Cuervos Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Cuervos. Here they are! All 100 of them:

She was thinking of doing a little Cuervo therapy.
Kelly Moran (Tracking You (Redwood Ridge #2))
—¡Mírame! —exigí. Algo confuso, obedeció. —Mírame como siempre lo hacías mientras buscabas aquello que tanto anhelabas de mí. Él abrió los ojos claramente impactado. Clavó su felina mirada en la mía durante un largo instante en el que dejé brotar todo el amor que me inspiraba. Una chispa encendió el claro verdor de su mirada. Lo había visto. —Sí —confirmé emocionada—, lo has conseguido, maldito. Me has robado el corazón. Te amo tanto que este tiempo sin ti ha sido la tortura más cruel. Y, déjame advertirte algo: si vuelves a tocar a otra mujer, te juro que te arrancaré los genitales y se los daré de comer a los cuervos.
Lola P. Nieva (Los tres nombres del lobo (Lobo, #1))
No hay nada en este mundo que desee más. Lo intento desde el primer día que te vi, con todas mis fuerzas. Quiero odiarte, necesito odiarte...
Maria Martinez (El encanto del cuervo)
Si, los cuervos son traviesos, les gusta jugar trucos en nosotros, pero también son extremadamente fieles a su especie. Cuando un cuervo esta luchando, buscara a su especie para sobrevivir. Se cuidan unos a otros como a una familia, lazos de sangre o no.
Julie Hockley (Crow's Row (Crow's Row, #1))
la voluntad de los favoritos del príncipe. Así lo ha dispuesto la naturaleza: Cada uno se pitra por sus propios descubrimientos. ¡Al cuervo le ríe su cría y a la mona le gusta su hija!
Thomas More (UTOPÍA (Spanish Edition))
Yo no soy el chico bueno y perfecto de la peli. Lo siento, es lo que hay y creí que lo sabías. Hago apuestas, soy capaz de darle una paliza a un tío si creo que la merece o romperle el brazo al que se atreva a tocarte. No suelo poner la otra mejilla, y quien me la juega lo paga caro. Lo que ves es lo que hay.
Maria Martinez (El encanto del cuervo)
Abby, cada palabra es cierta y lo sabes, está en tus recuerdos por mucho que intentes ignorarlos, pero al final lo recordarás. Incluso quién eres en realidad. Ojalá estuvieras loca de verdad, al menos eso podría manejarlo.
Maria Martinez (El encanto del cuervo)
Mr. Cuervo and I - and all of his Mexican cousins are no longer on speaking terms
K.A. Tucker (Five Ways to Fall (Ten Tiny Breaths, #4))
Y, entonces, abrí la puerta de par en par, y ¿qué es lo que vi? ¡Las tinieblas y nada más!
Edgar Allan Poe (El cuervo)
Still nothing. No calls of outrage from the family and not one call or text from that asshole telling me how sorry he is. Well, fuck him, Tate thought, dropping the phone back to where it had been, as he lifted the bottle of Cuervo to his lips. Actually, don't fuck him. He'd like it too much.
Ella Frank (Try (Temptation, #1))
Ningún esfuerzo convierte a un cuervo negro en un halcón blanco. Anwar-i-Suhaili
Idries Shah (The Dermis Probe)
Cuervos sobre la llanura sembrada de muertos, como en las viejas baladas.
Ismail Kadare (El cortejo nupcial helado en la nieve)
Como una bandada de cuervos posados en las ramas del árbol del ahorcado, así las amigas de Angustias estaban sentadas, vestidas de negro, en su cuarto, aquellos días.
Carmen Laforet (Nada)
Los versos que resuenan en su cerebro le parecen graznidos de cuervos; le gustaría arrancarse la memoria.
Robert Walser (Historias)
¿En qué piensas cuando hueles nuestras velas, mi niña? «En Invernalia —le podría haber respondido—. Huelen a nieve, a humo y a agujas de pino. Huelen a los establos. Huelen a las risas de Hodor, y a Jon y a Robb entrenándose juntos en el patio, y a Sansa cantando alguna canción idiota sobre alguna bella dama. Huelen a las criptas donde están sentados los reyes de piedra; huelen a pan caliente en el horno; huelen al bosque de dioses. Huelen a mi loba y huelen a su pelaje; es casi como si la tuviera al lado.»
George R.R. Martin
Hay que contar siempre con lo peor, y luego hay que hacer contra ello todo lo que se pueda.
Michael Ende
En su cimbreo rojo rubí oye el cuervo cantar a los muertos, apenas conoce el precio, apenas la fuerza, el poder se alza y el Círculo se cierra. Del orgulloso león de faz de diamante, vela el súbito hechizo la luz brillante. Con el sol que agoniza él cambia la suerte, y el final revela, del cuervo, la muerte. De los Escritos secretos del conde de Saint Germain
Kerstin Gier (Saphirblau (Edelstein-Trilogie, #2))
¡Ay, si hoy viviera Cuervo y oyera en lo que se convirtió esto! ¡Wow! «Wow» es la interjección de asombro que está hoy de moda. La tomaron del inglés. Suena como un perro ladrando. Hasta las interjecciones están anglizadas. Nos putiaron el idioma.
