Como La Flor Quotes

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en algún lugar al que nunca he viajado, gozosamente más allá de cualquier experiencia, tus ojos tienen su silencio: en tu gesto más frágil hay cosas que me abarcan, o que no puedo tocar porque están demasiado cerca tu mirada más leve me abrirá fácilmente aunque me haya cerrado como dedos, siempre me abres pétalo tras pétalo como la Primavera abre (tocando hábilmente, misteriosamente) su primera rosa o si tu deseo fuera cerrarme, yo y mi vida nos cerraremos muy bellamente, súbitamente, como cuando el corazón de esta flor imagina la nieve cayendo cuidadosa por doquier; nada que hayamos de percibir en este mundo iguala la fuerza de tu intensa fragilidad: cuya textura me domina con el color de sus campos, trayendo muerte y eternidad con cada respiro (yo no sé qué hay en ti que puede cerrar y abrir; apenas algo en mí comprende que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas) nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas
E.E. Cummings
Siempre he pensado, de hecho, que los seres humanos son 'frágiles' al amor. Sufren antes incluso de disfrutar de él y temen que pueda desaparecer como la flor de la jalapa, que florece y muere justo después, pero el amor no es así. El verdadero amor es sólido como la roca y sobrevive al tiempo y la distancia
Elisabetta Gnone (Capitan Grisam e l'amore)
¡Primer amor! Noble orgullo de sentirse amado; sacrificio dulce de todo lo que antes nos era caro a favor de la mujer querida; felicidad que, comprada para un día con las lágrimas de toda una existencia, recibiríamos como un don de Dios; perfume para todas las horas del porvenir: flor guardada en el alma que no es dado marchitar a los desengaños: único tesoro que no puede arrebatarnos la envidia de los hombres, delirio delicioso..., inspiración del Cielo...¡María!¡María! ¡Cuánto te amé!¡Cuánto te amara!
Jorge Isaacs (María)
Y es pérfido aquel amante vulgar que se enamora más del cuerpo que del alma, pues ni siquiera es estable, al no estar enamorado tampoco de una cosa estable, ya que tan pronto como se marchita la flor del cuerpo del que estaba enamorado, «desaparece volando» tras violar muchas palabras y promesas.
Platón (The Symposium)
—¿No es la flor más perfecta y adorable? —preguntó Arya. Eragon la miró, con una exquisita conciencia de lo cerca que estaban en aquel momento, y dijo: —Sí... Lo es. —Sin dar tiempo a que lo abandonara el coraje, añadió—: Como tú.
Christopher Paolini (Eldest (The Inheritance Cycle, #2))
Ven a dormir conmigo, no haremos el amor, él nos hará”* …una tormenta de suspiros y sábanas, un amanecer de besos y calores.    Ven a dormir conmigo, tú que de mis sueños no te quitas, (¿y cómo habrías de hacerlo si eres el sueño de mi vida?), ven a dormir conmigo, tú que conviertes las noches en soles.    Yo no te amo porque eres tú, ni te amo porque seas mía, no te amo por ser tuyo, ni por tus cabellos ni por tus besos de caricia.    Te amo porque es cielo el cielo, te amo porque son ciertas las estrellas,  te amo porque el mar besa la orilla, te amo como la flor que besa al viento, te beso como besa al agua el sediento.    ¿Cómo no he de amarte, amada mía, si es en tu lecho que he conocido la vida?    Nací, como muchos antes, quizás incluso tuve otras vidas errantes, tristes, solitarias, sin ancla, sin vela ni caminos, ¿pero acaso no llega todo fiel a su destino?    El amor nos hará, erigirá en nuestros labios su templo, desandará lo que latía de corazón antes de conocernos, dirá quizá: “¡he sido tan poco de mí, ahora sé lo que es amar!”, o acaso el silencio sea reto y envidia a nuestra manera de besar…    Caminan las estrellas, gira el mundo. Así te amo.    Con toda la fuerza de lo obvio,  con el destino apretado en nuestros labios.    Nosotros haciendo los sueños la realidad del destino, y a cada lado de la cama, el mundo, callado, muy lejano.   *(“Ven a dormir conmigo, no haremos el amor, él nos hará”, Julio Cortázar).
Jacques Pierre (Declaro el estado de poesía permanente)
Si un hombre atravesara el Paraíso en un Sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y si al despertar encontrara esa flor en la mano... ¿entonces qué?
Samuel Taylor Coleridge
Quizá nosotros somos como la flor del cerezo, Rune. Como estrellas fugaces. Quizás amamos demasiado, demasiado jóvenes, y nuestra llama fue tan brillante que teníamos que extinguirnos.
Tillie Cole (A Thousand Boy Kisses (A Thousand Boy Kisses, #1))
SEGISMUNDO: ¡Ay mísero de mí, y ay infelice! Apurar, cielos, pretendo, ya que me tratáis así, qué delito cometí contra vosotros naciendo. Aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido; bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor, pues el delito mayor del hombre es haber nacido. Sólo quisiera saber para apurar mis desvelos -dejando a una parte, cielos, el delito del nacer-, ¿qué más os pude ofender, para castigarme más? ¿No nacieron los demás? Pues si los demás nacieron, ¿qué privilegios tuvieron que no yo gocé jamás? Nace el ave, y con las galas que le dan belleza suma, apenas es flor de pluma, o ramillete con alas, cuando las etéreas salas corta con velocidad, negándose a la piedad del nido que dejan en calma; ¿y teniendo yo más alma, tengo menos libertad? Nace el bruto, y con la piel que dibujan manchas bellas, apenas signo es de estrellas -gracias al docto pincel-, cuando, atrevido y cruel, la humana necesidad le enseña a tener crueldad, monstruo de su laberinto; ¿y yo, con mejor instinto, tengo menos libertad? Nace el pez, que no respira, aborto de ovas y lamas, y apenas bajel de escamas sobre las ondas se mira, cuando a todas partes gira, midiendo la inmensidad de tanta capacidad como le da el centro frío; ¿y yo, con más albedrío, tengo menos libertad? Nace el arroyo, culebra que entre flores se desata, y apenas sierpe de plata, entre las flores se quiebra, cuando músico celebra de las flores la piedad que le dan la majestad del campo abierto a su huída; ¿y teniendo yo más vida, tengo menos libertad? En llegando a esta pasión, un volcán, un Etna hecho, quisiera sacar del pecho pedazos del corazón. ¿Qué ley, justicia o razón negar a los hombres sabe privilegios tan süave excepción tan principal, que Dios le ha dado a un cristal, a un pez, a un bruto y a un ave?
Pedro Calderón de la Barca (La vida es sueño)
La lengua de la mariposa es una trompa enroscada como un muelle de reloj. Si hay una flor que la atrae, la desenrolla y la mete en el cáliz para chupar. Cuando lleváis el dedo humedecido a un tarro de azúcar, ¿a qué sentís ya el dulce en la boca como si la yema fuese la punta de la lengua? Pues así es la lengua de la mariposa.
Manuel Rivas (Butterfly's Tongue)
Adiós —le dijo a la flor. Pero esta no respondió. —Adiós —repitió el principito. La flor tosió, pero no porque estuviera resfriada. —He sido una tonta —le dijo al fin la flor —. Perdóname. Procura ser feliz.. Se sorprendió por la ausencia de reproches y quedó desconcertado, con el fanal en el aire, no comprendiendo esta tranquila mansedumbre. —Sí, yo te quiero —le dijo la flor —, ha sido culpa mía que tú no lo sepas; pero eso no tiene importancia. Y tú has sido tan tonto como yo. Trata de ser feliz... —Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez. La flor no quería que la viese llorar: era una flor tan orgullosa...
Antoine de Saint-Exupéry (Le Petit Prince)
La limosna es un acto de caridad; pero la de un niño,además de caridad, es también como una caricia, ¿comprendes? Es como si de su mano se desprendiesen al mismo tiempo una moneda y una flor. Piensa que a ti nada te falta, y que a ellos les falta todo; que mientras tú anhelas ser feliz, ellos se contentan con poder seguir viviendo.
Edmondo de Amicis (Corazón)
Si alguien ama a una flor de la que no existe mas que un ejemplar entre millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Se dice "mi flor esta allí, en alguna parte..." Y si el cordero come la flor, para él es como si, bruscamente, todas las estrellas se apagaran. Y esto ¿no es importante?
Antoine de Saint-Exupéry (The Little Prince)
Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito. ¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.
Julio Cortázar
Entro Kriztina y aquel salon oscuro se inundo de luz. No solamente irradiaba juventud, no. Irradiaba pasion y orgullo, la conciencia soberana de unos sentimientos incondicionales. No he conocido a ninguna otra persona que fuera capaz de responder asi, de una manera tan plena, a todo lo que el mundo y la vida le daban: a la musica, a un paseo matutino por el bosque, al color y al perfume de una flor, a la palabra justa y sabia de otra persona. Nadie sabia tocar como ella una tela exquisita o un animal, de esa manera suya que lo abarcaba todo. No he conocido a nadie que fuera capaz de alegrarse como ella de las cosas sencillas de la vida: personas y animales, estrellas y libros, todo le interesaba, y su interes no se basaba en la altivez, en la pretension de convertirse en experta, sino que se aproximaba a todo lo que la vida le daba con la alegria incondicional de una criatura que ha nacido al mundo para disfrutarlo todo. Como si estuviera en conexion intima con cada criatura, con cada fenomenos del universo... comprendes lo que quiero decir? Claro, seguramente lo comprendes. Era directa, espontanea y ecuanime, y tambien habia en ella humildad, como si sintiera constantemente que la vida es un regalo lleno de gracia.
Sándor Márai
¿Cómo arreglar el castillo de arena ajeno que tu mismo has destrozado? ¿Cómo regalar una flor sin arrancarla del suelo?¿Como recuperar la piedra que has tirado al lago?
Eloy Moreno (Invisible)
Tal vez, solo tal vez, era como una rosa: mostraba las espinas y, si soportabas las punzadas, eras digno de recibir la rosa.
Flor M. Salvador (Boulevard)
«Las rosas tienen tanto pétalos como espinas, mi flor oscura. No debes creer que algo es débil porque parece delicado. Muéstrale al mundo tu valentía».
Kerri Maniscalco (A la caza de Jack el destripador (A la caza de Jack el destripador, #1))
Todos hablan de ella como si fuera una flor de verano, algo que pueden arrancar de la tierra y meter en un jarrón, como si solamente estuviera destinada a florecer y a pudrirse.
Victoria E. Schwab (The Invisible Life of Addie LaRue)
Porque el horror de la Tierra es real y cotidiano. Es como una flor o como el sol; no puede contenerse.
Alice Sebold (The Lovely Bones)
Esas imágenes que te llegan al corazón y lo abren como una flor, imágenes que se abren a una belleza tan grande que puedes pasarte toda la vida buscando sin encontrarla.
Donna Tartt (The Goldfinch)
Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. «No importa lo que hagas -decía-, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ellos tus manos.
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
Los labios de él se acercaron a los míos, rozó su nariz con la mía. Cerré los ojos por inercia con la respiración detenida. Podía sentir su aliento sobre mis labios, sin embargo, no hubo contacto. No quería lanzarme a los suyos como si mi vida dependiera de ello, porque no era así. Su labio inferior rozó el mío y se alejó unos escasos milímetros. Estaba torturándome
Flor M. Salvador (Boulevard)
Entonces siento que le entregué el alma a alguien que la trata como si fuera una flor para poner en el ojal, una pequeña condecoración para su vanidad, un adorno para un día de verano.
Oscar Wilde (The Picture of Dorian Gray)
Intentar evadir las manifestaciones del Espíritu Santo es como querer acercarse a una flor y no sentir su aroma, meterse al agua sin mojarse o poner la mano al fuego y pretender no quemarse.
Cash Luna (En Honor Al Espiritu Santo)
Más de una joya duerme amortajada En las tinieblas y el olvido, Muy lejos de azadones y de sondas; Más de una flor despliega con pesar Su perfume dulce como un secreto En las soledades profundas.
Charles Baudelaire (Las flores del mal: Clásicos de la literatura (Spanish Edition))
Los antiguos decían: una mujer hermosa destroza la vida como un hacha. Cuando al caer la tarde, el ser de la flor y del árbol se marchitan, ya no queda más que madera y hojas secas para la hoguera.
Saikaku Ihara (The Life of an Amorous Woman and Other Writings)
La enfermedad nunca avisa de su llegada. Llega siempre a una hora inoportuna, sin pedir permiso, y nos aborda maleducadamente, como una salteadora. La inteligencia no la comprende, desconoce su idioma.
Jesús Montiel (Sucederá la flor)
ese momento era hermoso, pero duraría apenas unos días y pronto las flores caerían como lluvia sobre la tierra; mejor sería el recuerdo del cerezo en flor, porque duraría todo el año, hasta la primavera siguiente. Ese
Isabel Allende (El amante japonés)
El Alquimista cogió un libro que alguien de la caravana había traído. El volumen estaba sin las tapas, pero logró identificar su autor: Oscar Wilde. Mientras lo hojeaba, encontró una historia sobre Narciso. El Alquimista conocía la leyenda de Narciso, un hermoso muchacho que todos lod días iba a contemplar su propia belleza en el lago. Estaba tan fascinado por sí mismo, que un día cayó dentro del lago y murió ahogado. En el lugar donde cayó nació una flor a la que llamaron narciso. Pero no era así como Oscar Wilde ponía fin a la historia. Él decía que cuando Narciso murió, vinieron las Oréiadas-diosas del bosque- y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulce, en un cántaro de lágrimas saladas. - Por qué lloráis?- preguntaron las Oréiadas. - Lloro por Narciso,- respondió el lago. - Oh, no nos extraña que lloréis por Narciso- prosiguieron diciendo ellas-. Al gin y al cabo, a pesar de que todas nosotras le perseguíamos siempre a través del bosque, vos erais el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza. - Entonces, ¿era bello Narciso?- preguntó el lago. - ¿Quién sino vos podría saberlo?- respondieron, sorprendidas, las Oréiadas-. Después de todo, era sobre vuestra orilla donde él se inclinaba todos los días. El lago quedóse inmóvil unos instantes. Finalmento dijo: - Lloro por Narciso, pero nunca me habñia dado cuenta de que Narciso fuese bello. - Lloro por Narciso porque cada vez que él se recostaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, mi propia belleza reflejada. Qué historia tan hermosa- dijo el Alquimista.
Paulo Coelho
Sola en la cocina escucho en bucle 'Me quedo contigo' cantado por Rosalía con un vestido rojo, en la sala de los Goya. "Me enamorao, te quiero y te quiero' me revuelve y me hace llorar -¿por quién? Por el amor mismo-. Lo que me emociona y duele es mi propia capacidad de amar. Es el reconocimiento, y la memoria de los caminos de la pasión. Conocer la pasión, saber de su existencia y su acecho. Como un quiebre brutal de la vida hacia su éxtasis, que se arquea y se dirige y que nunca llega a completarse. Soy una flor curvada hacia la lengua de un sol presente en su quemadura algunos mediodías, siempre demasiado lejano para hacer arder. ¿Quiero arder de una vez por todas? Una flor jorobada y retorcida, alargando todas sus células en su petición
Sara Torres (Lo que hay)
Y es pérfido aquel amante vulgar que se enamora más del cuerpo que del alma, pues ni siquiera es estable, al no estar enamorado tampoco de una cosa estable, ya que tan pronto como se marchita la flor del cuerpo del que estaba enamorado, «desaparece volando»
Platón (The Symposium)
Me puse cabeza abajo y entonces me empezaron a nacer hojas en el cuerpo y también me salieron raíces de las manos... Las raíces se fueron metiendo bajo la tierra...más y más ... Y como estaba a punto de nacerme una flor en el pubis, abrí las piernas... las abrí bien...
Han Kang, The Vegetarian
Y mañana, cuando tu primavera se derrumbe como la arquitectura de una flor, cuando te huyan todas las miradas y se te nieguen todas las sonrisas; cuando las noches alegres te vuelvan sus espaldas, y a puntapiés la música te arroje de su loco reinado; entonces volverás al suburbio, y será en una tarde con olor de aguas muertas, y el eco de tus pasos en la calle despertará recuerdos y exaltará fantasmas. Y cuando al fin descienda la lluvia de tus ojos una voz de muchacha cantará en algún patio: Cascabel, cascabelito, ríe, ríe y no llores
Leopoldo Marechal
Entonces se produjo el momento más exquisito de su vida, al pasar junto a una hornacina de piedra con flores. Sally se detuvo; cogió una flor; la besó en los labios. ¡Fue como si el mundo entero se hubiese puesto boca abajo! Los demás desaparecieron; ahí estaba ella a solas con Sally.
Virginia Woolf (Mrs. Dalloway)
Es error común de los humanos creer que el prójimo concede a su persona tanta importancia como cada uno se da a sí mismo; los demás, a no ser que tengan interés particular en el recuerdo, olvidan rápidamente lo que nos ha ocurrido, y si no lo han olvidado, su recuerdo no tiene la firmeza que imaginamos.
Maurice Druon (La flor de lis y el león (Los reyes malditos, #6))
alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, eso basta para que sea feliz. Puede decir satisfecho: “Mi flor está allí, en alguna parte...” ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no es importante!
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito: Con las acuarelas originales del autor (Spanish Edition))
Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, eso basta para que sea feliz. Puede decir satisfecho: “Mi flor está allí, en alguna parte...” ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no es importante
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito: Con las acuarelas originales del autor (Spanish Edition))
– Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no es importante!
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito)
«¡Virgen y madre, la hija de tu hijo, alta y humilde como no hay criatura, del acuerdo eternal término fijo! »Tú ennobleciste la humanal natura, tanto, que en su grandeza el hacedor no desdeñó encarnar su propia hechura. »Se reanimó en tu vientre el santo amor, y a su calor, en paz eternamente, ha germinado esta divina flor.
Dante Alighieri (La Divina Comedia : el infierno, el purgatorio y el paraíso)
Otras veces se había quedado así, vacía como una cáscara de huevo. Hueca y con sensación de presión en el pecho en una oscuridad furiosa, la primera vez que le había oído tocar. Antes de que él le regalara su nuevo nombre, dulce y perfecto. Un trozo de sol que nunca la abandonaba. Era un bocado de pan. Una flor en su corazón.
Patrick Rothfuss (The Slow Regard of Silent Things (The Kingkiller Chronicle, #2.5))
–Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar entre millones y millones de estrellas, es suficiente mirar al cielo para ser feliz pues puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, será tan doloroso como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¿Y… esto tampoco es importante?
Antoine de Saint-Exupéry (El principito)
RECUERDE LA FLOR DE LOTO Las grandes personas siempre se burlaban de los que se sienten más pequeños que ellos. Un león no se inmuta a la risa que viene de una hiena. Un gorila no se mueve de un plátano lanzado en ello por un mono. Un ruiseñor no para cantar su canción hermosa por la intrusión de un pájaro carpintero molesto. Siempre que usted debe dudar de su autoestima, recuerda la flor de loto. A pesar de que se sumerge a la vida de debajo del lodo, que no permite que la suciedad que lo rodea para afectar a su crecimiento o la belleza. Sé que la flor de loto siempre. No permita que cualquier negatividad o la fealdad en su entorno destruyan su confianza, afectan su crecimiento, o te hacen la pregunta de su autoestima. Es muy normal que uno de malezas feo no quiere estar solo. Recuerda esto siempre. si usted fuera feo, o simplemente tan pequeño como ellos sienten que son, entonces ellos no se sienten tan amargo y envidioso cada vez que se ven obligados a mirar hacia magníficamente Divina USTED ". SUZY KASSEM : filósofo, poeta de la Verdad
Suzy Kassem (Rise Up and Salute the Sun: The Writings of Suzy Kassem)
Toda vida es breve, como las visiones de una estrella brillando en la noche, en un diminuto cielo, la muerte parece lejana para nosotros. La vida es un misterio, como una flor se abre al viento; así en un corazón comienza la ceremonia del amor y de la vida, porque temer al amor, es temer la vida, a convertirnos en olvido en la noche, en un espejo de cenizas.
Alejandro Mos Riera (La memoria de los días)
Como una gran diosa que preside de lejos los juegos de las divinidades inferiores, la princesa se había quedado voluntariamente un poco al fondo, en un canapé lateral, rojo como una roca de coral, al lado de una ancha reverberación vidriosa que era probablemente una luna y que hacía pensar en una sección que un rayo de luz hubiera practicado, perpendicular, oscura y líquida, en el cristal deslumbrado de las aguas. Pluma y corola a un tiempo, como ciertas floraciones marinas, una gran flor blanca, aterciopelada como un ala, descendía desde la frente de la princesa a lo largo de una de sus mejillas cuya inflexión seguía con flexibilidad coqueta, amorosa y viva, y parecía encerrarla a medias como un huevo rosa en la blandura de un nido de martinete.
Marcel Proust (À la recherche du temps perdu, Tome III)
Maya ha decidido ser la portadora de los anillos porque la tarea implica más responsabilidad que la de llevar las flores. —Si pierdes una flor, coges otra —razona—. Si pierdes un anillo, todo el mundo se queda triste para siempre. Quien lleva los anillos tiene mucho más poder. —Hablas como Gollum —le dice A.J. —¿Quién es Gollum? —pregunta Maya. —Un bicho raro que le gusta a tu padre.
Gabrielle Zevin (The Storied Life of A.J. Fikry)
«¡Virgen y madre, la hija de tu hijo, alta y humilde como no hay criatura, del acuerdo eternal término fijo! »Tú ennobleciste la humanal natura, tanto, que en su grandeza el hacedor no desdeñó encarnar su propia hechura. »Se reanimó en tu vientre el santo amor, y a su calor, en paz eternamente, ha germinado esta divina flor. »Tú eres la meridiana refulgente de caridad aquí, y allá en el suelo
Dante Alighieri (La Divina Comedia : el infierno, el purgatorio y el paraíso)
-"Explícale la sensación del rojo a alguien que nunca lo ha visto, maestro. -Si lo tocáramos con la punta de un dedo sería entre el hierro y el cobre. Si lo cogiéramos en la mano, quemaría. Si lo porbáramos tendría un sabor pleno como de carne salada. Si nos lo lleváramos a la boca, nos la llenaría. Si lo oliéramos, olería a caballo. Si oliera como una flor se parecería a una margarita, no a una rosa roja
Orhan Pamuk
ha de gritar frente a las cúpulas, ha de gritar loca de fuego, ha de gritar loca de nieve, ha de gritar con la cabeza llena de excremento, ha de gritar como todas las noches juntas, ha de gritar con voz tan desgarrada hasta que las ciudades tiemblen como niñas y rompan las prisiones del aceite y la música, porque queremos el pan nuestro de cada día, flor de aliso y perenne ternura desgranada, porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra que da sus frutos para todos.
Federico García Lorca (POETA EN NUEVA YORK (Spanish Edition))
No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder. Nosotros nacimos de la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz. Para todos todo. Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad insurrecta. Para nosotros nada. Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos. Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos. Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia. Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio. Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios. Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergenzas. Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro. Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos. Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas. Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos. Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido. Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras. Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción... (Cuarta Declaración de la Selva Lacandona)
Subcomandante Marcos
En esos momentos desearía creer que existe algún tipo de vida después de la muerte, y que en otro universo, tal vez en un pequeño planeta rojo donde no tenemos piernas sino colas, donde chapoteamos por la atmósfera como focas y el aire, compuesto de trillones de moléculas de proteínas y azúcar, es nuestro alimento, y todo lo que hay que hacer para seguir vivo y sano es abrir la boca e inhalar, tal vez estáis los dos juntos. O tal vez él está aún más cerca y es ese gato gris que se sienta en el alféizar de la ventana de nuestros vecinos y ronronea cuando alargo la mano para tocarlo; tal vez es el cachorro que tira de la correa de otro de mis vecinos, o el niño de dos años que vi correr por la plaza hace un par de meses gritando regocijado mientras sus padres resoplaban detrás de él, o esa flor que se ha abierto de pronto en el rododendro que había dado por muerto; tal vez es esa nube, esa ola, esa lluvia, esa niebla. De modo que intento ser amable con todo lo que veo y en todo lo que veo lo veo a él.
Hanya Yanagihara (Tan poca vida)
Cada pessoa tem sua alma e não pode misturá-la à de mais ninguém. Duas pessoas podem se encontrar, conversar e estar próximas uma da outra. Mas suas almas são como flores, cada uma enraizada em seu lugar. Uma não pode ir até a outra, ou arrancaria suas raízes, e isso ela não pode fazer. As flores espalham seu aroma e suas sementes, porque gostariam de estar umas com as outras; mas uma flor não pode fazer nada para que uma semente chegue ao lugar certo, quem o faz é o vento, e este vai e vem a seu bel prazer
Hermann Hesse (Knulp)
Por esta floristería pasan hombres y mujeres que necesitan comunicar una emoción o enviar un mensaje para el que no encuentran las palabras: respeto, agradecimiento, admiración, desamor, pérdida, amor, celebración... Unos compran flores para un nacimiento y otros por una muerte. Unos las encargan para restar sobriedad a sus despachos, otros para dar vida a sus casas. Algunos las prefieren vivas, aún prendidas de la tierra, otros muertas o disecadas. En unos casos las prefieren a punto de abrirse para que duren más, a otros en cambio les gustan perecederas como las margaritas que empiezan a deshojarse. De una en una o de cien en cien... a veces las enviamos al camerino del teatro español, otras forman coronas en la iglesia de San Sebastián, las compras madres a sus madres, infieles a sus mujeres, amantes a sus amantes, el Palace para su retretes, las ancianas para sus balcones... Yo tengo la teoría de que a cada persona le corresponde una flor. Y a cada etapa de su vida, también. Hay mujeres que compran flores y otras que no. Eso es todo
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores)
«La imagen de un hombre haciéndose pajas había sido una de sus principales maneras de excitarse. ¿Por qué? Si sus propias sensaciones podían servirle de guía, follar con otra persona nunca salía del todo bien, nunca exactamente como debía. Le había encantado la idea de que fuera así, un hombre ciego con su propio placer. »Y el autoerotismo era el sanctasanctórum, la auténtica definición de lo privado. Un número indeterminado de amantes de tiempos pasados se habían mostrado muy dispuestos a probar todas las variantes típicas y unas cuantas más, pero lo único que esos hombres nunca estaban dispuestos a hacer por voluntad propia —con una memorable excepción— era masturbarse delante de ella. Sin embargo, ése era el descubrimiento inicial del que manaba todo el sexo; era la fuente. »La mayoría de los chicos se habrían masturbado cientos de veces antes de conocer carnalmente a una chica, y es famoso el poder alucinógeno de las pajas de la adolescencia. La torpeza y los titubeos característicos de tantos episodios en que las mujeres pierden la flor deben de ser, en comparación, una decepción a escala mundial. »Incluso en la vida adulta, es casi seguro que muchos hombres siguen experimentando un éxtasis muy superior meneándosela encima del inodoro mientras piensan en una pareja imaginaria, que llevándose a la cama a mujeres de carne y hueso con celulitis y una irritante compulsión a decir “en realidad...” al comienzo de cada frase. Curioso, ¿no? Puesto que lo mismo podía decirse de las mujeres, lo verdaderamente curioso era por qué alguien se tomaba la molestia de follar».
Lionel Shriver (The Post-Birthday World)
Realmente no sabía nada de ella, cegado como estaba por ese encanto ardiente que reemplaza a todo lo demás y que lo justifica todo, y que, a diferencia del alma humana (a menudo accesible y poseíble), no se puede apropiar de ningún modo, de la misma manera que no es posible incluir entre nuestras pertenencias los colores de las desiguales nubes del ocaso sobre las casas negras, o el olor de una flor que aspiramos interminablemente, con las ventanas de la nariz tensas, hasta la intoxicación, pero sin poder extraerlo completamente de la corola.
Vladimir Nabokov (The Eye)
Asnografía Leo en un Diccionario: ASNOGRAFÍA, s.f.: Se dice, irónicamente, por descripción del asno. ¡Pobre asno! ¡Tan bueno, tan noble, tan agudo como eres ! Irónicamente... ¿Por qué? ¿Ni una descripción seria mereces, tú, cuya descripción cierta sería un cuento de primavera? ¡Si al hombre que es bueno debieran decirle asno! ¡Si al asno que es malo debieran decirle hombre! Irónicamente... De ti, tan intelectual, amigo del viejo y del niño, del arroyo y de la mariposa, del sol y del perro, de la flor y de la luna, paciente y reflexivo, melancólico y amable, Marco Aurelio de los prados... Platero, que sin duda comprende, me mira fijamente con sus ojazos lucientes, de una blanda dureza, en los que el sol brilla, pequeñito y chispeante en un breve y convexo firmamento verdinegro. ¡Ay! ¡Si su peluda cabezota idílica supiera que yo le hago justicia, que yo soy mejor que esos hombres que escriben Diccionarios, casi tan bueno como él! Y he puesto al margen del libro: ASNOGRAFÍA, sentido figurado: Se debe decir, con ironía, ¡claro está!, por descripción del hombre imbécil que escribe Diccionarios.
Juan Ramón Jiménez (Platero Y Yo)
Resumir en una mirada la virgen ausencia disperta en esta soledad y, como se corta, para recuerdo de un lugar, uno de esos mágicos nenúfares cerrados que de súbito surgen envolviendo en el hueco de su blancura una nada formada de sueños intactos, de la ventura que no llegará, y de mi aliento contenido por el temor de una aparición, partir con él: tácitamente, desentrañando poco a poco sin choque, romper ilusión, sin que el crepitar de la visible pompa de espuma enroscada a mi huida no arroje a los pies de nadie que sobrevenga la semejanza transparente del rapto de mi flor ideal.
Stéphane Mallarmé (Poésies)
Allí estaba él, yendo raudo en pos de la muerte, poniendo en ello todo su empeño, mientras que aquel matrimonio no tenía ninguna prisa por morir. En el suelo del jardín estaban diseminados pétalos de flor de cerezo que el viento había transportado desde algún lugar. Era de día, pero la sala estaba sumida en una fresca penumbra mientras la blanca mano del anciano pasaba las páginas de la antología poética. Él y su esposa dedicaban el tiempo a tejer su muerte lentamente, como si estuvieran tejiendo un suéter, preparándose para la llegada del invierno. ¿De dónde procedía semejante serenidad?
Yukio Mishima (命売ります [Inochi Urimasu])
La luz de la esperanza comienza hoy, cuando La Elegida ha nacido a la luz del sol. Es linda, es hermosa, como una flor, pero su belleza se entorpece, al pasar por mucho dolor. Su vida crece, su vida madura, pero no sabe que es el empiece, de su gran aventura. Alta es la traición que se comete, pues la nobleza se entromete, en la que un brujo ablandará, el corazón que ella le brindará. Pero la felicidad no perdura siempre, pues otro miedo pasa por su mente, y no sólo eso, también terribles recuerdos llegan, cuando delante de ella pasa La Muerte. Un obstáculo más, un obstáculo menos, ¿qué mas da, si es la más fuerte? Pero, ¿de dónde viene la fuerza, sino de su rival? Su propia sangre la traicionará, una vez, tal vez dos, pero luego decubrirá su mortal error, pagando así su equivocación. Fuerzas más ya no le quedan, cuando descubre la triste realidad: las personas que llenaban su corazón, una vez que se van, ya no han de regresar. Y eso se lo demuestran una vez más, cuando su verdadero amor le ha de abandonar, por el hecho de que su misma sangre lo destruirá. La Elegida sufrirá mucho más que cualquier ser, pues la tristeza y el abandono la han de poseer. En tres años, ni uno más, será cuando su amante se le dará una segunda oportunidad, la que por fin terminará, la misión que en un principio se le encomendó. Pero un problema se presentará, pues su corazón no la reconocerá, así que su sangre la ayudará, a terminar lo que empezó, a seguirel camino del que una vez se fió, y a tener dos almas más en su vida ermitaña de las cuales se percató. El bien y el mal, pelean una vez más, entre la luz y la oscuridad. Pero, que quede claro, sólo alguien puede terminar la pelea encarnizada para que todo llegue a su fin. A quien la Elegida entregó su alma, será el único que destruirá al demonio que se encuentra dentro de cada pecado, de cada mal. Y una vez más trinfará, el bien sobre el mal. La Elegida reinará, como noble, con bondad, como ella es en realidad.
Yolanda Chapa (Lani, la princesa gitana)
Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. «No importa lo que hagas ―decía ―, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ello tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre».
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
En un abrir y cerrar de ojos, los años se deslizan como el agua de un arroyo. Adeline ha cumplido ya los dieciséis, y todos hablan de ella como si fuera una flor de verano, algo que pueden arrancar de la tierra y meter en un jarrón, como si solamente estuviera destinada a florecer y a pudrirse. Igual que Isabelle, quien sueña con una familia en lugar de la libertad, y parece satisfecha con florecer durante un breve instante y después marchitarse. No, Adeline ha decidido que prefiere ser un árbol, igual que Estele. Si tiene que echar raíces, prefiere florecer en estado salvaje en lugar de ser podada, prefiere quedarse sola y que le permitan crecer bajo el cielo abierto. Mejor eso que acabar convertida en leña y arder en la chimenea de otra persona.
Victoria E. Schwab (The Invisible Life of Addie LaRue)
Hay almas que duermen en el ensueño, como en la nube el águila; mueren en pleno éxtasis, se hunden en la bruma después de haber vivido en la nube; no sienten la aproximación de la penumbra, entran en ella por la puerta del silencio, en la barca de los sueños luminosos: ¡almas fuertes y bellas! Abrazadas a una pasión única, viven de ella, se absorben en su culto, se la ciñen como un cilicio, y ascetas formidables, de rodillas ante un ídolo, insensible a su martirio, llegan a sentir la voluptuosidad de sus dolores; como el cóndor lleva su presa a la cima abrupta, se refugia en la soledad, y allí la devora celoso, estas almas se apoderan de su amor y se aíslan con él en un culto solitario; como el Fénix de la Arabia, viven en el fuego; su pasión las ilumina, no las quema.
José María Vargas Vila (Flor del fango)
Son innumerables, Enrique, esos muertos; todo cementerio encierra centenares de santas criaturas, que, si pudieran levantarse por un momento de la sepultura, nos dirían el nombre de algún niño al que sacrificaron los placeres de la juventud,el sosiego de la vejez, los sentimientos, la inteligencia, la vida;esposas de veinte años, hombres en la flor de la edad, ancianas octogenarias, jovencitos -heroicos y oscuros mártires de la infancia-, tan grandes y gallardos, que no produce la tierra tantas flores como debiéramos poner en sus sepulcros.!Cuánto se quiere a los niños! Piensa hoy con gratitud en esos muertos y serás mejor y más afable con los que te quieren y trabajan por ti, afortunado hijo mío, tú que en el día de los fieles difuntos no tienes aún que llorar a ninguno.
Edmondo de Amicis (Corazón)
Londres se ha tragado muchos millones de jóvenes llamados Smith; no ha concedido ninguna importancia a nombres tan raros como Septimus, con los que sus padres habían pensado singularizarlos. Vivir en una pensión, en una bocacalle de Euston Road, comportaba experiencias - experiencias otra vez - como la de transformar una cara en dos años: una inocente cara ovalada y rosa en otra contraída y enjuta. Pero de todo lo dicho, qué hubieran podido decir los amigos más observadores, salvo lo que dice un jardinero cuando abre la puerta del invernadero y se encuentra una nueva flor en la planta: Ha florecido; florecido por vanidad, ambición, idealismo, pasión, soledad, valor, pereza, las semillas habituales que, revueltas todas ellas (en una habitación junto a Euston Road), hicieron de él un hombre tímido y tartamudo, ansioso de superarse a sí mismo, le hicieron enamorarse de la señorita Isabel Pole que daba lecciones sobre Shakespeare en Waterloo Road.
Virginia Woolf (Mrs. Dalloway)
¡Bendita sea la influencia de un alma humana buena y cariñosa en otra! No calculable por el álgebra, no deducible lógica, sino misteriosa, eficaz y poderosa, como el proceso oculto por el que una semilla diminuta prende y, al brotar, se convierte en un tallo alto de hermosas hojas con una flor de pétalos brillantes. Las ideas son a menudo pobres fantasmas; nuestros ojos deslumbrados por el sol no pueden distinguirlas; pasan a través de nosotros como un ligero vaho, sin que advirtamos su presencia. Pero algunas veces son corpóreas; exhalan su cálido aliento sobre nosotros, nos tocan con manos suaves y sensibles, nos miran con ojos tristes y sinceros, y nos hablan en un tono cautivador; están envueltas en un alma humana, con todos sus conflictos, su fe y su amor. Y entonces su presencia es un poder, entonces nos sacuden como una pasión, y las perseguimos con dulce compasión, arrastrados por ellas del mismo modo que las llamas arrastran a las llamas.
George Eliot (Escenas de la vida parroquial)
En esos momentos desearía creer que existe algún tipo de vida después de la muerte, y que en otro universo, tal vez en un pequeño planeta rojo donde no tenemos piernas sino colas, donde chapoteamos por la atmósfera como focas y el aire, compuesto de trillones de moléculas de proteínas y azúcar, es nuestro alimento, y todo lo que hay que hacer para seguir vivo y sano es abrir la boca e inhalar, tal vez estáis los dos juntos. O tal vez él está aún más cerca y es ese gato gris que se sienta en el alféizar de la ventana de nuestros vecinos y ronronea cuando alargo la mano para tocarlo; tal vez es el cachorro que tira de la correa de otro de mis vecinos, o el niño de dos años que vi correr por la plaza hace un par de meses gritando regocijado mientras sus padres resoplaban detrás de él, o esa flor que se ha abierto de pronto en el rododendro que había dado por muerto; tal vez es esa nube, esa ola, esa lluvia, esa niebla. De modo que intento ser amable con todo lo que veo y en todo lo que veo lo veo a él.
Hanya Yanagihara (A Little Life)
Julguei que ia morrer. Queria morrer. E julguei que se fosse morrer ia morrer contigo. Rapazes como tu, jovens como eu…vi morrer tantos ao pé de mim durante o ano passado! Não tive medo nenhum. Não foi coragem o que ainda agora me fez ficar aqui. Pensei com os meus botões: "Temos esta cama, esta erva, devíamos ter-nos deitado juntados, abraçados, antes de morrer". Apeteceu-me tocar-te nesse osso do pescoço, a clavícula, que parece uma asa pequena e dura debaixo da pele. Apeteceu-me afagá-la com os dedos. Sempre gostei de corpos da cor dos rios e das pedras, da cor do olho castanho de uma susana, conheces essa flor? Já viste alguma? Estou tão cansada Kip, só me apetece dormir. Apetece-me dormir debaixo desta árvore, de cara encostada à tua clavícula, apetece-me fechar os olhos, sem pensar em mais ninguém, encontrar um nicho de árvore, trepar lá para dentro e dormir. Que espírito meticuloso! Saber que fio hás de cortar. Como é que soubeste? Foste dizendo não sei, não sei, mas sabias. Não foi? Não tremas, tens de ser uma cama sossegada para mim, deixa-me aninhar-me, abraçar-te como se fosses um avozinho, adiro a palavra "aninhar", tão lenta, não se pode apressá-la.
Michael Ondaatje (The English Patient)
Son muy pocos aquellos de entre nosotros que no se han despertado a veces antes del alba, o después de una de esas noches sin sueños que casi nos hacen amar la muerte, o de una de esas noches de horror y de alegría monstruosa, cuando se agitan en las cámaras del cerebro fantasmas más terribles que la misma realidad, rebosantes de esa vida intensa, inseparable de todo lo grotesco, que da al arte gótico su imperecedera vitalidad, puesto que ese arte bien parece pertenecer sobre todo a los espíritus atormentados por la enfermedad del ensueño. Poco a poco, dedos exangües surgen de detrás de las cortinas y parecen temblar. Adoptando fantásticas formas oscuras, sombras silenciosas se apoderan, reptando, de los rincones de la habitación para agazaparse allí. Fuera, se oye el agitarse de pájaros entre las hojas, o los ruidos que hacen los hombres al dirigirse al trabajo, o los suspiros y sollozos del viento que desciende de las montañas y vaga alrededor de la casa silenciosa, como si temiera despertar a los que duermen, aunque está obligado a sacar a toda costa al sueño de su cueva de color morado. Uno tras otro se alzan los velos de delicada gasa negra, las cosas recuperan poco a poco forma y color y vemos cómo la aurora vuelve a dar al mundo su prístino aspecto. Los lívidos espejos recuperan su imitación de la vida. Las velas apagadas siguen estando donde las dejamos, y a su lado descansa el libro a medio abrir que nos proponíamos estudiar, o la flor preparada que hemos lucido en el baile, o la carta que no nos hemos atrevido a leer o que hemos leído demasiadas veces. Nada nos parece que haya cambiado. De las sombras irreales de la noche renace la vida real que conocíamos. Hemos de continuar allí donde nos habíamos visto interrumpidos, y en ese momento nos domina una terrible sensación, la de la necesidad de continuar, enérgicamente, el mismo ciclo agotador de costumbres estereotipadas, o quizá, a veces, el loco deseo de que nuestras pupilas se abran una mañana a un mundo remodelado durante la noche para agradarnos, un mundo en el que las cosas poseerían formas y colores recién inventados, y serían distintas, o esconderían otros secretos, un mundo en el que el pasado tendría muy poco o ningún valor, o sobreviviría, en cualquier caso, sin forma consciente de obligación o de remordimiento, dado que incluso el recuerdo de una alegría tiene su amargura, y la memoria de un placer, su dolor.
Oscar Wilde (El Retrato de Dorian Gray)
Mi pluma, flor de tinta, escupe los lugares comunes como pólenes genéticamente modificados; Nisisen, sin embargo, utilizaba y aún utiliza (sus folletines no serán brillantes pero tampoco son demenciales) la táctica de Cela o de Aira (por algo él es el célebre Nisisen y yo tan sólo un raro excéntrico): evitar los lugares comunes, modificarlos, ponerlos entre comillas o no evitarlos, jugando así como yo con ellos pero de una manera más heterodoxa, rica, completa, con cuatro posibilidades de acción como cuatro estaciones frente a mi estricto invierno o lúdico verano estilístico (según la paráfrasis y el punto de vista). El relato de Bolaño comenzaba diciendo en las primeras frases que él tenía veintitantos años y era más pobre que una rata. Bien, yo hubiese sido incapaz de escribir eso y cambiaría «rata» por «lata», por ejemplo, como Camilo José Cela cambió «romper el hielo» por «romper el fuego» para La familia de Pascual Duarte o César Aira «fumaban como chimeneas» por «fumaban como murciélagos» en El volante. En la escritura de Nisisen, sin embargo, el pobre como una rata de Bolaño resultaría en la juguetona paráfrasis pobre como una lata (o gata, saca, mata...), «pobre como una rata» (así, entrecomillado, incidiendo en el lugar común con clara consciencia de ello), tenía veintitantos años y era muy pobre (evitando la manida analogía del roedor) o mismamente pobre como una rata como en el original. Esta variedad de registros pintaba su prosa o abrillantaba sus colores.
Alexandre Alphonse (Nisisen)
— ¡Oh Caballero de la Triste Figura!, no te dé afincamiento la prisión en que vas, porque así conviene para acabar más presto la aventura en que tu gran esfuerzo te puso; la cual se acabará cuando el furibundo león manchado con la blanca paloma tobosina yoguieren en uno, ya después de humilladas las altas cervices al blando yugo matrimoñesco; de cuyo inaudito consorcio saldrán a la luz del orbe los bravos cachorros, que imitarán las rumpantes garras del valeroso padre. Y esto será antes que el seguidor de la fugitiva ninfa faga dos vegadas la visita de las lucientes imágines con su rápido y natural curso. Y tú, ¡oh, el más noble y obediente escudero que tuvo espada en cinta, barbas en rostro y olfato en las narices!, no te desmaye ni descontente ver llevar ansí delante de tus ojos mesmos a la flor de la caballería andante; que presto, si al plasmador del mundo le place, te verás tan alto y tan sublimado que no te conozcas, y no saldrán defraudadas las promesas que te ha fecho tu buen señor. Y asegúrote, de parte de la sabia Mentironiana, que tu salario te sea pagado, como lo verás por la obra; y sigue las pisadas del valeroso y encantado caballero, que conviene que vayas donde paréis entrambos. Y, porque no me es lícito decir otra cosa, a Dios quedad, que yo me vuelvo adonde yo me sé. Y, al acabar de la profecía, alzó la voz de punto, y diminuyóla después, con tan tierno acento, que aun los sabidores de la burla estuvieron por creer que era verdad lo que oían. Quedó don Quijote consolado con la escuchada profecía, porque luego coligió de todo en todo la significación de ella; y vio que le prometían el verse ayuntados en santo y debido matrimonio con su querida Dulcinea del Toboso, de cuyo felice vientre saldrían los cachorros, que eran sus hijos, para gloria perpetua de la Mancha. Y, creyendo esto bien y firmemente, alzó la voz, y, dando un gran suspiro, dijo: — ¡Oh tú, quienquiera que seas, que tanto bien me has pronosticado!, ruégote que pidas de mi parte al sabio encantador que mis cosas tiene a cargo, que no me deje perecer en esta prisión donde agora me llevan, hasta ver cumplidas tan alegres e incomparables promesas como son las que aquí se me han hecho; que, como esto sea, tendré por gloria las penas de mi cárcel, y por alivio estas cadenas que me ciñen, y no por duro campo de batalla este lecho en que me acuestan, sino por cama blanda y tálamo dichoso. Y, en lo que toca a la consolación de Sancho Panza, mi escudero, yo confío de su bondad y buen proceder que no me dejará en buena ni en mala suerte; porque, cuando no suceda, por la suya o por mi corta ventura, el poderle yo dar la ínsula, o otra cosa equivalente que le tengo prometida, por lo menos su salario no podrá perderse; que en mi testamento, que ya está hecho, dejo declarado lo que se le ha de dar, no conforme a sus muchos y buenos servicios, sino a la posibilidad mía. Sancho Panza se le inclinó con mucho comedimiento, y le besó entrambas las manos, porque la una no pudiera, por estar atadas entrambas. Luego tomaron la jaula en hombros aquellas visiones, y la acomodaron en el carro de los bueyes.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
MÁRIO DE SÁ-CARNEIRO (1890-1916) Atque in perpetuum, frater, ave atque vale! CAT . Morre jovem o que os Deuses amam, é um preceito da sabedoria antiga. E por certo a imaginação, que figura novos mundos, e a arte, que em obras os finge, são os sinais notáveis desse amor divino. Não concedem os Deuses esses dons para que sejamos felizes, senão para que sejamos seus pares. Quem ama, ama só a igual, porque o faz igual com amá-lo. Como porém o homem não pode ser igual dos Deuses, pois o Destino os separou, não corre homem nem se alteia deus pelo amor divino; estagna só deus fingido, doente da sua ficção. Não morrem jovens todos a que os Deuses amam, senão entendendo-se por morte o acabamento do que constitui a vida. E como à vida, além da mesma vida, a constitui o instinto natural com que se a vive, os Deuses, aos que amam, matam jovens ou na vida, ou no instinto natural com que vivê-la. Uns morrem; aos outros, tirado o instinto com que vivam, pesa a vida como morte, vivem morte, morrem a vida em ela mesma. E é na juventude, quando neles desabrocha a flor fatal e única, que começam a sua morte vivida. No herói, no santo e no génio os Deuses se lembram dos homens. O herói é um homem como todos, a quem coube por sorte o auxílio divino; não está nele a luz que lhe estreia a fronte, sol da glória ou luar da morte, e lhe separa o rosto dos de seus pares. O santo é um homem bom a que os Deuses, por misericórdia, cegaram, para que não sofresse; cego, pode crer no bem, em si, e em deuses melhores, pois não vê, na alma que cuida própria e nas coisas incertas que o cercam, a operação irremediável do capricho dos Deuses, o jugo superior do Destino. Os Deuses são amigos do herói, compadecem-se do santo; só ao génio, porém, é que verdadeiramente amam. Mas o amor dos Deuses, como por destino não é humano, revela-se em aquilo em que humanamente se não revelara amor. Se só ao génio, amando-o, tornam seu igual, só ao génio dão, sem que queiram, a maldição fatal do abraço de fogo com que tal o afagam. Se a quem deram a beleza, só seu atributo, castigam com a consciência da mortalidade dela; se a quem deram a ciência, seu atributo também, punem com o conhecimento do que nela há de eterna limitação; que angústias não farão pesar sobre aqueles, génios do pensamento ou da arte, a quem, tornando-os criadores, deram a sua mesma essência? Assim ao génio caberá, além da dor da morte da beleza alheia, e da mágoa de conhecer a universal ignorância, o sofrimento próprio, de se sentir par dos Deuses sendo homem, par dos homens sendo deus, êxul ao mesmo tempo em duas terras. Génio na arte, não teve Sá-Carneiro nem alegria nem felicidade nesta vida. Só a arte, que fez ou que sentiu, por instantes o turbou de consolação. São assim os que os Deuses fadaram seus. Nem o amor os quer, nem a esperança os busca, nem a glória os acolhe. Ou morrem jovens, ou a si mesmos sobrevivem, íncolas da incompreensão ou da indiferença. Este morreu jovem, porque os Deuses lhe tiveram muito amor. Mas para Sá-Carneiro, génio não só da arte mas da inovação nela, juntou-se, à indiferença que circunda os génios, o escárnio que persegue os inovadores, profetas, como Cassandra, de verdades que todos têm por mentira. In qua scribebat, barbara terrafuit. Mas, se a terra fora outra, não variara o destino. Hoje, mais que em outro tempo, qualquer privilégio é um castigo. Hoje, mais que nunca, se sofre a própria grandeza. As plebes de todas as classes cobrem, como uma maré morta, as ruínas do que foi grande e os alicerces desertos do que poderia sê-lo. O circo, mais que em Roma que morria, é hoje a vida de todos; porém alargou os seus muros até os confins da terra. A glória é dos gladiadores e dos mimos. Decide supremo qualquer soldado bárbaro, que a guarda impôs imperador. Nada nasce de grande que não nasça maldito, nem cresce de nobre que se não definhe, crescendo. Se assim é, assim seja! Os Deuses o quiseram assim. Fernando Pessoa, 1924.
Fernando Pessoa (Loucura...)
Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz. La flor piensa: «Es como una flor».
Anonymous
¡Primer amor!... Noble orgullo de sentirnos amados: sacrificio dulce de todo lo que antes nos era caro a favor de la mujer querida: felicidad que comprada para un día con las lágrimas de toda una existencia, recibiríamos como un don de Dios; perfume para todas las horas del porvenir; luz inextinguible del pasado; flor guardada en el alma y que no es dado marchitar a los desengaños; único tesoro que no puede arrebatarnos la envidia de los hombres; delirio delicioso... inspiración del cielo... ¡María! ¡María! ¡Cuánto te amé! ¡Cuánto te amara!
Jorge Isaacs (María [Annotated] (Spanish Edition))
Hay un minuto en que se agota la siesta. Hasta la secreta, recóndita, minúscula actividad de los insectos cesa en ese instante preciso; el curso de la naturaleza se detiene; la creación tambalea al borde del caos y las mujeres se incorporan, babeando, con la flor de la almohada bordada en la mejilla, sofocadas por la temperatura y el rencor; y piensan: «Todavía es miércoles en Macondo». Y entonces vuelven a acurrucarse en el rincón, empalman el sueño con la realidad, y se ponen de acuerdo para tejer el cuchicheo como si fuera una inmensa sábana de hilo elaborada en común por todas las mujeres del pueblo.
Gabriel García Márquez (La hojarasca)
La verdad es que nunca he sido niño y por eso estoy convencido de que en mi quedará siempre un componente infantil. He crecido en edad y estatura, pero la esencia no ha variado. Hacer mataperradas me produce exactamente el mismo placer que hace años, aunque en realidad nunca llegué a hacer mataperradas. Una vez, de pequeño, le hice a mi hermano un agujero en la cabeza, pero aquello fue un incidente, no una mataperrada. Cierto es que he cometido miles de diabluras y chiquilladas, pero la idea me interesaba siempre más que la cosa en sí. Desde muy temprano fui descubriendo en todo, incluso en las mataperradas, un sentido profundo. No me he desarrollado. Esto, naturalmente, es sólo una idea mía. Tal vez nunca llegue a echar ramas ni hojas. De mi esencia y mis orígenes emanará algún día quién sabe qué perfume, me convertiré en flor y exhalaré un ligero aroma, como para mi propio placer, y luego inclinaré la cabeza, esa que Kraus denomina cabezota necia y presuntuosa. Mis brazos y mis piernas se irán debilitando extrañamente, mi espíritu, mi orgullo, mi carácter, todo, todo se quebrará y marchitará, y yo estaré muerto; bueno, no exactamente, muerto sólo en cierto modo, y ta}l vez siga viviendo y vegetando así durante sesenta años. Me haré viejo. Pero no me tengo ni me infundo miedo a mí mismo. Tampoco siento el menor respeto por mi Yo, me limito a mirarlo y él me deja totalmente frío. ¡Oh, entrar en calor! ¡Qué maravilla! Siempre seré capaz de entrar en calor, pues nada personal ni egoísta me impedirá jamás interesarme, apasionarme o ser partícipe. ¡Qué feliz soy de no poder descubrir nada digno de consideración o estima en mi persona! Ser humilde y seguir siéndolo. Y si alguna mano, una circunstancia, una ola me levantasen y llevasen hasta las alturas donde imperan el poder y la influencia, yo mismo destrozaría las circunstancias que me hubieran favorecido y me arrojaría a las tinieblas de lo bajo e insignificante. Sólo puedo respirar en las regiones inferiores.
Robert Walser (Jakob von Gunten)
El día fué de los más hermosos. El mar estaba tranquilo, terso como un espejo, sin la más ligera ondulación, reflejando el inquieto triángulo de oro que formaba el sol sobre las muertas aguas. Vendíase
Vicente Blasco Ibáñez (Flor de Mayo)
No hay que lamentarse por la muerte, como no hay que lamentarse por una flor que crece.
Charles Bukowski (The Captain is Out to Lunch and the Sailors Have Taken Over the Ship)
Yo estaba en mi trabajo cuando de improviso, me pareció que alguien estaba en la puerta y tocaba con delicadeza. Sin ruido, me levanté y fui a abrir. Era él. Estaba allí, sonriente y un poco confuso, como un niño sorprendido por su madre cuando se dispone a hacer alguna travesura. "Buena fiesta", me dice y, sacándola del bolsillo, donde la había colocado con cuidado, me regaló una pequeña flor... conservo esta florecita entre mis bienes más preciados.
Gerardo Da Deliceto
Tomemos un simple símil, y uno que esté completamente en armonía con el lenguaje de los Misterios, a lo largo de todas las edades y en todas las tierras. La vida anterior es como una planta, que completa su crecimiento, y alcanza la madurez. Entra en flor, y toda la esencia de la planta se transforma y glorifica en la flor, con coloración, forma y olor nuevos y espléndidos, todo ausente en la planta, y sin embargo formada por su esencia. Esta floración es la vida en el paraíso donde, bajo el resplandor del sol espiritual, todo lo que era mejor y más vital en el alma se transforma y se expande en una vida gloriosa, y lanza nuevos y espirituales poderes bastante ajenos para el hombre natural, y sin embargo brotando de su ser, o más bien de ese ser y alma que trabaja hacia el interior y que ha llevado al hombre mortal al mundo humano. Pero el asunto no termina con la flor; también están las semillas; y estas semillas a su debido tiempo traerán una segunda planta de naturaleza similar con la primera, y lista a su vez para estallar en una espléndida floración. Las semillas son los gérmenes materiales que descansan dentro del alma en el paraíso, y, cuando termine su momento de florecer, la traerán de vuelta a través de las puertas del nacimiento. Y la hora de sembrar y la hora de la cosecha se sucederán por siempre. También es así con la vida del hombre. Pero, como las plantas anteriores no están presentes excepto en el espíritu, en la nueva planta, así las vidas anteriores no están presentes en forma de recuerdos materiales, que pueden ser recordados tal como los acontecimientos de hace unos días o de unos meses.
Charles Johnston (La Memoria de Nacimientos Pasados (Spanish Edition))
—Nosotros tenemos suerte de tenerlo a él, Feyre —Me di vuelta desde la puerta—. En mi vida, conocí a muchos altos lores —siguió Amren, la vista fija en el papel—. Crueles, astutos, débiles, poderosos. Pero nunca uno que soñara. No como sueña él. —¿Sueños de qué? —jadeé yo. —Sueños de paz. De libertad. De un mundo unido, un mundo en flor. De algo mejor… para todos nosotros.
Sarah J. Maas (A Court of Mist and Fury (A Court of Thorns and Roses, #2))
amor está allí, el perfume está allí, aunque uno esté solo: como una flor en un sendero solitario. Nadie pasa, pero la flor está allí con su perfume. Nadie está allí para saberlo, para disfrutarlo, pero el perfume se sigue esparciendo en silencio porque no va dirigido a nadie.
Osho (Moral, inmoral y amoral: ¿Qué está bien y qué está mal? (Spanish Edition))
Las lágrimas caen por mi expresión de madera, escurriéndose de los ojos que parpadean lentamente mientras miro mi reflejo a través de la ventana. Mientras sufro por veinticuatro hebras de mí que han sido arrancadas como los pétalos de una flor.
Raven Kennedy (Glow (The Plated Prisoner, #4))
—Me siento menos solo desde que te conocí, tu compañía me hace sentir menos gris, hay momentos en que te observo durante unos segundos y me dan ganas de que mis esperanzas se despierten, pero después recuerdo lo que soy, que vivo a base de sustancias que me destruyen —susurró despacio, tragó saliva y vi como sus ojos se cristalizaron—. Y lo peor de todo es que… —Tembló su voz y en mi mente pasó el pensamiento de que se quebraría en cualquier momento—. Metí a mi cuerpo una droga más fuerte que cualquier otra… Una que te mata y te hace sentir vivo, la cual va hacia el corazón y, solo le hace dos cosas, si eres afortunado; junta tus piezas y vuelves a querer seguir, pero si estás jodido; romperá los cachos en piezas más diminutas.
Flor M. Salvador (Boulevard)
alzó la mirada poco a poco y sus ojos se quedaron viendo fijamente los míos, fue increíble como pude ver su corazón roto a través de ellos.
Flor M. Salvador (Boulevard)
Esto era lo malo de ser hija única, no tener a nadie que te haga o le hagas la vida un desastre, pero aun así no te haga sentir tan sola como el pan de sándwich que nadie quiere
Flor M. Salvador (Boulevard)
«La gente debería dejar de ser metiche, como tú, por ejemplo»
Flor M. Salvador (Boulevard)
Plantearemos que el mundo tiene la consistencia de una atmósfera y que las hojas pueden dar testimonio de esto. Le solicitaremos a las raíces que expliquen la verdadera naturaleza de la Tierra. En fin, es la flor la que nos enseñará lo que es la racionalidad, medida no ya como capacidad o potencia universal, sino como fuerza cósmica.
Emanuele Coccia (La vida de las plantas: Una metafísica de la mixtura)
A veces es bueno ignorar la mierda que suele hablar la mayoría de las personas en el mundo. —Lo he sentido como una indirecta —
Flor M. Salvador (Boulevard)
Me gusta llegar media hora antes y sentarme de último para ver cada ser patético entrar por esa puerta. Es divertido ver como unos se chocan con el marco de la puerta porque llegan casi con los ojos cerrados —confesó burlón—. Me gusta reírme de la desgracia de lo demás
Flor M. Salvador (Boulevard)
Estaba bien ser amable, llevarte con cierta cantidad de personas, pero no por ello tenías que ser demasiado bondadoso. Algunas no lo valoran y terminan de alguna manera u otra dándote la espalda cuando más lo necesitas, entonces, tener tu distancia y límite siempre será un arma que puedes usar a tu favor. No todos son tus amigos. No todos serán como tú.
Flor M. Salvador (Si las personas fueran constelaciones)
la poesía viene sola con todo lo que dejo a mi paso: flor o demonio, la poesía viene sola como un pájaro (de "Amor, Ciudad Atribuída")
Nancy Morejón (Where the Island Sleeps Like a Wing: Selected Poetry)
De tiempo a espacio Naciste desde el fondo de la noche, del sueño donde el tiempo comienza a ser raíz y la mirada sólo tibio aire, cuando aún no era ojo, sino apenas un viento suave, un aroma erigido sin mano que lo toque. Eras la flor ahogada flotando sobre el cuerpo en nuestro amanecer hacia la luz; destrozabas la noche con tus ojos, hundida en mi desnudo tal un vivo rumor de brisa que al oído volcara la virtud de su marea, y mi aliento en tu savia navegaba, y tu voz en mi pulso se moría como sombra de ave agonizante, transformando mi cuerpo en sueño tuyo, en vivo espejo abandonado o silencio que cruza los espacios.
Alí Chumacero (Poesía (Coleccion Letras Mexicanas: Poesia) (Spanish Edition))
Recordemos el cuento del Príncipe y el Dragón. Un matrimonio anciano que desea tener un hijo consulta a una comadrona que les aconseja que antes de dormir arrojen bajo la cama el agua con el que han lavado los platos. A la mañana siguiente descubren bajo la cama una flor con dos capullos, uno blanco y otro negro, y los recogen a ambos. Al cabo de unos meses la comadrona vuelve a ser llama da para asistir al parto. Lo primero que aparece es una lagartija viscosa que la comadrona, con el beneplácito semiconsciente de la madre, arroja por la ventana. Unos instantes después nace un hijo robusto y hermoso al que todos aman. Tanta admiración despierta que llega a prometerse en matrimonio con la hija del rey. Mientras tanto, el Dragón también va creciendo en secreto añorando a su hermano y a su familia, a quienes roba para poder seguir vivo y mantenerse caliente. De este modo, el Dragón termina desarrollando un carácter agrio, malhumorado y rencoroso. Cuando, el día de la boda el príncipe sale del castillo, su carruaje debe detenerse súbitamente porque un gigantesco Dragón le corta el paso revelándole que es su hermano perdido hace tiempo y le pide que le encuentre una novia o, en caso contrario, jamás volverá a ver a su prometida. Entonces, comienza el difícil proceso -que durará varios años- de encontrar una mujer que esté dispuesta a pasar toda una noche con el Dragón en una habitación. El punto crítico del relato reside en la escena en la que el Dragón sale de la oscuridad, declara su procedencia y reclama una muchacha que sea capaz de «amarle» tal como es. Hasta ese momento el Dragón se ha visto condenado a vivir como un criminal y un descastado. Ahora no quiere renunciar a ser como es.
Connie Zweig (Meeting the Shadow: The Hidden Power of the Dark Side of Human Nature)
Recordemos el cuento del Príncipe y el Dragón. Un matrimonio anciano que desea tener un hijo consulta a una comadrona que les aconseja que antes de dormir arrojen bajo la cama el agua con la que han lavado los platos. A la mañana siguiente descubren bajo la cama una flor con dos capullos, uno blanco y otro negro, y los recogen a ambos. Al cabo de unos meses la comadrona vuelve a ser llamada para asistir al parto. Lo primero que aparece es una lagartija viscosa que la comadrona, con el beneplácito semiconsciente de la madre, arroja por la ventana. Unos instantes después nace un hijo robusto y hermoso al que todos aman. Tanta admiración despierta que llega a prometerse en matrimonio con la hija del rey. Mientras tanto, el Dragón también va creciendo en secreto añorando a su hermano y a su familia, a quienes roba para poder seguir vivo y mantenerse caliente. De este modo, el Dragón termina desarrollando un carácter agrio, malhumorado y rencoroso. Cuando, el día de la boda el príncipe sale del castillo, su carruaje debe detenerse súbitamente porque un gigantesco Dragón le corta el paso revelándole que es su hermano perdido hace tiempo y le pide que le encuentre una novia o, en caso contrario, jamás volverá a ver a su prometida. Entonces, comienza el difícil proceso -que durará varios años- de encontrar una mujer que esté dispuesta a pasar toda una noche con el Dragón en una habitación. El punto crítico del relato reside en la escena en la que el Dragón sale de la oscuridad, declara su procedencia y reclama una muchacha que sea capaz de «amarle» tal como es. Hasta ese momento el Dragón se ha visto condenado a vivir como un criminal y un descastado. Ahora no quiere renunciar a ser como es.
Connie Zweig (Meeting the Shadow: The Hidden Power of the Dark Side of Human Nature)
No soy ningún reformador del mundo, y lo dejo donde está. [...] yo también pido que me dejen morir. ¿Qué hago aquí, en este interminable invierno? Esa flor abierta en tu costado te mata. Han perdido la antigua fe; el cura se queda en su casa y desgarra sus ornamentos sacerdotales uno tras otro; en cambio, el médico tiene que hacerlo todo, suponen ellos, con sus pobres dedos de cirujano. --¿Sabes --me dice una voz al oído-- que no tengo mucha confianza en ti? No importa como hayas llegado hasta aquí; no te han llevado tus pies. En vez de ayudarme, me escatimas mi lecho de muerte. No sabes cómo me gustaría arrancarte los ojos. Vine al mundo con una hermosa herida. Es lo único que poseo. Desnudo, medio muerto de frío y a mi edad, con un coche terrenal y dos caballos sobrenaturales, voy rodando por los caminos. ¡Se han burlado de mí! Basta acudir una vez a un falso llamado de la campanilla nocturna para que lo irreparable se produzca.
Kafka
y el guardia nocturno ríe a carcajadas el respeto ríe a carcajadas como una jirafa se retuerce como una ballena y su risa es como la risa negra de los negros como la risa loca de los locos como la risa infantil de los niños de los niños es la risa en bruto la risa que sacude la verdadera risa loca verdaderamente como la verdadera risa loca de la primavera sabe usted que cuando la primavera llega a toda velocidad cantando a voz en cuello la primavera loca la primavera un poco borracha y tan contenta lleva en la oreja la gran flor que llamamos sol una muchacha enteramente nueva enteramente feliz enteramente desnuda en los brazos camina sobre la hierba nueva y la hierba nueva se estremece bajo la caricia de sus pasos la muchacha es hermosa como un sueño tan hermosa que ni la primavera se lo explica en la mano tiene un pájaro nuevo el pájaro de la juventud el pájaro que ríe a carcajadas
Jacques Prévert
Rica o pobre es lo mismo para una mujer. Aunque supiese pelear como hombre, aunque su educación superara a la mayoría de los jóvenes de su edad, ella nunca podría elegir. No tendría verdadera libertad.
Flor Núñez Graiño (Kamilcara (Kamilcara, #1))
¿había algo tan hermoso y a la vez tan maligno como una rosa? Una flor cuya visión y olor podían hacerte soñar y cuyo tacto podía traerte de vuelta a la realidad con un solo pinchazo.
Erya Writter (El espíritu del espejo (Reinos malditos, #2) (Spanish Edition))
La vida era algo incierto, y había algunos momentos que se deseaban recordar, grabar en la memoria para poder recuperarlos más tarde, como una flor guardada entre las páginas de un libro,para poder admirar y rememorar de nuevo
Cassandra Clare (Clockwork Princess (The Infernal Devices, #3))
«La Verdad nunca es una verdad única... La Verdad esta enterrada en las raíces de la Historia Pero la Historia tampoco es única... Cada pueblo, cada cultura tiene la suya propia. Por lo tanto, hay tantas verdades como pueblos en la Historia»   Enghuss de Dässerdal
Jesús B. Vilches (La Flor de Jade (El Enviado) Primer Bloque (260 paginas de prewiew))