Cabeza De Vaca Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Cabeza De Vaca. Here they are! All 26 of them:

...[Cabeza de Vaca] ceased to be lost not by returning but by turning into something else.
Rebecca Solnit (A Field Guide to Getting Lost)
Más vil que un lupanar, la carnicería rubrica como una afrenta la calle. Sobre el dintel una ciega cabeza de vaca preside el aquelarre de carne charra y mármoles finales con la crueldad de un ídolo
Jorge Luis Borges
If one lives where all suffer and starve, one acts on one's own impulse to help. But where plenty abounds, we surrender our generosity, believing that our country replaces us each and several. This is not so, and indeed a delusion. On the contrary the power of maintaining life in others, lives within each of us, and from each of us does it recede when unused. It is a concentrated power. If you are not acquainted with it, your Majesty can have no inkling of what it is like, what it portends, or the ways in which it slips from one.
Álvar Núñez Cabeza de Vaca (Adventures in the Unknown Interior of America)
The women in the kitchen sang: Sarampión toca la puerta. Viruela dice: ¿Quién es? Y Escarlatina contesta: ¡Aquí estamos los tres! The cook would sometimes shout a little madly, “Sing it again!” And the women would sing again: Measles knocks at the door. Smallpox asks, Who’s there? And Scarlet Fever replies: All three of us are here!
Sharman Apt Russell (Teresa of the New World)
Yogur normal: leche entera pasteurizada y cultivos lácteos. Esta es la definición de un yogur. Yogur desnatado (Danone vitalinea 0%): leche descremada pasteurizada de vaca, jarabe (maltodextrina, almidón modificado, saborizante idéntico al natural, sucralosa y acesulfame K, sorbato de potasio, ácido láctico, ácido cítrico, simeticona, citrato de sodio), crema pasteurizada de vaca, sólidos de leche, almidón modificado y cultivos lácteos. ¿Realmente piensas que la versión light es mejor? En ese caso golpéate la cabeza contra la pared, 5 veces.
Marcos Vázquez (Mentiras Que Engordan: Los 10 Mitos Sobre Nutrición Que Te Has Tragado (Spanish Edition))
The natives called the four travelers “the children of the sun” because they seemed to have come from such unimaginably remote lands. It is tempting to narrate their journey as an extreme tale of survival: four naked men at the mercy of the natural elements, facing an extraordinary array of native societies. Comparisons to Joseph Conrad’s Heart of Darkness are difficult to avoid. It was certainly a hellish journey. But it was also much more. At its heart, it is the story of how a handful of survivalists, out of necessity, were able to bridge two worlds that had remained apart for 12,000 years or more. Deprived of firearms and armor, the castaways were forced to cope with North America on its own terms.
Andrés Reséndez (A Land So Strange: The Epic Journey of Cabeza de Vaca)
La tierra gira gira con sus árboles… sus jardines… sus casas… gira con sus grandes charcos de sangre y todas las cosas vivas giran con ella y sangran… A la tierra todo eso le da igual gira y todas las cosas vivas lanzan alaridos le da igual gira no deja de girar y la sangre no deja de correr… A dónde va toda esa sangre derramada la sangre de los crímenes… la sangre de las guerras… la sangre de la miseria… y la sangre de los hombres torturados en las cárceles la sangre de los niños torturados tranquílamente por papá y mamá y la sangre de los hombres que sangran de la cabeza en las celdas de castigo… y la sangre del que coloca las tejas ... sangre cuajada como la leche como la leche cuando está cortada como la tierra que gira con su leche… con sus vacas… con sus vivos… con sus muertos…
Jacques Prévert
