Cumbia Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Cumbia. Here they are! All 13 of them:

El Frente intentó protegerse cruzando las manos sobre la cara como si con ellas tapara un molesto rayo de sol.
Cristian Alarcón (Cuando me muera, quiero que me toquen cumbia: Vidas de pibes chorros)
Soon after our father arrived we went to a party in our old neighborhood and introduced him to our friends from the basement days. When a cumbia came on, he asked our mother to dance, and we watched our parents sway, finding each other’s rhythm as if they’d never fallen out of step, as if the past fifteen years were only a dance interrupted waiting for the next song to play. I wondered about the matrix of separation and dislocation, our years bound to the phantom pain of a lost homeland, because now that we are together again that particular hurt and sensation that something is missing has faded. And maybe there is no nation or citizenry; they’re just territories mapped in place of family, in place of love, the infinite country.
Patricia Engel (Infinite Country)
Todos están felices, no hay que molestarlos. A fin de cuentas, a nadie le gusta que el futuro le eche a perder una cumbia.
Joselo Rangel (One Hit Wonder)
feminismo sub tropical, sudaca, latino, comunitario o anticolonial (feminismos tercermundistas) no puede ser acusado de conservador o puritano porque, básicamente, exuda cumbia y reguetón,
Luciana Peker (Putita Golosa: Por un feminismo del goce (Spanish Edition))
Me l'hai detto mille volte Di non scriverti la notte Quando torno posso dirti una bugia Ma che male fa Mentre balli tra le ombre Con un velo di diamante sulla fronte Mi sorridi e poi vai via E ti seguo per un attimo come un pensiero Dove ti nascondi se cade il tuo impero Dimmi cosa vuoi dimenticare La luna taglia il cielo in verticale Stanotte siamo due frammenti di vetro Resti sulle labbra come un segreto Io non ti ho mai detto come amare E tu non mi hai mai detto come fare Come si fa a incontrarsi in un'altra città E se mi perdo questa notte vienimi a cercare Balliamo al buio come le falene Sotto una luna azzurra di Colombia Con il vento che suona una cumbia E ora non ho niente da perdere Ora che sei con me stasera Nella pioggia dell'estate o sotto al sole Portami via che non importa dove Portami via che non importa dove Portami via che non importa Yeah, I've been waiting for you all day And I don't want you to know I heard the door knock Gonna keep you here with me Working nine to five Gonna dance around you my way Come on let me lead you on It's all a friend It's a really bad idea But I'll put you in like I'm a tornado Baby we can stay here if we just lay low Know you can avoid me when I'm calling Yeah, you can you avoid me when I'm calling Stanotte siamo due frammenti di vetro Resti sulle labbra come un segreto Io non ti ho mai detto come amare E tu non mi hai mai detto come fare Come si fa a incontrarsi in un'altra città E se mi perdo questa notte vienimi a cercare Balliamo al buio come le falene Sotto una luna azzurra di Colombia Con il vento che suona una cumbia E ora non ho niente da perdere Ora che sei con me stasera Nella pioggia dell'estate o sotto al sole Portami via che non importa dove Portami via che non importa dove Me ne stavo così in un angolo Scapperai come gli altri ma tu no Just as long as you tell me where to run to We can escape tonight I want you Ma se mi perdo questa notte vienimi a cercare Balliamo al buio come le falene Sotto una luna azzurra di Colombia Con il vento che suona una cumbia E ora non ho niente da perdere Ora che sei con me stasera Nella pioggia dell'estate o sotto al sole Portami via che non importa dove Portami via che non importa dove Portami via che non importa "Falene
Michele Bravi e Sophie and the Giants
This was Donald’s secret extramarital world. These little dance floors with available women swinging themselves to cumbia, to El Tropicombo tunes, drinks with paper parasols and maraschinos, smoke from other lungs. Nights in town and on the high seas with the Wild Bunch. I was beginning to become better acquainted
Lawrence Osborne (Only to Sleep (Philip Marlowe))
Algunos pensaron que era una alimaña y corrieron despavoridos, otros creyeron que se trataba de un alienígena y se escondieron detrás de unos arbustos de gamucho. Solo unos pocos sintieron una poderosa hipnosis mientras observaban la inverosímil figura que caminaba por el barrio Pescaíto en la elísea ciudad de Santa Marta, pero únicamente un niño tuvo íntima conexión con el ser, que sin dudarlo, posó sus largas y acuosas extremidades sobre la ardiente mollera del lactante. Tras unos segundos de contacto, el ser innombrable se desvaneció en confines inaprensibles, pero había dejado su signo: un poderosísimo ejército de nutrientes místicos que poco tardaron en refulgir como rayos transmutados en cabellos que emergían de la epidermis que cubría el casco de Carlos Alberto Valderrama, transformándose en médiums hacia lo desconocido. Cada uno de los frondosos rulos que se multiplicaban con sobrenatural rapidez, le servían como instrumentos de percepción extra sensorial, proliferaban como puentes que lo unían con fuerzas trasmundanas. Veinte años después, el heno de su espesa cabellera flameaba por primera vez en una cancha profesional y encandilaba tanto como sus vistosas maniobras, simbiosis que poco tardó en volcar toda la atención del Caribe hacia el humildísimo estadio del Club Deportivo Unión Magdalena. Esa mollera ardiente, el brasero inextinguible de su testa, no era más que un signo inequívoco del encuentro de infancia que se materializaba en la inagotable inteligencia de su juego. Ese día Colombia comenzó a resplandecer, ese día comenzó la historia de un fútbol dorado. De figura ligera y movimientos sobrios, el Pibe se diseminaba en la cancha lanzando precisos y cabales pases con inverosímil naturalidad, como si los vaciara de alguna región profunda de su ser, como si los escogiera de entre un nutrido, selecto y metafísico repertorio. La franqueza de su estampa transformaba cada uno de sus trucos en un refrescante deleite, y nos evocaba la claridad prístina del alto río Magdalena, o el desembarazado garbo de una cumbia nativa de Pocabuy.  Fueron veintitrés años en los que una deidad áurea se apropió del tiempo y nos deleitó con la elegancia, gracia y galanura propias del café más exquisito que un mortal pueda jamás paladear. Cada toque de El Pibe, cada pausa, provenía de ese rizoma que conforma su inconfundible cabellera, como si cada una de las asistencias, cada picada de balón, los momentos en que detenía el tiempo, hayan estado contenidos en los exuberantes caminos que trazan sus rulos dorados, antenas que lo conectan con la eternidad.