Fernando Vallejo (Peroratas)
Los dos ejércitos entrechocaron con un estruendo ensordecedor. Picas entrecruzadas con lanzas, martillos contra escudos, espadas contra yelmos, mientras por encima revoloteaban los hambrientos cuervos rapaces soltando sus ásperos graznidos, en un frenesí desatado por el olor de la carne fresca.
Christopher Paolini (Eldest (Inheritance, #2))
Para aprender no se necesitan maestros: libros sí.
Fernando Vallejo El cuervo blanco
Te lo prometo, Matthias. Te llevaré a casa. —Nina —dijo él, presionando la mano de ella sobre su corazón—. Ya estoy en casa.
Leigh Bardugo (Reino de ladrones (Seis de cuervos, #2))
Durante la década de 1980 el gobierno de Estados Unidos crió a los cuervos que hoy le sacan los ojos.
Anabel Hernández (Los señores del narco)
Ando como el que va por su destino oyendo un clima oscuro de relojes, de manos, de preguntas, de papeles, de ensangrentados cuervos y cordeles.
Vicente Gerbasi (Los espacios cálidos)
I have shamed Mr. Cuervo
K.A. Tucker
los cobardes, como los cuervos: se alimentan de los valientes muertos.
David Mitchell (The Thousand Autumns of Jacob de Zoet)
Las ramas apenas mostraban fragmentos de lo que ocurría allí arriba, y parecía envolverlo, lo atrapaba entre sus brazos puntiagudos y lleno de cuervos
José Manuel Saquete Fuenmayor (Etenra I (Spanish Edition))
En una bandada de blancas palomas, un cuervo negro añade más belleza incluso que el candor de un cisne
Giovanni Boccaccio (Decameron (French Edition))
«¿Cuánto vale una corona si un cuervo puede cenar carne de rey?»
George R.R. Martin (A Feast for Crows (A Song of Ice and Fire, #4))
Halló la espada y la armadura enterradas a diez pasos bajo tierra, enredadas en las raíces de un árbol oscuro partido en la antigüedad por un rayo certero, donde habían anidado diez cuervos de garras blancas.
Colectivo Juan de Madre (Bajo la Influencia (Libro de Remezclas, Versiones y otras formas de Plagio))
Reva had an interesting method of mixing her drinks. After each sip of Diet Mountain Dew, she’d pour a little Jose Cuervo into the can to take up the space her sip had displaced, so that by the time she finished, she was drinking straight tequila.
Ottessa Moshfegh (My Year of Rest and Relaxation)
Reva had an interesting method of mixing her drinks. After each sip of Diet Mountain Dew, she’d pour a little Jose Cuervo into the can to take up the space her sip had displaced, so that by the time she finished, she was drinking straight tequila. It was fascinating to me.
Ottessa Moshfegh (My Year of Rest and Relaxation)
Creo que el mundo se acabará en blanco y negro, como una película antigua. (El cabello negro como ala de cuervo, cielo, la piel tan blanca como la nieve.) Es posible que mientras tengamos colores podamos seguir adelante. (Labios tan rojos como la sangre, sigo recordándomelo.)
Neil Gaiman (Objetos frágiles (Spanish Edition))
Caminas por el patio de la horca, tienes una soga al cuello y un cuervo en cada hombro, esperando para arrancarte los ojos, y el árbol de la horca tiene unas raíces muy profundas, pues va desde el cielo hasta el infierno, y nuestro mundo no es más que la rama de la que pende la soga.
Neil Gaiman (American Gods)
I have often raised an eyebrow at hearing him sing, as I push a cart down some Safeway aisle, of the spiritual complexities induced by he admixture of Cuervo Gold, cocaine, and nineteen-year-old girls (in the hands of a man of, shall we say, a certain age). At which point I look around Frozen Foods and wonder: "Is anyone else hearing this?
William Gibson (Distrust That Particular Flavor)
Es necesario marcharse, antes de que la Culpa una sus filas a las de la Piedad y juntas asalten el castillo de la Tentación.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
«Otros amigos ya han volado lejos de mí; hacia la mañana, también él me abandonará como mis antiguas esperanzas». El pájaro dijo entonces: «¡Nunca más!».
Edgar Allan Poe (El cuervo)
Escudriñando con atención estas tinieblas, durante mucho tiempo quedé lleno de asombro, de temor, de duda, soñando con lo que ningún mortal se ha atrevido a soñar;
Edgar Allan Poe (El cuervo)
El agua que bebo, la comida que como, la ropa que uso, la cama donde duermo; todo está determinado por la política, sea ésta buena o mala. La
Ngũgĩ wa Thiong'o (El brujo del cuervo)
Nunca más".
Edgar Allan Poe (El Cuervo)
mi alma, fuera del círculo de esta sombra que yace flotante sobre el suelo, no podrá volver a elevarse. ¡Nunca más!
