Cuando Pienso En Ti Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Cuando Pienso En Ti. Here they are! All 30 of them:

Y cuando pienso en ti me olvido de todo lo demás. Pero después me arrepiento porque sé que no está bien, sin embargo, sigues ahí. Siempre tú, siempre tú…
Javier Ruescas (Encantamiento de Luna (Cuentos de Bereth, #1))
Cuando pienso en ti, y no estás ahí, siempre te veo en mi mente con un libro en la mano.
Cassandra Clare (Clockwork Prince (The Infernal Devices, #2))
Sé que estamos jodidos, ¿De acuerdo? Soy impulsivo y tengo mal genio, y te metiste bajo mi piel como nadie más. Actúas como si me odiaras un minuto, y luego como si me necesitaras al siguiente. Nunca acierto en nada, y no te merezco... pero estoy malditamente enamorado de ti, Abby. Te amo más de lo que he querido a nadie ni nada, nunca. Cuando estás cerca, no necesito alcohol, ni dinero, ni lucha, o algo de una sola noche... todo lo que necesito es a ti. Tú eres en todo lo que pienso. Eres todo lo que soñé. Eres todo lo que quiero." - Travis
Jamie McGuire (Beautiful Disaster (Beautiful, #1))
—No me voy a acostar contigo en ese nido. ¿Quién sabe qué cantidad de fluidos están contenidos en esas sábanas? —Solo los míos cuando pienso en ti cada noche. No traigo mujeres aquí.
Erika Fiorucci (Un libro para Cash)
Cuando pienso en la música, te veo a ti.
Cris Ginsey (La tentación vive al lado)
Cuando pienso en ti y no estás delante, siempre te imagino con un libro en las manos. —Jem apartó la mirada mientras lo confesaba, pero no antes de que ella le viera un ligero rubor en las mejillas.
Cassandra Clare (Clockwork Prince (The Infernal Devices, #2))
Porque siento codicia cuando pienso en verte. Porque la perspectiva de afrontar esta guerra y este dolor sin ti me llena de miedo. Porque me doy cuenta de que no quiero luchar por el futuro si ese futuro no te incluye a ti.
Leigh Bardugo (Rule of Wolves (King of Scars, #2))
A veces, pienso en sí debería haber saltado cuando tuve la oportunidad, en sí deberías haber sido tú el último en buscarme con la angustia en la garganta de camarote en camarote. Y creo que no. Me gustó ahogarme por ti. Y creo que no podría haber sido de otra manera, pues yo nunca habría sido capaz de soportar que tú murieras por mi.
Chris Pueyo (El chico de las estrellas)
A veces pienso que la vida es una hoja que se presenta en blanco ante nosotros cuando nacemos y que vivir no es más que ir llenando ese papel con tachones.
Elvira Sastre (Días sin ti)
Pienso en ti cuando me place, siempre que me dé la gana y como me dé la gana. Nada me lo impide, nadie me detiene. ¿Sabes el alivio que es eso? Nuestro encuentro de ayer fue para mí como un salto cuántico. Logré verte como si existieras sólo para mí, como si hubieses sido creada sólo para mí, como si el restaurante italiano hubiera abierto especialmente para nosotros, como si la mesa se hubiese hecho a propósito para que nuestras piernas pudieran tocarse debajo, como si la retama amarilla de la puerta de mi casa hubiese sido plantada exclusivamente, veinte años atrás, previendo que florecería veinte años más tarde, cuando nosotros nos besáramos y nos abrazáramos delante de ella.
Daniel Glattauer
Hannah intentaba describir el amor el semestre pasado. Me dijo que uno siente como si el corazón estuviera a punto de desbordarse, y que cuando quieres a alguien, necesitas a esa persona más que nada en el mundo, más que la comida, o el agua, o el aire. Eso es lo que siento por ti. TE ECESITO. No puedo soportar la idea de estar sin ti. Eres la última persona en la que pienso antes de irme a dormir, y la primera persona en la que pienso cuando abro los ojos por la mañana. Lo eres todo para mí, peque” - John Logan
Elle Kennedy (The Mistake (Off-Campus, #2))
He intentado arrancarte de mi mente, pero parece que no puedo arrancarte de mi cuerpo. Pienso en tu cuerpo noche y día. Cuando intento leer te leo a ti. Cuando me siento a comer te como a ti. Cuando él me toca pienso en ti. Soy una mujer de mediana edad felizmente casada y no veo otra cosa que tu cara. ¿Qué me has hecho?
