Cuanto Vale Quotes

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El caballero auténtico, aunque pierda cuanto tiene, no debe alterarse. El dinero está tan por bajo de la dignidad de un caballero que casi no vale la pena pensar en él.
Fyodor Dostoevsky (El jugador)
-¿Que os hace tanta gracia? -pregunto ella desconcertada. -La mercancía se ve, se pesa, se palpa y, si es necesario, se prueba y hasta se huele -Explico Loxan con cierto tono burlón-. Puedes valorarla y pedir algo a cambio. Pero la información... -hizo un gesto vago con la mano, como si quisiera atrapar el aire que respiraban- no se puede medir de la misma manera. ¿Cuanto vale? ¿Lo sabes tu, acaso?
Laura Gallego (El bestiario de Axlin (Guardianes de la Ciudadela))
Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve. Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor. Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas.
Paracelso
* Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será. Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes. Entonces, ¿qué hemos de elegir? ¿El peso o la levedad? * Lo que sólo ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre sólo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto. *El peso, la necesidad y el valor son tres conceptos internamente unidos: sólo aquello que es necesario, tiene peso; sólo aquello que tiene peso, vale. * Allí donde habla el corazón , es de mala educación que la razón lo contradiga. * El tiempo humano no da vueltas en redondo, sino que sigue una trayectoria recta. Ese es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir
Milan Kundera (The Unbearable Lightness of Being)
Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve… Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor… Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas.
Paracelsus
Era sincera. Hacía tiempo que me había acostumbrado a la perspectiva de una vida solitaria. Ser pobre, fea y, por añadidura, inteligente, condena en nuestras sociedades a trayectorias sombrías y desengañadas a las que más vale resignarse lo antes posible. A la belleza se le perdona todo, incluso la vulgaridad. La inteligencia ya no se ve como una justa compensación de las cosas, una manera de restablecer el equilibrio que la naturaleza ofrece a los menos favorecidos de entre sus hijos, sino como un juguete superfiuo que realza el valor de la joya. En cuanto a la fealdad, siempre se la considera culpable, y yo estaba condenada a ese destino trágico con el dolor que precisamente me confería mi lucidez.
Muriel Barbery (The Elegance of the Hedgehog)
¿Qué podemos aprender los escritores de las lagartijas, recoger de los pájaros? En la rapidez está la verdad. Cuanto más pronto se suelte uno, cuanto más deprisa escriba, más sincero será. En la vacilación hay pensamiento. Con la demora surge el esfuerzo por un estilo; y se posterga el salto sobre la verdad, único estilo por el que vale la pena batirse a muerte o cazar tigres.
Ray Bradbury (Zen en el arte de escribir)
Hubiese sido mejor – dijo el zorro – que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuando preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito)
—Las personas engañan y mienten. Cuanto más hay, más planean tomar y más a menudo lo intentan. El mundo es un lugar feo, y la gente, al parecer, en su mayoría piensa que es mejor y más fácil tomar de los demás que ganárselos ellos mismos. (Kyrian) —Entonces, ¿por qué luchas para protegernos? (Nick) —Porque cada vez que pienso que no vale la pena, que la gente merece la miseria de sus vidas, me encuentro con alguien que me hace replantear eso. (Kyrian) —¿Como quién? (Nick) —Un sabihondo Cajun que besa el suelo por el que su madre camina. Uno que estaba dispuesto a dar su vida para proteger a dos extraños de sus mejores amigos, a pesar de que necesitaba el dinero para comer. Una mujer que está dispuesta a rebajarse a sí misma para alimentar a su hijo. Otra que enfrentó a un cártel de drogas con el fin de proteger a su familia y su pequeño pueblo. Esa clase de amor me recuerda al humano que una vez fui. Las personas como tú, tu madre, y Rosa se merecen a alguien que cuide sus espaldas. (Kyrian)
Sherrilyn Kenyon (Invincible (Chronicles of Nick, #2))
La mayoría nos formulamos la pregunta "¿Qué gano yo si lo hago?" más habitual de lo que nos interrogamos si "¿Es lo que estoy haciendo moral o correcto en términos políticos?". […] en ninguna otra época como en la actual se han dejado de lado con tanta insistencia otras cuestiones, tanto en la vida pública como en la privada. No es que tomar decisiones pensando en el beneficio práctico sea reprobable en sí mismo o deba conducir a un daño moral irreparable; sin embargo, cuanto más subordinamos nuestras ideas y nuestro mundo interior a criterios económicos, más se reducen aquellos y más rápidamente se llega a la conclusión lógica de que ningún tipo de compromiso vale la pena, excepto el que sirve directa o indirectamente a nuestro propio interés; que las ideas sólo poseen cierto valor si pueden transformarse en moneda de cambio; que un proyecto sólo debe ser tenido en cuenta si arroja beneficios de algún tipo.