Edgar Allan Poe (El cuervo)
Estremeciéndome al rumor de esta respuesta lanzada con tanta oportunidad, exclamé: «Sin duda lo que ha dicho constituye todo su saber, que aprendió en casa de algún infortunado, a quien
Edgar Allan Poe (El cuervo)
Por colinas, caballos veloces aplastaban la nieve profunda… A un lado un templo sagrado solitario asomaba al camino. ………………… Mas de pronto estalló la nevasca, y la nieve cayó a grandes copos. En el ala azabache un silbido, sobrevuela un cuervo el trineo. ¡El gemido auguraba desdichas! Los caballos de andar presuroso oteaban las sombras lejanas, y alzando sus crines… ZHUKOVSKI
Alexander Pushkin (La tempestad de nieve (Spanish Edition))
Porque todo se vuelve cosa estéril al verse en el espejo demoníaco, el espejo de la fatiga externa, creada cuando Dios durmiera antaño. Allí, por el ramaje roto, van los cuervos del inquieto pensamiento; volando, gritando por doquier, con garras crueles y ávidas gargantas, o tiesos mientras huelen en el aire y sacuden sus alas andrajosas. ¡Ay! Tus ojos, tan tiernos, hoy son crueles: no mires más en el amargo espejo.
W.B. Yeats
¿Qué dios loco y cruel le daría ojos a un hombre y luego le diría que los tuviera siempre cerrados, que no contemplara nunca toda la belleza que hay en el mundo? Solo un dios monstruoso, un demonio de la oscuridad.
George R.R. Martin (Festin de cuervos (Cancion De Hielo Y Fuego nº 4) (Spanish Edition))
En mi pueblo no se da demasiada importancia a las cosas y si uno se va, ya volverá; y si uno enferma, ya sanará; y si no sana, que se muera y que le entierren. Después de todo, el pueblo permanece y algo queda de uno agarrado a los cuetos, los chopos y los rastrojos. En las ciudades se muere uno del todo; en los pueblos, no; y la carne y los huesos de uno se hacen tierra, y si los trigos y las cebadas, los cuervos y las urracas medran y se reproducen es porque uno les dio su sangre y su calor y nada más.
Miguel Delibes (Viejas historias de Castilla la Vieja)
No me aflige que mi cuota de mundo tenga poco de terrenal en ella: ni que años de amor, en un segundo de rencor, se esfumen sin dejar huella. No lamento que los desvalidos sean, querida, más dichosos que yo, pero sí que sufras por mi destino, siendo pasajero como soy.
Edgar Allan Poe (El Cuervo y todos los poemas [ilustrado] (Spanish Edition))
Cada vez que un extraño le preguntaba cómo se llamaba el perro, Laura respondía algo diferente: Fénix, Brillo, Espina, Cuervo, Colibrí. Creía que llamarlo de distintas maneras lo protegía; que así era menos probable que alguien se lo llevara de la puerta del supermercado o de otra parte. Cuando lo llamaran ¡Ánima! o ¡Nardo! o ¡Cardo! , él no volvería la mirada. Quien lo quisiera para sí o lo quisiera para mal tendría que hacer fuerza. Al final podía prevalecer y llevárselo, pero no llevarse el nombre verdadero, que la seguiría acompañando solo a ella.
Carolina Sanín (Los niños)
You said somewhere that you would like to write in one of the Nordic languages because they have more vowels, and vowels are more serious.’ You: ‘Did I say that? But Latin languages have more vowels than Nordic ones! I think what I meant was that I would like to write in one of those ancient northern tongues which were almost entirely made up on vowels. I’ve always felt it had something to do with the climate. They were hot languages, insulated by all those heaped up vowels.’ Me: ‘Ancient Hebrew only had consonants. Presumably so that there was no risk of them accidentally writing the secret name of God.’ You: ‘Or perhaps that was to do with the climate too. Consonants were more open and airy, more suited to a language of the desert.’ ‘You also said that you hated sans serif typefaces.’ ‘Oh, yes, they’re terrible! All those naked letters, reduced to their stark scaffolding. No-one can possibly recognise their mother tongue when printed in a Futura typeface. It lacks maternal warmth, it lacks friendliness.’ ‘I fear Cuervo may be right: we are somewhat unscientific.’ ‘And prejudiced too. Vowels can be dispensed with. A text written solely using vowels would be illegible, but in a text using only consonants, one could guess the vowels. A text in which X replaced all the Os, as in that story by Poe, might prove difficult to read, but would, ultimately, be decipherable.
Luis Fernando Verissimo (Borges and the Eternal Orangutans)
Vuelto a mi cuarto, mi alma toda, toda mi alma abrasándose dentro de mí, no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza. “Ciertamente —me dije—, ciertamente algo sucede en la reja de mi ventana. Dejad, pues, que vea lo que sucede allí, y así penetrar pueda en el misterio. Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio, y así penetrar pueda en el misterio.” ¡Es el viento, y nada más!
Edgar Allan Poe (El Cuervo y Otros Cuentos)
Creo que con lo expuesto aquí queda demostrado que en el exterminio de millones de hombres, y en su destierro al Gulag, hubo una coherencia fría y meditada y un incansable tesón. Que en nuestro país las cárceles nunca estuvieron vacías, sino repletas o incluso atiborradas. Que mientras vosotros andabais gratamente ocupados con los inofensivos secretos del átomo, estudiabais la influencia de Heidegger en Sartre, coleccionabais reproducciones de Picasso, viajabais en coche-cama a los balnearios o terminabais de edificar vuestra dacha en las afueras de Moscú, los "cuervos" recorrían incansablemente las calles y la Seguridad del Estado llamaba, con los nudillos o el timbre, a las puertas. Y creo que con lo expuesto queda demostrado también que los Órganos jamás vivieron de la sopa boba.
