Cuando La Vida Quotes

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La gente le tiene muchísimo más miedo a las palabras que a los cañones. Las palabras han hecho revoluciones, puentes, caminos. Han logrado que la gente se enamore o se odie para siempre. Hay palabras grandes como monocotiledónea o gatroenterólogo y pequeñitas pero poderosas como paz. Importantes como justicia, imprescindibles como vida, valiosas como sueño, muy poco significativas como dinero... Lo importante es cómo se usan y qué se quiere decir cuando se usan.
Benito Taibo (Persona normal)
Siempre he creído que en la vida hay personas que te alimentan, que te quieren y que necesitas de tal manera que cuando los pierdes nadie puede llenar ese vacío.
Albert Espinosa
Cuando reímos con ganas no tenemos edad, lo hacemos igual durante toda nuestra vida y puede adivinarse en nuestra mueca la niña que fuimos o la anciana que seremos.
Alana S. Portero (La mala costumbre)
La finalidad de la vida no es prosperar sino transformarse. Cuando uno se lanza a lo desconocido se salva.
Elena Poniatowska (Leonora)
Pero quién no es, de vez en cuando, una mancha en la vida de alguien
Alejandro Zambra (The Private Lives of Trees)
Mucha gente cree que jamás viajeremos al futuro, pero yo creo que lo hacemos cada noche. Duermes y cuando despiertas han pasado cosas increíbles: se han firmado tratados, han cambiado los valores de la bolsa, hay gente que ha roto con su pareja o se ha enamorado en otras partes del planeta, donde la vida sigue...
Albert Espinosa (Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo)
A veces creo que todos somos Jean Valjean, por lo menos una vez en la vida, cuando la injusticia se cierne como un buitre sobre nuestras cabezas y no hay posibilidad de remediarlo porque el mundo se divide entonces entre ellos y nosotros
Benito Taibo (Persona Normal)
La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.
Friedrich Nietzsche
Los hombres no nacen el día en que la madre los trae al mundo, sino cuando la vida los obliga a traerse a sí mismos
Gabriel García Márquez
Cuando alguien muere se transforma en la gente que ha conocido. Sus recuerdos perduran, su vida se divide entre la gente que lo conoció. Es como si se multiplicaran entra mucha gente.
Albert Espinosa (The Yellow World)
Porque conocerte a ti mismo puede ocuparte toda la vida. Porque hay viajes que solo te llevan hacia dentro, y nuestro interior, a veces, tiene el tamaño del universo.
Maria Martinez (Cuando no queden más estrellas que contar)
Me avergoncé de mí mismo cuando me di cuenta de que la vida era una fiesta de disfraces; y yo asistía con mi rostro real
Franz Kafka
¿Ha estado alguna vez enamorado? Horrible, ¿no? Te hace tan vulnerable. Te abre el pecho y el corazón y eso significa que alguien puede meterse dentro de ti y revolver todo. Construyes todas estas defensas, todo fuerte y armadura, para que nada pueda hacerte daño y entonces, llega esta estúpida persona, no diferente de cualquier otra estúpida persona, y se mete en tu estúpida vida… Le das un pedazo de ti, que no te pidió. Hace algo tonto algún día, como besarte o sonreírte y es entonces cuando tu vida ya no te pertenece nunca más. El amor toma rehenes. Llega hasta lo más profundo dentro de ti. Te va carcomiendo y te deja llorando en la oscuridad; una frase tan simple como “quizá deberíamos ser sólo amigos” se convierte en una astilla de vidrio que se te va hundiendo en el corazón. Duele. No sólo en la imaginación. No sólo en la mente. Es un alma herida, un verdadero dolor que se te mete dentro y te rasga en pedazos. Odio el amor.
Neil Gaiman
Me muera cuando me muera quiero que mi tumba huela como tu cuerpo ahorita.
Ángeles Mastretta (Arráncame la vida)
Las verdaderas penas, esas que te cambian la vida, nunca desaparecen completamente por más que pretendas ignorarlas. Siempre se quedan contigo como una reuma constante que te ataca sin piedad cuando hace frío o llueve
Erika Fiorucci (Cuatro días en Londres)
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: "amor, amor", y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: "¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!". Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: "Cultura". Cultura porque sólo a través de ella se puede resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz. Medio pan e un libro. Locución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada)
Federico García Lorca
-A veces eres realmente... -Gideon sacudió la cabeza, y luego inspiró hondo y dijo muy serio-: Cuando me besas, Gwendolyn Sheperd, es como si perdiera el contacto con el suelo. No tengo ni idea de cómo lo haces ni de dónde lo has aprendido. En todo caso, si ha sido en una película, tenemos que verla juntos. -Se detuvo un momento-. Lo que quiero decir es que cuando me besas, ya no quiero hacer nada más que sentirte y tenerte entre mis brazos. ¡Mierda, estoy tan terriblemente enamorado de ti que es como si hubieran volcado una lata de gasolina en mi interior y le hubieran prendido fuego! Pero en este momento no podemos... al menos uno de nosotros debe mantener la cabeza fría. -La mirada que me lanzó disipó mis dudas-. Gwenny, todo esto me da un miedo horrible. Sin ti mi vida ya no tendría ningún sentido, sin ti... querría morirme si a ti te pasara algo.
Kerstin Gier
sólo se ve a la perfección cuando echamos la vista atrás, y por eso la vida la llenamos de “hubieras”.
Sofía Segovia (El murmullo de las abejas)
que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro. Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera su vida normal, la vida agitada que llevan esas gentes que viven afuera, esa vida curiosa y absurda donde en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad.
Ernesto Sabato (El túnel)
Pasamos la mayor parte de nuestra vida soñando, sobre todo cuando estamos despiertos
Carlos Ruiz Zafón (The Angel's Game (The Cemetery of Forgotten Books, #2))
Justo cuando nos sentimos más pobres, la vida, como una madre, nos está cosiendo el traje más hermoso. .Leo
Alessandro D'Avenia (Bianca come il latte, rossa come il sangue)
Es muy posible desear morir, cuando se ama demasiado la vida
María Luisa Bombal
La manera más eficaz de sacar a alguien de tu vida es echártelo encima. Cargarlo todo el tiempo, para que hasta cuando sonría te parezca insoportable.
Xavier Velasco (Diablo Guardián)
Es increíble cómo la vida da tantos vuelcos cuando ni tan siquiera lo esperas.
Albert Espinosa (Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo)
Y si, digo que me parecería de lo más bonito del mundo tomarnos de la mano y besarnos frente a los demás. Y comer fresas con crema de tu boca o de tus piernas en mi casa de campo mientras preparo chocolate caliente y tu enciendes la calefacción. Y estar cada noche en la azotea viendo constelaciones mientras te hago dibujos en la espalda de las mismas. Y decirte que me encantaría pasar horas dando vueltas en la cama mirandote y jugando contigo a que somos gatos que no quieren dormirse y quieren jugar hasta que se vaya la luna. Y quisiera despertar todos los días viendote despertar. Hacerte el desayuno, el amor. Compartirte mi vida. Decir que no hay peor ciego que el que no te quiera ver, y que la verdad el mundo sería bastante aburrido sin tu existencia. Y que me ha gustado un montón haberte encontrado. Y que sólo me sentiría perdido si te suelto de la cintura cuando bailemos. Que sólo en tus labios es que puedo calmar mi sed de verdad, y en tus ojos es que puedo disfrutar de un próspero amanecer. Que con nuestros cuerpos rozados uno al otro mi corazón da latidos de fuego artificial. Que la vida sin ti es un desperdicio, y que no me importa el tiempo que tenga que pasar esperandote por que te vistas a la hora de salir. Que no me importaría llegar tarde al trabajo si cada mañana despertamos, te hago el café comemos y hacemos el amor antes de despedirnos. Que sonreír es mucho más bonito cuando lo hago porque lo haces tú. Que me encantas con pijama, sin pijama, con lo que sea. Que eres tan bella que no dejas que nadie más para mí lo sea. Corretear por la cocina desnudos por estar jugando a las escondidas, aparecerme en la ducha cuando tu lo estás, abrazarte y besarte haciendote saber que eres la mejor persona del mundo y que ser feliz es sinónimo de estar contigo. Y besar tu cuello y acariciar tu vientre mientras digo que soy capaz de darle la vuelta al mundo para abrazarte por la espalda. Así te quedaría claro que eres amada por mí.
