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El Automóvil Club Argentino (A.C.A.) alzó la voz para proponer que el cambio de sentido se hiciera el jueves 5 de octubre de 1944. ¿Por qué el 5 de octubre? Porque desde 1928, cada 5 de octubre se celebra en la Argentina el Día del Camino. ¿Y por qué en la Argentina se celebra el Día del Camino? Porque el 5 de octubre de 1925 se llevó a cabo en Buenos Aires el primer Congreso Panamericano de Carreteras, al que acudieron casi todos los países del continente donde, entre otras cosas, ¡se había planteado la necesidad de unificar las reglas sobre circulación de tránsito! El jueves 5 de octubre de 1944 que había propuesto el A.C.A. pasó sin pena ni gloria y los coches siguieron por sus carriles. De todas maneras, el cambio estaba en marcha. El general Juan Pistarini, ministro de Obras Públicas del presidente Farrell, se había sumado a la cruzada del carril: el 2 de octubre había firmado el decreto 26.965 que establecía que el domingo 10 de junio de 1945 a las seis de la mañana todos los automóviles del país debían modificar su sentido de marcha (el decreto fue del mismo día en que el ministro Pistarini elevó otro referido a la construcción del aeropuerto en Ezeiza). La cuenta regresiva, los ocho meses previos al cambio de mano, fueron intensos. Se estableció que la semana inicial todo el mundo manejaría a menor velocidad de la normal. Las máximas serían de 20 km/h en las zonas urbanas, 35 en las suburbanas y 70 en las carreteras en campo abierto. Se imprimieron calcomanías que debían pegarse en los vidrios traseros y delanteros de los autos, en la noche del 9 de junio. Las flechas indicaban por dónde debían ser pasados: por la izquierda. Quien no tuviera los calcos pegados recibía una multa. Los folletos con consejos buscaban resolver las situaciones de incertidumbre —por ejemplo en una bocacalle— con frases como: “Piense que si usted es una persona serena, el otro conductor puede ser un novicio de temperamento nervioso y perder el control en momento de peligro”. Otro de los consejos era: “Si se encuentra de frente con otro coche que no tiene en cuenta el cambio de mano, usted debe detener su vehículo y hacer al otro conductor las indicaciones necesarias”. ¿Habrán nacido allí los gestos que aún hacemos desde nuestros coches, para demostrar unos a otros y otros a unos que están o estamos equivocados? Como medida complementaria, se modificó el sentido de circulación de muchísimas calles de Buenos Aires. Un par de semanas antes del día M (M de mano), brigadas del Touring Club Argentino y del ya mencionado A.C.A. salieron con escaleras y martillos a estampar carteles viales. Se dieron vuelta 280 señales de estacionamiento y se adhirieron a las esquinas 6.500 flechas indicadoras del sentido de la circulación. Se acordó que los trenes y subtes no cambiarían de mano para no sumar más confusiones. En mayo se realizó un simulacro de cambio de mano en Corrientes y 9 de Julio. Durante un día, todos aquellos que desearan probarse podían dar vueltas alrededor del obelisco en el sentido contrario al que estaban acostumbrados (porque tradicionalmente se giraba en el sentido de las agujas del reloj y a partir de junio, sería al revés). La gente se paraba en la Plaza de la República para ver el espectáculo del giro a la izquierda. Además de la constante publicidad oficial, las empresas hicieron su aporte marketinero. Por ejemplo, la marca Cinzano publicó un aviso en los matutinos con un dibujo de automóviles girando en el nuevo sentido alrededor del obelisco, y la frase con rima: “Hoy cambie de mano, y siga tomando vermouth Cinzano”. La joyería Casa Escasany mostraba un reloj pulsera con correa de cuero que pasaba a la mano derecha. Su eslogan alusivo fue: “Hoy, cambio de mano. Verifique la velocidad de su coche con cronógrafos de Casa Escasany”. Otro aviso: “Tome su derecha y tome Geniol”. El de pinturerías Alba: “Desde el Alba del 10 de junio, todo el país
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