Meredith Haaf (Wir Alphamädchen: Warum Feminismus das Leben schöner macht)
Esto, amigos míos, me parece muy bien dicho. Pues verdaderamente debéis de tener algo divino en vosotros si, no estando persuadidos de que la injusticia sea preferi­ble a la justicia, sois empero capaces de defender de tal modo esa tesis. Yo estoy seguro de que en realidad no opináis así, aunque tengo que deducirlo de vuestro modo de ser en general, pues vuestras palabras me harían descon­fiar de vosotros y cuanto más creo en vosotros, tanto más grande es mi perplejidad ante lo que debo responder. En efecto, no puedo acudir en defensa de la justicia, pues me considero incapaz de tal cosa, y la prueba es que no me habéis admitido lo que dije a Trasímaco creyendo demostrar con ello la superioridad de la justicia sobre la injusti­cia; pero, por otra parte, no puedo renunciar a defender­la, porque temo que sea incluso una impiedad el callarse cuando en presencia de uno se ataca a la justicia y no de­fenderla mientras queden alientos y voz para hacerlo. Vale más, pues, ayudarle de la mejor manera que pueda.
Plato (La República)
Brindaron, apuraron sus copas y Peio Anzola señaló la primera moneda, la de cobre octogonal. —Ese maravedí compró un secreto y con él siempre sabrás la verdad. Eso no hay dinero que lo pague —añadió con un guiño y señaló la siguiente moneda—. El doblón de oro pagó el beso de una reina de Aragón. Fue una apuesta, por supuesto, y queriendo o sin querer, la reina la perdió. Con ese doblón podrás tener cuantos besos quieras y de quien tú quieras, eso tampoco tiene precio... —¿Y esta? —se anticipó Urko, carcomido por la curiosidad. Tocó la pieza de plata y la encontró caliente, como si estuviese hechizada. Sin embargo, las otras dos permanecían frías y así lo comprobó. Su tío le sacó de sus pensamientos con una frase sincera y sentida: —Espero que nunca tengas que usar esa última moneda, chico. Las otras dos tienen crédito ilimitado, su magia nunca se agota, pero esa pieza de plata solo podrás usarla una vez y, cuando lo hagas, ya no será tuya. Tendrás que regalarla junto con las otras dos. —¿Tú ya la has usado, tío? —Eso no importa, lo crucial es que sepas quién la usó primero. Esta pieza de plata se utilizó para pagar una muerte. Una muy importante. —¿La de otro rey? —aventuró Urko. —Algo parecido, no te lo vas a creer cuando te lo diga. Digamos que solo hay treinta monedas como esa… y son las treinta que compraron la vida del Rey de Reyes. —¿En serio? —masculló Urko, sin apartar su mirada del brillo de la plata—. ¿Las monedas de Judas? Vale, tío, tienes razón. No me lo creo.
Mara Oliver (Hechizo de Mar y Luna)
Veamos si encontramos otro camino para imaginarnos cómo se debe sentir un hombre que está dispuesto a renunciar al peso, por lo general tan ligero para otros, de la vida. Porque solo si somos capaces de sentir lo que él siente tenemos derecho a hablar sobre ello. La naturaleza humana -continué-, tiene sus límites: puede soportar la felicidad, el sufrimiento, el dolor, sólo hasta cierto grado, sucumbe en cuanto lo ha sobrepasado. En esto no se trata entonces de si alguien es débil o fuerte, sino sólo de si es capaz de soportar su grado de sufrimiento, ya sea moral o físico. Y al mismo tiempo me parece equivocado decir que un hombre que se quita la vida es un cobarde, así como sería inoportuno llamar cobarde a alguien que muere por una fiebre maligna. Reconoces que denominamos enfermedad mortal a aquella que ataca la naturaleza de modo que por un lado va consumiendo sus fuerzas y por el otro las neutraliza, de tal manera que ya no es posible que éstas se repongan. [...] apliquemos esto al espíritu. Mira al ser humano en sus limitaciones, cómo influyen en él ciertas impresiones, se fijan las ideas, hasta que una pasión que se agiganta le quita toda serenidad a sus sentidos y lo arruina. Será en vano -agregué- que el hombre sensato y sereno quiera evitar la situación, será inútil que lo aconseje. Es lo mismo que un hombre sano, que estando junto al lecho de un enfermo, tampoco puede traspasarle ni lo más mínimo de su energía. [...] amigo mío -exclamé-, el hombre es el hombre y la chispa e inteligencia que puede llegar a tener no vale mucho cuando golpean las pasiones y lo llevan hasta los límites de lo humano. Oh, mi corazón estaba a punto de estallar. Y nos separamos sin que nos hubiéramos entendido. Aunque, en este mundo, no es fácil que uno llegue a entender al otro.