J. Porcupine (La vuelta al mundo para abrazarte por la espalda)
Yo me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme: ni la pena ni el éxtasis para que cuando sea viejo tenga como deleite la detallada historia de mis días.
Ángeles Mastretta (La emoción de las cosas)
No hay que tener miedo a las palabras. (...). Hay que llamar a las cosas por su nombre, sin miedo. (...) Yo ya no tengo miedo a las palabras, porque ya no le tengo miedo a la verdad. Cuando tu vida es lo que está en juego, no soportas los rodeos.
Alessandro D'Avenia (Blanca como la nieve, roja como la sangre)
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no escucha música, quien no halla encanto en si mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los días los mismos senderos, quien no cambia de rutina, no se arriesga a vestir un nuevo color o no conversa con desconocidos. Muere lentamente quien evita una pasión Y su remolino de emociones, Aquellas que rescatan el brillo en los ojos y los corazones decaidos. Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor, Quien no arriesga lo seguro por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos… ¡Vive hoy! - ¡Haz hoy! ¡Ariesga hoy! ¡No te dejes morir lentamente! ¡No te olvides de ser feliz!
Martha Medeiros
Él creía conocerla. Y aun cuando no hubiera sido así, ¿acaso no era suficiente saber que era la criatura más querida por él sobre la tierra? Y que además, y esto era lo más importante, le serviría para irse de la vida alumbrándose con aquella imagen que borraría todos los demás recuerdos.
Juan Rulfo (Pedro Páramo)
Yo soñé que soñaba. Y soñé que despertaba del segundo sueño, del sueño soñado y decía: "Ah, fue un sueño", y creía estar despierto. Quizá la vida sea eso, un sueño metido dentro de otro. Quizá la vida sea el tercer sueño concéntrico del que uno despierta cuando se muere.
Marco Denevi (Rosaura a las diez)
La vida es un juego fuerte y alucinante, la vida es lanzarse en paracaídas, es arriesgarse, caer y volver a levantarse, es alpinismo, es querer subir a lo alto de uno mismo, y sentirse insatisfecho y angustiado cuando no se consigue.
Paulo Coelho (Eleven Minutes)
Sé que el amor no es algo mágico que puede con todas las barreras y obstáculos de la vida, pero la voluntad sí lo es. Cuando uno lucha por algo con todo su cuerpo y su corazón, no hay barreras que no se puedan derribar.
Laia Soler (Heima es hogar en islandés)
Un nacimiento no es, en realidad, una introducción. Nuestra vida, cuando empieza, no es realmente nuestra, sino la continuación de la historia de otro.
Diane Setterfield (The Thirteenth Tale)
Las cosas fluyen hacia donde tienen que fluir, y por más que te esfuerces e intentes hacerlo lo mejor posible, cuando llega el momento de herir a alguien lo hieres. La vida es así.
Haruki Murakami (Norwegian Wood)
No todos sentimos igual. Ni escuchamos lo mismo cuando nos lo dicen o cuando suena en el aire. Algunos se ponen a bailar con una canción y otros le cambian a la radio. Exactamente así funciona la vida.
Benito Taibo (Corazonadas)
La gente le tiene muchísimo más miedo a las palabras que a los cañones. Las palabras han hecho revoluciones, puentes, caminos. Han logrado que la gente se enamore o se odie para siempre. Hay palabras grandes como monocotiledónea o gastroenterólogo y pequeñitas pero poderosas como paz. Importantes como justicia, imprescindibles como vida, valiosas como sueño, muy poco significativas como dinero… Lo importante es cómo se usan y qué se quiere decir cuando se usan.
Benito Taibo (Persona Normal)
Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida. Por eso cuando alguien muere de muerte violenta, solemos decir: "se la buscó". Y es cierto, cada quien tiene la muerte que se busca, la muerte que se ] Si la muerte nos traiciona y morimos de mala manera, todos se lamentan: hay que morir como se vive. La muerte es intransferible, como la vida. Si no morimos como vivimos es porque realmente no fue nuestra vida que vivimos: no nos pertenecía como no nos pertenece la mala suerte que nos mata. Dime cómo mueres y te diré quién eres.
Octavio Paz (The Labyrinth of Solitude and Other Writings)
Pido lo imposible, lo más inmerecido, lo que me atreví a hacer una vez cuando él vivía: pido que sea su voz la que asome aquí, que sea su mano la que escriba estas líneas. Sé que es absurdo y es imposible, y por eso mismo creo que él escribe esto conmigo, porque nadie supo mejor hasta qué punto lo absurdo y lo imposible serán un día la realidad de los hombres, el futuro por cuya conquista dio su joven, su maravillosa vida.
Julio Cortázar
Cuando los pájaros bonitos hayan volado, y te sientas herido y solo, sé fuerte y sigue adelante, y recuerda que la vida continúa.
Mouloud Benzadi
ella habia dado la vida por sentada, cuando, en verad , se trataba de un milagr que se renovaba día a día
Florencia Bonelli (Congo)
Cuando llegas al final de tu vida y ves como te acercas a la eternidad, lo unico que importa es que hayas querido de todo corazon a tus seres queridos, nada mas.
Penelope J. Stokes (Heartbreak Cafe)
¿Quién estaba allí para tranquilizarlo cuando le arrancaron la alfombra de la vida bajo los pies dormidos?.
Markus Zusak (The Book Thief)
Cuando la realidad te golpea es como si de pronto, en alta mar, te arrojasen por la borda en plena noche
Haruki Murakami (色彩を持たない多崎つくると、彼の巡礼の年)
Aquí estabas tú, dejándome, apareciendo para luego desaparecer. Te pusiste más bonita que de costumbre, como para hacerme notar que perdía lo más valioso de mi vida. Lo que yo nunca te expliqué, fue que tú hacías de lo más valioso de mi vida, porque me dabas amor, me dabas cariño, me compartías la vida, me dabas tiempo y me hacías ser más yo que nadie. Y supongo que por eso no supliqué mucho cuando te fuiste, ni me volví un desesperado, ¿y sabes por qué más? Porque antes de que te fueras, ya se había marchado el tiempo, el amor, el cariño, mi vida, yo. Todo se fue, que luego siguieras tú ya no importaba.
J. Porcupine (La vuelta al mundo para abrazarte por la espalda)
Pero la vida tiene el engañoso ritmo del stop motion. Crees asistir al laborioso paso de los días, tomados foto a foto, cuesta arriba en la producción, y cuando te das cuenta en realidad estaba corriendo la película. Y te ves de pronto leyendo los créditos.
Héctor Torres (Caracas muerde)
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita. ¿Tuvo Lolita una precursora? Naturalmente que sí. En realidad, Lolita no hubiera podido existir para mí si un verano no hubiese amado a otra niña iniciática. En un principado junto al mar. ¿Cuándo? Aquel verano faltaban para que naciera Lolita casi tantos como los que yo tenía entonces. Pueden contar en que la prosa de los asesinos sea siempre elegante, vaya que lo sé. Señoras y señores del jurado, la prueba número uno es lo que los serafines, los mal informados e ingenuos ángeles de majestuosas alas, envidiaron. Contemplen esta maraña de espinas.
Vladimir Nabokov
Las cosas fluyen hacia donde tiene que fluir y por más que te esfuerces e intentes hacerlos lo mejor posible, cuando llega el momento de herir a alguien lo hieres. La vida es así. Parece que está aleccionandote, pero ya es hora de que aprendas a vivir de este modo.
Haruki Murakami
Porque al final, eran esos los monstruos que se escondían agazapados en la oscuridad cuando crecíamos: las opciones que habías descartado a lo largo de la vida. Y madurar... madurar era tan solo cuestión de aprender a enfrentarse a ellas sin rencor ni arrepentimiento.
