Como Se Siente Quotes

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No hay que prometer nada porque las promesas son horribles ataduras, y cuando uno se siente amarrado tiende a liberarse, eso es fatal.
Mario Benedetti (Puentes como liebres y otros cuentos)
Algunas veces lees un libro, sientes un extraño afán evangelizador y estás convencido de que este desastrado mundo no se recuperará hasta que todos los seres humanos lo lean. Y luego están los libros como Un Dolor Imperial, de los que no puedes hablar con nadie, libros tan especiales, escasos y tuyos que revelar el cariño que les tienes parece una gran traición.
John Green (The Fault in Our Stars)
A veces, lees un libro y te llena con este fervor evangélico raro, y te convences de que el mundo destrozado que nunca se pondrá de nuevo junto a menos que y hasta que todos los seres humanos lean el libro. Y luego están los libros como Una Aflicción Imperial, que no puedes decirle a la gente sobre, libros tan especiales y raros y tuyos de que la publicidad de su afecto se siente como una traición.
John Green (The Fault in Our Stars)
Quiero descubrir cómo puedo hacerla reír. Quiero saber cómo hacerla llorar. Quiero saber lo que se siente si me mira como si fuese su caballero de la brillante armadura. -Alex
Simone Elkeles (Perfect Chemistry (Perfect Chemistry, #1))
—No me gustas, Park —dijo ella, sonando por un segundo como si lo dijera realmente en serio—. Yo… —Su voz casi desapareció—, a veces creo que vivo por ti. Él cerró los ojos y arqueó la cabeza en su almohada. —No creo que siquiera pueda respirar si no estamos juntos —susurró—. Lo que quiere decir, que cuando te vea el lunes a la mañana, habrán pasado como sesenta horas desde que he respirado. Esa es probablemente la razón por la que estoy tan gruñona, y por qué te grito. Todo lo que hago cuando estamos separados es pensar en ti, y todo lo que hago cuando estamos juntos es entrar en pánico. Porque cada segundo se siente tan importante. Y porque estoy tan fuera de control, no puedo evitarlo. Ni siquiera me pertenezco, soy tuya, ¿y qué si decides que no me quieres? ¿Cómo podrías quererme como te quiero?
Rainbow Rowell (Eleanor & Park)
—Vete de aquí, Amelia. No quiero que me veas así. Se me parte el corazón. ¿Por qué?, quiero preguntarle. Él es mío pase lo que pase, sienta lo que sienta. Yo quiero estar a su lado tanto cuando siente que es el amo del mundo como cuando cree que éste lo destrozará para siempre.
M.C. Andrews
Ya se sabe que sufrir de mal de amores es como marearse en un barco: a la gente tu estado le parece divertido, pero tú te sientes morir.
Rosa Montero (La ridícula idea de no volver a verte)
—El amor es como una borrachera. Cuando uno tiene la botella al lado se siente feliz. Pero luego se acaba, uno se duerme y al otro día se despierta con dolor. Después uno promete no volver a tomar... ¿Todavía la quiere?
Santiago Gamboa (Perder es cuestión de método)
Es raro como funciona la vida. Deseas algo y tienes que esperar y esperar, y sientes que no llega nunca. Luego sucede y se va, y todo lo que deseas es acurrucarte una vez más en el instante anteriar a que cambiaran las cosas.
Lauren Oliver (Delirium (Delirium, #1))
Tu cuerpo necesita algo frío. En eso consiste todo. Tu cuerpo necesita el frío e intenta crearlo, porque no lo encuentra en ninguna parte. Tu cabeza no puede ser, porque es de donde sale el calor, así que se centra en otros órganos. En el estómago. En el hígado. En los pulmones. Y, poco a poco, te das cuenta de que tu cuerpo arde por fuera, pero que estás helado por dentro. Tu cabeza está siempre alerta y se prepara para todas las posibilidades, pero cuando cierras los ojos siempre hay fondos blancos con líneas negras que se mueven en todas direcciones y, cuando coges aire, nunca es suficiente porque hay demasiadas cosas que podrían salir mal, y abres la boca y aún te cabe más aire que no eres capaz de coger, y no sabes qué hacer para conseguirlo, para conseguir eso o para conseguir nada, porque nunca eres el mejor. Nunca eres suficiente. Nunca sabes cómo moverte o qué decir o qué hacer y te da la sensación de que todos lo saben y así es como se siente la ansiedad.
Clara Cortés (Cosas que escribiste sobre el fuego)
...y al final el ridículo lo he hecho yo porque nada hay más lamentable que un hombre esforzándose por mover a otro que está muy bien como está, que se siente perfectamente en la posición que le da la gana.
Julio Cortázar (Las armas secretas)
Cada vez que quieras recordar cómo se siente el amor, búscame. Esa línea abarcaba cada mujer que ha ofrecido su pequeño corazón latiente a un hombre. Porque todos tenemos a alguien que nos recuerda como quema el amor. Ese irrenunciable amor que se resbala de nuestros dedos como arena.
Tarryn Fisher (Mud Vein)
La devastación me agarró desprevenido. Hay una diferencia entre perder algo que sabías que tenías y perder algo que descubriste que tenías. Uno es una desilusión. El otro se siente como perder una pieza de ti mismo.
Gayle Forman (Just One Year (Just One Day, #2))
No tengo excusa para estar aquí excepto el deseo de estar a su lado. A la mierda la apuesta. Quiero descubrir cómo puedo hacerle reír. quiero saber cómo hacerle llorar. Quiero saber lo que se siente si me mira como si fuera su caballero de brillante armadura.
Simone Elkeles (Perfect Chemistry (Perfect Chemistry, #1))
Sé lo que se siente estar enamorado y los verdaderos amores muy pocas veces tienen la oportunidad de vivirse y como no se viven no te decepcionan y tendrás ese amor por siempre, con esa misma intensidad.
Lily Perozo (Dulces mentiras, amargas verdades: É por amor)
Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida. Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor. Quien se entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo. Y quien ama al máximo, se siente libre. Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso. Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie. Y esta es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo.
Paulo Coelho (Eleven Minutes)
Es bueno amar tanto como se pueda, porque ahí radica la verdadera fuerza. Y el que mucho ama realiza grandes cosas y se siente capaz, y lo que hace por amor está bien hecho
Vincent van Gogh (Cartas a Theo)
He visto mucho en mi vida, America, he podido llegar a todos los rincones del mundo.Pero nunca me he encontrado con nada tan doloroso y precioso a la vez como aquel beso. Ojalá fuera algo que pudiera atrapar en una red o guardar entre las páginas de un libro. Ojalá fuera algo que pudiera conservar y compartir con el mundo para poder decirle al universo entero: así es, esto es lo que se siente cuando te enamoras.
Kiera Cass (The One (The Selection, #3))
Una diría que la guerra es como las películas de acción. Pero no. Es quieta. Más que quieta es monótona. A la gente la matan y la matan y la matan, pero la guerra sigue. Entonces una siente que no se trata ni siquiera de los humanos. Ni de ganar. Ni de enemigos. La guerra no se trata de nada. Es un agujero que escupe muertos.
Laura Ortiz Gómez (Sofoco (Spanish Edition))
—No quiero saber sobre el amor. —Pero deberías, hija mía. Tienes que saber sobre el amor. Las cosas que la gente haría por amor. Todas las verdades se acaban reduciendo al amor ¿verdad? De una forma u otra lo hacen. Sabes, hay una diferencia entre amor y necesidad. A veces, lo que sientes es inmediato y sin ton ni son —se sentó un poco más recta—. Dos personas se miran desde el otro lado de una habitación o se rozan la piel. Sus almas reconocen a esa persona como suya. No hace falta tiempo para adivinarlo. El alma siempre sabe… si está bien o mal.
Jennifer L. Armentrout (Half-Blood (Covenant, #1))
Así que floto, a la deriva, como si fuera una misión, mirando al cielo, pensando en eso de que uno se siente solo cuando está con gente; cuando uno está solo, en cambio, hasta puede que se sienta acompañado.
Alberto Fuguet (Mala onda)
Llamar a Vikki una cualquiera o una perra era como llamar a alguien la Duff. Era insultante y doloroso, y era uno de esos títulos que solo alimentaban un miedo interno que toda chica debió tener de tiempo en tiempo. Sucia, perra, mojigata, idiota. Eran todos lo mismo. Toda chica se siente como si una de estas etiquetas sexistas la haya descrito hasta cierto punto.
Kody Keplinger (The DUFF: Designated Ugly Fat Friend (Hamilton High, #1))
[…] Había una vez, hace mucho tiempo, un mundo donde los humanos tenían cuatro piernas, cuatro brazos, dos caras. ¿Te lo imaginas, Peter? Eran felices, poderosos. Los Dioses empezaron a tener miedo, pavor de que se unieran y acabaran con ellos. Y envidia, mucha envidia de esa felicidad. Tenían que hacer algo. Entonces se les ocurrió partirlos por la mitad, separarlos, condenarlos a buscarse eternamente y así distraerlos de la rebelión. De ese modo, pasaron a tener solo dos piernas, dos brazos, una cara… Se sintieron rotos. Y en realidad era cierto, estaban rotos. Aún podían sentir su otra parte, perdida en la inmensidad del universo. Si te amputan una pierna o un brazo, aunque no esté, sigues sintiéndolo; puedes notar cómo te cosquillea, está ahí aunque nadie pueda verlo. Pero tú lo sientes como si no hubiera desaparecido y, si no miras, si no te fijas, para ti sigue ahí. Miembro fantasma lo llaman. Tú eres mi mitad Peter, mi miembro fantasma. Te siento aunque no estés y me niego a que desaparezcas, a pasarme toda la vida buscándote. No quiero buscarte, no quiero sentirte si no estás. No puedes hacerme eso, no puedes.
