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(Fragmentos de Montevideo o la Nueva Troya, de Alejandro Dumas. París, 1850)
Tanto resistió esa tribu [los charrúas] a los españoles, que éstos se vieron obligados a construir Montevideo en medio de combates todos los días y, sobre todo, de ataques todas las noches. De tal manera, y gracias a esa resistencia, Montevideo, que cuenta apenas cien años de fundada, es una de las ciudades más modernas del continente americano.
La población de Montevideo, por el contrario [a Buenos Aires], ocupa una hermosa región, regada por arroyos que cortan los valles. No hay allí grandes bosques : no tiene vastas florestas como la America del Norte, pero en el fondo de los valles a que acabamos de referirnos corren arroyuelos sombreados por el quebracho de corteza de hierro; por el ubajaé de frutos de oro; por el sauce de rico ramaje. Por otra parte, esa población vive en buenas casas, está bien alimentada, sus quintas, sus granjas o alquerías están próximas unas a otras y su carácter abierto y hospitalario se inclina a la civilización en que la vecindad de la mar le aporta incesantemente sobre las alas del viento el perfume que viene de Europa.
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