Jerónimo Parada y Andrés Santa María (Pelota Sudaca (Spanish Edition))
Mito: Masividad y calidad son dos términos irreconciliables El mayor acceso a la educación genera fuertes tensiones y desafíos en todos los países. Si un número relevante de niños y jóvenes que estaban fuera del sistema ingresan en él, como sucedió en años recientes en la Argentina, sobre todo a partir de la obligatoriedad del secundario, la composición social y cultural de las aulas se transforma. Para los docentes, crece el desafío de dar respuesta a una situación que no admite recetas simples. En las instituciones donde este cambio ha sido más significativo muchos docentes se sienten desbordados por la complejidad del escenario. [...] Pero una cosa es que no existan recetas y otra muy diferente es que las dificultades lleven a situaciones de frustración que terminen por consagrar un mito: no se pueden llevar adelante buenos procesos de enseñanza con alumnos que “no quieren aprender”. Este mito busca atacar las políticas de inclusión que “meten” en la escuela, y en el aula, a los “alumnos problema”. [...] Es habitual que la elite sienta nostalgia de la homogeneidad social y cultural, de los buenos tiempos en que a “toda” la sociedad le gustaba la música clásica y todo marchaba mejor que ahora, una época en la que dominan el rock y la cumbia. En realidad, esa “sociedad” de antes estaba integrada exclusivamente por quienes tenían cierta extracción de clase y gustos culturales afines. El resto de los ciudadanos estaban completamente excluidos. Añorar aquello es como sentir nostalgia por la época del primer Centenario: en 1910 no había voto universal y el analfabetismo era alto. En ese sentido, los sectores de la elite se quejan y padecen los procesos de inclusión que tienden a universalizar derechos, tendencia a la que prefieren denominar “masificación”. Y si bien la exclusión jurídica ha desaparecido, la discriminación social se advierte aún en sectores medios y altos que procuran evitar el contacto con la “masificación” o con la heterogeneidad social. Como son motivos no siempre fáciles de enunciar en voz alta, suelen mencionar otras mitomanías para justificar sus gestos y decisiones. En algunos casos, para conjurar los temores pueden permitirse asistir a colegios o universidades más exigentes (pero ¿cuántos llegan a Harvard?). Otras veces, concurren a instituciones de enseñanza privada que están muy por debajo de la educación pública. Quizás allí se ofrezca un servicio de calidad y una atención personalizada, pero esto no siempre se corresponde con la calidad académica. [...] Detrás del mito asoma una concepción elitista de la vida y de la calidad en términos de excelencia (que, por definición, no podría ser generalizada). Incluso, a veces se constata un gesto aristocrático extemporáneo, cuando esa visión elitista es enunciada por alguien que se imagina a sí mismo, en el pasado, como parte de los estratos más altos del sistema, cuando en realidad habría estado entre los excluidos. Hay que distinguir la forma de enunciar el mito de su significado. Por ejemplo, se dice que “hay que elegir entre masividad y calidad porque son incompatibles”, cuando en realidad se quiere (y no se puede) decir que debería haber “escuelas de calidad para los buenos alumnos” y “escuelas de cuarta para los alumnos de cuarta”.
Alejandro Grimson (Mitomanías de la educación argentina)
moviendo el bote al calor de las cumbias, como en toda fiesta chilanga de respeto.
Bernardo Fernández "Bef" (Azul cobalto (Misterio) (Spanish Edition))
Más allá de las convenciones estilísticas de la cumbia, creo que es obvio que miles de mujeres en todas las épocas hicieron cosas tanto o más valientes que luchar por amor: criaron hijos solas,
Tamara Tenenbaum (El fin del amor: querer y coger en el siglo XXI)
Soon after our father arrived we went to a party in our old neighborhood and introduced him to our friends from the basement days. When a cumbia came on, he asked our mother to dance, and we watched our parents sway, finding each other's rhythm as if they'd never fallen out of step, as if the past fifteen years were only a dance interrupted waiting for the next song to play.
Patricia Engel (Infinite Country)
This was, in part, the genesis of cumbia, the heartbeat of Colombia and its singular gift to the world.
Wade Davis (Magdalena: River of Dreams)
Cumbia is a rhythm, a beat, a dance—a choreography of seduction that ignites the spirit and shakes the soul, infusing one’s entire physical being with a sensual promise as innocent and perfect as a prayer. The dance movements of the male recall the desires of the lone cimarrón: passionate, powerful, yearning. Those of the woman, the coy resistance of the native maiden, bright candles in hand, spinning in a whirlwind of indifference. The music builds through the night, an alchemy of spirit and sensation that with every performance enhances its authority and power, laying
Wade Davis (Magdalena: River of Dreams)