Alberto Salazar Quotes

I had as many doubts as anyone else. Standing on the starting line, we're all cowards.

Whatever we accomplish in life, if it's solely for our own good, then it doesn't mean that much. The things you do that affect others in a positive way are the ones that count. Whatever facet of life you're in, God has given you a gift; do the best you can with that gift.

Running isn’t simply a discipline,” he said. “It can become a compulsion—it can become like a god. If you worship this god, you forget everything else. And when you lose this god, you’ve got nothing.

will resist. Thus, unlike Frank Shorter or Alberto Salazar, Rodgers was never ranked among the top ten in the 5000 meters or

Las Enéadas IV, V y VI constituyen la base de la teología de Plotino; de acuerdo con Cruz Hernández (1981, p. 51), los comentadores árabes creyeron que estos textos formaban parte de un libro de teología falsamente atribuido a Aristóteles, y es posible que en tal calidad hayan llegado a occidente y hayan encontrado un lugar en la obra de teólogos como Alberto Magno y Tomás de Aquino, así como de místicos como Buenaventura. Por otro lado, se muestra que una versión cristianizada de Plotino, realizada por seudo-Dionisio areopagita hizo carrera en el pensamiento medieval. Voy a fijarme en el empleo que Plotino hace de ciertas imágenes en estos tres textos, porque estimo que ese empleo —seguramente mediado por de la obra de los árabes y de seudo-Dionisio— fue la base de la creación del paraíso dantesco.

quiere alcanzar grandes metas, tendrá que correr algunos riesgos. ALBERTO SALAZAR

But I’ve since learned that for an athlete, the toughness has to come from within—from some sort of hunger, crisis, or need. You can coach nearly any other quality or skill into a runner, but you can’t coach that.

This might sound extreme, perhaps even a little deranged, but I don’t think you can make it to the very top rank in any sport if you don’t have a similar aversion to losing—a visceral, physical loathing. I look for this trait in an athlete, although the hatred of losing has to be balanced by a certain degree of realism, an ability to step back just enough so that you can process your disappointing performance and learn from it.

Again, simply declaring your goal won’t help you attain your dream, but unless you declare it—unless you believe in it—you have no chance of attaining it.

Indeed, the zeal of Boston's rank-and-file marathoners rivaled, and in some ways echoed, the religious passion of Nathaniel Howe and his congregation. The runners indulged in orgies of self-denial-running 100 miles a week, working junk )ohs in order to have time to train, paying their own way to races, banding together in ascetic cells, forgoing the temptations of an idolatrous world in order to attain grace and salvation out on the road. As in Puritan New England, grace was not blithely attained. A believer-a runner-earned it by losing toenails and training down to bone and muscle, just as the Puritans formed calluses on their knees from praying. No one made a cent from their strenuous efforts. The running life, like the spiritual life, was its own reward.

It is the power of visualization that enables us to reach out toward the future, whether our goal is to bring down a mammoth, write a book, or set a new record time in a race.

Miami, published in 1987.

La guerra de España concentra y moviliza actitudes en todos los países occidentales, obliga a los intelectuales a ampliar e internacionalizar su comprensión política. En México, el gobierno de Cárdenas apoya a la República y recibe inmigrantes que diversificarán y enriquecerán el trabajo cultural (Gaos, Cernuda, Emilio Prados, León Felipe, Adolfo Sánchez Vázquez, Adolfo Salazar, Wenceslao Roces, Max Aux, Rodolfo Halffter, Manuel Altolaguirre, Joaquín Xirau para sólo citar unos nombres). Se funda la Casa de España que se convertirá en El Colegio de México. Los nuevos escritores, dentro y fuera de la LEAR, toman partido. Aparece una revista, Taller Poético, dirigida en su primera época por Rafael Solana, donde colaboran Octavio Paz, Efraín Huerta, Rafael Vega Albela, Alberto Quintero Álvarez, Neftalí Beltrán.

Rompiendo el plan y abrazando la estrategia Cuando José Alberto Vélez llegó a la presidencia de Cementos Argos, en 2003, el plan consistía en buscar sinergias y consolidar siete cementeras en una sola compañía. Esta federación de cementeras era muy exitosa y rentable manteniendo el foco local y era cada una de ellas muy bien manejada en general. A partir de la llegada de Vélez se desarrolló un plan estratégico para capturar las sinergias en una corporación que trascendiera a la federación de cementeras. A pesar de la facilidad con la que se construyó el plan, en el que incluso se adoptó rápidamente una estructura matricial para ejecutarlo, el Vicepresidente de talento y antiguo CEO de una de las compañías de la federación, Germán Botero, era