Wendy Davies (Recuerda que me quieres)
‎La verdad es un cuchillo afilado, la verdad es una llaga incurable, la verdad es un ácido corrosivo. Por esto durante los días de su juventud y de su fuerza, el hombre huye de la verdad hacia las casas de placer y se ciega con el trabajo y con una actividad febril, con viajes y diversiones, con el poder y las destrucciones. Pero viene un día en que la verdad lo atraviesa como un venablo y ya no siente más el júbilo de pensar o trabajar con sus manos, sino que se encuentra solo, en medio de sus semejantes, y los dioses no aportan ningún alivio a su soledad.
Mika Waltari (Sinuhe egyptiläinen)
Mi corazón se siente pesado en mi pecho. Los secretos son cargas pesadas como el plomo.
M.L. Rio (If We Were Villains)
EL AMOR NO SE PIENSA: SE SIENTE O NO SE SIENTE
Laura Esquivel (Como Água Para Chocolate)
—No sé qué me ha pasado. No te ofendas, pero a veces una se siente más libre de hablarle a un extraño que a la gente que conoce. ¿Por qué será? Me encogí de hombros. —Probablemente porque un extraño nos ve como somos, no como quiere creer que somos.
Carlos Ruiz Zafón (La sombra del viento)
-Sí, pero, ¿adónde vamos? -Ya os lo he dicho. Donde el aire es puro, donde el ruido adormece, donde por orgulloso que el hombre sea se siente humillado y pequeño; amo estas impresiones, yo, a quien llaman el dueño del mundo como a Augusto. -Pero, ¿adónde vais? -Al mar
Alexandre Dumas (The Count of Monte Cristo)
En sus brazos, se sentía pequeña aunque no lo era. Le costaba creer que Patrick se sintiese tan protegido en sus brazos, como le ocurría a ella.—¿Qué sientes? —preguntó abrazándolo con más fuerza.—Que me haces falta y aquí estás. Eso siento —susurró apoyando la barbilla en su cabeza.
Olivia Ardey (Regálame París)
De repente me pregunto por qué tengo que contar esto, pero si uno empezara a preguntarse por qué hace todo lo que hace, si uno se preguntara solamente por qué acepta una invitación a cenar (ahora pasa una paloma, y me parece que un gorrión) o por qué cuando alguien nos ha contado un buen cuento, en seguida empieza como una cosquilla en el estómago y no se está tranquilo hasta entrar en la oficina de al lado y contar a su vez el cuento; recién entonces uno está bien, está contento y puede volverse a su trabajo. Que yo sepa nadie ha explicado esto, de manera que lo mejor es dejarse de pudores y contar, porque al fin y al cabo nadie se averguenza de respirar o de ponerse los zapatos; son cosas, que se hacen, y cuando pasa algo raro, cuando dentro del zapato encontramos una araña o al respirar se siente como un vidrio roto, entonces hay que contar lo que pasa, contarlo a los muchachos de la oficina o al médico. Ay, doctor, cada vez que respiro... Siempre contarlo, siempre quitarse esa cosquilla molesta del estómago.
Julio Cortázar
No se disculpa por él, sino por mi. No puede avergonzarse de ser como es, porque el caos y la destrucción están en su propia esencia. Pero lo siente por mí. […] Sabe que me hará daño, que no va a poder evitarlo, y lo lamenta.
Laura Gallego (Dos velas para el diablo)
Es como la elegancia, mi María, que está en el buen gusto, y no en el costo. La elegancia del vestido,-la grande y verdadera,-está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza hecha echa luz.
José Martí (Cartas A María Mantilla)
No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe… No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma. No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música. No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y vertigue un inmenso horror por las injusticias.Una a la que le gusten los juegos de fútbol y de pelota y no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo. No te enamores de una mujer intensa, lúdica y lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, JAMAS se regresa.
Martha Rivera-Garrido
—No creo que siquiera pueda respirar si no estamos juntos —susurró—. Lo que quiere decir, que cuando te vea el lunes a la mañana, habrán pasado como sesenta horas desde que he respirado. Esa es probablemente la razón por la que estoy tan gruñona, y por qué te grito. Todo lo que hago cuando estamos separados es pensar en ti, y todo lo que hago cuando estamos juntos es entrar en pánico. Porque cada segundo se siente tan importante. Y porque estoy tan fuera de control, no puedo evitarlo. Ni siquiera me pertenezco, soy tuya, ¿y qué si decides que no me quieres? ¿Cómo podrías quererme como te quiero?
Rainbow Rowell (Eleanor & Park)
Su mano se mueve y siento una ausencia repentina. Y luego está en mi mejilla, sosteniendo mi rostro entre sus manos, acariciando mi labio con el pulgar. Se siente como lo peor que he hecho y lo mejor que he podido hacer, y lo extraño es que ambas cosas son lo mismo.
Alexandra Christo (To Kill a Kingdom (Hundred Kingdoms, #1))
Hay una diferencia entre perder algo que sabías que tenías y perder algo que descubriste que tenías. Uno es una desilusión. El otro se siente como perder una pieza de ti mismo.
Gayle Forman (Just One Year (Just One Day, #2))
siempre es bueno saber que el otro se siente tan mal como uno
Mariana Enríquez (Bajar es lo peor)
Cual es el placer? La planificacion, supongo. No lo se. Hacer cosas nunca se siente tan bien como esperas que se sentira.
John Green (Paper Towns)
Porque todos somos piezas rotas y reparadas. O sea, ¿no es así como nos sentimos? Yo sí. El mundo entero se siente así.
Jandy Nelson (Te daría el sol)
- No te ofendas, pero a veces una se siente más libre de hablarle a un extraño que a la gente que conoce. ¿Por qué será? - Probablemente porque un extraño nos ve como somos, no como quiere creer que somos.
Carlos Ruiz Zafón (The Shadow of the Wind (The Cemetery of Forgotten Books, #1))
Al parecer, hay personas profundamente temerosas de sus propias emociones, en especial de las dolorosas. Penas profundas, arrepentimientos, tristezas. En especial la tristeza, tal vez. Como si algo que se siente de verdad y por completo no tuviera fin ni fondo. Algo que podría volverse infinito y atraparlos.
David Foster Wallace (Infinite Jest)
Se siente como si alguien más estuviera usándome para fabricar otro ser humano, pero no soy yo, mis manos están fuera de mi vientre y no tengo idea, aunque leo que ya tiene pulmones y ojos y pelo, no sabría jamás explicar cómo se está haciendo. Todo suena tan improbable, como una alucinación o una historia fantástica.
Jazmina Barrera (Linea nigra)
Todavía no se siente "Amiga", así, con mayúscula, de demasiada gente. Pero confía en que terminará siéndolo. Ella prefiere ir de a poco. Siempre le generaron desconfianza esos que a los diez minutos de conocerte te tratan como si fueran íntimos de toda la vida.
Eduardo Sacheri (Ser feliz era esto)
Querida America: He estado pensando en nuestro primer beso. Supongo que debería decir nuestros primeros besos, pero al que me refiero es al segundo, el que me permitiste darte de verdad. ¿Alguna vez te he contado cómo me sentí esa noche? No solo iba a dar mi primer beso; iba a darte el primer beso a ti. He visto mucho en mi vida, America, he podido llegar a todos los rincones del mundo. Pero nunca me he encontrado con nada tan doloroso y precioso a la vez como aquel beso. Ojalá fuera algo que pudiera atrapar en una red o guardar entre las páginas de un libro. Ojalá fuera algo que pudiera conservar y compartir con el mundo para poder decirle al universo entero: así es, esto es lo que se siente cuando te enamoras. Estas cartas resultan muy embarazosas. Voy a tener que quemarlas antes de que vuelvas.
Kiera Cass (The One (The Selection, #3))
Soy una vieja loca, se dijo, sintiéndose tan efímera como una gota de agua en la palma de su mano. Y Carlos lo sabe, es más, le gusta que sea así. Se siente acunado en esta casa, se deja querer. Nada más, eso es todo. El resto eran sus propias películas, su chifladura de maricón enamorado.
Pedro Lemebel (Tengo miedo torero)
—Podrías esconderte, vivir... como ellos... podrías. —Comienza a costarme resistir, en ocasiones me olvido y siento el dolor... Eso no es lo que quiero. —Lo sé. —Podría vivir para siempre, sí, pero no querría respirar ni un solo segundo más si no puedo recordar lo que se siente al amarte.
Steve Niles (30 Days of Night)
Mi libro favorito, con diferencia, era Un dolor imperial, pero no me gustaba decirlo. Algunas veces lees un libro, sientes un extraño afán evangelizador y estás convencido de que este desastroso mundo no se recuperará hasta que todos los seres humanos lo lean. Y luego están los libros como Un dolor imperial, de los que no puedes hablar con nadie, libros tan especiales, escasos y tuyos que revelar el cariño que les tienes parece una traición.