Javier Ruescas (LIVE (PLAY, #3))
La muerte es el fin de toda angustia, el más tranquilo sueño, el eterno descanso. El que ha gozado debe retirarse de la vida como huésped satisfecho; el que ha sufrido, recibir gustoso a la que viene a cortar el hilo de sus desaventuras. [pp.150]
Francesc Miralles (Cuando estuvimos muertos (Retrum, #1))
en algún lugar al que nunca he viajado, gozosamente más allá de cualquier experiencia, tus ojos tienen su silencio: en tu gesto más frágil hay cosas que me abarcan, o que no puedo tocar porque están demasiado cerca tu mirada más leve me abrirá fácilmente aunque me haya cerrado como dedos, siempre me abres pétalo tras pétalo como la Primavera abre (tocando hábilmente, misteriosamente) su primera rosa o si tu deseo fuera cerrarme, yo y mi vida nos cerraremos muy bellamente, súbitamente, como cuando el corazón de esta flor imagina la nieve cayendo cuidadosa por doquier; nada que hayamos de percibir en este mundo iguala la fuerza de tu intensa fragilidad: cuya textura me domina con el color de sus campos, trayendo muerte y eternidad con cada respiro (yo no sé qué hay en ti que puede cerrar y abrir; apenas algo en mí comprende que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas) nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas
E.E. Cummings
Lo que yo quiero, es ser admirado de los demás, elogiado de los demás [...]. Pero esta vida mediocre... ser olvidado cuando muera, eso sí que es horrible [...] sin embargo, algún día me moriré, y los trenes seguirán caminando, y la gente irá al teatro como siempre, y yo estaré muerto, bien muerto... muerto para toda la vida.
Roberto Arlt (El juguete rabioso)
Sin prevenciones me doy vuelta y siguen aquellos dos a la izquierda del roble eternos y escondidos en la lluvia diciéndose quién sabe qué silencios. No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico aquí se quedan sólo los fantasmas. Ustedes pueden irse. Yo me quedo.
Mario Benedetti (El amor, las mujeres y la vida)
¿Que hay al otro lado de la vida?¿Es solo noche silenciosa y soledad? ¿Que queda cuando no hay deseos, recuerdos ni esperanzas? ¿Que hay en la muerte? Si pudiera permanecer inmovil, sin hablar ni pensar, sin suplicar, sin llorar, recordar o esperar, si pudiera sumergirme en el silencio mas completo, tal vez entonces pudiera oirte, hija.
Isabel Allende (Paula)
Tengo una teoría de que el desinterés y la valentía no son tan diferentes. Toda tu vida has sido entrenada para olvidarte de ti misma, así que cuando estás en peligro, eso se vuelve tu primer instinto. Yo podría pertenecer a Abnegación con la misma facilidad.
Veronica Roth (Divergent (Divergent, #1))
A veces soy feliz, especialmente cuando amo. Dejo que la vida me pase por los ojos y me dejo existir con una pasividad que no hace resistencia al temor ni a la idea de morir. El espíritu de inquietud cede sus furores al silencio, y una especie de bruma adormece las impaciencias del alma.
Gonzalo Arango
Señor La jaula se ha vuelto pájaro y se ha volado y mi corazón está loco porque aúlla a la muerte y sonríe detrás del viento a mis delirios Qué haré con el miedo Qué haré con el miedo Ya no baila la luz en mi sonrisa ni las estaciones queman palomas en mis ideas Mis manos se han desnudado y se han ido donde la muerte enseña a vivir a los muertos Señor El aire me castiga el ser Detrás del aire hay monstruos que beben de mi sangre Es el desastre Es la hora del vacío no vacío Es el instante de poner cerrojo a los labios oír a los condenados gritar contemplar a cada uno de mis nombres ahorcados en la nada. Señor Tengo veinte años También mis ojos tienen veinte años y sin embargo no dicen nada Señor He consumado mi vida en un instante La última inocencia estalló Ahora es nunca o jamás o simplemente fue ¿Cómo no me suicido frente a un espejo y desaparezco para reaparecer en el mar donde un gran barco me esperaría con las luces encendidas? ¿Cómo no me extraigo las venas y hago con ellas una escala para huir al otro lado de la noche? El principio ha dado a luz el final Todo continuará igual Las sonrisas gastadas El interés interesado Las preguntas de piedra en piedra Las gesticulaciones que remedan amor Todo continuará igual Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo porque aún no les enseñaron que ya es demasiado tarde Señor Arroja los féretros de mi sangre Recuerdo mi niñez cuando yo era una anciana Las flores morían en mis manos porque la danza salvaje de la alegría les destruía el corazón Recuerdo las negras mañanas de sol cuando era niña es decir ayer es decir hace siglos Señor La jaula se ha vuelto pájaro y ha devorado mis esperanzas Señor La jaula se ha vuelto pájaro Qué haré con el miedo
Alejandra Pizarnik (Poesía completa)
No he sido yo quien ha roto tu corazón, te lo has roto tú misma, y al hacerlo has destrozado, de paso, él mío. Y la peor parte me toca a mí, porque aún tengo fortaleza. ¿Crees que me apetece vivir? ¿Qué clase de vida podrá ser la mía cuando tú...? ¡Oh, Dios mío! ¿Acaso te gustaría a ti vivir si te encerraran el alma en una tumba?
Emily Brontë (Wuthering Heights)
—No cometas el mismo error que yo. No dejes que la soberbia y el miedo te roben tu vida. Cuando te des cuenta, te verás solo y no formarás parte de nada. Tú no eres así, puedes cambiar, volver sobre tus pasos y arreglar lo que se ha roto. El reloj sigue marcando el tiempo, sin descanso, solo tú puedes decidir qué hacer con él. Quien vive de mentiras no alimenta la felicidad, solo la adormece.
Wendy Davies (Recuerda que me quieres)
Generalmente, los animales son tristes. Y cuando un hombre está muy triste, no se debe a que tenga dolor de muelas o haya perdido dinero, sino porque alguna vez por un momento se da cuenta de cómo es todo, cómo es la vida y está justamente triste; entonces se parece siempre un poco a un animal: tiene un aspecto de tristeza, pero es más justo y más bello que nunca.
Hermann Hesse (El lobo estepario)
Nadie sabe lo que sucede en la vida de nadie, salvo en la propia. Y cuando le arruinas una parte de la vida a alguien, no le arruinas solo aquella parte. Desafortunadamente, no se puede ser tan preciso y selectivo. Cuando le arruinas una parte de su vida, le arruinas la vida entera.
Jay Asher (Thirteen Reasons Why)
En una caja de galletas hay muchas clases distintas de galletas. Algunas te gustan y otras no. Al principio te comes las que te gustan, y al final sólo quedan las que no te gustan. Pues yo, cuando lo estoy pasando mal, siempre pienso: "Tengo que acabar con esto cuanto antes y ya vendrán tiempos mejores. Porque la vida es como una caja de galletas".
Haruki Murakami (Norwegian Wood)
Cuando creía que se le acababa la cuerda, él se recuperaba. Le cogí la cara entre mis manos y lo obligue a mirarme a los ojos «Me harás saber cuando llegue tu hora, ¿no?», dije, más a modo de declaración que de pregunta. No quería tomar la decisión por mí mismo. «Me lo harás saber, ¿no es cierto?»
John Grogan (Marley y yo: La vida y el amor con el peor perro del mundo (Spanish Edition))
Recordaba con precisión cada una de las cosas que me había dicho y de un «espero que nos veamos pronto» sacaba la certidumbre de que él sufría mi ausencia tanto como yo la suya y que se pasaba los días contando el tiempo que le faltaba para verme por casualidad. Me gustaba pensar en su boca, en la sensación que me recorría el cuerpo cuando me besaba la mano como saludo y despedida.
Ángeles Mastretta (Arráncame la vida)
Mira a todos a tu alrededor y ve lo que hemos hecho de nosotros y de eso considerado como victoria nuestra de cada día. No hemos amado por encima de todas las cosas. No hemos aceptado lo que no se entiende porque no queremos pasar por tontos. Hemos amontonado cosas y seguridades por no tenernos el uno al otro. No tenemos ninguna alegría que no haya sido catalogada. Hemos construido catedrales y nos hemos quedado del lado de afuera, pues las catedrales que nosotros mismos construimos tememos que sean trampas. No nos hemos entregado a nosotros mismos, pues eso sería el comienzo de una vida larga y la tememos. Hemos evitado caer de rodillas delante del primero de nosotros que por amor diga: tienes miedo. Hemos organizado asociaciones y clubs sonrientes donde se sirve con o sin soda. Hemos tratado de salvarnos, pero sin usar la palabra salvación para no avergonzarnos de ser inocentes. No hemos usado la palabra amor para no tener que reconocer su contextura de odio, de amor, de celos y de tantos otros opuestos. Hemos mantenido en secreto nuestra muerte para hacer posible nuestra vida. Muchos de nosotros hacen arte por no saber cómo es la otra cosa. Hemos disfrazado con falso amor nuestra indiferencia, sabiendo que nuestra indiferencia es angustia disfrazada. Hemos disfrazado con el pequeño miedo el gran miedo mayor y por eso nunca hablamos de lo que realmente importa. Hablar de lo que realmente importa es considerado una indiscreción. No hemos adorado por tener la sensata mezquindad de acordarnos a tiempo de los falsos dioses. No hemos sido puros e ingenuos para no reírnos de nosotros mismos y para que al fin del día podamos decir «al menos no fui tonto» y así no quedarnos perplejos antes de apagar la luz. Hemos sonreído en público de lo que no sonreiríamos cuando nos quedásemos solos. Hemos llamado debilidad a nuestro candor. Nos hemos temido uno al otro, por encima de todo. Y todo eso lo consideramos victoria nuestra de cada día.