Allí va Isak atravesando el campo. Sembrando. Un coloso, un tronco. Va vestido con la lana que le proporcionan sus rebaños, y calza zapatos de la piel de sus propios terneros y vacas. Conforme al uso piadoso, va con la cabeza descubierta mientras siembra. Es calvo en la parte superior del cráneo, pero una corona que forman sus cabellos y su barba encuadra su cabeza. Es Isak, el margrave. Rara vez sabía la fecha exacta en que vivía. ¿Para qué? Holgaba el acordarse de plazos ni apremios. En su calendario había unas cruces que señalaban cuándo había de parir una vaca. Sabía que para San Olaf, en el otoño, convenía haber entrado el heno; sabía cuándo tenía lugar, por primavera, la feria de ganados; y que tres semanas después el oso salía de su cueva; y que la semilla había de estar ya en la tierra. Sabía lo indispensable. Es campesino de las tierras solitarias hasta la médula y agricultor de pies a cabeza. Un resucitado de tiempos remotos que señala hacia el futuro, un hombre de los primeros tiempos de la agricultura, un labriego de novecientos años de edad y, pese a ello, el hombre del día. No; ya no le quedaba nada del dinero de la venta del terreno del cobre; el viento se lo había llevado. Y una vez abandonada de nuevo la mina, ¿a quién le quedaba algo? Pero lo que fue un día tierra de nadie subsiste y tiene diez granjas, y espera centenares de ellas. ¿Qué es lo que aquí no crece y prospera? Aquí crece y prospera todo: hombres, y bestias y los frutos de la tierra. Isak estaba sembrando. El sol de la tarde ilumina el grano que la mano desparrama y cae en los surcos como una lluvia de oro. Llega Sivert y se pone a rastrillar, y luego apisona con el cilindro, y luego vuelve a rastrillar. Allí están el bosque y las montañas, contemplando. Todo es potencia y grandeza. Aquí todo se relaciona y encuentra una finalidad. Clin, clin... clin, dicen las esquilas de las vacas en las laderas. Se van acercando los rebaños, camino del establo. Son quince vacas y cuarenta y cinco cabezas de ganado menor: sesenta en total. Andan las mujeres con los ordeñaderos, que llevan colgados sobre los hombros por medio de un yugo; Leopoldine, Jensine y la pequeña Rebecca. Las tres van con los pies desnudos. No se ve entre ellas a la mujer del margrave, Inger; permanece en la casa cuidando de la cena. Alta, augusta, anda por la casa, como una vestal que guarda el fuego sagrado en un sencillo fogón de cocina. Inger hizo un día un viaje por el ancho mar, y estuvo en la ciudad. Ahora está de nuevo en el hogar. Vasto es el mundo y lleno de puntitos inquietos. Inger tomó parte en esa inquietud. Y cuando estuvo entre la multitud humana no fue casi nada; sólo un ser humano entre muchos... Y cae la tarde.
Anonymous
Now she could smell what the jaguar could smell, odors deeper and richer than anything she had experienced before, layers of smell she could read like Fray Tomás had read the words in her father’s book: the wet decay of leaves, the death fear of a mouse, the poisonous cloy of datura, water and mud and insects, the wind carrying the smell of other animals, the wind itself, and the girl, of course, always the girl with her juicy flesh. The girl smelled incredibly good. Should the jaguar do this? Should Teresa eat herself?
Sharman Apt Russell (Teresa of the New World)
Cabeza de Vaca had wrapped her in his arms and in his language, whispering about a life she did not understand although understanding seemed to form just beyond the sea and sand, waiting there for her to grow older. Even when the story confused her, she had caught words or phrases, ideas like fish, bold and surprising, tasting of her father’s mind. She had learned quickly to nod and speak because he needed her to do this, because his need surrounded her like the blue sky. She was his bastard, and he had loved her. Yes, he had loved her. That was the memory she couldn’t bear.
Sharman Apt Russell (Teresa of the New World)
At age sixty-five, Cabeza de Vaca, the first white man to have journeyed into Texas and across its vast plains, died. Texas, a state which would always honor the brave, had its first true hero.