Hazel Grace
—¿Por qué estás intentando con tanta fuerza el hacerme pensar que eres una mala persona? —pregunté. —Porque sería mejor para ti tener un sano temor hacia mí de modo que no puedas decir que no fuiste advertida. No soy como los chicos de tu escuela. Piensa en la atracción que sientes hacia las drogas. Así me siento respecto al sexo. Oh. —¿Comienzas a comprenderlo ya? Déjame ser aún más claro. —Su voz bajó mientras me guiaba a través de su trabajo—. Puedo entender a alguien en solo cinco minutos de conversación para saber qué tendría que decir o hacer para atraerlas a la cama. Eso te incluye, aunque admito que estaba fuera de juego anoche. Con alguna personas basta con simple adulación y atención. Con otras toma más tiempo y energía. Hago lo que se necesite para quitarles la ropa, y luego intento hacerlo de modo que nunca estén con otra persona sin pensar en mí. Sé secretos del cuerpo humano que la mayoría de las personas ni siquiera sabe de ellos mismos. Y cuando me voy, sé que están arruinadas cuando comienzan a suplicarme que me quede.
Wendy Higgins (Sweet Evil (Sweet, #1))
—Estamos marcados. Tú y yo. Estamos tan enamorados, Charlie. ¿Todavía lo sientes? ¿Hago que tu corazón se acelere? —Estos no son nuestros tatuajes —dice. Niego. —Marcados —repito. Levanto el dedo índice como si estuviera haciendo un gesto por encima de su hombro—. Justo allí. Permanentemente. Por siempre.
Colleen Hoover (Never Never (Never Never, #1))
[...] podía saborear con deleite esa voluptuosidad que es todo el lujo del amor y que consiste en poder dirigir descuidadamente la atención y la vista a otra parte, a la vez que se siente la apasionada proximidad del ser único, gracias al cual cada minuto es un trozo de paraíso, pero al cual la perversidad te ordena ignorar, sin dejar de mantenerlo atado como un perro; y ante el cual, sin embargo, estarías dispuesto a arrastrarte con la cobardía y los halagos de un verdadero perro, en cuanto estuvieras en peligro de perder a ese ser amado que hasta aquel punto fingías tratar con el inatento dandismo característico del sentimentalismo morboso.
Salvador Dalí
Una vaga desilusión fue debilitando y esfumando mis sentimientos y mis alegrías habituales; el jardín no tenía perfume, el bosque no me atraía, el mundo se extendía alrededor de mí como un saldo de trastos viejos, insípido y desencantado; los libros eran papel; la música, ruido. No de otro modo pierde sus hojas el árbol otoñal en torno de sí. No lo siente, y la lluvia, la escarcha y el sol resbalaban por su tronco, mientras su vida se retira a lo más íntimo y recóndito. No muere. Espera.
Hermann Hesse (Demian)
Le parece maravilloso verse envuelta por la ardiente muchedumbre, dejarse amar por ese desconocido pueblo; en adelante sigue disfrutando de este amor de veinte millones de criaturas como de un derecho propio, sin sospechar que el derecho impone también deberes y que el amor mas puro acaba por fatigarse si no se siente correspondido.
Stefan Zweig (Marie Antoinette: The Portrait of an Average Woman)
La gente miente. Ellos te utilizan y mienten, a la vez mientras te alimentan con mierda sobre ser leal y nunca dejarte. Nadie puede hacer esa promesa, porque la vida tiene que ver con las estaciones, y las estaciones cambian. No me gusta el cambio. No se puede confiar en ello, sólo puedes confiar en el hecho de que va a suceder. Pero antes de que suceda, y antes de que aprendas, se siente bien acerca de sus estúpidas promesas de mierda. Eliges creer, porque es necesario. Vas a través de un verano cálido, donde todo es hermoso y no hay nubes, sólo calor, calor, calor. Crees en la permanencia de una persona, porque los seres humanos tienen una tendencia a pegarse a ti cuando la vida es buena. Yo los llamo los veranos de miel. He tenido bastantes veranos de miel en la vida para saber que las personas se van cuando llega el invierno. Cuando la vida te congela y estás temblando y te pones capas de protección lo más que puedas para sobrevivir. Ni siquiera lo notas al principio. El frío te pone demasiado aturdido para ver con claridad. Entonces, de repente, miras y la nieve está empezando a derretirse, y te das cuenta que pasaste el invierno sola. Eso me molesta mucho. Tanto como para dejar a la gente antes de que me dejen a mí. Eso es lo que hice con Nick. Eso es lo que traté de hacer con Isaac. Excepto que no se iría. Él se quedó todo el invierno.
Tarryn Fisher (Mud Vein)
Es como en un ascensor, tú estás en el ascensor hablando con la gente, y no sientes nada raro, y entre tanto pasa el primer piso, el décimo, el veintiuno, y la ciudad se queda ahí abajo, y tú estás terminando la frase que habías empezado al entrar, y entre las primeras palabras y las ultimas hay cincuenta y dos pisos. Yo me di cuenta cuando empecé a tocar que entraba en un ascensor, pero era un ascensor de tiempo, si te lo puedo decir así. No creas que me olvidaba de la hipoteca o de la religión. Solamente que en esos momentos la hipoteca y la religión eran como el traje que uno no tiene puesto; yo sé que el traje está en el ropero, pero a mí no vas a decirme que en este momento ese traje existe.
Julio Cortázar (El perseguidor)
Las palabras son iguales al mundo: inestables como casa en llamas, como zarza ardiente. Todo eso sin dejar yo de añorar el olor del óleo o el polvillo del carboncillo al tacto, y sin dejar de extrañar la punzada, como la del amor, que se produce cuando uno siente que toca el infinito, capta la luz esquiva, la luz difícil, con un poco de piedras o metales
Tomás González (La luz difícil)
El sujeto inasertivo se acostumbra tanto a las injusticias de los otros que ya no siente malestar e inclusive puede llegar a percibir estos atropellos como normales: “Así debe ser
Anonymous
sobre todo si de repente una se siente perdida y sola y empieza a notar que el pánico se despliega en su interior como un helecho.
Terry Pratchett (Un sombrero de cielo (Mundodisco, #32))
Y el momento infinito se siente bastante como volar libremente, y con alas rotas rehechas.
Amber Hart (Before You (Before & After, #1))
La paternidad es el pago de una deuda. Pero… ¿quién quiere pagar una deuda de la que puede escaparse? En apariencia, quienes no tienen hijos se libran con alguna artimaña. Además, ¿de qué sirve pagar una deuda a quien no se la debes? Sólo la madre más retorcida siente compensados sus desvelos por el hecho de que, finalmente, la vida de su hija resulte tan horrorosa como la suya.
Lionel Shriver (We Need to Talk About Kevin)
—Entonces, ¿qué es lo que deseas buscar en primer lugar? ¿Leones, tigres, elefantes? Tenemos el zoológico entero en nuestras manos. Pero no sólo se siente como el zoológico. En este mismo segundo, por primera vez, se siente como si tuviera el mundo en mis manos y voy a extender la mano y agarrarlo. Incluso si es sólo temporal. O si a él sólo parezco gustarle porque su familia lo hace, lo tomo.
Nyrae Dawn (Measuring Up)
DEBES SALIR DE TU ZONA DE CONFORT”, nos adoctrina la Modernidad. A esta altura, ya saben que soy como un salmón que me encanta ir en contra de la corriente y de los eslogans imperativos de turno. ¿Por qué ese ensañamiento tan feroz con la comodidad? Como si fuera algo menor y hasta malo sentirse seguro y a gusto… ¿Acaso lo escribió algún enemigo envidioso? Es más, lograr ese confort quizá sea una de las cosas más difíciles de la vida. Y por supuesto, no hablo precisamente de lujos materiales. Pero si uno se siente bien en donde está ¿para qué salir de ese lugar tan privilegiado y arriesgar el tesoro? Si uno está mal, y no se siente confortable, es más lógico que uno intente cambiar esa situación y se lance a ciegas a cualquier otra cosa. Pero lo opuesto, suena más a un masoquismo histérico e inconformista que a un buen consejo. Por supuesto que entiendo la arenga que hay detrás de este eslogan tan popular en los coaching de época y no digo que no haya que arriesgarse, ni incluso aventurarse. Creo que no hay nada más estimulante que los desafíos difíciles e inciertos. Algunos, hasta arman su zona de confort personal con pinceladas de pura adrenalina. Lo incierto, para ellos, es puro confort. En fin, ustedes también ya se habrán dado cuenta: la vida es una eterna contradicción y lo que sirve para algunos, es nefasto para otros… Les dejo una frase que escribí para mi #libro Observados que nos habla también de estas contradicciones tan humanas. “La insatisfacción es una fuente inagotable, tanto de infelicidad como de progreso. Ironías de la Humanidad.
Gonzalo Guma (OBSERVADOS: Más allá de Equinoccio)
El hombre de cabeza clara mira de frente la vida, se hace cargo de que todo en ella es problemático y se siente perdido. Como vivir es sentirse perdido, el que lo acepta ya ha empezado a encontrarse.
José Ortega y Gasset (The Revolt of the Masses)
Curioso: tal como el escritor selecciona un género -muchas veces no por voluntad propia, sino por las afinidades, las inclinaciones, los gustos- en el cual se siente a sus anchas, lo mismo sucede con el lector. Piénsese cuántos lectores hay que en su vida no han leído más que una novela policíaca; otros, que únicamente se han asomado a la poesía, o los que desde luego nada más se han detenido en las novelas de ciencia ficción. De todos y cada uno podría decirse lo mismo: felices ellos. Porque persisten. Y porque, cuando menos hasta que terminen lo que están leyendo, tienen un motivo más para vivir.
Eusebio Ruvalcaba (52 tips para escribir claro y entendible)
Canek habló a Guy: —Mira el cielo; cuenta las estrellas. —No se pueden contar. Canek volvió a decir: —Mira la tierra; cuenta los granos de arena. —No se pueden contar. Canek dijo entonces: —Aunque no se conozca, existe el número de las estrellas y el número de los granos de arena. Pero lo que existe y no se puede contar y se siente aquí dentro, existe una palabra para decirlo. Esta palabra, en este caso, sería inmensidad. Es como una palabra húmeda de misterio. Con ella no se necesita contar ni las estrellas ni los granos de arena. Hemos cambiado el conocimiento por la emoción: que es también una manera de penetrar en la verdad de las cosas.
Ermilo Abreu Gómez (Canek)
A la gente le gusta decir que el amor es incondicional, pero no lo es, e incluso si era incondicional, todavía nunca es libre. Hay siempre una expectación unida. Ellos siempre quieren algo en cambio. Como si quisieran que fueras feliz o lo que sea y eso te hace automáticamente responsable de su felicidad porque no van a ser felices al menos que tú lo seas. Se supone que seas quien ellos creen que se supone que seas y sentir como ellos piensan que se supone que sientas porque te aman y cuando no puedes darles lo que quieren, se sienten de mierda, así que tú te sientes de mierda, y todos se sienten de mierda. Yo sólo no quiero esa responsabilidad.
Katja Millay (The Sea of Tranquility)
No puedes separar a la Margo persona de la Margo cuerpo. No puedes ver lo uno sin lo otro… Al final, no sabias si Margo Roth Spiegelman estaba gorda o estaba delgada, como no sabes si la torre Eiffel se siente o no se siente sola.
John Green (Paper Towns)
Daxilon no le responde, sólo observa, con vibrante emoción, como esa cosa negra se acerca hacia ella. Bear comienza a correr, pero no llega a dar más que un par de zancadas antes que la agarren por la cintura y la tiren al suelo de cara. Siente quebrarse parte del cráneo de oso que lleva y teme porque los huesos puedan herirle la piel. En cuanto nota como tiran de ella se da la vuelta como puede para intentar pelear contra su enemigo. “¿Qué es esto?” es lo primero que piensa cuando ve a su atacante.
Natalia C. Gallego (PsyCho)
¿Quieres saber de verdad cómo se siente un X-Man?d Entonces conviértete en un muchacho de color, inteligente y estudioso, en un ghetto contemporáneo de Estados Unidos. ¡Mamma mía! Es como si tuvieras alas de murciélago o un par de tentáculos creciéndote en el pecho.
Junot Díaz (La breve y maravillosa vida de Óscar Wao)
Hay algo desmoralizante en observar a dos personas que se excitan más y más locamente entre sí, especialmente cuando la única persona que sobre en la habitación es uno mismo. Es como contemplar París desde el vagón de cola de un expreso que marcha en dirección contraria: a cada instante la ciudad se hace más y más pequeña, sólo que es uno quien se siente cada vez más y más pequeño y más y más solitario, alejándose a toda velocidad de aquellas luces y de aquella agitación, alejándose a cerca de un millón de kilómetros por hora.
Sylvia Plath (The Bell Jar)
Porque posee usted la más maravillosa juventud, y la juventud es lo más precioso que se puede poseer. –No lo siento yo así, lord Henry. –No; no lo siente ahora. Pero algún día, cuando sea viejo y feo y esté lleno de arrugas, cuando los pensamientos le hayan marcado la frente con sus pliegues y la pasión le haya quemado los labios con sus odiosas brasas, lo sentirá, y lo sentirá terriblemente. Ahora, dondequiera que vaya, seduce a todo el mundo. ¿Será siempre así?… Posee usted un rostro extraordinariamente agraciado, señor Gray. No frunza el ceño. Es cierto. Y la belleza es una manifestación de genio; está incluso por encima del genio, puesto que no necesita explicación. Es uno de los grandes dones de la naturaleza, como la luz del sol, o la primavera, o el reflejo en aguas oscuras de esa concha de plata a la que llamamos luna. No admite discusión. Tiene un derecho divino de soberanía. Convierte en príncipes a quienes la poseen. ¿Se sonríe? ¡Ah! Cuando la haya perdido no sonreirá… La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve… Sí, señor Gray, los dioses han sido buenos con usted. Pero lo que los dioses dan, también lo quitan, y muy pronto. Sólo dispone de unos pocos años en los que vivir de verdad, perfectamente y con plenitud. Cuando se le acabe la juventud desaparecerá la belleza, y entonces descubrirá de repente que ya no le quedan más triunfos, o habrá de contentarse con unos triunfos insignificantes que el recuerdo de su pasado esplendor hará más amargos que las derrotas. Cada mes que expira lo acerca un poco más a algo terrible. El tiempo tiene celos de usted, y lucha contra sus lirios y sus rosas. Se volverá cetrino, se le hundirán las mejillas y sus ojos perderán el brillo. Sufrirá horriblemente… ¡Ah! Disfrute plenamente de la juventud mientras la posee. No despilfarre el oro de sus días escuchando a gente aburrida, tratando de redimir a los fracasados sin esperanza, ni entregando su vida a los ignorantes, los anodinos y los vulgares. Ésos son los objetivos enfermizos, las falsas ideas de nuestra época. ¡Viva! ¡Viva la vida maravillosa que le pertenece! No deje que nada se pierda. Esté siempre a la busca de nuevas sensaciones. No tenga miedo de nada… Un nuevo hedonismo: eso es lo que nuestro siglo necesita. Usted puede ser su símbolo visible. Dada su personalidad, no hay nada que no pueda hacer. El mundo le pertenece durante una temporada… En el momento en que lo he visto he comprendido que no se daba usted cuenta en absoluto de lo que realmente es, de lo que realmente puede ser. Había en usted tantas cosas que me encantaban que he sentido la necesidad de hablarle un poco de usted. He pensado en la tragedia que sería malgastar lo que posee. Porque su juventud no durará mucho, demasiado poco, a decir verdad. Las flores sencillas del campo se marchitan, pero florecen de nuevo. Las flores del codeso serán tan amarillas el próximo junio como ahora. Dentro de un mes habrá estrellas moradas en las clemátides y, año tras año, la verde noche de sus hojas sostendrá sus flores moradas. Pero nosotros nunca recuperamos nuestra juventud. El pulso alegre que late en nosotros cuando tenemos veinte años se vuelve perezoso con el paso del tiempo. Nos fallan las extremidades, nuestros sentidos se deterioran. Nos convertimos en espantosas marionetas, obsesionados por el recuerdo de las pasiones que nos asustaron en demasía, y el de las exquisitas tentaciones a las que no tuvimos el valor de sucumbir. ¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamente nada en el mundo excepto la juventud!
Oscar Wilde (The Picture of Dorian Gray)
Ahora es ella quien lo mira divertida, o tierna, o nerviosa, y finalmente le pregunta: —¿Vas a decirme qué te pasa, Benjamín? Chaparro se siente morir, porque acaba de advertir que esa mujer pregunta una cosa con los labios y otra con los ojos: con los labios le está preguntando por qué se ha puesto colorado, por qué se revuelve nervioso en el asiento o por qué mira cada doce segundos el alto reloj de péndulo que decora la pared próxima a la biblioteca; pero, además de todo eso, con los ojos le pregunta otra cosa: le está preguntando ni más ni menos qué le pasa, qué le pasa a él, a él con ella, a él con ellos dos; y la respuesta parece interesarle, parece ansiosa por saber, tal vez angustiada y probablemente indecisa sobre si lo que le pasa es lo que ella supone que le pasa. Ahora bien —barrunta Chaparro—, el asunto es si lo supone, lo teme o lo desea, porque esa es la cuestión, la gran cuestión de la pregunta que le formula con la mirada, y Chaparro de pronto entra en pánico, se pone de pie como un maníaco y le dice que tiene que irse, que se le hizo tardísimo; ella se levanta sorprendida —pero el asunto es si sorprendida y punto o sorprendida y aliviada, o sorprendida y desencantada—, y Chaparro poco menos que huye por el pasillo al que dan las altas puertas de madera de los despachos, huye sobre el damero de baldosas negras y blancas dispuestas como rombos, y recién retoma el aliento cuando se trepa a un 115 milagrosamente vacío a esa hora pico del atardecer; se vuelve a su casa de Castelar, donde esperan ser escritos los últimos capítulos de su historia, sí o sí, porque ya no tolera más esta situación, no la de Ricardo Morales e Isidoro Gómez, sino la propia, la que lo une hasta destrozarlo con esa mujer del cielo o del infierno, esa mujer enterrada hasta el fondo de su corazón y su cabeza, esa mujer que a la distancia le sigue preguntando qué le pasa, con los ojos más hermosos del mundo.