Jeanette Winterson (Escrito en el cuerpo (Spanish Edition))
No me agrada nadie, absolutamente nadie, pero tú me gustaste desde el principio. Me gustaste cuando no te conocía, y ahora que te conozco solo ha empeorado. A veces, a menudo, siempre, pienso en ti antes de quedarme dormido. Entonces sueño contigo, y cuando me despierto mi cabeza sigue ahí, pegada a algo gracioso, hermoso, sucio, inteligente y es todo sobre ti.
Ali Hazelwood (The Love Hypothesis)
Querido, querido muchacho, eres para mí más de lo que nadie piensa; eres la atmósfera de belleza a través de la cual veo la vida; eres la encarnación de todas las cosas amables. Cuando no estamos en armonía los colores huyen para mí de las cosas, pero en realidad nunca estamos sin armonía. Pienso en ti día y noche. Ecríbeme pronto, ¡tú muchacho de mielado cabello! Soy siempre devotamente tuyo. Oscar
Oscar Wilde (The Complete Letters of Oscar Wilde)
Mueve la cabeza de arriba abajo y frunce el ceño. - Ese es Matt Fuller. Es un sénior y nuestro Asesor promesa. -Me mira con los ojos entrecerrados y trata de leer mi mente. - ¿En serio? - Sonrío demasido grande, porque ahora él sabe totalmente que estaba mintiendo acerca de la parte linda. - ¿Cuándo? Estoy muy segura de que me acordaría de él. -Miro a Phillip con curiosidad. - No lo recuerdo exactamente, pero creo que me vio cuando llevé en mis hombros a través del campus.- Phillip niega con la cabeza hacia mí-. Realmente no sé por qué dejo que te salgas con la tuya, con las cosas que haces. - Porque soy irresistible, Phillip. - Sonrió y me encojo de hombros-. Tú no puedes ayudarte a ti mismo. Además, no fuiste por todo el campus, soló fueron unos cincuenta metros antes de que fingieras un ataque al corazón y te apoyarás en mi peso colapsando sobre mí en la hierba. -Oh, sí. Lo recuerdo. Creo que has ganado algo de peso. - Golpeo su hombro. Lo ignora y continúa -Ahora que lo pienso, creo que es cuando Matt te vió. Me da una gran sonrisa. Justo ahora lo recordaba. -Tu probablemente no te diste cuenta, porque estabas muy ocupada rodando en el césped conmigo. - Estoy bastante segura de que estaba tratando de quitarte de encima de mí. - Bueno, Matt no lo vio de esa manera puesto que me preguntó si tú eras mi novia. -Oh Dios. ¿Qué historia inventaste está vez, Phillip? Él sonríe. - Oh solo le dije que a pesar de que estas locamente enamorada de mí, no quiero estar atado, por lo que soló somos amigos. Por supuesto, lo que tendría que haber dicho es por favor solo llévatela, ella son muchos problemas de los que no valen la pena.
Jillian Dodd (That Boy (That Boy, #1))
–«Algún día, cuando deje de escribirte –continuó Franz Kafka–, las dos sabremos que la una sin la otra no habríamos llegado nunca tan lejos. Viviremos cada cual en la memoria de la otra, y eso es la eternidad, Elsi, porque el tiempo no existe más allá del amor. Sé que lloraste cuando me fui. Pero yo quiero que rías y cantes y pienses siempre que el futuro no es un problema por resolver, sino un misterio por descubrir. Hay lugares en el mundo que cambian a las personas, y África es uno de ellos. Espero que las personas nunca puedan llegar a cambiar esos lugares. Desde el fondo de mi corazón, esta noche estrellada, pienso mucho en ti y envidio lo que te espera...»