James A. Michener (Texas)
la historia le patea la cabeza como una vaca rubia derrumbándolo barranca abajo, pero es leyenda él, categoría, sueño del viento
Pablo de Rokha
—Es un poco injusto haber mandado a un niño solo a la sierra, ¿no te parece? —No soy mucho menor que tú —contestó Oliver, molesto. —Sí, pero a mí sólo me piden que haga arpas que gritan, y eso en realidad no es peligroso. Oliver suspiró. —No sabían que habría ghules —dijo. No sabía bien por qué estaba defendiendo a los de su aldea, pero no podía darle a entender a Trebastion que eran un puñado de monstruos—. Y en realidad no me mandaron a hacerlo sino que estaban asustados, sólo eso. El armadillo se mantuvo en silencio. —Yo estoy asustado, todo el tiempo con miedo —dijo Trebastion—. Me aterra que el alcalde Stern vaya a aparecerse y a abrirme de arriba abajo y sacarme las vísceras como si yo fuera un pescado. Y no por eso hago que alguien se largue a conseguirme la lluvia. Oliver puso los ojos en blanco. —Sí, pero tú eres sólo una persona. Trebastion dio un traspiés en una raíz. —Seguro que eso tiene mucha lógica —dijo cuando recuperó el equilibrio—, pero creo que no entiendo qué tiene que ver. Oliver hizo una pausa. El armadillo levantó la cabeza y olfateó el aire. —Tú eres sólo una persona —explicó Oliver—, y yo soy sólo una persona. Pero los aldeanos eran treinta o cuarenta —trató de encontrar una buena manera de expresarlo para que Trebastion comprendiera—. Y se reunieron y entre ellos fueron atizándose el enojo y con eso fue más difícil pensar individualmente. Ninguno de ellos lo hubiera hecho por sí solo, a excepción de Harold, tal vez. Continuaron unos minutos en silencio, o al menos en el máximo de silencio posible con Trebastion. —Pero al final lo hicieron —observó Trebastion—. Quiero decir que sucedió. Oliver suspiró. —Sí, pero no lo estoy haciendo por todos ellos en conjunto, sino por cada uno por separado. Por Vezzo y Matty… y por todos. Nuestros vecinos —los podía ver a cada uno en su imaginación. Matty probablemente estaba llorando junto a sus pollos en ese momento. Vezzo podía estar incluso mirando hacia el oeste, con sus grandes manos apretadas a los costados de su cuerpo, pensando si Oliver estaría bien o no. —Suena muy complicado —dijo Trebastion. Oliver se encogió de hombros. Luego de unos momentos preguntó: —¿Conoces alguna vaca? —Me he topado con una o dos en la vida —concedió Trebastion—, cuernos, ubre… esas cosas. —Bien, pues son vacas y sólo eso, ¿cierto? Son importantes para sus dueños, pero son simplemente… vacas. Y cuando reúnes una buena cantidad y de repente se asustan y forman una estampida pueden llegar a derribarte. No es que tengan intención de hacerte daño, sino que están asustadas. Siguen siendo importantes para sus dueños. No porque te hayan hecho eso vas a rechazar a todas las vacas de ahí en adelante. —Sí, pero eso no te quita el hecho de que estés muerto —siguió Trebastion—, luego de que te pisotearon. Oliver suspiró. —Ajá —había pensado que la analogía de las vacas le ayudaría a Trebastion a entender, pero tal vez él comprendía mejor de lo que Oliver se imaginaba—. Sí, eso no te quita lo muerto.
T. Kingfisher (Minor Mage)
What the castaways saw and recorded constitutes our very first and frequently our only window into a continent before and during this great devastation. They depicted a world that was alive. Wherever the survivors went they found Native Americans, all vigorously exploiting the environment by setting fires to hunt deer or replacing large tracts of North American Eden with plots of corn. These groups moved about in deliberate circuits to take advantage of different edible sources, possessed intricate trading networks, and waged war on one another with the same cunning and vindictiveness of their European counterparts.