Eduardo Sacheri (El secreto de sus ojos (Spanish Edition))
¿Os habéis encontrado alguna vez en el mar, en medio de una espesa niebla, que parece un crepúsculo blanquecino, que os envuelve y se hace casi tangible? El buque parece entonces intranquilo, mientras que la sonda va a tientas buscándole un camino, y el pasajero se siente presa de horrible angustia. Como aquel buque avanzaba yo en la vida, antes de que principiase mi educación; pero yo carecía de sonda, de brújula y de todo medio de darme cuenta de la proximidad del puerto. ¡Luz, dadme luz! era el grito inarticulado de mi alma, y la luz del amor me iluminó en esa hora.
Helen Keller (La historia de mi vida)
Su risa me deja de una pieza. Por lo general, no es de las que se ríen por nada. Todo lo contrario, cuando estás con ella te sientes como si descansaras en una iglesia desierta. Por eso me cae bien. Es callada y seria, tiene más de mil años y al verla se diría que sabe hablar con el viento.
Jandy Nelson (I'll Give You the Sun)
Hija mía, tus problemas y tentaciones no han hecho más que empezar y pueden ser muchos, pero lograrás superarlos y vencerlos si aprendes a sentir la fuerza y el amor de tu Padre Celestial como sientes los de tu padre terrenal. Cuanto más le ames y confíes en Él, más unida te sentirás a Él y menos dependerás del poder y la sabiduría humanos. Él nunca se cansa de amarnos y cuidarnos, nada le aleja de nosotros y nos proporciona la paz, la felicidad y la fuerza que necesitamos en nuestra vida. Has de creer en esto y confiar a Dios todas tus cuitas y esperanzas, tus errores y penas, del mismo modo que los compartes con tu madre.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
UNA VISTA AÉREA Desde arriba Insurgentes es sólo una amplia avenida que corta la ciudad de México de Norte a Sur repleta de pequeños autos. Se dice que es la vía más grande del mudo porque de un lado desemboca en Acapulco y del otro en Nuevo Laredo pero, en realidad, si uniéramos en línea recta todas las calles llamadas Insurgentes en todo el país, la avenida continuaría hasta llegar a las costas de Hawaii. Insurgentes está enrollada por todo el país como un laberinto. Todos los años, alguien le pone ese nombre a alguna calle de una ciudad en construcción y se siente original. Ni siquiera la ciudad de México ha evitado esa repetición: entre 1985 y 1995, aparecieron veintitrés calles, bulevares, callejones, privadas, prolongaciones y retornos llamados Insurgentes. En el futuro todas las rutas de México terminarán por llamarse así. Caminaremos sin rumbo, doblando a la izquierda y derecha sobre Insurgentes, preguntándonos ¿Dónde estoy?
Fabrizio Mejía Madrid
Siempre hay un segundo, cuando el mundo te espanta, porque alguien a quien amas fallece, o enferma, o simplemente caes enfermo tú, en el que adquieres conciencia de la fragilidad de la vida, incluso de su extrema transitoriedad, y vislumbras que las cosas trascendentales son otras diferentes a las que regularmente persigues. Y sientes una diáfana vocación por cambiar, y vivir más intensamente cada una de las pequeñas partes que forman una hora, un día, una semana, y sentirte compensada por no tener fiebre, o neumonía, o algo mucho peor, aunque no se cumpla una ilusión, o no consigas comprar las cosas que quieres, o viajar a los lugares fascinantes donde aún no has estado. A la vuelta de los días, sin embargo, te restableces, y la diabólica velocidad del mundo vuelve a embelesarte. Te olvidas de todo, en especial de la idea de disfrutar de otra manera de la vida. La propia realidad te desposee de la aflicción, supongo, y del duelo y de tus remordimientos por vivir como vivías.
Juan Tallón (Rewind)
Cuando miro tu rostro, quisiera dejarme llevar y compartir tu locura, que llevo dentro de mí como un secreto y no puedo seguir disimulando. Siento una aguda y pavorosa alegría. Es la alegría que se siente cuando se ha aceptado la muerte y la desintegración, una alegría más terrible y más profunda que la alegría de vivir, de crear
Anaïs Nin (Henry and June)
—No quiero saber sobre el amor. —Pero deberías, hija mía. Tienes que saber sobre el amor. Las cosas que la gente haría por amor. Todas las verdades se acaban reduciendo al amor ¿verdad? De una forma u otra lo hacen. Sabes, hay una diferencia entre amor y necesidad. A veces, lo que sientes es inmediato y sin ton ni son —se sentó un poco más recta—. Dos personas se miran desde el otro lado de una habitación o se rozan la piel. Sus almas reconocen a esa persona como suya. No hace falta tiempo para adivinarlo. El alma siempre sabe… si está bien o mal. (...) —El primero… el primero es siempre el más poderoso —cerró los ojos, suspirando— Luego hay necesidad y destino. Ese es otro tipo. La necesidad se disfraza de amor, pero la necesidad… la necesidad nunca es amor. Ten siempre cuidado de quien te necesita. Siempre hay un querer tras una necesidad, sabes. (...) —A veces confundiréis necesidad con amor. Tened cuidado. El camino con necesidad nunca es justo, nunca es bueno. Tened cuidado de quien necesita.
Jennifer L. Armentrout (Pure (Covenant, #2))
Sé cuánto me amas tanto como sé que este sol se pone en las tardes porque siente nostalgia de la obscuridad, y no puede esperar a que la noche le cubra entre sus brazos porque el abrigo de las sombras es más cálido que su brillo. Porque las estrellas aparecen cuando su luminosidad les da paso, y el cielo les sonríe, permitiéndoles convertirse en las deidades del tiempo y el espacio, junto a la luna sonriente y cambiante, como tú y como yo. Somos esas estrellas eternas que acompañan la noche. Somos la frialdad y el fuego abrasador. Somos dos astros fundidos en uno. Somos la mortalidad y la eternidad universal. Somos tú y yo. " (El Ángel de las Sombras, Mariela Villegas R)
Mariela Villegas Rivero
Fue siendo alumno de este hombre cuando empecé a preguntarme si los literatos no sufren alguna variedad de desequilibrio mental, desequilibrio que, pensando en el trepidante balanceo nocturno de Albert Vetch, he denominado "el mal de la medianoche". Este mal es un insomnio de origen emocional: el paciente se siente solo en todo momento -aunque escriba al amanecer o a media tarde- como si estuviese echado en un asfixiante dormitorio, con la ventana abierta de par en par, mirando un cielo lleno de estrellas y aviones y escuchando el golpeteo de un postigo, el paso de una ambulancia, el zumbido de una mosca atrapada en una botella vacía, mientras todo el vecindario duerme a pierna suelta. Ese es el motivo por el cual, en mi opinión, los escritores -al igual que quienes padecen insomnio- son tan propensos a sufrir accidentes, se sienten obsesivamente corroídos por el cáncer de la mala suerte y las oportunidades perdidas, tienen tanta predisposición a darle mil vueltas a todo y son incapaces de dejar de pensar en algo que les ronde por la cabeza por mucho que se les inste a ello.
Michael Chabon (Wonder Boys)
Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda, ni llores sacudiéndote como quien estornuda, ni sufras «pataletas» que al vecindario alarmen, ni para prevenirlas compres gotas del Carmen. No te sientes al lado de mi cajón mortuorio usando a tus cuñadas como reclinatorio; y cuando alguien, amada, se acerque a darte el pésame, no te le abras de brazos en actitud de ¡bésame! Hazte, amada, la sorda cuando algún güelefrito dictamine, observándome, que he quedado igualito. Y hazte la que no oye ni comprende ni mira cuando alguno comente que parece mentira. Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda: Yo quiero ser un muerto como los de Neruda; y por lo tanto, amada, no te enlutes ni llores: ¡Eso es para los muertos esülo Julio Florez! No se te ocurra, amada, formar la gran «llorona» cada vez que te anuncien que llegó una corona; pero tampoco vayas a salir de indiscreta a curiosear el nombre que üene la tarjeta. No grites, amada, que te lleve conmigo y que sin mí te quedas como en «Tomo y obligo», ni vayas a ponerte, con la voz desgarrada, a divulgar detalles de mi vida privada. Amor, cuando yo muera no hagas lo que hacen todas; no copies sus estilos, no repitas sus modas: Que aunque en nieblas de olvido quede mi nombre extinto, ¡sepa al menos el mundo que fui un muerto distinto!
Aquiles Nazoa (Humor y Amor)
Parece que va siendo evidente que la distopía que nos corresponde no es 1984, de Orwell, sino Un mundo feliz, de Aldous Huxley, en el que hay consenso para que desaparezca por nocivo y peligroso el “amor romántico”, ese pleonasmo (como el agua húmeda). Sin amor sólo quedará el sexo como placer y fiesta, una especie de amor sin espinas, como los filetes de pescado congelado. Punto final a esa manía alucinatoria de buscar nuestra otra mitad, el cariño absoluto que da sentido a la vida o compensa de no encontrarlo, los celos y recelos, las cóleras y reconciliaciones, la pérdida, la fatiga asombrosa de querer. “Si duele no es amor”, han decretado los coachs(esos psicólogos para quienes no tienen ya psique). Así podemos despachar el estorbo de casi toda la literatura occidental, basada en que solo es amor si duele. Y sus contradicciones: el poeta que se queja de la espina en el corazón clavada y cuando se la quitan protesta porque ya no siente el corazón... ¡Bah, no tienen pensamiento positivo, no saben pasarlo bien! Así les va a las pobres chicas, Emma, Ana, Desdémona... el último beso de Otelo. ¡Otelo! ¡Cómo no le da vergüenza a Shakespeare ser tan romántico al hablar de la violencia de género! Necesitamos menos poetas y más pilates: hay que decírselo a los adolescentes enseguida, para que no se amarguen la vida. Olvidemos el bárbaro pasado y sus neuróticos arrebatos. Adiós a morbosas torturas como las que describe T. S. Eliot (trad. Andreu Jaume): “¿Quién concibió pues el tormento? El Amor. / El Amor es el nombre más siniestro / escondido en las manos que bordaron / la insoportable camisa de fuego / que las fuerzas humanas no quitaron. / Tan solo suspiramos, tan solo vivimos / por fuego y por el fuego consumidos”.
