Alas De Hierro Quotes

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No era pintura, ni el color de la salud, ni divulgador del alcohol; era el rojo que brota en las mejillas al calor de palabras de amor o de vergüenza que se pronuncian cerca de ellas, palabras que parecen imanes que atraen el hierro de la sangre.
Leopoldo Alas
¿Quieres que te diga la verdad, algo real? Te amo. Estoy enamorado de ti. Lo he estado desde la noche que la nieve cayó sobre tu cabello y me besaste por primera vez. Estoy agradecido de que mi vida esté unida a la tuya porque significa que no tendré que pasar ni un solo día sin ti. Mi corazón latirá mientras lata el tuyo y, cuando mueras, nos postraremos ante Malek juntos. Y qué suerte que tú también me amas porque me tendrás a tu lado en esta vida y en cualquier otra que venga después.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Porque el amor, en esencia, es esperanza. La esperanza de un mañana. La esperanza por lo que podría llegar a ser. La esperanza de que alguien a quien se lo has confiado todo lo valore y proteja. El problema es que la esperanza es más difícil de matar que un puto dragón.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Contradiciendo a Satán que pudre lo que toca Vosotras, moscas, tocáis lo que se pudre, al probar Todas en masa el ojo rosáceo y rezumante De bestias cegadas por vuestras ávidas bocas Y vuestra ala estridente con nervaduras de hierro Eleva en mi pesadilla un nebuloso infierno De cuerpos velludos, surgidos de la sombra donde se golpean Los clavos del largo ataúd donde extenderé mi cuerpo Y que será quemado en la llama inmortal Para librarme de vosotras, cuando esté muerto…
Boris Vian
Porque el amor, en esencia, es esperanza. La esperanza de un mañana. La esperanza por lo que podría llegar a ser. La esperanza de que alguien a quien se lo has confiado todo lo valore y proteja.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Sin embargo, Erdosain no se movía de allí… Quería decirles algo, no sabía cómo, pero algo que les diera a comprender a ellos toda la desdicha inmensa que pesaba sobre su vida; y permanecía así, de pie, triste, con el cubo negro de la caja de hierro ante los ojos, sintiendo que a medida que pasaban los minutos su espalda se arqueaba más, mientras que nerviosamente retorcía el ala de su sombrero negro, y la mirada se le hacía más huida y triste.
Roberto Arlt (Los siete locos (Los siete locos, #1))
(Fragmentos de Montevideo o la Nueva Troya, de Alejandro Dumas. París, 1850) Tanto resistió esa tribu [los charrúas] a los españoles, que éstos se vieron obligados a construir Montevideo en medio de combates todos los días y, sobre todo, de ataques todas las noches. De tal manera, y gracias a esa resistencia, Montevideo, que cuenta apenas cien años de fundada, es una de las ciudades más modernas del continente americano. La población de Montevideo, por el contrario [a Buenos Aires], ocupa una hermosa región, regada por arroyos que cortan los valles. No hay allí grandes bosques : no tiene vastas florestas como la America del Norte, pero en el fondo de los valles a que acabamos de referirnos corren arroyuelos sombreados por el quebracho de corteza de hierro; por el ubajaé de frutos de oro; por el sauce de rico ramaje. Por otra parte, esa población vive en buenas casas, está bien alimentada, sus quintas, sus granjas o alquerías están próximas unas a otras y su carácter abierto y hospitalario se inclina a la civilización en que la vecindad de la mar le aporta incesantemente sobre las alas del viento el perfume que viene de Europa.
Ezequiel de Rosso (Relatos de Montevideo)
Sin dragón, no eres nada.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Tócame y juro por todos los dioses que te corto la puta mano y que el cuadrante se encargue de ti en la próxima ronda de desafíos, Dain Aetos.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
La próxima vez, vuela tú y yo voy de jinete.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
¿Quieres que te diga la verdad, algo real? Te amo. Estoy enamorado de ti. Lo he estado desde la noche que la nieve cayó sobre tu cabello y me besaste por primera vez. Estoy agradecido de que mi vida esté unida a la tuya porque significa que no tendré que pasar ni un solo día sin ti. Mi corazón latirá mientras lata el tuyo y, cuando mueras, nos postraremos ante Malek juntos. Y qué suerte que tú también me amas porque me tendrás a tu lado en esta vida y en cualquier otra que venga después. Separo los labios. Eso es todo lo que siempre he querido oír, lo que necesitaba oír.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Quiere volar con nosotros —respondo. —Voy a volar con ustedes
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
La versión en miniatura de Tairn está empezando a volverse feroz, ¿verdad? —¡Yo no soy la versión en miniatura de nadie! —
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
¿Cómo es eso de ir por la vida con tanta confianza en uno mismo? —Pues... mi pan de cada día.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
¿Que se rinda? No quiero que se rinda. Quiero que deje de existir. —
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Deja de hablar sola —gruñe Tairn, como si lo hubiera despertado—. Haces que parezcamos un par de desequilibrados. —¿Ves mis sueños? —Tengo mejores cosas que hacer que vigilar las maquinaciones de tu subconsciente. Si un sueño te incomoda, abandónalo. Deja de soportar esas torturas como una niña y despiértate como la adulta que eres.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Sé que no debemos cuestionar las decisiones de los dragones...
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Sé que no debemos cuestionar las decisiones de los dragones... —Pues no lo hagas.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
El problema de la humanidad es que a menudo consideramos que vender nuestra alma es un precio justo a cambio del poder. —
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Sigo teniendo dientes y garras por si a la aristócrata le da por escupir veneno.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
¿Cómo voy a amarte de verdad si no te conozco?
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Echo un rápido vistazo por encima del hombro a Andarna, pero... —¿Dónde estás? La batalla ni siquiera ha empezado y ya ha abandonado su posición. —Escondiéndome, como te he prometido. —Asoma la cabeza por detrás de unos pedruscos.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
De pequeña tampoco te hacía caso.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Es mi madre. —Esbozo una sonrisa lenta—. Es su estrategia para imbuir a su arma favorita. Yo.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
No nos comemos a nuestros aliados. —ADDENDUM PERSONAL DE TAIRN AL LIBRO DE BRENNAN
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Pero las suyas sí, y lo que más quiero en este mundo es ser como él.
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
Tendrías una mente de escriba y un corazón de jinete. Serías mía. —Se me acerca a la mano—. Eres tan única como yo. Anhelamos lo mismo. —
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))
¿Podrías cargar con una luminaria? —La duda ofende. —¿Y puedes cargar con la luminaria ofendido? —bromea. Tairn gruñe. —
Rebecca Yarros (Alas de hierro (Empíreo, #2))