Aleksandr Solzhenitsyn (ARCHIPIELAGO GULAG I)
¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza, trenzad vuestras cabriolas pues el tablao es amplio, ¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla! ¡Furioso, Belzebú rasga sus violines! ¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta! Todos se han despojado de su sayo de piel: lo que queda no asusta y se ve sin escándalo. En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro. El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas; cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla: parecen, cuando giran en sombrías refriegas, rígidos paladines, con bardas de cartón. ¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos! ¡y la horca negra muge cual órgano de hierro! y responden los lobos desde bosques morados: rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno… Zarandéame a estos fúnebres capitanes que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos, un rosario de amor por sus pálidas vértebras: ¡difuntos, que no estamos aquí en un monesterio!
Arthur Rimbaud
Yo voy, lobo estepario, trotando por el mundo de nieve cubierto; del abedul sale un cuervo volando, y no cruzan ni liebres ni corzas el campo desierto. Me enamora una corza ligera, en el mundo no hay nada tan lindo y hermoso; con mis dientes y zarpas de fiera destrozara su cuerpo sabroso. Y volviera mi afán a mi amada, en sus muslos mordiendo la carne blanquísima y saciando mi sed en su sangre por mí derramada, para aullar luego solo en la noche tristísima. Una liebre bastara también a mi anhelo; dulce sabe su carne en la noche callada y oscura. ¡Ay! ¿Por qué me abandona en letal desconsuelo de la vida la parte más noble y más pura? Vetas grises adquiere mi rabo peludo; voy perdiendo la vista, me atacan las fiebres; hace tiempo que ya estoy sin hogar y viudo y que troto y que sueño con corzas y liebres que mi triste destino me ahuyenta y espanta. Oigo al aire soplar en la noche de invierno, hundo en nieve mi ardiente garganta, y así voy llevando mi mísera alma al infierno.
Hermann Hesse (Steppenwolf)
Margarida suplicó que, por favor, la mataran deprisa. En vez de eso, la ataron detrás de un caballo y la arrastraron por un camino bordeado de garras que no se acababa nunca. Y entonces la oyó. Inconfundible como un trueno en el fondo de los oídos. La voz de Dios, Nuestro Señor, que le decía, «Huye de mí, maldita». El clamor horrible salía de entre las ancas de la montura, «Entra en el fuego del infierno, que lo han preparado el demonio y sus ministros. Adéntrate en las tinieblas con la serpiente que no descansa». Y, mientras subían montañas de estiércol y de fuego y bajaban a valles de brasas donde el viento bramaba y los árboles rechinaban cargados de urracas y cuervos, la voz incesante la fustigaba, «Yo te cincelé y tú te hiciste sierva de otro», tan ensordecedora que la mujer era incapaz de separar las palabras, «Aléjate de mí, endemoniada, que yo te di oídos y escuchaste a otro». Margarida, aterrorizada, miraba el culo del caballo y negaba con la cabeza, «Te di boca y confabulaste con otro», tropezaba, pero el estrépito continuaba, «Te di ojos y miraste las tinieblas».
Irene Solà
¿En qué momento el hombre se convierte en monstruo? ¿Cuándo se traspasa esa fina línea que separa la supervivencia de la crueldad? No es algo que suceda en un instante. Ocurre de forma gradual, del mismo modo que las gotas de agua llenan un cántaro hasta desbordarlo. Es el resultado de cada golpe que te ha derribado y te ha obligado a levantarte de nuevo, una y otra vez, hasta que algo dentro de ti se acaba rompiendo y no puedes pensar en otra cosa que no sea devolverle al mundo cada uno de esos golpes y demostrarle que los vientos del destino tendrán que soplar más fuerte si quieren doblegarte.
Cris Ortega (La sombra del cuervo rojo (volumen 1))
En su declaración, Reyes dijo no recordar bien qué le dijo a Roberto Izquierdo. De lo que estaba seguro era «que este me dijo que me quedara tranquilo y callado». El Roberto Izquierdo al que se refiere Reyes es Roberto Izquierdo Menéndez, en la actualidad uno de los hombres más ricos de Chile, parte del clan familiar también conocido como Grupo Izquierdo Menéndez, compuesto fundamentalmente por él y sus diez hermanos47. Actualmente, Izquierdo48 se encuentra investigado por el «caso Cascada», debido a que fue parte de las operaciones de la Sociedad Química y Minera (Soquimich), que, tanto la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) como la Fiscalía Centro Norte, han catalogado como «ficticias», debido a que su objetivo fue aumentar las utilidades de la empresa de forma fraudulenta.
Javier Rebolledo (A la sombra de los cuervos: Los cómplices civiles de la dictadura (Spanish Edition))
—Amigo mío, lo hecho está bien hecho; y mejor andaría el mundo si, en casos dados, no fuesen leguleyos trapisondistas y demás cuervos de Temis, sino duendes, los que administrasen justicia. Y con esto, buenas noches y que Dios y Santa María nos tengan en su santa guarda y nos libren de duendes y remordimientos.
Ricardo Palma (Tradiciones peruanas (Spanish Edition))
el día anterior un cuervo blanco había llegado de la Ciudadela con un mensaje, noticias ya anticipadas pero no por ello menos temibles: el anuncio del fin del verano.