Jordi Sierra i Fabra (Kafka y la muñeca viajera)
Callie se volvió hacia la puerta, dispuesta a salir cuando él habló de nuevo. - ¿Es él uno de los puntos de tu lista? -¿Perdón? -preguntó ella con rigidez, dándose la vuelta con regio desdén. - Nicholas, Callie. Mi hermano -Le aclaró él, como si estuviera hablndo con alguien corto de entendederas-. ¿Es él uno de los puntos de tu lista? Ya sabes: "Número tres: pescar a St. John". Callie agrandó los ojos. - ¿Piensas que he incluido a tu hermano en mi lista? - Es exactamente lo que pienso. -En los ojos de Gabriel llameó una emoción apenas contenida que ella no fue capaz de identificar- ¿Lo has hecho? Ella no pudo contener la risa ante aquella pregunta tan ridícula. - No, Ralston. No lo he hecho. Te aseguro que si quisiera incluir una conquista a mi lista, no sería a tu hermano. - ¿A quién incluirías? "Encontra de mi buen juicio, a ti. A ti, inbécil.
Sarah MacLean (Nine Rules to Break When Romancing a Rake (Love By Numbers, #1))
que no conmovieran, especialmente entre las enviadas a casa de los padres. En esta carta se decía poco de las molestias sufridas, de los peligros afrontados o de la nostalgia a la cual había que sobreponerse; era una carta alegre, llena de descripciones de la vida del soldado, de las marchas y de noticias militares; y sólo hacia el final el autor de la carta dejó brotar el amor paternal de su corazón y su deseo de ver a las niñas que había dejado en casa. "Mi cariño y un beso a cada una. Diles que pienso en ellas durante el día, y por la noche oro por ellas, y siempre encuentro en su cariño el mejor consuelo. Un año de espera para verlas parece interminable, pero recuérdales que, mientras esperamos, podemos todos trabajar, de manera que estos días tan duros no se desperdicien. Sé que ellas recordarán todo lo que les dije, que serán niñas cariñosas para ti, que cuando vuelva podré enorgullecerme de mis mujercitas más que nunca.” Todas se conmovían algo al llegar a esta parte, Jo no se avergonzó de la gruesa lágrima que caía sobre el papel blanco, y Amy no se preocupó de que iba a desarreglar sus bucles al esconder la cara en el seno de su madre y dijo sollozando: -¡Soy egoísta! Pero trataré de ser mejor para que no se lleve un chasco conmigo. - ¡Trataremos todas! -exclamó Meg -. Pienso demasiado en mi apariencia y detesto trabajar, pero no lo haré más si puedo remediarlo. -Trataré de ser lo que le gusta a él llamarme "una mujercita", y no ser brusca y atolondrada; cumpliré aquí con mi deber en vez de desear estar en otra parte -dijo Jo, pensando que dominarse a sí misma era obra más difícil que hacer frente a unos rebeldes. Beth no dijo nada, pero secó sus lágrimas con el calcetín del ejército y se puso a trabajar con todas sus fuerzas, no perdiendo tiempo en hacer lo que tenía más cerca de ella, mientras decidía en su corazón ser como su padre lo deseaba cuando al cabo de un
Louisa May Alcott (Mujercitas / Buenas esposas / Hombrecitos / Los muchachos de Joe)
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
 Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
 Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo,
me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto,
no solamente mi cuerpo, sino mi alma. 
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. 
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él sólo aprendiese a volar. 
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombre. He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo. Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre lo que piensas en lo más profundo de tu corazón. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes. Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré. El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles, “lo siento,” “perdóname”, “por favor,” “gracias” y todas las palabras de amor que conoces. Nadie te recordará por tus nobles pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Finalmente, demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan.
Gabriel García Márquez
Algunas veces ya no puedo ver la diferencia entre la belleza y la desolación. (...). A veces ya no se si estoy extremadamente triste o extremadamente contenta. Me pasa mucho cuando pienso en ti.