Johann Wolfgang von Goethe (The Sorrows of Young Werther)
Llego, pues, a la conclusión de que un príncipe, cuando es apreciado por el pueblo, debe cuidarse muy poco de las conspiraciones; pero que debe temer todo y a todos cuando lo tienen por enemigo y es aborrecido por él. Los Estados bien organizados y los príncipes sabios siempre han procurado no exasperar a los nobles y, a la vez, tener satisfecho y contento al pueblo. Es este uno de los puntos a que más debe atender un príncipe. (p. 33) Sólo quien sea capaz de cortar, como suele decirse, un cabello en el aire, podrá hallar alguna diferencia entre “excusa” y “justificación”. (p. 50) Sucede lo que los médicos dicen del tísico: que al principio su mal es difícil de conocer, pero fácil de curar, mientras que, con el transcurso del tiempo, al no haber sido conocido ni atajado, se vuelve fácil de conocer, pero difícil de curar. (p. 4) Como quiera que haya sido, lo cierto es que nadie probablemente ha sido, tanto como Maquiavelo, signo de contradicción. Nadie ha tenido tan varia y tempestuosa fortuna, como suelen decir los italianos; y vale recordar algunas por lo menos de sus más sonadas peripecias. (p. 11) Maquiavelo puede pasar casi como un santo. Que una u otra vez sacrificó en los altares de Afrodita (de la Pandemia siempre, porque fue varón a carta cabal), parece ser lo más probable pero fueron pasiones o pasioncillas que no alteraron la paz de su hogar, ni sobrepusieron en modo alguno (la carta a Vettori lo está diciendo) a su labor intelectual. (p. 25) … y si no perseveró más en el género dramático -un entretenimiento para él, en fin de cuentas- fue por la simple razón de que lo que ante todo le absorbía era el homo politicus, o como él decía, el ragionar dello stato, y en esto hubo de consumirse lo mejor de su energía espiritual. (p. 11) En la concepción de Maquiavelo, el Príncipe es el Estado… En cuanto al pueblo, es algo que no ha podido definirse jamás. Como entidad política, es una entidad puramente abstracta. No se sabe exactamente ni dónde comienza ni dónde acaba. El adjetivo de soberano aplicado al pueblo es una farsa trágica… Al pueblo no le queda ni un monosílabo para afirmar y obedecer. (p. 15) En los Discursos sobre Tito Livio abundan declaraciones semejantes. “Hay que partir del presupuesto de que los hombres son todos perversos (tutti gli uomini rei), y que siempre que se les presente ocasión, harán uso de la malignidad de su ánimo… Los hombres no obran jamás el bien, a no ser por necesidad”. (p. 32) La libertad, por tanto, es para Maquiavelo el supremo bien a cuya consecución debe ordenarse la comunidad política, y por esta consideración censura severamente a Julio César, por haber sido el exterminador de las libertades públicas y, en suma, de la República romana. (p. 28) Ha de notarse, pues, que a los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos, porque si se vengan de las ofensas leves, de las graves no pueden; así que la ofensa que se haga al hombre debe ser tal, que le resulte imposible vengarse. (p. 3) … no sin haberle colgado previamente una inscripción según la cual Maquiavelo habría sido un hombre astuto y pérfido, coadjutor de los demonios e incomparable artífice de maquinaciones diabólicas: “Homo vafer ac subdolus, diabolicarum cogitationum faber optimus, cacodaemonis auxiliator”. (p. 12) Quien confía en el pueblo edifica sobre arena. (se me olvidó colocar la página) Y Traiano Boccalini, por su parte, decía lo siguiente: “No vemos por qué ha de condenarse la lectura de Maquiavelo, cuando se recomienda la lectura de la Historia”. (p. 38) … en esto acabó por convertirse, según dice Macaulay, el odiado político florentino. (p. 13)
Niccolò Machiavelli (El Principe)
Ser pobre, fea y, por añadidura, inteligente, condena en nuestras sociedades a trayectorias sombrías y desengañadas a las que más vale resignarse lo antes posible. A la belleza se le perdona todo, incluso la vulgaridad. La inteligencia ya no se ve como una justa compensación de las cosas, una manera de restablecer el equilibrio que la naturaleza ofrece a los menos favorecidos de entre sus hijos, sino como un juguete superfluo que realza el valor de la joya. En cuanto a la fealdad, siempre se la considera culpable, y yo estaba condenada a ese destino trágico con el dolor que precisamente me confería mi lucidez.