Fernando Savater
—[...] ¿Qué es lo que tiene que nos hace olvidar nuestra voluntad? —preguntó. Julian arqueó una ceja con un gesto arrogante. —¿Yo te atraigo en contra de tu voluntad? —Para serte sincera, sí. No me gusta sentirme de este modo. —¿Y cómo te sientes? —le preguntó él. —Sexy —le contestó antes de pensarlo dos veces. —¿Como si fueras una diosa? —preguntó él de nuevo con voz ronca. —Sí —respondió sin más cuando Julian se acercó a ella. [...] —Yo puedo decirte de qué se trata —ronroneó Julian. —Es la maldición, ¿verdad? El hombre negó con la cabeza al tiempo que alzaba una mano para pasarle el dedo muy lentamente por el pómulo. Grace cerró los ojos con fuerza al sentir que la consumía una feroz oleada de deseo. Le estaba costando la misma vida no girar la cabeza para atrapar ese dedo con los dientes. Julian se inclinó un poco más para frotar su mejilla contra la de ella. —Se trata del hecho de que yo aprecio en ti cosas que los hombres de tu época ni siquiera ven.
Sherrilyn Kenyon (Fantasy Lover (Hunter Legends, #1))
Es conveniente el intentar dar de este modo, con la imaginación, a una especie cualquiera, una ventaja sobre otra. Es probable que ni en un solo caso sabríamos cómo hacerlo. Esto debiera convencernos de nuestra ignorancia acerca de las relaciones mutuas de todos los seres orgánicos, convicción tan necesaria como difícil de adquirir. Todo lo que podemos hacer es tener siempre presente que todo ser orgánico está esforzándose por aumentar en razón geométrica, que todo ser orgánico, en algún período de su vida, durante alguna estación del año, durante todas las generaciones o con intervalos, tiene que luchar por la vida y sufrir gran destrucción. Cuando reflexionamos sobre esta lucha nos podemos consolar con la completa seguridad de que la guerra en la naturaleza no es incesante, que no se siente ningún miedo, que la muerte es generalmente rápida y que el vigoroso, el sano, el feliz, sobrevive y se multiplica. El origen de las especies P. 66 Cap. 3 La lucha por la existencia
Charles Darwin (Charles Darwin's On the Origin of Species: A Graphic Adaptation)
En este mundo hay gente que a pesar de estar dotados de un talento excepcional son incapaces de realizar el esfuerzo necesario para sistematizarlo, y su talento se acaba malogrando. He visto a varias personas a quienes les sucedío esto. Al principio, uno piensa son genios. Uno se siente abrumado, piensa que no les llegas a la suela del zapato. Pero eso es todo. No son capaces de ir un paso más allá. ¿Por qué? Porque no se esfuerzan. Porque jamás les han inculcado el sentido de la disciplina. Porque los han estropeado. Desde niños, han tenido tanto talento que han conseguido hacer las cosas sin esforzarse, y la gente los ha ido alabando por ello, diciendoles lo extraordinarios que son. Y acaban concibiendo el tesón como una estupidez. Ningún profesor los ha enseñado a disciplinarse y en consecuencia pierden un elemento necesario en la formación del ser humano... Están acostumbrados a recibir elogios desde pequeños y no los aprecian. Basta con una alabanza justa en el momento preciso y en no presionarlos.
Haruki Murakami (Norwegian Wood)
Siempre he estado convencido de que el primer mordisco de la enfermedad de mi madre se llevó lo que yo más quería: el beso de buenas noches. Yo pensé que, como el rezo juntos antes de dormir, era otra pérdida de la edad. Una más de las catástrofes de hacerte mayor. Como que dejara de ordenarme la ropa, de removerme el Cola-Cao o de preguntarme al volver del colegio si tenía muchos deberes. Un día las madres dejan de darte el beso de buenas noches, se fue el beso de buenas noches y vinieron la hipoteca del piso y las letras del coche, en mi caso una noche no llegó el beso y aguardé silencioso. La oscuridad se transformó en hostil, lúgubre, inhóspita. Puede que otras noches yo mismo la llamara, pero llega la noche en que no te sientes autorizado para gritarle mamá, ¿vienes? Y no viene nadie. Puede que cuando despiertas a la mañana siguiente seas más adulto, más independiente, pero esa noche tan sólo eres más infeliz. La segunda noche consecutiva sin beso, lloré en silencio. Sentí algo amputado adentro. Si te arrancan un brazo, dudo que duela como perder ese beso.
David Trueba (Tierra de campos)
Cada adolescente tiene el suyo, y el que no lo consigue, está en problemas. Son sus "mejores amigos", sus compañeros de aventuras, los que más aman, sus confidentes, sus iguales. Esta es una de las características principales del grupo de pares, que se eligen por similitud. Les gusta la misma música, se visten de la misma manera, disfrutan de las mismas cosas. Como si se estuvieran eligiendo a sí mismos en el cuerpo de otros. Es, en realidad, una manera de reforzar su propia imagen, su narcisismo que se siente amenazado en esta etapa.
Gabriel Rolón (Historias de diván: Ocho relatos de vida)
Digo «vagina» porque he leído las estadística, y les están ocurriendo cosas malas a las vaginas de las mujeres de todas partes: 500000 mujeres son violadas todos los años en Estados Unidos; 100 millones de mujeres han sido mutiladas genitalmente en todo el mundo; y la lista continúa. Digo «vagina» porque quiero que se ponga fin a estos horrores. Sé que no dejaran de ocurrir hasta que reconozcamos que sucedan, y la única manera de conseguirlo es capacitar a las mujeres para que se atrevan a hablar de ello sin temor a sufrir castigo o a ser objeto de venganza. Da miedo decir la palabra. «Vagina.» Al principio tienes la sensación de estar atravesando violentamente una barrera invisible. «Vagina.» Te sientes culpable e incómoda, como si alguien fuese a derribarte de un golpe. Entonces, después de haber dicho la palabra cien o mil veces, se te ocurre es que tu palabra, tu cuerpo, tu lugar más esencial. De repente te das cuenta de que toda la vergüenza y la incomodidad que has sentido hasta entonces al decir la palabra ha sido una forma de silenciar tu deseo, de minar tu ambición
V (formerly Eve Ensler) (The Vagina Monologues)
Este señor se compone sólo de letras. De muchísimas letras, se entiende, de un número astronómico de letras, pero al fin y al cabo sólo de letras. Aquí está su amiga. Es, como se ve, de carne y hueso. ¡Y de qué carne! Da gusto verla, ¡y no digamos tocarla! Los dos van ahora juntos a la feria. En la góndola y la noria todo va bien todavía. Pero luego llegan a una caseta de tiro al blanco; un tiro al blanco un poco extraño, esa es la verdad. ¡Pruébate a ti mismo!, puede leerse en grandes letras en la parte de arriba. Y más abajo figuran las reglas. Sólo son tres: 1. Cada tiro es un blanco garantizado. 2. Por cada blanco, un tiro gratis. 3. El primer tiro es gratuito. El señor que rodea con el brazo la cintura de su amiga estudia atentamente el letrero. Quiere seguir su camino rápidamente, pero ella insiste en que haga uso de la ventajosa oferta. Quiere ver de lo que es capaz. Pero el señor no quiere. -¿Pero por qué no, cariño? ¿Qué tiene de malo? Tiene de malo que hay que disparar sobre un blanco bastante insólito, sobre uno mismo, es decir, sobre la propia imagen reflejada en un espejo de metal. Y el señor de letras no se siente en absoluto lo bastante real para distinguir de una manera tan arriesgada entre sí y su imagen reflejada. -¡O disparas -dice la amiga, por fin, furiosa-, o te dejo! El sacude la cabeza. Entonces ella se va con otro, un carnicero que entiende de carnes y huesos. El señor se queda solo y la sigue con la mirada. Cuando desaparece de su vista en el gentío, él se deshace lentamente en un pequeño montón de diminutas minúsculas y mayúsculas que la multitud pisotea al pasar. La verdad es que para eso podría hacer disparado, ¿verdad?