Anonymous
On the drive over, Richards kept marveling at the transforming power of having a felony to commit. His brother looked more like his "normal" self now than at any time in the previous weeks, that is, like a calm, basically reasonable individual, a manly sort of fellow with a certain presence. They talked about Richards' daughter and along other noncontroversial lines. At the airport Richards stood by quietly, if nervously, while Joel transacted his business at the ticket counter, then passed a blue daypack, containing the kilo of cocaine among other things, through the security x-ray. Richards had planned to stop right here--just say good-bye, go outside and start to breathe again--but for some reason he followed his brother through the checkpoint. In silence they proceeded down a broad, sparsely peopled corridor; Joel, with his daypack slung casually over one shoulder, a cigarette occupying his other hand, had given Richards his fiddle case to carry. Soon they became aware of a disturbance up ahead: a murmurous roar, a sound like water surging around the piles of a pier. The corridor forked and they found themselves in a broad lobby, which was jammed now with Hawaiian travelers, prospective vacationers numbering in the hundreds. Just as they arrived, a flight attendant, dressed like a renter of cabanas on the beach at Waikiki, picked up a mike and made the final announcement to board. In response to which, those travelers not already on their feet, not already formed in long, snaky line three or four people abreast, arose. The level of hopeful chatter, of sweetly anticipatory human excitement, increased palpably, and Richards, whose response to crowds was generally nervous, self-defensively ironic, instinctively held back. But his brother plunged right in--took up a place at the front of the line, and from this position, with an eager, good-natured expression on his face, surveyed his companions. Now the line started to move forward quickly. Richards, inching along on a roughly parallel course, two or three feet behind his brother, sought vainly for something comical to say, some reference to sunburns to come, Bermuda shorts, Holiday Inn luaus, and the like. Joel, beckoning him closer, seemed to want the fiddle case back. But it was Richards himself whom he suddenly clasped, held to his chest with clumsy force. Wordlessly embracing, gasping like a couple of wrestlers, they stumbled together over a short distance full of strangers, and only as the door of the gate approached, the flight attendant holding out a hand for boarding passes, did Richards' brother turn without a word and let him go.
Robert Roper (Cuervo Tales)
On the drive over, Richards kept marveling at the transforming power of having a felony to commit. His brother looked more like his "normal" self now than at any time in the previous weeks, that is, like a calm, basically reasonable individual, a manly sort of fellow with a certain presence. They talked about Richards' daughter and along other noncontroversial lines. At the airport Richards stood by quietly, if nervously, while Joel transacted his business at the ticket counter, then passed a blue daypack, containing the kilo of cocaine among other things, through the security x-ray. Richards had planned to stop right here--just say good-bye, go outside and start to breathe again--but for some reason he followed his brother through the checkpoint. In silence they proceeded down a broad, sparsely peopled corridor; Joel, with his daypack slung casually over one shoulder, a cigarette occupying his other hand, had given Richards his fiddle case to carry. Soon they became aware of a disturbance up ahead: a murmurous roar, a sound like water surging around the piles of a pier. The corridor forked and they found themselves in a broad lobby, which was jammed now with Hawaiian travelers, prospective vacationers numbering in the hundreds.
 Just as they arrived, a flight attendant, dressed like a renter of cabanas on the beach at Waikiki, picked up a mike and made the final announcement to board. In response to which, those travelers not already on their feet, not already formed in long, snaky line three or four people abreast, arose. The level of hopeful chatter, of sweetly anticipatory human excitement, increased palpably, and Richards, whose response to crowds was generally nervous, self-defensively ironic, instinctively held back. But his brother plunged right in--took up a place at the front of the line, and from this position, with an eager, good-natured expression on his face, surveyed his companions.
 Now the line started to move forward quickly. Richards, inching along on a roughly parallel course, two or three feet behind his brother, sought vainly for something comical to say, some reference to sunburns to come, Bermuda shorts, Holiday Inn luaus, and the like.
 Joel, beckoning him closer, seemed to want the fiddle case back. But it was Richards himself whom he suddenly clasped, held to his chest with clumsy force. Wordlessly embracing, gasping like a couple of wrestlers, they stumbled together over a short distance full of strangers, and only as the door of the gate approached, the flight attendant holding out a hand for boarding passes, did Richards' brother turn without a word and let him go.
Robert Roper (Cuervo Tales)
La vieja armería de Donal Noye, sin embargo, permanecía oscura y en silencio, y las habitaciones de Jon, en la parte de atrás de la vieja forja, estaban todavía más oscuras. Pero aún no había tenido tiempo de quitarse la capa cuando Dannel asomó la cabeza por la puerta para anunciar que Clydas le llevaba un mensaje. —Que pase. —Jon encendió un cirio en el brasero y prendió tres velas con él. Clydas entró parpadeando, con el rostro congestionado y un pergamino agarrado firmemente. —Disculpad, lord comandante. Sé que debéis de estar muy cansado, pero me pareció que querríais ver esto enseguida. —Bien hecho. —Jon leyó: En Casa Austera, con seis barcos. Mar bravía. Perdidos el Pájaro Negro y su tripulación; dos barcos lysenos encallados en Skane; la Garra hace agua. Nada marcha bien. Los salvajes se comen los cadáveres de los suyos. Cosas muertas en el bosque. Los capitanes braavosi solo quieren llevar mujeres y niños en sus barcos. Las brujas nos llaman esclavistas. Renunciamos a hacernos con la Cuervo de Tormenta; seis tripulantes y muchos salvajes muertos. Quedan ocho cuervos. Cosas muertas en el agua. Enviad ayuda por tierra; mar azotado por las tormentas. Desde la Garra, por la mano del maestre Harmune. Bajo el texto figuraba la furiosa firma de Cotter Pyke. —¿Es grave, mi señor? —preguntó Clydas. —Bastante grave. «Cosas muertas en el bosque. Cosas muertas en el agua. Quedan seis barcos de los once que zarparon. —Jon enrolló el pergamino con el ceño fruncido—. Cae la noche y comienza mi guerra.»