Clarice Lispector (Aprendizaje o El libro de los placeres)
Antes de saber leer, los libros eran para mí como bosques misteriosos. Me acuciaba una pregunta: ¿cómo era posible que de aquellas páginas de papel, de aquellas hormiguitas negras que la surcaban se levantara un mundo ante mis ojos, mis oídos y mi corazón de niña? ¿Qué clase de magia, de sortilegio era aquel que sobrepasaba cuanto yo vivía y cuanto vivía a mi alrededor? Después, cuando ya había aprendido a descifrar esos signos misteriosos, la primera vez que leí la palabra "bosque" en un libro de cuentos, supe que siempre me movería dentro de ese ámbito. Toda la vida de un bosque -misterioso, atractivo, terrorífico, lejano y próximo, oscuro y transparente- encontraba su lugar sobre el papel, en el arte combinatoria de las palabras. Jamás había experimentado, ni volvería a experimentar en toda mi vida, una realidad más cercana, más viva y que me revelara la existencia de otras realidades tan vivas y tan cercanas como aquella que me reveló el bosque, el real y el creado por las palabras.
Ana María Matute
Si alguna vez me suicido, será en domingo. Es el día más desalentador, el más insulso. Quisiera quedarme en la cama hasta tarde, por lo menos hasta las nueve o las diez, pero a las seis y media me despierto solo y ya no puedo pegar los ojos. A veces pienso qué haré cuando toda mi vida sea domingo.
Mario Benedetti (La tregua)
Todos los niños mitifican su nacimiento. Es un rasgo universal. ¿Quieres conocer a alguien? ¿Su corazón, su mente, su alma? Pídele que te hable de cuando nació. Lo que te cuente no será la verdad: será una historia. Y nada es tan revelador como una historia. Vida Winter, Cuentos de cambio y desesperación.
Diane Setterfield (The Thirteenth Tale)
—Te miro, cielo, y deseo tenerte con todas mis fuerzas. Quiero estar contigo, escucharte, hablar contigo. Quiero oírte reír y abrazarte cuando llores. Quiero sentarme a tu lado, respirar el mismo aire, compartir contigo la vida misma. Quiero despertarme contigo así todos los días de mi vida. Quiero tenerte.
Sylvia Day
Hay un momento, un instante en la eternidad. Antes de descubrir la verdad el uno sobre el otro. Ese simple momento es el que nos impulsa a través de la vida - cuando nos sentimos como si estamos en el borde de nuestro futuro, de pie sobre el abismo, antes de saber a ciencia cierta que amamos. Antes de saber a ciencia cierta que amamos para siempre.
Paullina Simons (Tatiana and Alexander (The Bronze Horseman, #2))
-Recuerda que en tu caso si hubiesemos llegado un poco mas tarde, te habriamos encontrado muerto -¿Y de que sirvio,eh?Me salvaste la vida para encerrarme en esta tumba. ¡Estaria mejor muerto! Fue visto y no visto .La mano de Alsan se disparo hacia la cara de Jack,y la bofetada lo hizo tambalearse. Cuando Alsan hablo lo hizo con calma y frialdad -Si quieres ser util a la resistencia,Jack te quedaras aqui, muerto no :nono: nos sirves.
Laura Gallego García (La resistencia (Memorias de Idhún, #1))
Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida. Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor. Quien se entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo. Y quien ama al máximo, se siente libre. Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso. Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie. Y esta es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo.
Paulo Coelho (Eleven Minutes)
(...) y todo aquello unido era el río, todas las voces, los fines, los anhelos, los sufrimientos, los placeres; el río era la música de la vida. Y cuando Siddharta escuchaba con atención al río, podía oír esa canción de mil voces; y sino escuchaba el dolor ni la risa, si no ataba su alma a una de aquellas voces y no penetraba su yo en ella ni oía todas las tonalidades, entonces percibía únicamente el total, la unidad. En aquel momento, la canción de mil voces, consistía en una sola palabra: el Om, la perfección.
Hermann Hesse
Las cosas que vemos – dijo Pistorious con voz apagada – son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos vive tan irrealmente, porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Sinclair, el camino de la mayoría es fácil, el nuestro, difícil. Caminemos.
Hermann Hesse (Demian)
No intentes enterrar el dolor: se extenderá a través de la tierra, bajo tus pies; se filtrará en el agua que hayas de beber y te envenenará la sangre. Las heridas se cierran, pero siempre quedan cicatrices más o menos visibles que volverán a molestar cuando cambie el tiempo, recordándote en la piel su existencia, y con ella el golpe que las originó. Y el recuerdo del golpe afectará a decisiones futuras, creará miedos inútiles y tristezas arrastradas, y tú crecerás como una criatura apagada y cobarde. ¿Para qué intentar huir y dejar atrás la ciudad donde caíste? ¿Por la vana esperanza de que en otro lugar, en un clima más benigno, ya no te dolerán las cicatrices y beberás un agua más limpia? A tu alrededor se alzarán las mismas ruinas de tu vida, porque allá donde vayas llevarás a la ciudad contigo. No hay tierra nueva ni mar nuevo, la vida que has malogrado malograda queda en cualquier parte del mundo.
Lucía Etxebarria (Beatriz y los cuerpos celestes)
He visto mucho en mi vida, America, he podido llegar a todos los rincones del mundo.Pero nunca me he encontrado con nada tan doloroso y precioso a la vez como aquel beso. Ojalá fuera algo que pudiera atrapar en una red o guardar entre las páginas de un libro. Ojalá fuera algo que pudiera conservar y compartir con el mundo para poder decirle al universo entero: así es, esto es lo que se siente cuando te enamoras.
Kiera Cass (The One (The Selection, #3))
Yo había saltado desde el borde del acantilado y justo cuando estaba a punto de dar contra el fondo, ocurrió un hecho extraordinario: me enteré que había gente que me quería. Que le quieran a uno de ese modo lo cambia todo. No disminuye el terror de la caída, pero te da una nueva perspectiva de lo que significa ese terror. Yo había saltado desde el borde y entonces, en el último instante, algo me cogió en el aire. Ese algo es lo que defino como amor. Es la única cosa que puede detener la vida de un hombre, la única cosa lo bastante poderosa como para invalidar las leyes de la gravedad
Paul Auster (Moon Palace)
—Él es mi alma gemela, es mi mejor amigo. La única persona que realmente me conoce, cuando estoy con él, ya no pienso en todas esas cosas vacías, ya no pienso en el dinero, ni lo que piensen los demás. —Mis padres me miraron como si estuviera loca. —Desde que él entro a mi vida, siento que me he vuelto mejor persona, y yo sé que pase lo que pase él siempre va a aceptarme y no importa lo que pase, siempre voy a amarlo. Nada puede cambiar eso, no importa si me quitan todo lo que poseo, no lo voy a dejar.
Lolo Mayaya (Play With Me)
... no tuvieron que hacer ningún `pacto de amistad´, como suelen los muchachos de su edad, cuando organizan solemnes ritos ridículos, llenos de pasión exagerada, al aparecer la primera pasión en ellos- de una forma inconsciente y desfigurada-, al pretender por primera vez apropiarse del cuerpo y del alma del otro, sacándole del mundo para poseerlo en exclusiva. Esto y sólo esto es el sentido del amor y de la amistad. La amistad entre los dos muchachos era tan seria y tan callada como cualquier sentimiento importante que dura toda una vida. Y como todos los sentimientos grandiosos, también contenía elementos de pudor y de culpa. Uno no puede apropiarse de una persona y alejarla de todos los demás sin tener remordimientos. Ellos supieron, desde el primer momento, que su encuentro prevalecería durante toda su vida.