Antonia Michaelis (The Storyteller)
Cuando el llamado Divo de Juárez estaba en uno de sus mejores momentos lo contrataron para una fiesta de Don Neto. Una muy especial. Eran los tiempos cuando en todas partes sonaba su canción “Querida”, una de las más populares en su historia discográfica. “Querida, cada momento de mi vida, yo pienso en ti más cada día, mira mi soledad…” La fiesta fue en el rancho La Herradura ubicado por la carretera que conduce al Aeropuerto Internacional de Guadalajara, en el pueblo de Atequiza. El invitado de honor de Don Neto era el tristemente célebre colombiano Pablo Escobar. Uno de los acompañantes de Escobar que tenía la confianza para jugarle bromas pesadas se acercó a Juan Gabriel y le ofreció un millón de dólares si le daba un beso al capo colombiano. —No, me va a matar —respondió temeroso el Divo. —No te mata. —No me vas a dar el dinero. —Sí te lo doy. El cantante, seguramente más por intimidación que por dinero, fue y sorpresivamente le plantó un beso en los labios a Escobar. Lira vio la escena con los ojos abiertos como plato, estupefacto. Instantáneamente Escobar sacó su pistola, Don Neto también. El compañero de Escobar se levantó de inmediato y le explicó que era una broma orquestada por él. Don Neto soltó la carcajada, a Escobar no le causó ninguna gracia, pero tuvo que aguantar y también rio para no sentirse más ridículo. Juan Gabriel ya no continuó el show y se esfumó antes de que Escobar cambiara de opinión.
Anabel Hernández (Emma y las otras señoras del narco (Spanish Edition))
Hay días en los que pienso en ti como si alguien fuera a borrarte, con la misma desesperación de mis dieciséis años, cuando el mundo no era más que un lugar demasiado pequeño para quererte como yo quería
Elvira Sastre
—Emma, te necesito, pienso en ti siempre, siempre. Deseaba que estuvieras conmigo en ese maldito desván y me he vuelto y ahí estabas, como si me hubieras oído, como si siempre estuvieras a mi lado cuando te necesito...
Cassandra Clare (Lord of Shadows (The Dark Artifices, #2))
Se que lo nuestro esta jodido, ¿vale? Yo soy impulsivo, tengo mal carácter y tú me calas mas hondo que cualquiera. Actúas como si me odiaras y al minuto siguiente me necesitaras. Nunca hago nada bien, y no te merezco..., pero estoy jodidamente enamorado de ti, Abby. Te quiero mas de lo que he querido a nadie o a nada jamás. Cuando estoy contigo no necesito beber, ni dinero, ni pelear, ni los líos de una noche..., solo te necesito a ti. No pienso en nada más. No sueño con nada mas. Eres todo lo que quiero.
Jamie McGuire (Beautiful Disaster (Beautiful, #1))
–«Algún día, cuando deje de escribirte -continuó Franz Kafka–, las dos sabremos que la una sin la otra no habríamos llegado nunca tan lejos. Viviremos cada cual en la memoria de la otra, y eso es la eternidad, Elsi, porque el tiempo no existe más allá del amor. Sé que lloraste cuando me fui. Pero yo quiero que rías y cantes y pienses siempre que el futuro no es un problema por resolver, sino un misterio por descubrir. Hay lugares en el mundo que cambian a las personas, y África es uno de ellos. Espero que las personas nunca puedan llegar a cambiar esos lugares. Desde el fondo de mi corazón, esta noche estrellada, pienso mucho en ti y envidio lo que te espera...»
Jordi Sierra i Fabra (Kafka y la muñeca viajera)
Me has querido bien. No sé cómo lo sé y sé que no era fácil, pero a veces atravieso la tierra de lo real y pienso que también yo, pienso que nos hemos querido bien, que no sé dónde se enseña, que hemos podido querernos y que hay miles de personas a quienes ni tiempo les queda para eso. Que te ha tocado alguien muy torpe pero que así, a tientas, a bandazos, con un cariño que buscaba su desembocadura y casi siempre terminaba encontrándola, me has querido bien y eso no se borra nunca. A ti, más que como una columna de apoyo te imagino como un órgano que va conmigo, un pulmón o un órgano de tubos, un teclado de viento con los únicos sonidos del mundo que nunca hieren, incluso cuando parece que sí, que un poco. El día que yo me vaya ese instrumento quedará, no sé en quién ni cómo pero quedará, porque no es lógico que pueda desparecer.
Belén Gopegui (Existiríamos el mar)
Canción haitiana de amor Me quemo como leña. Mis piernas se quiebran como cañas. Ningún plato me tienta la boca. El más ardiente trago se hace agua. Cuando pienso en ti, mis ojos se inundan y mi razón cae derrotada por mi dolor. ¿No es muy cierto, hermosa mía, que poco falta para que vuelvas? ¡Oh! ¡Regresa a mí, mi siempre fiel! ¡Creer es menos dulce que sentir! No demores demasiado. Duele mucho. Ven a liberar de su jaula al pájaro hambriento.