George R.R. Martin (Danza de dragones (Canción de Hielo y Fuego, #5))
ropa bonita a su hija. Pero María no se daba por satisfecha. Creía que merecía algo mucho mejor. Cuando María ya era mujercita, no quería tener nada que ver con los jóvenes de su pueblo. No eran bastante buenos para ella. Muchas veces cuando se paseaba con su abuelita por las afueras del pueblo, decía: —Abuelita, cuando yo me case, voy a casarme con el hombre más guapo del mundo. La abuela movía la cabeza. Pero María miraba a través de la ladera y decía: —Va a tener el pelo tan negro y reluciente como el cuervo que veo posado en aquel piñón. Y cuando se mueva, va a mostrar la fuerza y la gracia del caballo que mi abuelito tiene en su corral. —María —decía la anciana suspirando—, ¿por qué piensas siempre en cómo se ve un hombre? Si vas a casarte con un hombre hay que asegurarte de que sea un buen hombre, de que tenga buen corazón. No te fijes tanto en lo guapo que es. Pero María se decía: —Estas viejitas. Tienen las ideas tan anticuadas. No entienden nada. Un día llegó al pueblo un hombre que parecía ser el mero hombre de quien María hablaba. Se llamaba Gregorio. Era un vaquero del llano al este de la sierra. Sabía montar cualquier bestia. Si tenía un caballo que se amansaba mucho, lo regalaba y se iba para capturar un caballo salvaje. Pensaba que no era varonil montar un caballo que no fuera medio bronco. Era tan guapo que todas las muchachas andaban enamorándose de él. Tocaba la guitarra y cantaba con buena voz. María decidió que ése era el hombre con quien se iba a casar. Pero disimulaba sus sentimientos. Si se encontraban en la calle y Gregorio la saludaba, María volteaba la cara. Si venía a su casa para tocar su guitarra y cantar, ella ni siquiera se asomaba a la ventana. Al poco tiempo Gregorio también se decidió. Se dijo: —Esa orgullosa de María. Es con ella que me voy a casar. Yo puedo conquistar su corazón. Todo resultó tal y como María lo había planeado. Los padres de María no querían que se casara con Gregorio. Le dijeron: —Él no puede ser buen marido. Está acostumbrado a la vida bárbara del llano. No te cases con él. Por supuesto María no les hizo caso a sus padres. Se casó con Gregorio. Por algún tiempo todo andaba bien. Tuvieron dos hijos. Pero después de varios años, Gregorio volvió a su antigua manera de ser. Se mantenía fuera de casa por meses a la vez. Cuando regresaba a casa le decía a María: —Yo no vine a verte a ti. Quiero pasar un rato con mis hijos nomás. Jugaba con los hijos por un tiempo, y luego se iba para pasar toda la noche jugando a las cartas con sus amigos y tomando vino. Y empezó a decir
Joe Hayes (The Day It Snowed Tortillas / El día que nevó tortilla)
El mal es la causa primera de todas las atrocidades, cualquier otra consideración no es sino parte del ponzoñoso argumentario con el que los canallas pretenden justificar sus crímenes.
Daniel Menéndez Cuervo (Abismos de aguas heladas: Un espejo inquietante de nuestro propio tiempo. (Spanish Edition))
If you wanna keep insisting on a chat so badly, I’m gonna need something to lubricate my conversational wheels,” she returned a little breathlessly as her hand tried to reach the clear bottle toward the back of the cabinet.  “So…” “So, I need the help of my three favorite conversationalists,” she bit out, her hand blindly feeling for the familiar bottle. Cal raised an eyebrow, his hands going to his hips.  “Three conversationalists, huh?” he snorted. “Yes,” she snapped.  “Jim, Jack, and their immigrant friend, Jose Cuervo, speak my language and Jose gets downright chatty after the third shot,” she informed him, smiling as she pulled down the last bottle and lined them up on the counter. 
Sarah O'Rourke (Tangled Hearts (Passion in Paradise, #3.5))
Decía la leyenda que si los cuervos abandonaban la torre, la corona caería e Inglaterra con ella.
Galaxy Craze (The Last Princess (Last Princess, #1))
—¿Qué me haces? —preguntó lloroso al cuervo. —Enseñarte a volar. —¡No sé volar! —Pues estás volando. —¡No estoy volando, estoy cayendo! —Todo vuelo comienza con una caída —dijo el cuervo—.
George R.R. Martin (Juego de Tronos)
Gone on a Mexican cruise. C.” I chuckled, pretty sure the note meant C had gone ten rounds with Jose Cuervo and was sleeping it off.