Sándor Márai
Abre sus ojos de nuevo, su expresión es desolada–sincera. –¿No ibas a escapar? –pregunta. –¡No! Cierra sus ojos de nuevo y todo su cuerpo se relaja. Cuando abre sus ojos, puedo ver su dolor y angustia. –Pensé… –Se detiene–. Este soy yo, Ana. Todo yo… y soy todo tuyo. ¿Qué tengo que hacer para que te des cuenta de eso? Hacerte ver que te quiero de cualquier forma en que te pueda obtener. Que te amo. –También te amo, Christian, y verte así… –Me ahogo y mis lágrimas comienzan de nuevo–. Pensé que te había roto. –¿Roto? ¿A mí? Oh no, Ana. Justo lo contrario. –Se estira y toma mi mano–. Eres mi vida, –susurra, y besa mis nudillos antes de presionar mi palma contra la suya.
E.L. James (Fifty Shades Darker (Fifty Shades, #2))
Creo que la verdad está bien en las matemáticas, en la química, en la filosofía. No en la vida. En la vida es más importante la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza. Además, ¿sabemos acaso lo que es la verdad? Si yo lo digo que aquel trozo de ventana azul, digo una verdad. Pero es una verdad parcial, y por lo tanto una especie de mentira. Porque el trozo de ventana no está solo, está en una casa, en una cuidad, en un paisaje. Está rodeado del gris de ese muro de cemento, del azul claro del cielo, de aquellas nubes alargadas, de infinitas cosas más. Y si no digo todo absolutamente todo, estoy mintiendo. Pero decir todo es imposible, aun en este caso de la ventana, de un siempre trozo de la realidad física. La realidad es infinita y además infinitamente matizada, y si me olvido de un solo matiz, ya estoy mintiendo. Ahora imagínese lo que es la realidad de los seres humano con sus complicaciones y recovecos, contradicciones y además cambiantes. Porque cambia a cada instante que pasa, y lo que éramos hace un momento no lo somos más. ¿Somos, acaso, siempre la misma persona? ¿Tenemos acaso siempre los mismos sentimientos? Se puede querer a alguien y de pronto desestimarlo y hasta detestarlo. Y si cuando lo desestimamos cometemos el error de decírselo, eso es una verdad, pero una verdad momentánea, que no será más verdad dentro de una hora o al otro día, o en otras circunstancias. Y en cambio el ser a quien se la decimos creerá que ésa es la verdad, la verdad para siempre y desde siempre. Y se hundirá en la desesperación.
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
Cuando uno tiene que estar irremediablemente fijo, es impresionante la movilidad mental que es posible adquirir. Se puede ampliar el presente tanto como se quiera, o lanzarse vertiginosamente hacia el futuro, o dar marcha atrás que es lo más peligroso porque ahí están los recuerdos, todos los recuerdos, los buenos, los regulares y los execrables. Ahí está el amor, o sea estás vos, y las grandes lealtades y también las grandes traiciones. Ahí está lo que uno pudo hacer y no hizo, y también lo que pudo no hacer y sí hizo. La encrucijada en la que el camino elegido fue el erróneo. Y ahí empieza la película, es decir, cómo habría sido la historia si se hubiera tomado el otro rumbo, aquel que entonces se descartó. Generalmente, después de varios rollos uno suspende la proyección y piensa que el camino elegido no fue tan equivocado y que acaso, en igual encrucijada, hoy la elección sería la misma. Con variantes, claro. Con menos ingenuidad, por supuesto. Con más alertas, por las dudas. Pero eso sí manteniendo el rumbo primordial.
Mario Benedetti (Primavera con una esquina rota)
—Y hay más. Tan pronto no van a cortar tu planta de naranja-lima. Cuando la corten estarás lejos y no sentirás nada. Sollozando me abracé a sus rodillas. —Ya no me interesa, papá. No me interesa… Y mirando su rostro, que también se encontraba lleno de lágrimas, murmuré como un muerto: —Ya la cortaron, papá, hace más de una semana que cortaron mi planta de naranja-lima. Los años pasaron, mi querido Manuel Valadares. Hoy tengo cuarenta y ocho años y, a veces, en mi nostalgia, siento la impresión de que continúo siendo una criatura. Que en cualquier momento vas a aparecer trayéndome fotos de artistas de cine o más bolitas. Tú fuiste quien me enseñó la ternura de la vida, mi Portuga querido. Hoy soy yo el que tiene que distribuir las bolitas y las figuritas, porque la vida sin ternura no vale gran cosa. A veces soy feliz en mi ternura, a veces me engaño, lo que es más común. En aquel tiempo… En el tiempo de nuestro tiempo no sabía que muchos años antes un Príncipe Idiota, arrodillado frente a un altar, preguntaba a los iconos, con los ojos llenos de lágrimas: “¿POR QUÉ LES CUENTAN LAS COSAS A LAS CRIATURITAS?” Y la verdad es, mi querido Portuga, que a mí me contaron las cosas demasiado pronto. ¡Adiós!
José Mauro de Vasconcelos (Mi planta de naranja-lima)
Mis colegas, incluso yo mismo, susurrando con timidez desde nuestros divanes, estábamos de acuerdo en que mi problema era del todo normal: odiaba al mundo y a mí mismo porque había fallado al tratar de afrontar y aceptar mis propias limitaciones y las de la vida. En literatura, este rechazo se llama romanticismo; en psicología, neurosis. La consecuencia de todo esto es que el único e inevitable camino parece ser una vida limitada y aburrida. Empezaba a aceptarlo, después de varios meses de recrearme en la depresión (me había procurado furtivamente un revólver del calibre 38 y nueve balas), cuando llegué a las costas del zen.
Luke Rhinehart (The Dice Man)
Escribo y escribiré toda mi vida en español; el francés lo guardo para la correspondencia cuando tengo que escribirle a algún francés. El español es mi lengua de escritor y hoy más que nunca creo que la defensa del español como lengua forma parte de una larga lucha en América Latina que abarca muchos otros temas y muchas otras razones de lucha. La defensa del idioma es absolutamente capital. Si hay un espectáculo penoso es el de latinoamericanos que al cabo de muy poco tiempo en un país extranjero permiten que su idioma se degrade y el segundo idioma comience a entrar; hay una excepción a esto que estoy diciendo y es el caso de las gentes de un nivel mínimo de educación, porque no se les puede exigir de ninguna manera que tengan un control crítico de su lenguaje.
Julio Cortázar (Clases de Literatura: Berkeley, 1980)
—Si lo piensas, cuando tienes diecinueve años también tienes dieciocho, y diecisiete, y dieciséis, y quince, catorce, trece, doce, once... Hasta un año. Te pasas la vida despertando la mañana de tu cumpleaños esperando sentirte distinto, pero no. Todo sigue igual que ayer. Y no sientes que hayas cumplido diecinueve años, te sientes como dieciocho. Pero también los tienes. Por eso habrá días que dirás algo estúpido y esa será la parte de ti que todavía tiene diez años. O quizás algún día necesites buscar los brazos de tu madre porque estás asustada, y esa es la parte de ti que tiene cinco años. Y por eso, quizás, cuando seamos adultos, también necesitaremos llorar como si tuviéramos tres años. Y está bien. A veces necesitamos llorar porque nos sentimos niños. —Y a veces porque sentimos que ya no lo somos.
Beatriz Esteban (Aunque llueva fuego)
Nos pasamos la vida deseando cosas. Unas inútiles. Otras grandes. Otras imposibles. También queriendo olvidar otras muchas. Sin embargo, lo único que de verdad olvidamos es que solo tenemos una vida. Una sola, y dejamos que transcurra sin hacer nada salvo querer y desear, como si nuestro pensamiento fuese una varita mágica, capaz de solucionarlo todo mientras permanecemos de brazos cruzados. Y convertimos la vida en una maldita espera en la que no sucede nada, porque la mayoría de las cosas importantes hay que crearlas. No nacen de los anhelos, de los lamentos, de la autocompasión y, mucho menos, de la cobardía y la pasividad. La vida no nos debe nada. Nada. Así es como me he sentido todos esos años, a la espera y desesperando. Siempre frente a una puerta que solo cruzaba cuando me invitaban a entrar. Acercándome de puntillas, llamando sin hacer ruido. Sin entender que hay puertas que no queda más remedio que derribar por nosotros mismos, que atravesar sin pedir permiso. Sin anunciarte. No basta con desear cambiar las cosas. Tienes que moverlas, darles la vuelta y transformarlas en lo que tú quieres que sean. Asumir que, hagas lo que hagas, el mundo sigue girando. No es un carrusel del que puedas subir y bajar a tu antojo, pero sí puedes elegir qué caballito quieres montar. ¿Y sabes qué? Todo parece cambiar cuando tú cambias. Esa es la verdad. Y una vez que comienzas ese tránsito, no te detienes hasta definir quién eres. Hasta aceptar tus contradicciones. Tus miedos. Tus deseos.
Maria Martinez (Cuando no queden más estrellas que contar)
La gente miente. Ellos te utilizan y mienten, a la vez mientras te alimentan con mierda sobre ser leal y nunca dejarte. Nadie puede hacer esa promesa, porque la vida tiene que ver con las estaciones, y las estaciones cambian. No me gusta el cambio. No se puede confiar en ello, sólo puedes confiar en el hecho de que va a suceder. Pero antes de que suceda, y antes de que aprendas, se siente bien acerca de sus estúpidas promesas de mierda. Eliges creer, porque es necesario. Vas a través de un verano cálido, donde todo es hermoso y no hay nubes, sólo calor, calor, calor. Crees en la permanencia de una persona, porque los seres humanos tienen una tendencia a pegarse a ti cuando la vida es buena. Yo los llamo los veranos de miel. He tenido bastantes veranos de miel en la vida para saber que las personas se van cuando llega el invierno. Cuando la vida te congela y estás temblando y te pones capas de protección lo más que puedas para sobrevivir. Ni siquiera lo notas al principio. El frío te pone demasiado aturdido para ver con claridad. Entonces, de repente, miras y la nieve está empezando a derretirse, y te das cuenta que pasaste el invierno sola. Eso me molesta mucho. Tanto como para dejar a la gente antes de que me dejen a mí. Eso es lo que hice con Nick. Eso es lo que traté de hacer con Isaac. Excepto que no se iría. Él se quedó todo el invierno.
Tarryn Fisher (Mud Vein)
No consigo dormirme. Estoy enamorado, y cuando estás enamorado lo menos que te puede pasar es no dormir. Hasta la noche más negra se vuelve roja. Se te amontona tal cantidad de cosas en la cabeza que querrías pensar en ellas todas a la vez y el corazón no consigue calmarse. Y además resulta extraño porque todo te parece hermoso. Haces la misma vida de todos los días, con las mismas cosas y el mismo hartazgo. Y luego te enamoras y esa misma vida se vuelva grandiosa y diferente. Sabes que vives en el mismo mundo de Beatrice y entonces qué más da si el examen te sale mal, si se pincha la rueda del scooter, si Terminator quiere mear, si se pone a llover y no llevas paraguas. Te da lo mismo porque sabes que esas cosas son transitorias. El amor, en cambio, no. Tu estrella roja brilla siempre. Beatrice está ahí, tu amor está dentro de tu corazón y es grande, te hace soñar y nadie puede arrancártelo porque está en un sitio al que nadie puede llegar. No sé cómo describirlo: ojalá no se acabe nunca.
Alessandro D'Avenia (Bianca come il latte, rossa come il sangue)
La voluntad, el deseo de vivir, es tan fuerte en el animal como en el hombre. En el hombre es mayor la comprensión. A más comprender, corresponde menos desear. Esto es lógico, y además se comprueba en la realidad. La apetencia por conocer se despierta en los individuos que aparecen al final de una evolución, cuando el instinto de vivir languidece. El hombre, cuya necesidad es conocer, es como la mariposa que rompe la crisálida para morir. El individuo sano, vivo, fuerte, no ve las cosas como son, porque no le conviene. Está dentro de una alucinación. Don Quijote, a quien Cervantes quiso dar un sentido negativo, es un símbolo de la afirmación de la vida. Don Quijote vive más que todas las personas cuerdas que le rodean, vive más y con más intensidad que los otros. El individuo o el pueblo que quiere vivir se envuelve en nubes como los antiguos dioses cuando se aparecían a los mortales. El instinto vital necesita de las ficción para afirmarse. La ciencia entonces, el instinto de crítica, el instinto de averiguación, debe encontrar una verdad: la cantidad de mentira que se necesita para la vida
Pío Baroja (El árbol de la ciencia)
El tiempo se va. A veces pienso que tendría que ir apurado, que sacarle el máximo partido a estos años que quedan. Hoy en día, cualquiera puede decirme, después de escudriñar mis arrugas: Pero si usted todavía es un hombre joven. Todavía. ¿Cuántos años me quedan de todavía? Lo pienso y me entra el apuro, tengo la angustiante sensación de que la vida se me está escapando, como si mis venas se hubieran abierto y yo no pudiera detener mi sangre. Porque la vida es muchas cosas (trabajo, dinero, suerte, amistad, salud, complicaciones), pero nadie va a negarme que cuando pensamos en esa palabra Vida, cuando decimos, por ejemplo, que nos aferramos a la vida, la estamos asimilando a otra palabra más concreta, más atractiva, más seguramente importante: la estamos asimilando al Placer. Pienso en el placer (cualquier forma de placer) y estoy seguro de que eso es vida. De ahí el apuro, el trágico apuro de estos cincuenta años que me pisan los talones. Aún me quedan, así lo espero, unos cuantos años de amistad, de pasable salud, de rutinarios afanes, de expectativa ante la suerte, pero ¿cuántos me quedan de placer? Tenía veinte años y era joven; tenía treinta y era joven; tenía cuarenta y era joven. Ahora tengo cincuenta años y soy todavía joven. Todavía quiere decir: se termina.
Mario Benedetti (La tregua)
Despues pinto un poco. Hay tranquilidad y silencio en estos dias y aprovecho que puedo concentrarme. La soledad. Quizas uno escribe y pinta no solo para crear un espacio de libertad alrededor, sino tambien para sentirse acompaNado. No exactamente para romper la soledad. No se trata de eso. La soledad siempre estA ahI. La siento, la toco, hablo con ella. Forma parte de mi vida. La soledad es inevitable. Y ayuda. Me concentro mas. Soy mas yo cuando convivimos bien apretaditos: la soledad y yo. Nos adoramos. No podria vivi sin la soledad. my translation: Later I paint a little bit. There's tranquility and silence in these days and I benefit from being able to concentrate. Loneliness. Maybe one writes and paints not only to create a space of freedom, but rather also to feel accompanied. Not exactly to break loneliness. It's not about that. Loneliness is always there. I feel it. I touch it. I talk with it. It forms part of my life. Loneliness is inevitable. And it helps. I concentrate more. I'm more me when we live pushed together: loneliness and me. We worship each other. I couldn't live with out loneliness.
Pedro Juan Gutiérrez (Animal tropical)
SEGISMUNDO: ¡Ay mísero de mí, y ay infelice! Apurar, cielos, pretendo, ya que me tratáis así, qué delito cometí contra vosotros naciendo. Aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido; bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor, pues el delito mayor del hombre es haber nacido. Sólo quisiera saber para apurar mis desvelos -dejando a una parte, cielos, el delito del nacer-, ¿qué más os pude ofender, para castigarme más? ¿No nacieron los demás? Pues si los demás nacieron, ¿qué privilegios tuvieron que no yo gocé jamás? Nace el ave, y con las galas que le dan belleza suma, apenas es flor de pluma, o ramillete con alas, cuando las etéreas salas corta con velocidad, negándose a la piedad del nido que dejan en calma; ¿y teniendo yo más alma, tengo menos libertad? Nace el bruto, y con la piel que dibujan manchas bellas, apenas signo es de estrellas -gracias al docto pincel-, cuando, atrevido y cruel, la humana necesidad le enseña a tener crueldad, monstruo de su laberinto; ¿y yo, con mejor instinto, tengo menos libertad? Nace el pez, que no respira, aborto de ovas y lamas, y apenas bajel de escamas sobre las ondas se mira, cuando a todas partes gira, midiendo la inmensidad de tanta capacidad como le da el centro frío; ¿y yo, con más albedrío, tengo menos libertad? Nace el arroyo, culebra que entre flores se desata, y apenas sierpe de plata, entre las flores se quiebra, cuando músico celebra de las flores la piedad que le dan la majestad del campo abierto a su huída; ¿y teniendo yo más vida, tengo menos libertad? En llegando a esta pasión, un volcán, un Etna hecho, quisiera sacar del pecho pedazos del corazón. ¿Qué ley, justicia o razón negar a los hombres sabe privilegios tan süave excepción tan principal, que Dios le ha dado a un cristal, a un pez, a un bruto y a un ave?
Pedro Calderón de la Barca (La vida es sueño)
Según mi experiencia, las emociones no pueden describirse con una sola palabra. «Tristeza», «alegría», «remordimiento», esos términos no me dicen nada. La mejor prueba de que el lenguaje es patriarcal quizá sea que simplifica demasiado los sentimientos. Me gustaría tener a mi disposición emociones híbridas, complejas, construcciones germánicas encadenadas, como «la felicidad presente en la desgracia». O esta otra: «la decepción de acostarse con las propias fantasías». Me gustaría mostrar la relación entre «el presentimiento de la muerte suscitado por los ancianos de la familia» y «el odio por los espejos que se inicia en la madurez». Me gustaría hablar de «la tristeza inspirada por los restaurantes malogrados», así como de «la emoción de conseguir una habitación con minibar». Nunca he encontrado palabras adecuadas para describir mi propia vida, y ahora que ya he entrado en mi historia es cuando más las necesito. Ya no me puedo quedar sentado a ver lo que pasa. A partir de ahora, todo lo que cuente estará teñido de la experiencia subjetiva de formar parte de los acontecimientos. Aquí es donde mi historia se divide, se escinde, sufre una meiosis. Noto más el peso del mundo, ahora que formo parte de él.
Jeffrey Eugenides (Middlesex)
Si os he referido estos detalles acerca del asteroide B 612 y si os he confiado su número es por las personas grandes. Las personas grandes aman las cifras. Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen: '¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Colecciona mariposas?' En cambio, os preguntan: '¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?' Sólo entonces creen conocerle. Si decís a las personas grandes: 'He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo...', no acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles: 'He visto una casa de cien mil fracos'. Entonces exclaman: '¡Qué hermosa es!' Si les decís: 'La prueba de que el principito existió es que era encantador, que reía, y que quería un cordero. Querer un cordero es prueba de que se existe', se encogerán de hombros y os tratarán como se trata a un niño. Pero si les decís: 'El planeta de donde venía es el asteroide B 612', entonces quedarán convencidos y os dejarán tranquilo sin preguntaros más. Son así. Y no hay que reprocharles. Los niños deben ser muy indulgentes con las personas grandes. Pero, claro está, nosotros que comprendemos la vida, nos burlamos de los números.
Antoine de Saint-Exupéry (The Little Prince)
Sólo muy de vez en cuando se puede estar seguro de que se va a vivir para siempre jamás, y ésa es una de las curiosidades de la vida. A veces sucede cuando uno se levanta al amanecer, ese momento de meliflua solemnidad, y se sale al jardín y se queda uno allí quieto y solo; y se levanta mucho la mirada, más y más arriba, y se observa cómo muda de color el pálido cielo azul, sonrojándose, cómo va sucediendo lo insólito y maravilloso, hasta que el Oriente casi le hace a uno clamar, y el corazón parece que cesara de latir ante la inexplicable, imperturbable majestad del sol naciente. Desde hace miles y miles de años, esto es lo que acontece cada mañana, y es entonces cuando durante un instante se sabe que uno va a vivir siempre. Y también se sabe a veces cuando uno está solo en un bosque, a la hora del crepúsculo; y la misteriosa quietud de oro intenso que desciende inclinándose entre las ramas, y bajo ellas, parece que nos dijera muy despacio, una y otra vez, algo que no se termina de entender, por más que se escuche. Y luego a veces nos lo confirma el inmenso sosiego de la oscuridad azul de la noche, en la que nos aguardan y observan millones de estrellas; y a veces nos lo dice una música lejana, y otras, está escrito en unos ojos que nos miran. Y esto mismo le sucedió a Colin cuando, por vez primera, vio y escuchó y sintió la primavera entre los muros de un jardín oculto.
Frances Hodgson Burnett (The Secret Garden)
Yo solía amar el océano. Todo en ella. Sus arrecifes de coral, sus blancas crestas, sus rugientes olas, las rocas que besan, sus leyendas de piratas y las colas de sirena, Tesoros perdidos y tesoros guardados... Y TODO De sus peces En el mar. Sí, solía amar el océano, Todo sobre ella. La forma en que me cantaba al dormir mientras yo estaba en mi cama Luego me despierta con fuerza Que yo pronto llegué a temer. Sus fábulas, sus mentiras, sus engañosos ojos, Me iría de su sequía Si me importara lo suficiente. Yo solía amar el océano. Todo en ella. Sus arrecifes de coral, sus blancas crestas, sus rugientes olas, las rocas que besan, sus leyendas de piratas y las colas de sirena, tesoros perdidos y tesoros guardados... Y TODO De sus peces En el mar. Bueno, si alguna vez has intentado navegar tu velero a través de sus tempestuosos mares, te darás cuenta de que sus blancas crestas son tus enemigos. Si alguna vez has tratado de nadar hacia la orilla cuando con tu pierna acalambrada y acabas de consumir una gran cena de hamburguesas en In-n-Out27 que te está ahogando, y sus rugientes olas están golpeando el aire fuera de ti, llenando tus pulmones con agua como del mayal sus brazos, tratando de conseguir la atención de alguien, pero tus amigos ¿sólo saludan con la mano de nuevo a ti? Y si alguna vez has crecido con sueños en tu cabeza acerca de la vida, y cómo uno de estos días serías pirata de tu propia nave y tendrías tu propio equipo y que todas las sirenas Te amarían sólo ¿a ti? Bueno, te darás cuenta... Como yo eventualmente me di cuenta... ¿Que todas las cosas buenas de ella? ¿Todo lo bello? No es real. Es falso. Así que sigue con tu océano, Yo me quedo con el Lago.
Colleen Hoover (Slammed (Slammed, #1))
Porque posee usted la más maravillosa juventud, y la juventud es lo más precioso que se puede poseer. –No lo siento yo así, lord Henry. –No; no lo siente ahora. Pero algún día, cuando sea viejo y feo y esté lleno de arrugas, cuando los pensamientos le hayan marcado la frente con sus pliegues y la pasión le haya quemado los labios con sus odiosas brasas, lo sentirá, y lo sentirá terriblemente. Ahora, dondequiera que vaya, seduce a todo el mundo. ¿Será siempre así?… Posee usted un rostro extraordinariamente agraciado, señor Gray. No frunza el ceño. Es cierto. Y la belleza es una manifestación de genio; está incluso por encima del genio, puesto que no necesita explicación. Es uno de los grandes dones de la naturaleza, como la luz del sol, o la primavera, o el reflejo en aguas oscuras de esa concha de plata a la que llamamos luna. No admite discusión. Tiene un derecho divino de soberanía. Convierte en príncipes a quienes la poseen. ¿Se sonríe? ¡Ah! Cuando la haya perdido no sonreirá… La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve… Sí, señor Gray, los dioses han sido buenos con usted. Pero lo que los dioses dan, también lo quitan, y muy pronto. Sólo dispone de unos pocos años en los que vivir de verdad, perfectamente y con plenitud. Cuando se le acabe la juventud desaparecerá la belleza, y entonces descubrirá de repente que ya no le quedan más triunfos, o habrá de contentarse con unos triunfos insignificantes que el recuerdo de su pasado esplendor hará más amargos que las derrotas. Cada mes que expira lo acerca un poco más a algo terrible. El tiempo tiene celos de usted, y lucha contra sus lirios y sus rosas. Se volverá cetrino, se le hundirán las mejillas y sus ojos perderán el brillo. Sufrirá horriblemente… ¡Ah! Disfrute plenamente de la juventud mientras la posee. No despilfarre el oro de sus días escuchando a gente aburrida, tratando de redimir a los fracasados sin esperanza, ni entregando su vida a los ignorantes, los anodinos y los vulgares. Ésos son los objetivos enfermizos, las falsas ideas de nuestra época. ¡Viva! ¡Viva la vida maravillosa que le pertenece! No deje que nada se pierda. Esté siempre a la busca de nuevas sensaciones. No tenga miedo de nada… Un nuevo hedonismo: eso es lo que nuestro siglo necesita. Usted puede ser su símbolo visible. Dada su personalidad, no hay nada que no pueda hacer. El mundo le pertenece durante una temporada… En el momento en que lo he visto he comprendido que no se daba usted cuenta en absoluto de lo que realmente es, de lo que realmente puede ser. Había en usted tantas cosas que me encantaban que he sentido la necesidad de hablarle un poco de usted. He pensado en la tragedia que sería malgastar lo que posee. Porque su juventud no durará mucho, demasiado poco, a decir verdad. Las flores sencillas del campo se marchitan, pero florecen de nuevo. Las flores del codeso serán tan amarillas el próximo junio como ahora. Dentro de un mes habrá estrellas moradas en las clemátides y, año tras año, la verde noche de sus hojas sostendrá sus flores moradas. Pero nosotros nunca recuperamos nuestra juventud. El pulso alegre que late en nosotros cuando tenemos veinte años se vuelve perezoso con el paso del tiempo. Nos fallan las extremidades, nuestros sentidos se deterioran. Nos convertimos en espantosas marionetas, obsesionados por el recuerdo de las pasiones que nos asustaron en demasía, y el de las exquisitas tentaciones a las que no tuvimos el valor de sucumbir. ¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamente nada en el mundo excepto la juventud!