Muriel Barbery (La elegancia del erizo)
Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 1388-1391 | Añadido el domingo, 7 de diciembre de 2014 23:49:36 “El hombre tiene sobre sí la carne, que es a la vez su carga y su tentación. La lleva, y cede a ella. ”Debe vigilarla, contenerla, reprimirla, mas si a pesar de sus esfuerzos cae, la falta así cometida es venial. Es una caída; pero caída sobre las rodillas, que puede transformarse y acabar en oración”. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 1397-1399 | Añadido el domingo, 7 de diciembre de 2014 23:50:36 —A los ignorantes enseñadles las más cosas que podáis: la sociedad es culpada de no dar instrucción gratis: ella es responsable de la oscuridad que con esto produce: Si una alma sumida en las tinieblas comete un pecado, el culpable no es en realidad el que peca, sino el que no disipa las tinieblas. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 1459-1460 | Añadido el domingo, 7 de diciembre de 2014 23:58:19 No trataba de borrar el dolor con el olvido, sino de agrandarlo y dignificarlo por la esperanza. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 1584-1585 | Añadido el martes, 9 de diciembre de 2014 02:43:59 lo bello vale tanto como lo útil. Y añadió después de una pausa: Tal vez más. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 1603-1604 | Añadido el martes, 9 de diciembre de 2014 02:46:13 “No preguntéis su nombre a quien os pide asilo. Precisamente quien más necesidad tiene de asilo es el que tiene más dificultad en decir su nombre”. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 1663-1665 | Añadido el martes, 9 de diciembre de 2014 02:52:33 —No temamos nunca ni a los ladrones ni a los asesinos: esos son los peligros exteriores, los pequeños peligros. Temámonos a nosotros mismos. Las preocupaciones, esas son los ladrones: los vicios, esos son los asesinos. Los grandes peligros existen dentro de nosotros. ¿Qué importa lo que amenaza a nuestra cabeza o a nuestra bolsa? Pensemos con preferencia en lo que amenaza a nuestra alma. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 1823-1824 | Añadido el domingo, 14 de diciembre de 2014 17:08:08 ¿la sarna del cordero debe alejar al pastor? No.
Anonymous
Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 6089-6090 | Añadido el jueves, 8 de enero de 2015 22:18:31 se descubría esa gran cosa humana que se llama ley, y esa gran cosa divina que se llama justicia. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 6423-6424 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 10:10:32 Cuando se acerca una mano para coger una flor, la rama tiembla, y parece que huye y se ofrece a la vez. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 6550-6551 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 10:25:00 Había indudablemente cierta grandeza en aquel ángel monstruoso. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 6871-6875 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 11:05:02 Bauduin muerto, Foy herido; el incendio, la matanza, la carnicería, un río de sangre inglesa, de sangre alemana y de sangre francesa, mezcladas furiosamente, un pozo lleno de cadáveres, el regimiento de Nassau y el regimiento de Brunkwick destruidos, Duplat muerto, Blackman muerto, la guardia inglesa mutilada, veinte batallones franceses de los cuarenta del cuerpo de Reille diezmados, tres mil hombres sólo en las ruinas de Hougomont, acuchillados, degollados, fusilados, quemados; y todo esto para que hoy un aldeano diga al viajero: Señor, dadme tres francos; si queréis, os explicaré la cosa de Waterloo. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 6972-6972 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 19:27:41 el soldado en guerrilla, entregado en cierto modo a sí mismo, llega a ser, por decirlo así, su propio general; ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 6990-6992 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 19:30:15 La inmovilidad de un plano matemático expresa un minuto, no un día. Para pintar una batalla se necesita uno de esos pintores poderosos que tenga algo del caos en su pincel; Rembrandt vale más que Vandermeulen. Vandermeulen, exacto a las doce, miente a las tres. La geometría engaña; sólo el huracán es verdadero. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 7040-7042 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 19:36:28 —Milord, ¿cuáles son vuestras instrucciones, y qué órdenes nos dejáis si os matan? —Hacer lo que yo —respondió Wellington. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 7251-7251 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 20:39:11 Waterloo no es una batalla; es el cambio de frente del Universo. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 7388-7388 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 20:55:48 Ni un hombre tembló ante el suicidio. ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 7454-7456 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 21:14:50 un general inglés, Colville, según unos, o Maitland, según otros, les gritó: —¡Rendíos, valientes franceses! Cambronne contestó: —¡Mierda![3] ========== Los miserables (Colección Sepan Cuantos: 077) (Spanish Edition) (Hugo, Victor) - Tu subrayado en la posición 7461-7465 | Añadido el viernes, 9 de enero de 2015 21:15:17 En efecto, decir esta palabra y morir en seguida, ¡qué cosa más grande! Porque querer morir es morir, y no fue culpa suya si ametrallado sobrevivió. El hombre que ganó la batalla de Waterloo, no fue Napoleón derrotado; no fue Wellington replegándose a las cuatro, desesperado a l
Anonymous
¿Pero se ha de tomar literalmente esta máxima? No, lo mismo que la que dice que nos arranquemos el ojo si nos es ocasión de escándalo. Llevada adelante con todas sus consecuencias, seria condenar toda represión, aun cuando fuese legal, y dejar el campo libre a los malos quitándoles todo miedo; si no se pusiera un freno a sus agresiones, muy pronto serían víctimas suyas todos los buenos. El mismo instinto de conservación, que es una ley de la naturaleza, dice que no debe uno presentar voluntariamente el cuello al asesino. Con estas palabras, pues, Jesús no prohibió la defensa; sino que "condenó la venganza". Diciendo que se presenta una mejilla cuando se ha herido la otra, es decir, bajo otra forma, que no debe volverse nunca mal por mal, que el hombre debe aceptar con humildad todo lo que tiende a rebajar su orgullo; que es más glorioso para él ser herido que herir, sobrellevar con paciencia una injusticia que cometerla él mismo; que vale más ser engañado que engañar y ser arruinado que arruinar a los demás. Es, al mismo tiempo, la condenación del duelo que no es otra cosa que un alarde de orgullo. La fe en la vida futura y en la justicia de Dios, que nunca deja el mal impune, puede sólo dar la fuerza para soportar con paciencia los tiros dirigidos a nuestros intereses y a nuestro amor propio y por esto decimos sin cesar: Dirigid vuestras miradas al porvenir, pues cuanto más os elevéis con el pensamiento sobre la vida material, menos os atormentarán las cosas de la tierra.
Allan Kardec (El Evangelio segun los Espiritus (Spanish Edition))
Es curioso que, cuanto menos crees que vales, te da más miedo aceptar cualquier favor o amabilidad que alguien tenga contigo porque sientes que molestas, que lo hacen por compromiso o que vas a dar problemas.
Miren Jaurne (La Venus que rompió el espejo: Una historia de superación y body positive)
-En ti, querida, vale la pena invertir unos cuantos millones, hace tiempo que no me siento tan vivo y es gracias a ti, la diosa que me ha devuelto el latido. -Es imposible devolverte algo de lo que careces.
Rose Gate (Avaricia: La venganza no tiene precio, pero sí nombre de pecado (Kapital Sin nº 4) (Spanish Edition))
La verdad en la medicina es una meta que no puede alcanzarse. Todo cuanto está escrito en los libros vale menos que la experiencia de un médico que piensa y razona. Rhazes (865-925 d.C.)
José Luis Gastón Morata (El perfume de bergamota)
En ese cuaderno suyo tiene bien detalladas las cosas —prosiguió Verhovenski—. El espionaje. Cada miembro de la sociedad espía a los demás y está obligado a delatarlos. Uno para todos y todos para uno. Todos esclavos e iguales en la esclavitud. En casos extremos, calumnia y asesinato, pero ante todo igualdad. Como primera providencia se rebaja el nivel de la educación, la ciencia y el talento. Un alto nivel de ciencia y educación vale sólo para mentes excepcionales, ¡y las mentes excepcionales están de más! Las mentes excepcionales han alcanzado siempre el poder y han sido déspotas. A Cicerón había que dejarlo mudo, a Copérnico dejarlo ciego, a Shakespeare apedrearlo (¡ahí tiene usted la doctrina de Shigaliov!). Los esclavos deben ser iguales. Sin despotismo no ha habido nunca ni libertad ni igualdad, pero en el rebaño habrá necesariamente igualdad (¡he ahí la doctrina de Shigaliov!). ¡Ja, ja, ja! ¿Le parece a usted extraño? ¡Yo hago mía la doctrina de Shigaliov! (...)Oiga, Stavrogin. Allanar montañas es una muy buena idea y nada ridícula. Yo estoy de parte de Shigaliov. No creo que sea necesaria la educación, la ciencia ya ha tenido su espacio, lo que falta aquí es la obediencia. La educación es un prurito aristocrático. En cuanto un hombre se enamora o funda una familia siente el deseo de propiedad privada. Bueno, al diablo con ese deseo; echaremos mano a la embriaguez, la calumnia, la delación; recurriremos a la depravación más extremada; estrangularemos a todo ingenio en su infancia para destruir ese deseo. Reduciremos todo a un común denominador: la igualdad más absoluta. «Hemos aprendido un oficio y somos personas decentes; no necesitamos más que eso»; ésta fue la respuesta que hace no mucho dieron los obreros ingleses. Sólo lo necesario es necesario: he ahí el lema del orbe entero de ahora en adelante. Pero también se necesita una sacudida; de eso nos ocupamos nosotros, los dirigentes. Los esclavos necesitan quién los guíe. Obediencia completa, completa falta de individualidad. Pero una vez cada treinta años Shigaliov recurre a una sacudida: de pronto todos comienzan a devorarse unos a otros; bueno, hasta cierto punto, sólo para no aburrirse. El aburrimiento es un sentimiento aristocrático. En el sistema de Shigaliov no habrá deseos. El deseo y el sufrimiento se quedan para nosotros; para los esclavos basta con el sistema de Shigaliov.
Fyodor Dostoevsky (Demons)
El caballero auténtico, aunque pierda cuanto tiene, no debe alterarse. El dinero está tan por bajo de la dignidad de un caballero que casi no vale la pena pensar en él. Sería
Fyodor Dostoevsky (El jugador)
Señor vicepresidente, señora directora de Comfama, amigos escritores: Que cada quien hable por sí mismo, en nombre propio, y diga lo que tenga que decir que el hombre nace solo y se muere solo y para eso estamos en Colombia donde por lo menos, en medio de este desastre, somos libres de irnos y volver cuando queramos, y de decir y escribir y opinar lo que queramos, así después nos maten. ¡Y qué importa! Una libertad de semejante magnitud no tiene precio. En uso de esa libertad espléndida que me confiere Colombia, que a nadie calla, me dirijo a ustedes esta noche aprovechando que todavía estoy vivo. ¡Y que se callen los muertos! Con eso de que cualquier vida humana aquí no vale más que unos cuantos pesos, los que cuesta un sicario... ¡Y adivinen quién lo contrató! Ésa es la ventaja de vivir en Colombia, de morir en Colombia, que uno se va tranquilo sin saber de dónde vino la bala, si de la derecha o de la izquierda, y así, ignorante el difuntico del causante de su muerte, sin resentimientos ni rencores, se queda por los siglos de los siglos en la infinita eternidad de Dios.
Fernando Vallejo (Peroratas (Spanish Edition))
Querido Daniel, cuanto antes usted se de cuenta de esto, mejor: Nada en esta cochina vida vale dos duros si no tienes alguien con quien compartirlo.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
Preferiría ser un carpintero. El de un carpintero es un oficio hermoso, es un oficio honrado. Y es una vida simple y buena la de un carpintero. Un carpintero de medio tiempo en una aldea, que dictara clases de literatura en la otra mitad de su tiempo. Y el tiempo entero viviese enamorado de su amigo y de un jardincillo que para los dos cuidara. De ser posible al lado de un lago. Sin despreciar, claro, un poco de turbulencia. Eso sería la buena vida. Toda sencilla. Toda humana... Y toda imposible. Porque la maldita felicidad es un lujo. Y la vida sencilla es un ideal que vale sólo cuando se tienen unos cuantos millones en el banco. Unos cuantos que siempre aseguren el desayuno de mañana.
Fernando Molano Vargas (Vista desde una acera)