Eduardo Galeano (Memoria Del Fuego II : Las Caras Y Lasmascaras)
Una vez visto mi modo de explicar el miedo que te tengo, podrías responder: «Tú afirmas que yo simplifico las cosas cuando te doy toda la culpa de la relación que tengo contigo, pero creo que tú, pese a tus aparentes esfuerzos, simplificas cuando menos tanto como yo y además lo haces de manera mucho más ventajosa para ti. En primer lugar, tú también rechazas cualquier culpa o responsabilidad de tu parte, en eso procedemos, pues, de la misma manera. Pero mientras que yo con toda sinceridad, tal y como lo pienso, te inculpo únicamente a ti, tú quieres ser al mismo tiempo “superlisto” y “superdelicado” absolviéndome también a mí de toda culpa. Esto último, obviamente, sólo lo consigues en apariencia (y eso es lo que quieres), y a pesar de toda tu “fraseología” sobre esencia y naturaleza y contraste y desvalimiento, lo que resulta entre líneas es que yo he sido en realidad el agresor, mientras que tú, todo lo que has hecho, lo hiciste en defensa propia. Con esa falta de sinceridad, ya habrías conseguido bastante, pues has demostrado tres cosas, primero que eres inocente, segundo que yo soy culpable, y tercero que tú, por pura magnanimidad, estás dispuesto no sólo a perdonarme sino incluso -lo que es más pero también menos a probar y hasta a creer -en contra por supuesto de la verdad- que también yo soy inocente. Con eso ya te podría bastar, pero todavía no te basta. Se te ha metido en la cabeza que vives enteramente a mi costa. Admito que luchamos el uno contra el otro, pero hay dos clases de lucha. La lucha entre caballeros, en la que miden las fuerzas adversarios independientes: cada uno está solo, pierde solo, vence solo. Y la lucha del parásito, que no sólo pica sino que chupa instantáneamente la sangre que necesita para vivir. Eso es en el fondo el soldado profesional y eso eres tú también. Eres incapaz de vivir; pero con el fin de instalarte en la vida cómodamente, libre de preocupaciones y sin reprocharte nada, demuestras que yo te he quitado toda la capacidad de vivir y que me la he metido en el bolsillo. Qué te importa entonces no ser capaz de vivir, yo soy el culpable de ello, tú en cambio te tumbas tranquilamente y dejas que yo te arrastre, física y espiritualmente, por la vida. (...)». A ello respondo que la totalidad de esa objeción, que en parte puede volverse contra ti mismo, no viene de ti sino de mí, precisamente. Esa desconfianza que tú tienes hacia todo no es, sin embargo, tan grande como la que yo tengo frente a mí mismo y en la que tú me has educado.
Franz Kafka (Letter to His Father)
Me vas a dejar al segundo en que se ponga demasiado empinado, y me dejaras sin nada—cuando te quiero como nunca he querido nada en mi vida. Tú eres todo lo que pienso, con lo que sueño. Lo consigo alto y bajo y es todo acerca de ti ahora, ni siquiera es acerca de mí. ¡No puedo dormir, no puedo pensar, no puedo concentrarme una mierda ya y todo es porque quiero ser el puto “Real” para ti y tan pronto como te des cuenta de lo que soy, todo lo que seré es un maldito error!
Katy Evans (Real (Real, #1))
Estoy harta de ser la fuerte. A veces pienso que solo existo para que los demás se sientan bien: desde mi madre, mis hermanas, en mi trabajo... Hola, [...] no te preocupes que no te daré problemas, de hecho, no los tengo, pero puedes darme los tuyos. Yo te los soluciono. Me siento como un parque de atracciones para adultos insatisfechos que solo vienen a divertirse y se van. O más bien, un balneario. Vienen a curar su autoestima, sus problemas y cuando ya la tienen alta y se lo pueden permitir, no sólo irse sin dar nada a cambio, si no racanearme un gesto de cariño, un "te quiero", se permiten decirte "las cosas como son", "con sinceridad", es decir, a lo bestia, sin aderezos, porque se supone que a ti no va a dolerte. Eres una superwoman. Qué coño. Tú puedes con eso y más
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores)