Siberia y rompe a llorar)