Michael Ende (El espejo en el espejo)
Habitualmente, los estudiosos distinguen entre agápe, éros, philía y storgē. Agápe se refiere al tipo de amor que se siente por la esposa y los hijos, y que posteriormente los cristianos asociaron con el amor de Dios por toda la humanidad: como lo explicó Tomás de Aquino, agápe es la voluntad de hacer el bien a los demás. Si cree que sabe lo que significa éros, tendrá que pensar un poco más. Sí, la palabra tiene el significado claro de placer sensual y atracción sexual, pero, como explicó Platón en El banquete, éros amplía su significado en un aprecio por la belleza interior de la persona, y a través de él expresamos nuestra admiración por la propia belleza, sin importar su encarnación específica. Philía es el amor desapasionado y virtuoso que sentimos por los amigos, la familia y la comunidad porque los vemos y tratamos como iguales. Finalmente, storgē, una palabra que se usa mucho menos, se refiere específicamente al amor por los hijos, pero también, y esto resulta interesante, por el país o el equipo deportivo. Lleva aparejado el significado de un amor que se siente intrínsecamente sin que tenga nada ver con la razón o la reflexión.[4]
Massimo Pigliucci (Cómo ser un estoico: Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna)
En el fondo, la conquista no sólo es el origen, es también el fin supremo de todos los Estados grandes o pequeños, poderosos o débiles, despóticos o liberales, monárquicos o aristocráticos, democráticos y socialistas también, suponiendo que el ideal de los socialistas alemanes, el de un gran Estado comunista, se realice alguna vez. Que ella fue el punto de partida de todos los Estados, antiguos y modernos, no podrá ser puesto en duda por nadie, puesto que cada página de la historia universal lo prueba suficientemente. Nadie negará tampoco que los grandes Estados actuales tienen por objeto, más o menos confesado, la conquista. Pero los Estados medianos y sobre todo los pequeños, se dirá, no piensan más que en defenderse y sería ridículo por su parte soñar en la conquista. Todo lo ridículo que se quiera, pero sin embargo es su sueño, como el sueño del más pequeño campesino propietario es redondear sus tierras en detrimento del vecino; redondearse, crecer, conquistar a cualquier precio y siempre, es una tendencia fatalmente inherente a todo Estado, cualquiera que sea su extensión, su debilidad o su fuerza, porque es una necesidad de su naturaleza. ¿Qué es el Estado si no es la organización del poder? Pero está en la naturaleza de todo poder la imposibilidad de soportar un superior o un igual, pues el poder no tiene otro objeto que la dominación, y la dominación no es real más que cuando le está sometido todo lo que la obstaculiza; ningún poder tolera otro más que cuando está obligado a ello, es decir, cuando se siente impotente para destruirlo o derribarlo. El solo hecho de un poder igual es una negación de su principio y una amenaza perpetua contra su existencia; porque es una manifestación y una prueba de su impotencia. Por consiguiente, entre todos los Estados que existen uno junto al otro, la guerra es permanente y su paz no es más que una tregua. Está en la naturaleza del Estado el presentarse tanto con relación a sí mismo como frente a sus súbditos, como el objeto absoluto. Servir a su prosperidad, a su grandeza, a su poder, esa es la virtud suprema del patriotismo. El Estado no reconoce otra, todo lo que le sirve es bueno, todo lo que es contrario a sus intereses es declarado criminal; tal es la moral de los Estados. Es por eso que la moral política ha sido en todo tiempo, no sólo extraña, sino absolutamente contraria a la moral humana. Esa contradicción es una consecuencia inevitable de su principio: no siendo el Estado más que una parte, se coloca y se impone como el todo; ignora el derecho de todo lo que, no siendo él mismo, se encuentra fuera de él, y cuando puede, sin peligro, lo viola. El Estado es la negación de la humanidad.
Mikhail Bakunin (God and the State)
Te sientes sola cuando sales con un chico, y haces el amor en su piso, y él se esfuerza por ser simpático y hacerte sentir bien, pero es como si todas sus atenciones se dirigiesen a tu cuerpo y no a tu mente (te hace el amor, te hace la cena) y sientes que cada minuto que pasas con él solo contribuye a que os canséis un poco más el uno del otro, y cuando os separáis finges que es doloroso, pero en realidad lo estás deseando porque supone un alivio dejar de esforzarte por complacer al otro, y cuando llegas a casa tientes la impresión de que él ya no ha vuelto a pensar en ti desde que saliste de la suya, tienes la sensación de que has salido de su vida para siempre, aunque sepas que al día siguiente te volverá a llamar y volverás a tener sexo con él, pero esa noche, mientras te desnudas en silencio y te metes en la cama, estás segura de que él no está pensando en ti, que nadie piensa en ti, en realidad, y también estás segura de que si descuelgas el teléfono y llamas a tu madre, a tus hermanas o a alguna de tus pocas amigas, o lo llamas a él, cualquiera de ellos se sorprenderá de ver tu número y de oír tu voz, y les llevará unos segundos hacer un hueco para acomodar tu presencia en su mundo, porque solo eres algo ajeno que entra y sale a la escena de sus vidas, algo que no deja más huella que un tenue rastro de incomodidad. La soledad es algo difícil de explicar, y si no te has sentido así jamás, enhorabuena.
Adrián Dresner (LA TERCERA CHICA : Coge aliento antes de comenzar a leer la primera frase. No volverás a respirar hasta llegar al final. Si te gustó LA CHICA DEL TREN DISFRUTARÁS con esta novela (Spanish Edition))
La autoridad del Estado no puede ser un fin en sí misma, porque ello significaría consagrar la inviolabilidad de toda tiranía en el mundo. Si por los medios que están al alcance de un gobierno se precipita una nacionalidad en la ruina, entonces la rebelión no es sólo un derecho, sino un deber para cada uno de los hijos de ese pueblo. La pregunta: "¿cuándo se presenta este caso?", no se resuelve mediante disertaciones teóricas, sino por la acción y por el éxito. Como todo gobierno, por malo que sea y aún cuando haya traicionado una y mil veces los intereses de una nacionalidad, reclama para sí el deber que tiene de mantener la autoridad del Estado, el instinto de conservación nacional en lucha contra un gobierno semejante tendrá que servirse, para lograr su libertad o su independencia, de las mismas armas que aquél emplea para mantenerse en al mando. Según esto, la lucha será sostenida por medios "legales" mientras el poder que se combate no utilice otros; pero no habrá que vacilar ante el recurso de medios ilegales si es que el opresor mismo se sirve de ellos. En general, no debe olvidarse que la finalidad suprema de la razón de ser de los hombres no reside en el mantenimiento de un Estado o de un gobierno: su misión es conservar su Raza. Y si esta misma se hallase en peligro de ser oprimida o hasta eliminada, la cuestión de la legalidad pasa a un plano secundario. Entonces poco importará ya que el poder imperante aplique en su acción los mil veces llamados medios "legales"; el instinto de conservación de los oprimidos podrá siempre justificar en grado superlativo el empleo de todo recurso. Sólo así se explican en la Historia ejemplos edificantes de luchas libertarias contra la esclavitud (interna o externa) de los pueblos. En este caso el derecho humano se impone sobre el derecho político. Si un pueblo sucumbe sin luchar por los derechos del hombre, es porque al haber sido pesado en la balanza del Destino resultó demasiado débil para tener la suerte de seguir subsistiendo en el mundo terrenal. Porque quien no está dispuesto a luchar por su existencia o no se siente capaz de ello es que ya está predestinado a desaparecer, y esto por la justicia eterna de la Providencia. ¡El mundo no se ha hecho para los pueblos cobardes!
Adolf Hitler (Mi Lucha)
Puedes pensar que el pasado tiene algo que decirte. Puedes pensar que deberías escuchar, esforzarte por distinguir susurros, que deberías hacer lo imposible, inclinarte para escuchar la voz que murmura desde el suelo, desde los lugares muertos. Puede que pienses que ahí vas a encontrar algo, algo que comprender o a lo que encontrar sentido. Pero yo sé la verdad. La conozco de las noches de frialdad. Sé que el pasado va a tirar de ti hasta abajo y hacia atrás, que te va a engañar con el susurro del viento y los gemidos de los árboles, que te va a impulsar a descifrar lo que no entiendes, a recompensar lo que estaba roto. No hay esperanza. El pasado no es mas que un lastre. Se instala en tu interior como una piedra. Hazme caso. Si oyes que el pasado te habla, si sientes que tira de tu espalda y que pasa los dedos por la columna, lo mejor que puedes hacer, lo único, es correr.
Lauren Oliver (Delirium (Delirium, #1))
«¡Oh Padre nuestro que estás en los cielos, aunque no circunscripto a ellos, sino por el mayor amor que arriba sientes hacia los primeros efectos! Alabados sean tu nombre y tu poder por todas las criaturas, así como se deben dar gracias a todas las emanaciones de tu bondad. Venga a nos la paz de tu reino, a la que no podemos llegar por nosotros mismos, a pesar de toda nuestra inteligencia, si ella no se dirige hacia nosotros. Así como los ángeles te sacrifican su voluntad entonando “¡Hosanna!”, deben sacrificarte la suya los hombres. Dadnos hoy el pan cotidiano, sin el cual retrocede por este áspero desierto aquel que más se afana por avanzar. Y así como nosotros perdonamos a cada cual el mal que nos ha hecho padecer, perdónanos tú, benigno, sin mirar a nuestros méritos. No pongas a prueba nuestra virtud, sino líbranos de quien la instiga de tantos modos. No hacemos, ¡oh Señor amado!, esta última súplica por nosotros, pues ya no tenemos necesidad de ella, sino por los que tras de nosotros quedan».
