“
Asimismo, el carácter del bullying tiene diferentes manifestaciones: • Físico: empujones, “picar la cola”, poner el pie, patadas, puñetazos, “zapes”, coscorrones, agresiones con objetos, pellizcos, jaloneo del pelo. • Verbal: insultos, apodos; ridiculizar, imitar, esparcir rumores, difamar. • Ciberbullying. En lugar de producirse cara a cara, ocurre a través del teléfono o de internet. El problema fundamental de este tipo de acoso es que ocurre incluso en el hogar, y la víctima no tiene dónde esconderse, mientras que el acosador puede mantener cierto anonimato. Una de sus modalidades es más grave: cuando se graba un video vejatorio y se sube a internet. • Psicológico. El componente psicológico está presente en todas las formas de abuso, y consiste en todas aquellas acciones encaminadas a destruir la seguridad y la autoconfianza de un individuo. Por ejemplo, excluir a un compañero del grupo en forma rotunda y severa, humillarlo o avergonzarlo públicamente. Hoy es necesario entender que el acoso escolar o bullying es un problema en el que, sin lugar a dudas, se ponen en juego muchas variables que vienen de fuera, pero cuyas manifestaciones se dan en el corazón de la escuela, ahí donde se construye la seguridad y la confianza, la convivencia cotidiana. Por ello, es ahí donde, como diría la sevillana Rosario Ortega, tenemos que llevar el bálsamo de la reparación, la acción preventiva y la intervención educativa. Algunos signos de que un estudiante está siendo acosado en la escuela: • Empieza a inventar enfermedades que le permitan faltar a la escuela: dolores de estómago, dolores de cabeza, de muela... • Somatización. En este caso no inventa una dolencia; realmente ponen el dolor emocional en el cuerpo a través de náuseas, mareos, vómito, malestar de estómago o de cabeza, como respuesta al estrés y a la angustia. • Bajo desempeño escolar. • Pesadillas o insomnio. • Apatía. • Cansancio por las mañanas. • Conducta autodestructiva. • Fatiga crónica. • Pierden sus pertenencias y aparentemente pierden dinero. • Pobre concentración. • Irritabilidad. • Ideación suicida. Consejos • Apoyar y contener emocionalmente a su hijo y decirle que lo ayudarán a superar el problema. • Dejarle claro que no es su culpa y que cualquier persona que vive experiencias de bullying se siente igual de mal. • Informar por escrito a la escuela. • Solicitar una reunión con las autoridades escolares y exponer el problema para trabajar en colaboración. • No reaccionar con violencia, ni irrumpir en el colegio ocasionando un escándalo con los profesores o los padres del agresor. • No instigar a su hijo a que se defienda violentamente. • No hablar ni amenazar al agresor. • No sobreprotegerlo. • Investigar si se trata de algo recurrente o permanente; si su hijo tiene problemas de socialización en otros espacios, si tiene dificultades para defenderse. En caso de ser así, pida ayuda y orientación psicológica. En estos casos, una psicoterapia de grupo de corte psicodinámico puede ser muy útil. AGRESIÓN Y VIOLENCIA En el adolescente la agresión tiene dos significados: por un lado, es directa o indirectamente una reacción ante la frustración; por el otro, es una de las dos fuentes principales de energía que posee el chico. La agresión surge desde que el bebé está en el vientre materno. Los golpes tempranos e incluso los
”
”
Alexis Schreck Schuler (Misión imposible: cómo comunicarnos con los adolescentes (Spanish Edition))