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Y la esvástica que he dibujado en el marco de la ventana de mi cuarto envejece: indiqué bajo ella la fecha en la que nos encerraron en esta cada, el 17 de abril, y estamos a 16 de julio. La tracé a escondidas, en secreto. Siempre la he considerado un símbolo de buena suerte, traido desde la India por los santones que cuidan del alma y descuidan el cuerpo y dondequiera que mi hijo ha dormido, a falta de un icono, lo ha acompañado la cruz solar. Y asi vamos pasando dia a dia, procurando mantener el buen humor entre todos, y sin pensar demasiado.
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