Dante Alighieri (Divina Comedia)
CÓMO HACER QUE TU HIJO SEA INCREÍBLEMENTE CAPAZ Receta para el éxito de Glenn Doman 1. Enséñale porque piensas que es una gran idea y un privilegio para ti. 2. Habla con claridad, en voz alta y con entusiasmo. 3. Relájate y diviértete. 4. Confía en tu hijo; muéstralo en tu actitud, maneras y acciones. 5. Dale siempre informaciones nuevas. 6. Cuando conozca una información antigua, abandónala. 7. Enséñale con finalidad y de un modo organizado. 8. Enséñale sólo en aquellos momentos en que se siente bien y feliz. 9. Detente siempre antes de que él quiera parar. 10. Confía en que sabe las cosas que le has enseñado. 11. Ponte de su parte; apuesta por él. 13. Presenta el conocimiento como un privilegio que se ha ganado. 14. Siempre, siempre, dile la verdad. 15. Mantén siempre las promesas que hayas hecho. 16. No le pongas a prueba. Si él quiere demostrarte lo que sabe y lo consigue, confía en que lo sabe. Si falla, sospecha que te está gastando una broma. 17. Cuando haga una pregunta, respóndele de modo sincero y factual, con entusiasmo.
Ricardo Regidor (Las capacidades del niño. Guía de estimulación temprana de 0 a 8 años. (Spanish Edition))
Si alguien les pregunta por él, díganle que quizá no vuelva nunca o que si regresa acaso ya nadie reconozca su rostro; díganle también que no dejó razones para nadie, que tenía un mensaje secreto, algo importante que decirles pero que lo ha olvidado. Díganle que ahora está cayendo, de otro modo y en otra parte del mundo, díganle que todavía no es feliz, si esto hace feliz a alguno de ellos; díganle también que se fue con el corazón vacío y seco y díganle que eso no importa ni siquiera para la lástima o el perdón y que ni él mismo sufre por eso, que ya no cree en nada ni en nadie y mucho menos en él mismo, que tantas cosas que vio apagaron su mirada y ahora, ciego, necesita del tacto, díganle que alguna vez tuvo un leve rescoldo de fe en Dios, en un día de sol, díganle que hubo palabras que le hicieron creer en el amor y luego supo que el amor dura lo que dura una palabra. Díganle que como un globo de aire perforado a tiros, su alma fue cayendo hasta el infierno que lo vive y que ni siquiera está desesperado y díganle que a veces piensa que esa calma inexorable es su castigo; díganle que ignora cuál es su pecado y que la culpa que lo arrastra por el mundo la considera apenas otro dato del problema y díganle que en ciertas noches de insomnio y aun en otras en que cree haberlo soñado, teme que acaso la culpa sea la única parte de sí mismo que le queda y díganle que en ciertas mañanas llenas de luz y en medio de tardes de piadosa lujuria y también borracho de vino en noches de lluvia siente cierta alegría pueril por su inocencia y díganle que en esas ocasiones dichosas habla a solas. Díganle que si alguna vez regresa, volverá con dos cerezas en sus ojos y una planta de moras sembrada en su estómago y una serpiente enroscada en su cuello y tampoco esperará nada de nadie y se ganará la vida honradamente, de adivino, leyendo las cartas y celebrando extrañas ceremonias en las que no creerá y díganle que se llevó consigo algunas supersticiones, tres fetiches, ciertas complicidades mal entendidas y el recuerdo de dos o tres rostros que siempre vuelven a él en la oscuridad y nada.
Darío Jaramillo Agudelo
—¿Por qué es tan duro perder a la persona amada? Ante mi silencio, mi abuelo prosiguió: —Debe de ser porque ya amabas a esa persona antes. No es que la separación o la ausencia sean, en sí mismas, tristes. El amor hacia esa persona, que ya existía previamente, es el que hace tan dolorosa la separación y el que te hace perseguir su recuerdo con nostalgia. Y ese dolor nunca desaparece. ¿No se puede afirmar, por lo tanto, que el dolor y la tristeza no son más que una manifestación parcial de esa gran emoción que es nuestro amor por alguien? —No lo sé. —Piensa en la desaparición de una persona. Si se trata de alguien que no te importa, no sientes nada. No tienes conciencia de haberla perdido. En realidad, sólo sientes que pierdes a alguien cuando es alguien a quien no quieres perder. Es decir que, posiblemente, la sensación de pérdida es una parte del amor que se siente por alguien. Como se ama a una persona, su ausencia se convierte en un problema, su ausencia produce dolor en la persona que ha dejado atrás. Y la tristeza siempre le lleva a uno a la misma conclusión: "La despedida ha sido dura, pero algún día volveremos a reencontrarnos".
Kyōichi Katayama (Socrates In Love)
Y así, de feuille en aiguille, pienso en esos estados excepcionales en que por un instante se adivinan las hojas y las lámparas invisibles, se las siente en un aire que está fuera del espacio. Es muy simple, toda exaltación o depresión me empuja a un estado propicio a lo llamaré paravisiones es decir (lo malo es eso, decirlo) una aptitud instantánea para salirme, para de pronto desde fuera aprehenderme, o de dentro pero en otro plano, como si fuera alguien que me está mirando (mejor todavía —porque en realidad, no me veo— : como alguien que me está viviendo). No dura nada, dos pasos a la calle, el tiempo de respirar profundamente (a veces al despertarse dura un poco más, pero entonces es fabuloso) y en ese instante sé lo que soy porque estoy exactamente sabiendo lo que no soy (eso que ignoraré luego astutamente). Pero no hay palabras para una materia palabra y visión pura, como un bloque de evidencia. Imposible objetivar, precisar ese defectividad que aprehendí en el instante y que era clara ausencia o claro error o clara insuficencia pero sin saber de qué, qué. Otra manera de tratar de decirlo: Cuando es eso, ya no estoy mirando hacia el mundo, de mí a lo otro, sino que por un segundo soy el mundo, el plano de fuera, lo demás mirándome. Me veo como pueden verme los otros. Es inapreciable: por eso dura apenas. Mido mi defectividad, advierto todo lo que por ausencia o defecto no nos vemos nunca. Veo lo que no soy. Por ejemplo (esto lo armo de vuelta, pero sale de ahí): hay enormes zonas a las que no he llegado nunca, y lo que no se ha conocido es lo que se es. Ansiedad por echar a correr, entrar en una casa, en esa tienda, saltar a un tren, devorar todo Jouhandeau, saber alemán, conocer Aurangabad... Ejemplos localizados y lamentables pero que pueden dar una idea. (¿una idea?) Otra manera de querer decirlo: Lo defectivo se siente más como una pobreza intuitiva que como una mera falta de experiencia.
Julio Cortázar (Hopscotch)
DOCTEUR JOUVE AND MÍSTER MAC TITULAR Aquí está el extraño caso que conmocionó al país, los crímenes más terribles de Mister Mac en París. NOTICIA El docteur Jouve nació en el corazón de Europa, cosa que se traslucía en sus modos y en su ropa. De niño fue algo precoz, si bien su primera cita no fue una cuestión de amor sino, más bien, erudita. Por la mañana se tomaba un tostón de Thomas Mann, un vaso de Joyce de frutas y un milhojas de Renan. Llamó a su perro Lacan, llamó a su gato Goethe, el benjamín era Walter y su esposa La Feyette. Tenía un chale en la Pleyáde una casa en la Montaigne y un Nietzsche en el cementerio con un busto de Verlaine. Cuando estaba en la Camus su esposa era Simenon porque le cogía un Sófocles si él quería un Fenelón. Como estaba Debussy, ella se sentía sola, por eso empezó un diario y al final se sentió Zola. Los años van Maupassant, se va quedando Calvino, se siente un poco Stravinski, y muy poco cervantino. Pero el docteur Jouve esconde un secreto terrorífico tras las botellas de Evian que inundan su frigorífico. Tiene oculta entre el burdeos, en gruyère y el gorgonzola, una pócima secreta que se llama coca cola. Cada vez que se la bebe se le altera el mecanismo y se transforma en un monstruo de contumaz consumismo. Se arranca entre convulsiones la americana pana, los pantalones a cuadros y la bufanda de lana. Luego se pone sus levis, sus adidas y su custo y sale con ganas de consumir con sumo gasto. De este modo transformando docteur Jouve en míster Mac se va directo de compras sin pasar por el FNAC. De golpe adora a los USA compras nikis de la NASA le pone Pamela Anderson y su cultura de masas. Después de haberse comprado un doble de Britney Spears, va a depilarse la espalda pues no es un lobo en París. Tiene una serie de Friends que invita siempre a su House para mirar la MTV y en los highlights pone pause. Por la mañana volvía a ser el gran europeo que viste ropa de Sartre y es -gracias a Dios- ateo. Era tan grande su Ovidio que desde una estantería <<¡Qué vedo!>>, exclamaba Góngora y <<¡Te Virgilio!>>, Marías. Pero una noche quemó su nutrida biblioteca, y no se salvó del fuego ni el penúltimo planeta. Otra noche mató a un hombre que parecía Balzac y luego entró en un McDonalds y se pidió un big mac. Por estar leyendo un libro de un tal Jünger Habermás dicen que a un colega suyo nadie lo volvió a-ver-más. Con su Northface y sus RayBan y su jerga angloparlante Míster Mac se llevó a muchos al infierno por peDantes. CIERRE No hace falta que escojáis entre Pamela y Balzac que todos somos a ratos docteur Jouve y míster Mac.
Dino Lanti (Cuentos cruentos (Spanish Edition))