Oscar Wilde (The Picture of Dorian Gray)
Mátenme al alba. Con cuchillos [ilegible] y con cuchillas oxidadas. Estaré en cuclillas esperando. Salva tu amor. No lo salves. Desafección y mierda violenta que aprendió a expresarse en nuestros días mediante fórmulas atroces como «hacer el amor» y «asumir la responsabilidad» y «negar el pasado» y «el hombre es lo que se hace». No hay más que la memoria, maravilla sin igual, horror sin semejanza. Hace mucho que me entregué a las sombras. Y no me contenta mi destino sombrío, mi destino asombrado. Me han asolado, me han agostado. Libérame de ti pues te amo y no estás. No me hables. No te apostes en mis rincones preferidos. Estás aquí. Me deliras. Me cortas las cintas de colores que me aliaban a las niñas que fui. Me abandonas loca furiosa, comiendo sombras furiosamente, girando convulsa con las manos espantadas, revolcándome en tu huida hasta los atroces orgasmos y gritos de bestia asesinada. Pero te amo. A ti te asumo, ante ti sin pasado ni relojes ni sonidos. Sucia y susurrante, leve, ingrávida, llena de sangre y de sustancias sexuales, húmeda, mojada, reventando de calor, de sangre que pide. Me dañas la columna vertebral, tantos días despeñada sobre tu cuerpo imaginado. Me dañas la cabeza que di contra las paredes porque no sabía qué hacer salvo esto: que debía golpearme y castigarme ya que tú no venías. Con tu sonrisa de paraíso exactamente situado en el tiempo y en el espacio. Con tus ojos que sonríen antes que tus labios. En tus ojos encuentro mi persona súbitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiración fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje. En tus ojos me siento y sonrío y hay una niña azul en el jardín de un castillo. Ahora que no estás me atrae la caída, la mierda, lo abyecto, lo denigrante. Salgo a la calle y siento la suciedad, la ruina. Entro en los bares más siniestros y tomo un vino como sangre coagulada, como menstruación, y me rodean brujas negras, perros sarnosos, viejos mutilados y jóvenes putos de ambos sexos. Yo bebo y me miro en el espejo lleno de mierda de moscas. Después no me veo más. Después hablo en no sé cuál idioma. Hablo con estos desechos que no me echan, ellos me aceptan, me incorporan, me reconocen. Recito poemas. Discuto cuestiones inverosímiles. Acaricio a los perros y me chupo las manos. Sonrío a los mutilados. Me dejo tocar, palpar, manos en mi cuerpo adolescente que tanto te gustaba por ser ceñido y firme y suave. («La lisura de tu vientre, tus caderas de efebo solar, tu cintura hecha a la medida de mis manos cerrándose, tus pechos de niña salvaje que los deja desnudos aun cuando llueve, tu sexo y tus gritos rítmicos, que deshacían la ciudad y me llevaban a una selva musical en donde todo confabulaba para que los cuerpos se reconozcan y se amen con sonidos de leves tambores incesantes. Esas noches en que hacíamos el amor debajo de las grandes palabras que perdían su sentido, porque no había más que nuestros cuerpos rítmicos y esenciales… Y ahora llueve y tengo náuseas y vomito casi todo el día y siempre que hay un olor espantoso en la calle, un olor a paquete olvidado, a muerto olvidado. Y tengo miedo. Eso quería decir: que no estás y tengo miedo.»)
Alejandra Pizarnik (Diarios)
Sin quitarme los ojos de encima, acercó aún más su pupitre. - ¿Sabes una cosa? - ¿Qué? - Que he entrado en tu blog. Ay, Dios. ¿Cómo lo había encontrado? Un momento; la pregunta que debía hacerme era la siguiente: ¿por qué lo había encontrado? Mi blog no podía buscarse a través de Google...Estaba flipando en colores. - Ya estás acosándome otra vez, ¿no? ¿Tengo que llamar a la poli para que te ponga una orden de alejamiento? - Ni en sueños, gatita - Sonrió - Ah, espera, que ya salgo en ellos, ¿verdad? Puse los ojos en blanco. - Más bien apareces en mis pesadillas, Daemon. (pág.154) - ¿Me estás preguntando si me atraen las humanas? - dijo. El pelo le caía hacia delante en ondas. Unas gotitas de agua le recorrían los mechones y acababan salpicándome la mejilla - ¿O si eres tú la que me atrae? Con las manos apoyadas en la roca, fue acercándose a mí lentamente. Muy pronto nos separaban sólo unos milímetros...Sentía su respiración como si fuera la mía, y cuando movió las caderas abrí los ojos y ahogué un grito. Vaya que si funcionaba la cosa...Me despejó la duda de un plumazo. (pág. 240) - Sí que es importante el helado - dije. - Es mi vida entera.- Dee tiró el monedero a Daemon, pero erró el objetivo - ¡Y tú me lo has quitado! (pág. 258 NUNCA TE METAS ENTRE DEE Y SU COMIDA, Y MENOS SI SE TRATA DE HELADO) - ¿Lo estás pasando bien con...Ash? - ¿Y tú con tu amiguito el pulpo? Me mordí el larbio. - Qué simpático eres, como siempre. ... - Estás...muy guapa, por cierto. Demasiado guapa para estar con ese idiota. Me sonrojé y bajé la vista. - ¿Te has tomado algo? - Pues no, la verdad. ¿Por qué me lo preguntas, si puede saberse? - Porque nunca me dices nada agradable. - Touché. (pág. 303) - Recuérdame...que no te haga enfadar nunca más ¡La leche! ¿Eres agente secreto en tus ratos libres? ... Me recorrió la espalda con sus brazos y hundió una mano en los rizos que se me habían soltado del moño. - No me has hecho caso - susurró contra mi hombro. - Nunca te hago caso. (pág. 327) Daemon murmuró algo en un idioma desconocido. Era una lengua dulce y bonita. Mágica. De otro planeta. Podría haberlo despertado, pero no lo hice sin saber demasiado bien por qué. La emoción que sentía por el contacto con su piel era más fuerte que todo lo demás. Daemon tenía una mano en el borde de mi camiseta, y los dedos encima del pedazo de piel que había entre el borde de la camiseta y la cinturilla de los pantalones de pijama. La mano empezaba a abrirse paso por debajo de la camiseta, a través de mi estómago, en la parte en que este empieza a descender. El pulso se me desbocó. Me rozó las costillas con la punta de los dedos. Su cuerpo se movió y sentí su rodilla contra mí. (pág. 338) O.O o_O OMG - Gatita - Ni aunque fueras el último ser con aspecto humano sobre la faz de la Tierra ¿Ahora lo entiendes? ¿Capiche? ... - Ademñas, no me atraes nada - Mentira podrida - Pero vamos, nada de nada. Eres... De repente Daemon estaba delante de mí, a apenas un centímetro de mi rostro. - ¿Qué soy? - Ignorante -¿Y qué más? - Prepotente, controlador...-...- Y un...cretino. - Venga ya, gatita, seguro que puedes hacerlo mejor - ... - Todavía no me creo que no te sientas atraída por mí. (pág. 360) - Seguro que hasta sueñas conmigo - Bajó la vista hacia mis labios y sentí que se despegaban - Seguro que escribes mi nombre en tus libretas, una y otra vez, rodeado por un corazoncito. Me reí. - En tus sueños, Daemon. Eres la última persona a la que... Daemon me besó (pág.361) Una sonrisa pícara se le asomó a los labios. - ¿Te das cuenta de que me encantan los retos? Me reí entre dientes y me volví hacia la puerta mientras le dedicaba un gesto grosero con el dedo corazón. - Y a mí, Daemon; y a mí. (pág. 414)
Jennifer L. Armentrout (Obsidian (Lux, #1))