Andrés Reséndez (A Land So Strange: The Epic Journey of Cabeza de Vaca)
the natives said that “very far away from there, there was a province called Apalachee in which there was much gold, and they made signs to indicate that there were very great quantities of everything we held in esteem.” It is almost certain that the Indians were embellishing the truth in hopes that the intruders would leave.29
Andrés Reséndez (A Land So Strange: The Epic Journey of Cabeza de Vaca)
Echo un vistazo por la ventana. ¿No vivió una poeta en esa granja de ahí? ¿No corría por sus venas ese impetuoso río gris, cargado de arena y lodo? Decían que al final lo pagaban las vacas, porque cada vez que se sentaba a escribir sobre el amor y el trágico destino de sus paisanos, empeñada en transformar el color de las ovejas en una puesta de sol sobre Breiðafjörður, se le olvidaba ordeñar. Y no había mayor pecado que olvidarse de vaciar unas ubres turgentes. Cuando iba de visita a las granjas vecinas, pasaba demasiado rato sentada, o bien recitando poemas, o bien en silencio durante horas mientras sumergía terrones de azúcar en su café. Decían que escuchaba una orquesta de cuerda cuando escribía, y que despertaba a los niños en plena noche para llevarlos en brazos hasta la puerta de la granja y enseñarles un mar revuelto de auroras boreales ondulando en el cielo negro. El resto del tiempo se encerraba en el dormitorio conyugal y se tapaba la cabeza con el edredón. Albergaba tanta melancolía en su interior que una tarde clara de primavera desapareció en las profundidades plateadas del río. Ya no le bastaban las ganas de comer huevos frescos de frailecillo, no conseguía dormir. La encontraron en una red de truchas junto al puente. Arrastraron hasta la orilla a una poeta de alas truncadas con la falda empapada, las medias rotas y el vientre lleno de agua. —Me ha destrozado la red —protestó el granjero a quien pertenecía el aparejo—. La puse para pescar truchas. Esas mallas no están hechas para escritoras. Su destino me sirvió de advertencia, si bien es verdad que era la única escritora que tenía como referente. Por lo demás, la poesía era cosa de hombres. Por eso aprendí que no debía contarle mis planes a nadie
Auður Ava Ólafsdóttir (Miss Iceland)
Los artistas se secarán, lagartos aplastados. Serán arrancadas de las ubres de las vacas las pupilas de la Beneficencia Pública, que maman, pequeñas culebras; ... y ejércitos de monos que adorarán a dioses con cabezas de motor. ... para los que cavan con sus manos la noche más dura que la roca,
Paul Morand
America stirred the European imagination in a way Africa and Asia never did, becoming either a creation or an extension of Europe, promising a potential harvest of souls.
M. Carmen Gómez-Galisteo (Early Visions and Representations of America: Alvar Nunez Cabeza de Vaca's Naufragios and William Bradford's Of Plymouth Plantation)
concluding that America had not enjoyed Jesus’ grace, just as Acosta had done in The Natural and Moral History of the Indies (1604).46 Many a European considered America as the realm of Satan’s minions, the last place in the world to learn about the gospel and where the devil’s presence was constant.
M. Carmen Gómez-Galisteo (Early Visions and Representations of America: Alvar Nunez Cabeza de Vaca's Naufragios and William Bradford's Of Plymouth Plantation)
Por qué los niños son así Es la gente del mundo que más ama a sus hijos y mejor tratamiento les hace. ALVAR NÚÑEZ CABEZA DE VACA, Naufragios Se lamentan algunos de que los niños vengan al mundo sin manual de instrucciones, o de que no se pidan estudios y un título para ser padres. Detrás de estas frases pretendidamente graciosas subyace la peligrosa creencia de que no se puede criar adecuadamente a un niño sin seguir los consejos del experto de turno. En realidad, los padres lo hacen en general bastante bien, como lo han hecho durante millones de años. La mayoría de los errores que cometen no se les ha ocurrido a ellos, sino que provienen de expertos anteriores. Fueron médicos los que recomendaron hace un siglo dar el pecho diez minutos cada cuatro horas, lo que llevó al fracaso casi total de la lactancia. Fueron farmacéuticos los que hace apenas sesenta años vendían «polvos para la dentición» a base de mercurio, sumamente tóxicos, que había que administrar a los bebés para hacerles babear, pues la «baba retenida» causaba graves enfermedades. Fueron médicos y educadores los que hace dos siglos advirtieron que la masturbación «secaba el cerebro», e idearon terribles castigos y complejos aparatos para evitar que los niños se tocasen. Fueron expertos los que hace cinco siglos recomendaban envolver a los niños como momias para que no pudieran gatear, porque tenían que andar como las personas y no arrastrarse por el suelo como animales. Es posible que todos los errores que cometemos al educar a nuestros hijos sean el sedimento de siglos de consejos erróneos de psicólogos, médicos, sacerdotes y hechiceros. ¡Menos mal que los niños no traen instrucciones, menos mal que no nos piden aún el título de padre!