Richard LeMieux (Breakfast at Sally's)
Hay una alfombra estadística donde esconder los montoncitos de mentiras.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
Allí dentro no había mucho que una atea licenciada en medicina pudiera celebrar: hileras de bancos de madera, columnas hasta el cielo, imágenes de santos, confesionarios. Todo un parque temático de la superstición.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
cuando uno ve la muerte tan cerca está dispuesto a creer en todo lo que pueda curarle, venga del cielo o del fondo de la tierra.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
Espeluznante, la forma en que los objetos esperan a sus dueños.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
Y cuando lo encontró, supo qué era exactamente lo que había estado buscando, porque se trataba de lo único que no podía estar allí.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
Si nuestras cabezas fueran herméticas, si estuvieran selladas, lo que tenemos dentro permanecería puro y bueno para siempre. Pero no están bien selladas. Tienen grietas. Y por esas grietas a veces se nos meten cosas: una obsesión, un miedo, o un dolor insoportable. Y eso nos transforma. Nos convierte en otra persona. Nos hacemos daño a nosotros mismos y hacemos daño a los que nos rodean.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
una excusa demasiado leve para una cobardía tan grande.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
El cura sabrá lo que hay que hacer, porque él escucha la voz de Dios. Lástima que se trate de un dios acomplejado, un dios celoso de un simple médico.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
Nada libera más que un fracaso total.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
¿Quién dice que no se puede medir el dolor? Por supuesto que sí: se mide en centilitros de etanol, en el ángulo de una barbilla sobre el pecho, en el tiempo que se tarda en cruzar una calle estrecha y llena de gente.
Ismael Martínez Biurrun (Mujer abrazada a un cuervo)
Una chica a la que algunos llamaron Hija Pálida. O la Coronadora. O Cuervo. Pero a la que la mayoría no llamó de ningún modo. Una asesina de asesinos, la cifra exacta de cuya cuenta de finales solo conocemos la diosa y yo. ¿Fue famosa o infame por esa cifra al término de sus días? ¿Por tanta muerte? Confieso que nunca he sabido ver la diferencia. Pero es que yo nunca he visto las cosas como las veis vosotros. Nunca he vivido del todo en el mundo que llamáis propio. Ni ella tampoco, en realidad. Creo que por eso la amaba.  
Jay Kristoff (Nevernight (The Nevernight Chronicle, #1))
Los cuervos se pelean por la carne de los muertos, se matan por sus ojos. Primero teníamos un rey; luego, cinco. Ahora, lo único que veo son cuervos que se pelean por el cadáver de Poniente.
George R.R. Martin (A Feast for Crows (A Song of Ice and Fire, #4))
Mientras escribía sus cartas, el cuervo escudriñaba con la cabeza prácticamente inmóvil, contemplando con asombro maravillado la punta de la pluma, la tinta que se derramaba letra a letra sobre el papel y que iba dejando palabras y frases a su paso. Parecía como si el negro cuervo estuviera enamorado de Pakize .
Orhan Pamuk
- Mi señor, grandes problemas tuve en la fuente. La encontré con presteza en una zona de hermosos frutales, pero estaba vigilada por esta fiera serpiente. Era amenazadora y tuve miedo de acercarme...
Iván Gimeno San Pedro (Cuentos del cielo. Una iniciación a la astronomía)
I pretended to hug the Jose Cuervo bottle to my chest. Don't you talk like that about Jose. I'll have you know we've been in a very long-term, committed relationship and I love him!
Zoe Blake (Sweet Depravity (Ruthless Obsession #2))
La vejez de los pueblos. El corazón sin dueño. El amor sin objeto. La hierba, el polvo, el cuervo. ¿Y la juventud? En el ataúd. El árbol solo y seco. La mujer como un leño de viudez sobre el lecho. El odio sin remedio. ¿Y la juventud? En el ataúd
Miguel Hernández
«Guardaos del zorro que hace levantar el vuelo a los cuervos, porque os desposará y os llevará lejos. Guardaos del hombre que recuerda el rostro de Arthur Hawkwing, porque os desposará y os liberará. Guardaos del hombre de la mano roja, porque os desposaréis con él y con ningún otro».
Robert Jordan (Cuchillo de sueños (The Wheel of Time, #11))
Está ronco el cuervo que anuncia con graznidos la fatal llegada de Duncan a mi castillo. ¡Espíritus, venid ¡Venid a mí, puesto que presidís los pensamientos de una muerte! ¡Arrancadme mi sexo y llenadme del todo, de pies a la cabeza, con la más espantosa crueldad! ¡Que se dense mi sangre, que se bloqueen todas las puertas al remordimiento! ¡Que no vengan a mí contritos sentimientos naturales a perturbar mi propósito cruel, o a poner tregua a su realización! ¡Venid hasta mis pechos de mujer y transformad mi leche en hiel, espíritus de muerte que por doquiera estáis -esencias invisibles- al acecho de que Naturaleza se destruya! ¡Ven, noche espesa, ven, y ponte el humo lóbrego de los infiernos para que mi ávido cuchillo no vea sus heridas, ni por el manto de tinieblas pueda el cielo asomarse gritando «basta, basta»!
Shakespeare (MACBETH -29- -D-)
¿Y quién lo hizo a él? —Una vez, la costra helada se partió con inmenso fragor y ese estruendo formó al Cuervo. Era Negro, porque reinaba noche profunda. Como se aburría, hallándose completamente solo en la noche oscura, decidió hacer pequeños hombres con montoncitos de barro. Los hombres, aburridos a su vez porque no tenían a nadie con quien reñir, hicieron pequeñas mujeres con montoncitos de nieve.