Carlos González (Bésame mucho: Cómo criar a tus hijos con amor)
America stirred the European imagination in a way Africa and Asia never did, becoming either a creation or an extension of Europe, promising a potential harvest of souls. Thus,
M. Carmen Gómez-Galisteo (Early Visions and Representations of America: Alvar Nunez Cabeza de Vaca's Naufragios and William Bradford's Of Plymouth Plantation)
America had the infinite privilege of fulfilling her destiny and saving the world. Woodrow Wilson
M. Carmen Gómez-Galisteo (Early Visions and Representations of America: Alvar Nunez Cabeza de Vaca's Naufragios and William Bradford's Of Plymouth Plantation)
God in wisedome having enriched the Savage Countries, that those riches might be attractives for Christian suters,
M. Carmen Gómez-Galisteo (Early Visions and Representations of America: Alvar Nunez Cabeza de Vaca's Naufragios and William Bradford's Of Plymouth Plantation)
Indeed, superior weapons had enabled Spanish expedition leaders to vanquish large numbers of indigenous opponents. When Hernán Cortés first reached the coast of Mexico, he had his ships grounded to prevent his men from going back and would go on to bring down Mexico-Tenochtitlán, a city of 250,000 inhabitants, with a little more than 1,000 soldiers. Similarly, in 1536- 1537, Francisco Pizarro and some 180 Spaniards held off perhaps 100,000 indigenous attackers for more than a year in the heart of the Inca Empire. Thousands of Indians perished, but only one Spaniard died, a man who had failed to wear his helmet.3
Andrés Reséndez (A Land So Strange: The Epic Journey of Cabeza de Vaca)
The cannibalistic Karankawa Indians occupied the Island at least as far back as 1400. Cabeza de Vaca, La Salle, and Jean Lafitte all visited it before Texas was a republic. The Battle of Galveston wasn’t the greatest sea battle of the Civil War, but it was one of the most poignant.
Gary Cartwright (Galveston: A History of the Island (Chisholm Trail Series Book 18))
Alvar Núñez Cabeza de Vaca was in his mid-thirties when the Spanish fleet set sail from Cuba to conquer the Florida peninsula. His family traced its ancestry (and its ludicrous name) to a humble shepherd who carved a place in Spanish history by showing the troops of King Sancho of Navarre a shortcut through the mountains north of Seville. The shepherd’s name was Martin Alhaja and he marked the mountain pass with the skull of a cow—cabeza de vaca—thus enabling the Spanish to rout the Moors during the Reconquest of 1212. As a reward, the king gave Martin Alhaja the noble name of Cowhead. In the centuries that followed, the family distinguished itself as builders, civil servants, and explorers. Cabeza de Vaca’s paternal grandfather led the conquest of Grand Canary Island in the late 1400s. By 1500 the island of Cuba had become headquarters for Spanish conquistadors. Cortés had sailed from Cuba in 1521 to conquer the Aztecs of Mexico (which he called New Spain).
Gary Cartwright (Galveston: A History of the Island (Chisholm Trail Series Book 18))