Tao Editorial (El País de las Sombras Largas (Spanish Edition))
Puedo enseñarte historia, curación, las propiedades de las hierbas... Puedo enseñarte el lenguaje de los cuervos, y a construir un castillo y a guiarte por las estrellas como hacen los marineros para guiar sus barcos. Puedo enseñarte a medir los días y marcar las estaciones.
George R.R. Martin (A Game of Thrones (A Song of Ice and Fire, #1))
Poco importa que haya sol o esté nevando, es un buen momento por todo lo que se brinda ante sus ojos: la nieve, el sol, el viento, el rastro dejado por una liebre, el planeo de un cuervo, la vida que se renueva, nada que no conozcan.
Jocelyne Saucier (And the Birds Rained Down)
—No es más que una espada —dijo con determinación. Pero sí que era algo más. Aguja era Robb, Bran, Rickon, su madre y su padre, hasta Sansa. Aguja era los muros grises de Invernalia y las risas de sus habitantes. Aguja era las nieves de verano, los cuentos de la Vieja Tata, el árbol corazón con sus hojas rojas y su rostro aterrador, el cálido olor a tierra de los jardines de cristal, el sonido del viento del norte contra los postigos de su habitación. Aguja era la sonrisa de Jon Nieve. «
George R.R. Martin (Festin de cuervos (Cancion De Hielo Y Fuego nº 4) (Spanish Edition))
A los cuervos se les considera emisarios de los dioses, y a su vuelo y graznidos, mensajes cifrados. El cuerpo del difunto, en algunas regiones del Tíbet, se entrega a las aves carroñeras para completar el ciclo de la existencia. El espíritu se representa en el cristianismo mediante una paloma blanca. En el Corán es un ave el símbolo de la inmortalidad del alma. Todas las religiones parecen beber de una fuente, de una base común.
Ramon Villero (El nudo infinito)
Si tienen miedo, las velas los tranquilizan. ¿En qué piensas cuando hueles nuestras velas, mi niña? «En Invernalia —le podría haber respondido—. Huelen a nieve, a humo y a agujas de pino. Huelen a los establos. Huelen a las risas de Hodor, y a Jon y a Robb entrenándose juntos en el patio, y a Sansa cantando alguna canción idiota sobre alguna bella dama. Huelen a las criptas donde están sentados los reyes de piedra; huelen a pan caliente en el horno; huelen al bosque de dioses. Huelen a mi loba y huelen a su pelaje; es casi como si la tuviera al lado.» —
George R.R. Martin (Festin de cuervos (Cancion De Hielo Y Fuego nº 4) (Spanish Edition))
Hay cuervos, pero nadie ha oído sus graznidos.
Enrique Vila-Matas (Dublinesque)
Toda la gente débil comparte una obsesión básica: una fijación por la idea de la complacencia. Vayas a donde vayas, los hombres y las mujeres son como cuervos atraídos por los objetos resplandescientes. Para algunos, los objetos resplandescientes codiciados son otras personas, y antes que caer en esto más te valdría hacerte adicto a las drogas. Algo se convierte en demasiado placentero, demasiado importante, y antes de que te des cuenta estás atrapado.
Nic Pizzolatto
Tu corazón está bombeando mares de dolor. Tus manos son mensajeras y tus ojos un espejo. Y yo el registro. ¿Esto volará por el cielo?" No. Ya voló y se perdió. Y los pájaros que volaron cerca se convirtieron en cuervos de tanto dolor que sus alas batieron.
@fabiantapiaescritor (Cartas por el cielo)
<> No. Ya voló y se perdió. Y los pájaros que volaron cerca se convirtieron en cuervos de tanto dolor que sus alas batieron.
@fabiantapiaescritor (Cartas por el cielo)
—El mundo no tiene corazón. —Entonces hay que cambiar el mundo. Darle
Ngũgĩ wa Thiong'o (El brujo del cuervo)
Hay una gran belleza en el hombre vestido de percal y calzado con sandalias, sin más armas que un bastón para andar y su credo de la no violencia, que se enfrenta al poderoso imperio británico, ¿no
Ngũgĩ wa Thiong'o (El brujo del cuervo)
Hay algunos que aman su historia y el color de su piel, y hay otros que odian su historia y el color de su piel...
Ngũgĩ wa Thiong'o (El brujo del cuervo)
Por abundantes que fueran los peces en el mar, se necesitaba una red o un sedal y un anzuelo, como mínimo.
Ngũgĩ wa Thiong'o (El brujo del cuervo)
Christmases after his death were usually as unpredictable as they were untenable. It depended on how early in the day—or the evening before—her mother decided to start the festivities and who the guests would be—Jim Beam, José Cuervo or Jack Daniel. If the year had been especially successful, Johnnie Walker might replace all the others.
Alex Kava (Black Friday (Maggie O'Dell, #7))
She’d managed to say the one word that was sure to send me to the bottom of a bottle. I had promised myself I would break off my relationship with Jose Cuervo, but it looked like I would be having a one-night stand with my ex tonight.
Lexi Blake (Ripper (Hunter, #1; Thieves, #6))